Narra Alice
Un delicioso olor a carne me despertó, me costó abrir los ojos la luz me cegó y mi cuerpo se sentía como si me hubiera estrellado contra un arrecife, o esperen, eso fue lo que sucedió.
-Veo que te sientes mejor, eso es bueno-Dijo una suave voz, era la voz de la chica león.
-Algo, me duelen las costillas, pero creo que solo se me hará un hematoma- Al fin pude enfocar adecuadamente y la vi sentada frente a mí.
-Hema qué… bueno supongo que tuvieron suerte, dime… que relación tienes con la niña que estaba contigo- Es verdad, Dani no está, no la veo, o Luna santa mi bebe.
Me levante rápidamente, demasiado como para que mi pobre cuerpo lo resista, me maree y la chica me sostuvo.
-Hey ten cuidado, si te preocupa la niña está bien, mi prima la está cuidando, no le pasará nada malo- Me tranquilicé un poco y me senté en la cama o lo que simulaba ser una, era una tela rellena de paja y cosas blandas, ¿qué cómo lo sé?, bueno, está mal costurada y rasguñada por unas muy grandes zarpas, el relleno es visible a simple vista.
-Ella es mi amiga casi mi hermanita- Dije mirándola a los ojos, quería ir a buscarla era solo una bebe grande, y ¿si tiene miedo?, no puedo decirle que la considero mi hija, me apena mucho pero es inevitable, es tan pequeña y tierna.
-Bueno… que es lo que eras exactamente, en que trabajabas o cómo te llamas… yo me llamo Anubis- me tendió la mano, la estreché débilmente y ella parecía intentar ser cuidadosa y evitar destripármela con su fuerza bruta.
-Mi nombre es Alice y solía ser investigadora en los laboratorios del gobierno- Ella pareció tensarse y sus bellitos se le erizaron, posiblemente eso no le traiga buenos recuerdos.
-Cómo pudiste, no… mejor dicho, por qué estas con esa niña, te enviaron de infiltrada o algo así, ¿ya saben de nuestra isla?- Dijo furiosa, una vena comenzaba a marcarse en su frente.
-Yo no hice nada, literalmente, a pesar de que era de las mejores científicas nunca estaba al tanto de nada, no sabía lo que buscaban exactamente hasta que un idiota llevó a Dani conmigo para que lo ayudar a estudiarla, no entendía para qué exactamente, no hice nada para evitar que la transformaran porque no sabía nada hasta luego de que la inyectaron… luego de eso la llevé a mi oficina para alimentarla y curarla, pero se enteraron y me la quitaron, estuve saboteando todas las pruebas que pude hasta que la embarcaron metida en una jaula y cuando vi que estaban por lanzarla al mar encerrada en esa cosa… bueno, terminé en un bote salvavidas con ella vagando sin rumbo- Ella parecía calmarse a lo largo de mi relato y eso me relajó a mí, posiblemente me hubiera aplastado fácilmente.
-Ok, te creo solo porque la niña dice que tú la ayudaste y se nota que te quiere mucho… ¿enserio no sabías nada?- Dijo con su voz cargada de escepticismo.
-No, cuando me puse a investigar y descubrí todo… sentí un coraje inmenso, pensar en todas las niñas que sufrieron una mutación o en las que murieron, todo por el hambre de poder- Pude notar en su mirada una gran tristeza, me pregunto cómo fue que la capturaron. Estaba por preguntarle pero me detuvieron dos cosas, el hecho de que esa pregunta es muy indiscreta y la estruendosa interrupción de Daniela en la cabaña, seguida de la chica zorro.
-Espera niña, es peligroso que entres así, ella se enfadará mucho- Decía la chica con voz preocupada, estaba por decir algo pero el peso de Dani me lo impidió, se abalanzó sobre mí a penas me vio, pude notar como Anubis se tensaba mucho al verla embestirme y su ceño se frunció levemente.
-Qué bueno que estas bien Alice, estaba muy preocupada- Ella era tan linda y apachurrarle, era más como mi bebe, es muy tierna.
-Yo también estaba preocupada, ¿no te hicieron nada malo verdad?- No es que no creyera en la palabra de la chica alta pero la preocupación me abrumaba.
-No, Teddy fue muy buena con migo, me dejó jugar con su colita- Eso se escuchó muy raro.
