Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Héroe del tiempo: La Maldición de la Luna Roja por Heartshaoi

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Link es muy mono...

 

 

Me siento emocionado de compartir esta historia, como explico en la nota del cap anterior esta historia se desarrollará lento, me gusta dar enfasis en como se siente el niño del bosque - por ahora - así que espero les guste...

 

¡A leer!

Capitulo 2: Una pequeña familia  

“La soledad seguiría presente en mi vida, tomándome,  quitándome la poca fortuna que he tenido”  

 

...

 

El gran valle era entre los lugares  espectaculares del mundo, uno de los mejores; la vista que regalaba ante cualquier transeúnte era sin dudar una maravilla. Las áreas verdes, compuestas por arboles de frutos exóticos para las aves, inmensos arbustos de flores multicolor, el rio que cruzaba al borde de sus pies, todo era hermoso, especialmente por la luna que seguía ardiente en su tono carmesí y por eso teñía con una capa de fuego a todo lo que tocase, creando un perfecto paisaje.  

- Hey Link, soy Navi, un placer acompañarte – dijo el hada - como se sabe, con su poder telepático.  

Link la observó mientras caminaba en su largo recorrido, quería llegar a la pradera antes del amanecer y se había propuesto ver al príncipe esa misma tarde.  

- ¿No hablas mucho verdad? No importa, solo tienes que escucharme.  

- Si contestarte ya es cansado, escucharte constantemente me agotaría aún más – contestó sin molestia, mostrando su realidad.  

Él no era lo suficientemente fuerte como para controlar ese poder.  

El hada entendió en su actitud una forma de ver las cosas diferente. No estaba emocionado, ni deseoso de ir tras el mal del reino para encerrarlo, más le pareció que no tenía ganas de ir a ver al príncipe cuando… ¡Todos querían ver al hijo del Rey!

- Pues tendrás que hacerlo, créeme hay cosas que necesitarás saber y yo estaré para ayudarte a controlar lo que yace en tu espíritu.  

Link se quedó asombrado - ¿Lo que yace en mi espíritu? – se preguntó, a lo que el hada supo su comentario, realmente no había privacidad entre ellos dos.  

- Nadie te ha hablado de esto, lo sé.Nadie sabe como es que tú siendo tan joven, has despertado como el salvador de estás tierras, al principio el Gran Árbol Deku – guardó silencio un momento recordando como el guardián había ido al mundo del descanso infinito -  le dijo al sabio de la aldea que tuvo una visión de ti cuando llegaste a Kokiri.  

- ¿Y esta marca?

 - Es la marca de la diosa, la has tenido desde que naciste, y eso es lo extraño de todo esto.

Navi se metió entre las ropas del niño y comenzó a temblar – Link, tú no tienes el poder de la trifuerza, pero tienes la marca como si fueses el amo de los poderes celestiales. Solo hemos podido deducir que estás bajo una tarea mucho más grande que el de salvar las tierras de Hyrule, pensamos que la diosa Farore te ha entregado estas cualidades… pero no el poder de la trifuerza por que es imposible ya que está en el templo del tiempo.

Link comenzó a  marearse, aquello había sido demasiado para su mente otra vez.

Se quedó parado controlando el temblor de sus piernas.

Navi no volvió a decir nada, si lo hacía transmitiría poder mágico y seria suficiente para dejarlo desmayado. Pero Link no podía dejar de pensar mecánicamente como lo hacían las hadas.  

- ¿Qué es la trifuerza? – dijo más para sí que para seguir con la conversación. Desde que salió de ver al Gran Árbol estaba más cansado de lo normal y solo había podido avanzar algunos 3 kilómetros desde que comenzó su recorrido.  

- Ya lo sabrás…

 

  …  

 

Despertó después de haberse caído en un profundo sueño que le produjo esa ultima línea, se sentía renovado, hasta que se sentó en el piso y sintió su estomago rugir.    Buscó alimentos entre los arboles cercanos y comió solo lo que las aves picaban, frutilla y frutos secos.

