Esa noche, ya en casa, Kibum saludó a sus padres y les comentó como había sido su primer día de trabajo, su madre parecía aceptar la situación poco a poco y eso lo hacía feliz; al ser hijo único, realmente quería contar con el apoyo de sus padres pero aquello no impediría que siguiera su propio camino e hiciera su vida como él mismo lo desee.
Después de tomar una ducha se recostó en su cama con su recién recuperado iPod en manos, aun no creyendo el encuentro que tuvo con Jonghyun y sonriendo sin darse cuenta. Aun así con lo meticuloso que era revisó su información y aplicaciones y no notó nada raro, abrió su galería de fotos y para su sorpresa la primera foto que salió era una suya muy antigua, esa en la que trataba de posar como aquel popular anuncio de melon music, ahora se arrepentía tanto de ello, sobretodo porque ahora sabía que Jonghyun la había visto de seguro.
Se sentía un poco avergonzado pero al paso de los minutos le restó importancia, al fin y al cabo era algo que pasó hace mucho tiempo, quizá se burle de él pero no le daría el gusto de molestarse en su presencia, sería más inteligente que él.
Tenía que contarle esto a Minho, suponía que él también lo estaba esperando, pues fue él mismo quien lo envió a la cafetería. Ahora que recordaba, le dio su número pero no anotó el suyo, así que si o si debía esperar a que lo contacte primero y eso lo ponía un poco nervioso, esperaba que fuera un mensaje porque no estaba seguro de poder hablar cómodamente por teléfono con él, seguramente habrían muchos silencios incómodos, los cuales detestaba, y terminarían distanciándose en lugar de entablar una amistad.
“¡Tú!” Le escribió secamente a Minho sabiendo que le entendería el reclamo.
Y como si le hubiera leído la mente, un par de minutos después escuchó su teléfono sonar.
“Hey! Como te fue en tu primera cita~ hahaha”
Sabía que lo iba a molestar por eso.
“Choi… voy a dejarlo pasar porque soy un ser bondadoso… pero aun así quiero que sepas… te odio. Fue todo muy raro…”
“Me amas y lo sabes <3 ¿Qué pasó?”
“Básicamente me devolvió mi iPod y me pidió que fuéramos amigos”
“Sabes que pudo habérmelo dado a mí para devolvértelo, Kibum hay algo más allí…”
Mordió su labio nervioso ante ese comentario. No quería pensar en eso.
“Me dijo que teníamos el mismo gusto en música y que podríamos llevarnos bien, también con los chicos de su banda”
“Wow ¿y tú aceptaste?”
“Pues… se me hizo muy raro al principio pero como le gusta la música le encontré un poco más de sentido”
“O sea que ¿lo vas a volver a ver? ¿Cuándo?”
“Se ofreció a darme clases de piano… el sábado”
“wow ¡Kim Kibum! Mira que gran oportunidad tienes en tus manos haha, estoy seguro de que le interesas de otra forma amigo ;)”
“Minho primero que nada, eres un idiota. Y hablando en serio, no sé si puedo hacer esto.”
El solo pensamiento de que el vocalista gustara de él le aterraba. Eso sin contar sus propios sentimientos, pues lo que le atemorizaba más era la idea de llegar a corresponderle. Pues sus dudas se hacían más presentes conforme los días pasaban.
Un nuevo mensaje llegó a su teléfono.
“Este idiota piensa que debes darle una oportunidad, no tengas miedo de sentir.”
No tengas miedo de sentir…
No podía negar que a pesar de que Minho lo molestaba sin fin diciendo tonterías, algunas veces, como hoy, decía cosas que le hacían detenerse a pensar por un momento, y de hecho ver la otra cara de la moneda. Le enfurecía de alguna manera, porque siempre parecía tener razón, lo conocía tan bien y siempre terminaba haciéndole caso.
Pero claro no lo admitiría, así que solo escribió un cortante “Ya no quiero hablar, me voy a dormir. Adiós” y bloqueó su teléfono para colocarlo en su mesita de noche, se tapó con las sábanas hasta el cuello y cerró los ojos.
Su celular sonó de nuevo y se apresuró a mirarlo, era Minho de nuevo “Buena suerte~ ¡ve por él!” Le escribió como último mensaje y Kibum se puso más molesto aún, aunque no era una competencia, con esto sabía que el alto acababa de ganarle… pero eso que dijo Minho lo dejó pensando, ¿será que de verdad está interesado en él?
No, no hay manera… pero ¿por qué me siento tan nervioso? Quizá no sea buena idea volverlo a ver…
Yo aún… no puedo…
Tratando de despejar su mente, salió de su habitación hasta la sala y encendió el televisor intentando encontrar algún drama o programa que lo hiciera reír y sentir mejor, pues de pronto el sueño que tenía se esfumó. Se recostó en el sofá y después de más o menos una hora se empezaba a quedar dormido allí mismo hasta que el sonido de su celular lo despertó de golpe. Revisó la pantalla y era un mensaje de un número desconocido, desbloqueó el teléfono y leyó el mensaje.