-Gracias por cuidarla, descuiden, una vez me pueda levantar sin marearme nos iremos- No quería causar molestias y la verdad es algo intimidante el hecho de ser la única “humana”.
-Espera… a donde irán, no es necesario que te vayas, hay suficiente espacio para las dos en mis dominios- Dijo eso luego de dejar de fruncir el ceño cambiando su mirada de una molesta a una que desprendía preocupación.
-Bueno prima, tienes que entender que tu apariencia puede ser algo intimidante para la humana y más aun con una niña a la cual proteger… escucha puedes irte al territorio de los lobos, ellas están acostumbradas a vivir en sociedad pero son algo salvajes, si quieres algo más domestico te puedes ir al de los perros, son más cariñosas y tranquilas, aunque si quieres un lugar con menos hibridas te aconsejo que te quedes en la aldea central, aunque por las mañanas es bastante bulliciosa- Esta isla debe ser inmensa.
-Bueno lo entiendo, pero no soy mala persona y además si llevas a la niña puede que la molesten, el territorio de los lobos, los perros y el mío son los únicos, literalmente la isla se divide en ellos, las osas, zorras, gatas, jaguares y tigresas se dispersan en los territorios de los otros dos, ya que son algo asociales, en el mío no hay nadie más aparte de mi prima que creo que ya se instaló permanentemente, nadie los molestará, si no te quieres quedar conmigo te puedo ayudar a hacer tu propia cabaña- Bueno, debo de admitir que toda esa información es útil, la chica en verdad no parece ser mala persona y a su prima al parecer le agrada mucho Dani, además si es verdad que molestarían a mi bebe, entonces debo de suponer que esta es mi mejor opción.
-Lo entiendo y estoy muy agradecida con tu hospitalidad pero quiero saber una cosa, ¿por qué molestarían a Dani?- Dije algo preocupada dirigiéndome a Anubis.
-Bueno, la verdad es que lo que más suele llegar son chicas lobo y perro, creo que de osas son 15, hay como unos 10 zorras más a parte de mi prima, de jaguares creo que solo hay 5 y en el caso de los tigres hay unas tres y creo que solo hay un par de gatas rondando por ahí- Es impresionante que sepa cuantas habitantes hay.
-Unas gatas muy amargadas, toda la demás población son o de lobas o perras- Dijo Teddy algo molesta, creo que se debe a lo de las gatas.
-Bueno primita tienes que entender que posiblemente no les agrada ser molestadas todos los días por una mocosa, tienes suerte de que Daniela sea una niña y que le guste ser mimada- Mencionó Anubis con cierta burla.
-En ese caso creo que lo mejor será que me haga mi propia cabaña, no quiero molestar a ninguna de las dos y estoy segura de que posiblemente jamás salga de aquí y sinceramente eso me alegra hasta cierto punto, además Dani tarde o temprano crecerá y necesitará su espacio- Dije mientas acariciaba a mi niña, ella simplemente sonreía mientras casi se quedaba dormida en mi regazo.
-Entiendo… puedes quedar aquí en lo que te construyo tu cabaña, supongo que será un poco más grande que la mía- La chica león me miraba fijamente para luego mirar con cierto recelo a mi bebe, es mi imaginación o enserio presiento que a ella le gustaría que la mimasen.
-No lo supongas gatita, TIENE que ser más grande, una niña en pleno desarrollo vivirá ahí, así que necesita dos habitaciones que sí tengan separación con la cocina y el comedor- La retaba algo divertida Teddy.
-Hey, me gusta de esta forma, todo es más accesible- Bueno, es verdad que esto prácticamente era un cuarto grande con una especie de cocina y una mesita de madera muy linda pero solo hay una silla, supongo que es normal.
-Gracias por la ayuda, en cuanto tenga más energía iré a ayudarte en lo que pueda- Dije algo apenada.
-Descuida, yo me aseguraré de que no te haga una chabola, además, no serás de mucha ayuda, no te vez muy fuerte, estará lista en un par de días, le pediré ayuda a algunas lobas- Al decir esto último a Anubis se le erizó toda la melena y gruñó con mucho enojo.
-No quiero bestias babosas en mis dominios, yo la aré solita- Dijo ella casi gritando, enserio se nota que es muy celosa con lo suyo.