El agua del rio Farone era la más limpia entre todos, lo sabía por el color cristalino que tenía, y sin miedo se hundió en la orilla para lavar sus pesados ojos. El hada estaba a su lado y no dijo nada, él le sonrió agradecido que dejara la conversación para después, de verdad Link necesitaba descansar y así era mejor.   

Divisó su entorno,  y vio que el amanecer ya estaba llegando. Se apresuró en acomodarse las ropas y siguió caminando.  

- Tienes suerte que el día este llegando, cuando hay Luna Roja la pradera se llena de monstros casi invencibles.  

Link no la observó y sacó un mapa de entre sus ropas, si seguía de frente podría encontrar la salida del valle en poco más de media hora, si iba a la izquierda encontraría la fuente del gran hada pero no fue, no tenía tiempo para ir a preguntar acerca de su futuro ese día, tenía demasiado en la cabeza como para hostigar más su razón.

- ¿Llegaremos en el atardecer al castillo? – dijo observando el sol que ya estaba encima de él.  Navi comenzó a volar por su alrededor indicándole que con su gesto que estaba equivocado.

El niño la miró con duda - ¿Qué pasa? Dime.  

- El castillo está a 4 días a pie, no llegaremos hoy aunque no descansemos. Primero tenemos que pasar por la ciudadela que rodea el castillo.   

- Entiendo…   

- Podemos ir hacia el punto más cercano con Hylians o tal ves encontremos una aldea.

El niño ya no contestó y siguió su camino recto viendo constantemente su mapa, procurando que no le alcance el medio día en la nada ya que el calor – según su pronostico – sería asfixiante.  

Cuando por fin llegó a la salida principal no pudo seguir con su camino, había unos hombres peleando con espadas a muerte. Se quedó detrás de un árbol que adornaba la entrada del valle y observó como se arrancaban trozos de carne en cada movimiento.  

- Tú no conseguiste las armas que te dijo el sabio, eres muy descuidado… - dijo el hada.

En el pueblo Kokiri solo vendían escudos para defenderse, no espadas por que no peleaban a matar, solo a noquear con venenos o aromas producidas por las plantas de los cultivos secretos.  

Pero como Link no era Kokiri, no seguiría esas reglas de paz.  

Esperó a que la batalla terminara y el ganador se fue dejando el cuerpo de su  enemigo mutilado completamente desfigurado.

Link se acercó y recogió el arma del caído, el hada no dijo nada y entró a las ropas del niño.   

No se asustó de ver sangre en el pasto, había tenido pesadillas peores donde la sangre cubría su cuerpo entero y aquello no era nada. Limpió sus manos con un poco de agua de manantial que tenía en su cantinflera y siguió caminando por la pradera a penas y divisando al horizonte la ciudad que estaba delante de él.   

Estaba aún en la entrada del valle y por eso no podía ver mucho el paisaje que estaba detrás de los matorrales que cubrían su vista. La noche pasada, esa extraña noche que acababa de mostrarle un destino irreversible, fue una noche de Luna roja, por lo que sabía el día de esta situación la tierra se llenaba de monstros y algunos otros tantos misterios que poco sabía.

Era suficiente tener que conformarse con la explicación del sabio:  

 

"Lleva una espada y un escudo"

¿Para que si no es para defenderse?

Lo hizo, ya había conseguido su primer arma, sabía que con el constante uso se le rompería por que no parecía ser de un buen material. Además su escudo era un trozo de madera cortado para alguien de su tamaño. En su morral de viaje solo alcanzaban unas cuentas cosas y no podía ponerse demasiado peso encima. La verdad es que nunca estuvo preparado para aquello, la forma de vida que llevaba en Kokiri siempre fue diferente, había entrenado sí, pero jamás había peleado por su vida, o para salvar la de alguien, y en esta ocasión era un todo o nada.  

Era arriesgarse a lanzarse a un destino del cual no sabe si saldrá vivo...