“Kibum-ah, espero podernos llevar bien de ahora en adelante, ah por cierto, el café estaba muy bueno, me aseguraré de volver~” Jonghyun…
Tenía que ser una broma, aunque sí mencionó que vivía cerca de la cafetería así que no debía descartar la idea de verlo de nuevo tan pronto, justo cuando pensaba que debía evitar cualquier tipo de relación con él… bueno, al menos podía sacar provecho de ello, podría volver a tocar el piano y hacer nuevos amigos, por qué no?, dijo que le presentaría a sus compañeros en la banda, y al ser él mismo también un amante de la música, pensó que se llevarían bien juntos.
Aunque por otro lado estaba ese miedo constante que sentía al pensar en que si se acercaba más a él fuera a llegar a gustarle como más que un amigo, si ahora ya sufría esas horribles mariposas en su estómago cada vez que lo veía no se imaginaba que más podría ocurrir, y de nuevo la idea de gustarle otro hombre no le terminaba de agradar.
Por el momento mantenía su mente cerrada a esa posibilidad, estaba bloqueando ese pensamiento sobre su sexualidad y quería convencerse de que podía tener una relación “normal” con una mujer y que ésta era sólo una etapa que tenía que pasar en su vida.
Para probarlo se apegaba al recuerdo de su pasada relación cuando estaba en su último año de colegio, con una chica llamada Nicole, fue su primer noviazgo también pero duraron varios meses, fue feliz durante ese tiempo, terminaron principalmente porque al graduarse ella se mudó fuera del país para sus estudios universitarios y no pudieron mantener su relación a larga distancia, aún la consideraba su amiga, se escribían de vez en cuando pero no la había vuelto a ver desde entonces, y no volvió a tener otra relación después de eso.
Ahora que sus aparentes sentimientos hacia otro hombre surgían, quería probarse a sí mismo que efectivamente le gustaban las mujeres y decidió darse una oportunidad con Luna. Había decidido pedirle una cita ese mismo fin de semana, esperando aclarar sus sentimientos al salir con ella.
***
Así continuó la semana, mientras Jonghyun iba todos los días a la cafetería, con la válida excusa de que le quedaba demasiado cerca de su departamento, de vez en cuando veía a aquella chica de cabello largo interactuar con Kibum, pero al verlos juntos no pensó que fueran una pareja, aunque no podía mentirse, verlos juntos riéndose y hablando tan animadamente le incomodaba pero al mismo tiempo terminaba embobado al ver la amplia sonrisa de Kibum, en momentos como esos se sentía celoso y deseaba ser él quién provocara tan brillantes sonrisas, quería que fueran sólo suyas y al pensar eso debía admitir también que estaba cayendo más y más por él.
El sábado por la tarde, Jonghyun se encontraba ya en la universidad, en la sala de música en donde practicaba con su banda, preparó los instrumentos y esperaba a Kibum mientras tocaba la guitarra, empezó con los acordes de una nueva canción que estaba componiendo, era una melodía suave y acústica que transmitía un sentimiento melancólico y tranquilo, al igual que la estación en la que se encontraban. “Debe ser otoño” era el nombre de la canción, estaba pensando en la letra, cierta persona alta y de cabello negro lo había inspirado un poco a escribir y su mente creativa no pudo pasarlo por alto.
Estaba cantando el primer verso al mismo tiempo que se acompañaba con la guitarra y de pronto pensó en algunas frases que podía usar para la canción, así que se volteó hacia donde estaba su mochila para sacar algún cuaderno y anotarlo y entonces vio a Kibum asomado en la puerta, como queriendo entrar pero no dándose el valor de hacerlo, sin embargo cuando lo miró a los ojos, entró rápidamente como si no hubiera sido descubierto y como si acabara de llegar le saludó.
- Hola, ¿Qué tocas? – le preguntó como si nada mientras se acercaba un poco.
- …es una nueva canción en la que estoy trabajando – se quedó mirándolo por un rato, ¿acaso lo estaba espiando mientras tocaba? Rió levemente, seguramente estaba avergonzado de haber sido descubierto y ahora trataba de actuar “cool”.
- ¿También compones? Se escucha bien…
- Si, gracias – sonrió y vio como Kibum bajaba la mirada – ya tengo la base de la melodía pero estoy trabajando en la letra.
- ¿y de que trata?
- Hmm, pues… –
Trata de ti… y de mí.
– Es sobre el otoño. – contestó simplemente, ignorando sus pensamientos.
- ¿El otoño? pues lo que escuché sonó bien.
- Cuando la termine te la dejaré escuchar – sonrió.
- Claro.
- Ehm, bueno ya que estás aquí comencemos. – se puso de pie dejando la guitarra en su estuche y caminó hasta el piano donde estaba ahora Kibum. – Ven, siéntate aquí – le señaló en el pequeño banco a su lado.
- Ok… – se sentó al lado suyo como si no se sintiera nervioso por la cercanía y evitaba su mirada tratando de observar siempre al frente.
- Hey, no quiero que sea incómodo entre nosotros, somos amigos ahora ¿no? Además nos estaremos viendo muy seguido de ahora en adelante – dijo Jonghyun al notar la incomodidad de su compañero.