-Tu igual eres una bestia babosa y lo mejor es que la casa quede lista lo antes posible para que Dani no se acostumbre a tu casa y no sienta el cambio tan brusco, eso le puede dañar y de seguro si la niña se pone triste, Alice se pondrá muy triste- Anubis rápidamente pareció reconsiderar su postura.
-… Bueno, pero si comienzan a joderme las voy a echar a base de patadas- Dijo cediendo al fin, no parecía muy convencida.
Yo me quedé descansando junto a Dani, Anubis y Teddy fueron a construirme mi cabaña, la verdad es que estar aquí no es tan malo, lo único que me hace gracia es que Teddy no se ofenda porque le digan zorra, cosa que es comprensible ya que ellas llegaron aquí sin conocer la maldad de la sociedad, son puras hasta cierto punto, así que para ella supongo que es lo que es una zorra, pero no le quita lo gracioso.
Narra Anubis
El sol se está poniendo, gracias a la ayuda de las lobas y un par de osas la cabaña estaba casi lista, no estaba quedando tan mal, solo tiene dos habitaciones, la cocina y el comedor, a pesar de que la mayor de la isla vino a ayudar, aún no sabemos cómo rayos hacer un baño, así que para su mala suerte tendrán que hacer como todas las demás, solo espero que no las pique algo entre los arbustos en lo que les hago una mini casita para que puedan estar en privado, aparte de eso solo faltan detalles menores, como las ventanas, las puertas y parte del piso.
-Gracias por la ayuda Tari- Ella era la mayor de la isla, llegó a los 15 años y me cuidó junto a mi prima cuando recién llegamos, ella tenía 20, ahora creo que tiene 30, es una osa, de gran tamaño y contextura ligeramente más gruesa que la mía, sus ojos castaños y su cabello pardo.
-No hay de qué, solo espero que enserio esa humana no sea mala, le daremos el beneficio de la duda ya que dices que es inofensiva, pero llévala a la aldea, de seguro a Cleo le encantará conocerla- Cleo era la pareja de Tari, ella es una hibrido de perro, es la segunda mayor, su cabello es cobrizo y su ojos tienen cierto color verdoso, creo que tiene la estatura algo menor al de la humana, es raro que una de las suyas sea pequeña, normalmente son de 1.60, las osas de 1.90 y los lobos de 1.70, tanto las tigresas como yo medimos 1.80, claro que varía por algunos centímetros.
-Descuida, mañana la llevaré para que conozca la isla, además, alguien le debe de explicar de nuestra cultura y sabes que soy mala en eso- Eso y que me pone algo nerviosa hablar con ella.
-Está bien, le diré a Cleo que prepare algo bueno para comer- Dicho esto, se despidió junto a las demás, una vez dejé de sentir que mi territorio estaba siendo invadido me relajé y caminé tranquilamente a casa.
Al llegar un delicioso aroma inundo mis fosas nasales, al parecer a la humana se le dio por cocinar, cuando al fin notó mi presencia dio un respingo, posiblemente la asusté.
-Hola, solo quería darte las gracias con algo, espero que no te moleste haber agarrado tu comida- Normalmente lo haría, me enfurecería y atacaría a cualquiera que toque mi carne, pero con ella no sentí esa necesidad.
-No te preocupes, no me molesta, además huele muy bien ¿qué es?- Ella empezó a servir una especie de caldo con verduras, carne y arroz.
-Es carne picada con arroz, me sorprende que tengas vegetales, pensé que solo tenías carne-
-Bueno, casi todo lo que como es carne por… ya sabes, pero también necesito vegetales y otros nutrientes- Casi no me gustan pero los necesito, aunque agradezco que sea en pocas cantidades.
-Entiendo, tengo una duda, cómo hacen para que no se les agote la carne, porque, todas en esta isla son depredadoras-
-Bueno, las perras que son las que tienen el instinto más controlado se encargan de criar vacas, gallinas y siervos, pero como necesitamos saciar el instinto de caza sueltan a los siervos para que los podamos atrapar, las gallinas y las vacas son usadas para conseguir huevos, leche, quesos y algo de carne en ocasiones especiales- Estaba algo nerviosa por hablar tanto, enserio, esto de explicar cosas no se me da muy bien, me senté para intentar tranquilizarme.
-Eso es asombroso, mantienen una sociedad muy organizada, pero qué hacen las otras chicas- No por favor, deja de hacer preguntas, ella estaba colocando la comida en la mesa, solo tenía una silla así que ella estaba comiendo parada.