 

 

  Caminó más de dos horas pegado a su mapa, ya no sabía cual era el norte o el sur, podía guiarse por el sol que estaba en la cumbre de su puesta y era tanto su cansancio que no supo a donde se dirigía.  

- ¿ Donde está el oeste? - le preguntó a Navi.  

Pero hubo un largo silencio.  

- ¿Navi?   El hada estaba durmiendo, lo supo cuando abrió sus ropas y la vio inmóvil ante su caminata. Supuso que estuvo despierta desde días antes de que sucedería la entrevista con el Gran Árbol así que no se molestó en despertarla. Estaba realmente cansado, el tampoco había dormido lo suficiente, solo algunas horas y eso no era bueno para su salud, no siendo aún un niño débil.

  "Yo no se que están pensando los dioses"  

Recordó que le dijo el sabio de su pueblo, era cierto, sabía que era un niño, aunque para muchas cosas tenía una mentalidad madura, seguía siendo infantil y quería jugar. El ser puesto a un camino lleno de pruebas era estresante ya para su cansada vida del cual pensó nunca salir. Se recostó debajo un árbol que indicaba la entrada de la pradera central, como no había descansado para comer ni para darse un baño en el rio, logró ahorrar 3 horas de viaje y eso le facilitó la llegada del lugar.

Hasta que de re pronto su olfato - que era muy bueno - pudo sentir el olor de leche caliente en su lado derecho. Se dejó llevar por lo bien que olía, su estomago le rugió, haciéndole recordar que no solo podría vivir de semillas, y siguió el olor presa de una hambruna cegadora.   Como un zombi se movió entre los arbustos y encontró un rancho muy cerca, volvió a ver su mapa y había dado con el gran Rancho Lon Lon.

 - Navi...¡Navi, despierta!   El hada salió echando lucecitas a su alrededor, brincando asustada - ¿Que pasó? - dijo poniéndose en guardia.  

- Tomemos un descanso.

  …  

Comió y bebió cuanto quiso en la acogedora casita de Talon, el  dueño del rancho, se hizo buen amigo de su hija Malon y aprovechó para conocer a un hermoso caballo. Era claro que pagaría limpiando los corrales de las vacas y otros animales,  había ido como un forastero y pidió trabajo a lo que los dueños no se negaron ante la oferta. - ¡Un niño! - había gritado Malon al verlo llegar - No vienen mucho por estas tierras, mucho menos solos... ¡Oh una espada! ¡Papá un señor a venido a vernos!

  Link había sido recibido por los campesinos, no eran muy diferentes a los de su tierra y su amabilidad lo contagió de una sensación fraternal inexplicable.   Se quedó a dormir una noche para partir al siguiente día, o al menos eso era lo esperado.

  - ¡Hey Link! - susurró la niña tras la delgada madera que separaba sus habitaciones - estaba su cuarto al lado de los de los huéspedes.

  El niño se paró de su cama, realmente estaba cansado, pero si lo llamaba seria para algo importante y en efecto lo fue. La niña pasó jalándolo de la manga de su ropa por la sala donde su padre estaba durmiendo como un oso en su totalidad, lleno de libertad tirando moco mientras roncaba. Le hizo una seña y Link pasó por los pies del hombre, salieron sin hacer el mínimo ruido y se dirigieron a la parte trasera donde se encuentran los animales.  

- Quería mostrarte algo, sabes... Por aquí no vienen niños y no tengo muchos amigos, mi papá es quien suele viajar al mercado central para comerciar la leche, pero yo nunca he salido - hizo una pausa para dar unas cuantas risitas - no por ahora.

  El hada de Link lo sacudió un poco y le habló mentalmente -¡Oye contéstale, no seas descortés!  

- ¿A Malon le gustaría ir a la ciudad? Yo voy para allá...

- ¿Oh en serio? Pues quiero que veas algo antes de que te vayas ¡Ouhaaa!  