- Sí, no hay problema es que aún no te conozco bien y me es un tanto difícil acercarme a personas nuevas. – dijo mientras sostenía sus manos juntas, señal de su claro nerviosismo.
- Oh, con que eres de los tímidos, vaya no lo pareces haha, pero no te preocupes seré bueno contigo – posó su mano sobre su hombro y Kibum alzó la mirada instantáneamente, encontrándose con la suya.
Y en ese breve momento en que sus miradas chocaron lo supo, en esos profundos ojos chocolates se reflejaba algo que él conocía bien pero también se reflejaba el miedo en su mirada, pero, ¿miedo de qué? Se preguntó a sí mismo, eso tendría que descubrir más adelante. Sin embargo ahora sentía que sí tenía una oportunidad con él, sintió esa punzada en su corazón y se dio cuenta de que efectivamente estaba enamorándose de él y no le importaba más la manera tan extraña en la que se encontró con él, no le importaba cómo se había enamorado de él, simplemente lo aceptaría y trataría de ganar su corazón.
Porque es verdad que dos personas primero se conocen y luego se enamoran, es completamente natural pero también es verdad que las personas se enamoran de las formas más misteriosas e interesantes posibles. Jonghyun ahora pensaba que había caído totalmente en esa singular situación y esperaba no romperse el corazón en el intento por ganar el suyo.
Cuando Kibum notó la mirada fija de Jonghyun en la suya, no pudo evitar sonrojarse y bajar de nuevo la mirada, se tensó un poco pero volvió a restarle importancia, ignorando los agitados latidos de su corazón y comenzó a tocar algunas notas al azar, uno que otro acorde que sabía mientras permanecían en silencio. Sus ojos… sus ojos lucían como si quisieran decirle algo, como si hubiera perdido algo y quisiera decirle que al fin lo encontró, tenía una mirada expectante y ansiosa, pero por más curioso que se encontraba lo volvió a ignorar, no podía caer en eso de nuevo, no podía ponerse a pensar en cosas “absurdas”, y menos cuando tenía una cita esa noche, si, había invitado a Luna al cine, era su oportunidad para sacarse a Jonghyun de la cabeza y por lo tanto no podía permitirse estar pensando de más en él.
- Así que sabes algunos acordes, toca alguna canción que sepas, para saber en qué nivel estás – dijo Jonghyun volviendo a la realidad.
- En realidad ya no recuerdo bien. Aprendí hace mucho tiempo, quizá solo algo básico. – respondió retomando el color natural de sus mejillas.
- Bien pues entonces toca lo que sepas y empezaremos desde ahí, ¿te parece bien?
- Sí, claro. – respiró profundo y empezó a tocar el clásico de Beethoven “Para Elisa” o al menos lo que recordaba de la canción, sin duda se sentía oxidado después de tanto tiempo alejado de la música.
Jonghyun por otro lado no dejaba de admirar aquellos largos y pálidos dedos que si bien con algo de torpeza tocaban las teclas del piano, podían producir una hermosa melodía. A este punto había llegado, era la primera vez que llegó a pensar lo hermosas que eran las manos de otro hombre, jamás se había fijado en esa característica pero ahí estaba Kibum de nuevo, rompiendo todos sus estándares.
- No está nada mal, pienso que tienes talento pero se nota que no has tocado en mucho tiempo, tus movimientos no son tan fluidos.
- Lo sé… - volvió a entrelazar sus dedos tratando de estirarlos y relajarlos.
- ¿Puedes seguir partituras? – preguntó el castaño.
- Si, supongo. – contestó algo inseguro.
- Ok, entonces te voy a dar unos cuantos libros para que practiques y así mejores con cada clase. Aunque talvez tengamos que volver a lo más básico primero como acordes y escalas para que recuperes tu ritmo.
- Me parece bien… g-gracias. – tenía una sonrisa nostálgica en sus labios, cosa que Jonghyun no pasó por desapercibido.
- ¿Qué sucede? – preguntó con el ceño fruncido.
- Es sólo que, no puedo creer que me haya tomado tanto tiempo volver a tocar, me siento realmente estúpido…
- No digas eso, todos tenemos nuestras razones para hacer las cosas, lo que cuenta es que ya lo estás haciendo. Porque pensar en el pasado que nos atormenta cuando podemos trabajar duro ahora y pensar en un futuro que nos motive e inspire?. – dijo en un tono de voz suave que hizo que Kibum se relajara. Luego le dedicó una pequeña sonrisa, gesto que copió al instante.
Pasaron un par de horas desde que estaban en el salón de música y de pronto alguien entró a la sala, una profesora que les avisó que se había acabado su tiempo de práctica y alguien más la usaría, les pidió amablemente que salieran, los chicos recogieron sus cosas y así lo hicieron. Honestamente estaban tan inmersos en lo que estaban haciendo que no se dieron cuenta del tiempo, especialmente Jonghyun que en cada oportunidad en la que Kibum bajaba su mirada para tocar un nuevo acorde, aprovechaba para mirarlo y admirarlo un poco más.