-Podrías sentarte, aun estas herida, me hace sentir mal verte ahí- Dije mientas me paraba y le cedía mi asiento.
-Gracias, eres muy amable- Dijo con una cálida sonrisa, yo cada vez me ponía más nerviosa, las hormonas y mi lado animal no me dejaban tranquila.
-Contestando a tu pregunta, las lobas se encargan de la agricultura, tiene más fuerza que las perras así que se les hace más fácil además de que no tienen que estar controlando su instinto, las osas se encargan de la pesca, se les facilita mucho eso, las zorras la mayor parte del tiempo la hacen de mensajeras, son bastante ágiles y sus cuerpos son ligeros, se les da muy bien, en el caso de las jaguares, tigresas y gatas, siempre están vigilando las costas en busca de chicas nuevas, esas son las tereas establecidas pero a algunas chicas les gusta variar, con tal de que hagan las cosas bien a nadie le molesta- Necesito aire, de tanto hablar casi se me va la voz.
-Sí, definitivamente son una sociedad muy organizada, es asombroso como se reparten las tareas de forma adecuada, pero… qué haces tú- Maldita sea, esperaba que no me preguntara eso, ella ya había terminado de comer así que se levantó para dirigirse a mi acama.
-Bueno… a mí no se me da nada bien socializar con las demás, no es que me caigan mal, pero me cuesta hablarles o jugar con ellas, me siento atacada o insegura, sé que nadie me va a hacer daño pero… como sea, suelo vigilar las costas o cazar para las zorras por petición de mi prima, ellas son algo débiles en ese aspecto, les cuesta cazar así que les ayudo, bueno, le doy el sirvo a Teddy para que se los lleve-
-Eso es muy lindo de tu parte Anubis- Alice estaba sentada en medio de la cama mirándome atentamente.
-Bueno, no lo hago muy seguido, adoro dormir- Pero que tontería le dije, que vergüenza.
-Es natural, eres mitad león después de todo, ven, quiero intentar algo- Me acerqué con cierto recelo, hasta que me obligó a acostarme en la cama con mi cabeza en su regazo, me puse de los nervios pero automáticamente me relajé cundo empezó a acariciarme justo como la hace con Daniela.
-Oye se siente muy bien, por cierto, ¿dónde está la niña?- En cuanto rascó mis orejas me puse a ronronear, es tan agradable.
-Bueno, tu prima se la llevó a su casa, dijo que por motivos de seguridad- Su voz sonaba algo confusa.
-Esa mocosa que se cree, no es como si fuera a atacar a la niña, tengo autocontrol- Dije molesta por la poca fe que me tiene.
-Tranquila, no pasa nada, además, no hay mucho espacio para que ella duerma y no pienso hacer que duermas en esa piedra otra vez, tu prima me lo dijo- Maldita bocona, bueno, no había más camas y el suelo es incómodo, no puedo trepar árboles, le tengo fobia así que mi mejor opción fue en la enorme piedra que está detrás de mí cabaña, es muy cómoda.
-Entonces donde voy a dormir, mi cuerpo es muy grande- Ella se levantó he hiso que me acomodara en la cama para luego acostarse casi encima de mí… Diosa dame fuerzas.
-Jamás pensé que dormiría encima de una media leona, tengo ganas de saber de todo sobre este lugar, tal vez inicie una investigación, así puedo aportar algo, tal vez algún día se enfermen y gracias a mis notas las puedo ayudar-
-No hace falta, nunca nos enfermamos, si nos lastimamos, nos curamos rápido aunque los bichos venenosos son un problema, no somos inmortales y hasta ahora hemos tenido suerte de encontrar el antídoto, pero cada bicho necesita un antídoto diferente- Una vez casi muero porque me picó una serpiente, cuesta saber cuál antídoto puede funcionar, todo es a prueba y error.
-En ese caso yo puedo ayudar, al menos así no me sentiré en desventaja, buenas noche Anubis- Dijo mientras se acomodaba mejor sobre mí, yo pasé un brazo por su espalda para evitar que se cayera de la cama.
-Buenas noche Alice- Tardé un rato en dormirme, tengo que ser fuerte, pero el hecho de estar en una edad que me lo pone difícil y aparte que es época de… eso, también está el hecho de que ella es muy bonita y me está comenzando a agradar… nada me favorece.
Continuará…