Link la miró extraño, y pensó que era extraña hasta que vio como un hermoso caballo de pelaje marrón y lomo blanco se acercaba hacia ellos. Aquello había sido un grito especial para llamar al animal que yacía oculto entre la paja.

  - ¿No es hermoso? - dijo la niña.  

- Si... - dijo Link contemplando al potro que movía su melena con el viento.

  - A penas y tiene 3 años y ya ha crecido bastante, cuando pase algún tiempo más, será todo un semental - rio Malon jalándolo otra vez de la muñeca para que vieran más de cerca al caballo.

  - Si quieres puedes tocarlo.  

Le pareció muy buena la idea cuando alzó su mano y el animal lo aceptó con ternura. -¡Oh, se ha hecho tu amigo! ¿Te gustan los animales?

  - Sí...

  "Hasta creo que yo soy uno"  

- No hablas mucho, eres un niño raro, ¡Pareces un saltamontes con esa ropa verde!(1)

Link se exaltó - No es cierto... - dijo apenado de sus ropas.  

- Hay una canción para domar a cualquier animal, quisiera enseñártela, me has caído muy bien pero no tengo un instrumento para eso...  

- Espera...  

El niño del hada sacó la ocarina que seguía envuelta entre la suave lona y se la mostró a la otra que lo miraba cual si fuese un salvador.  

- ¡Wao! ¡Es hermosa!   - La ocarina de las hadas es muy bonita ¿verdad? - dijo riendo, Link realmente la estaba pasando muy bien, a pesar de ser tarde lo había olvidado por el gran carisma de la niña que estaba haciéndole olvidar lo que pensaba.  

Era mejor así, por que recuperaba fuerzas al comportarse como un humano normal, la magia dependía también de que tanto te comportes como un ser superior, en cambio si incluye en su rutina tiempos para no sobrecargarse seria mejor, así su cuerpo expulsaba la magia pesada que tiene y jala más del cosmos.  

- Esta canción la compuso mi madre, escucha con atención...

 

...

 

La melodía comenzaba con Re bajo, disfrutó cuando la niña tocaba la hermosa música que le trajo bastante  calma de la naturaleza, y se sintió - mientras cerraba los ojos - como se convertía en un ser domestico ante la melodía.

- ¿Seguro que solo funciona en animales? - dijo entre sí, realmente adoraba hablar consigo mismo...

- Estás son las partituras, no las olvides saltamontes.  

- ¡Hey ustedes! ¡Vuelvan a la cama! - salió gritando Talon - ¿Creen que no escucho ese instrumento? ¡Suena muy fuerte!  

- ¡Nos vemos Link!  

" Al menos no me llamó saltamontes otra vez"

 

 Partió con la llegada de los primeros rayos de luz, había agradecido la amabilidad de la pequeña familia y por ultima vez vio a ese hermoso caballo para dedicarle al menos 10 minutos en privado, realmente lo había encantado...

Navi le dijo que no tenían mucho tiempo, y que en esta ocasión debían seguir el camino recto en dirección opuesta al sol.   Y así fue su largo camino otra vez, otro día más en una inmensa espera a que sus pies se cansen.  

-Tú puedes ir encima mío, no es justo...   El hada se sintió bien al ver una muestra de confianza en esas palabras - Veo que ya no te molesta tanto la telepatía.  

Se sorprendió de lo nuevo- Es cierto... - dijo mirando a la bolita de luz.   

- Cada día te vuelves más fuerte, aunque no lo veas...  

Link sonrió.

  - Igual te falta mucho para siquiera controlar cuando quieras hablarme o no, mientras sigas siendo tan frágil en tu espíritu, seguiré escuchando lo que dices ¡Solo hasta que pongas una barrera!  

- Qué bueno que puedo hacer eso...  

- ¡Te escuché!   El niño salió corriendo dejándola atrás antes de ser atacado por sus débiles alitas.

  …  

 

Notas finales:

(1)Frase de Romani, personaje de The Legend of Zelda: Majora's Mas

 

 

-Heart


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).