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RELACIONES COMPLICADAS por SandraBel00

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Notas del capitulo:

Al final he tardado más en escribirlo de lo previsto, y es que no me gustaba como quedaba, lo borraba y volvía a escribir, y así todo el rato. Espero que me haya quedado bien y que os guste. ¡¡Muchas gracias por leer y sobretodo muchas garcias por vuestros comentarios!!

Por otro lado se encontraban un castaño y un pelirrojo llegando a la casa de este último.

-Venga, Kouki, si no cooperas un poco la cosa va a ser difícil.

Cuando se fueron en coche de la discoteca el castaño se tranquilizó un poco y se quedó durmiendo en el coche del pelirrojo. Por lo que ahora, Akashi tenía que sacarlo y llevarlo hasta su casa, ya que no vio conveniente que fueran a la del castaño porque estaba borracho y no era cuestión de despertar a toda la familia Furihata.

-Kouki, venga, al menos sal del coche ya lo demás del recorrido te llevo yo.-dijo el pelirrojo mientras zarandeaba levemente al castaño.

-Ummm…-Furihata consiguió abrir los ojos, y se mostró bastante desconcertado, ya que no recordaba cómo había llegado hasta ese lugar que desconocía.

-Tranquilo, estás en mi casa. Estabas un poco tocado de más, así que decidí sacarte de la discoteca y traerte hasta aquí.-explicó Akashi al darse cuenta del desconcierto de Furihata.

-Ahh, vale.-dijo mientras salía del coche e intentaba reincorporarse, aunque se tambaleó.

Akashi lo sostuvo y cerró el coche.

-Parece que no estás aún en condiciones de andar, no hay otro remedio....-dijo mientras que cogía al castaño en modo princesa.

-¡S-sei, no hace falta que me lleves así, puedo caminar yo solo!-dijo Furihata ruborizado.

-Lo dudo, además, ya te he cogido así que vamos.

-No soy ninguna princesa que tenga que ser salvada…-dijo en un susurro Furihata pero que Akashi logró escuchar.

-Ya lo sé, Kouki, pero de vez en cuando puedes dejar que los demás te ayuden, ya que tú siempre estás ahí para los problemas ajenos, ¿verdad?-dijo Akashi mirándole a los ojos mientras subían por el ascensor.

Furihata se quedó absorto en los ojos del pelirrojo, y éste aprovechó para acercar sus labios a los del castaño. El de ojos chocolate vio como los labios del contrario se acercaban lentamente, y en vez de asustarse y apartarse, cerró los ojos a la espera del toque. Sin embargo, el sonido del ascensor que había hasta el piso indicado los distrajo y los dos volvieron a sus posturas anteriores. Una vez se abrió la puerta del ascensor Akashi salió del ascensor llevando aún en brazos a Furihata.

-Ya no hace falta que me lleves, Seijuro.-dijo Furihata, el cual se había espabilado después del casi beso, y que además estaba rojo por pensar en eso.

-Está bien.-acabó cediendo el pelirrojo bajando al menor.

Akashi buscó las llaves de su apartamento, abrió la puerta e invitó al castaño a pasar primero.

-Wou, es increíble.-dijo Furihata observando el lujoso espacio.

-Sí, la verdad es que me encantó al verlo. Sin embargo, lo que realmente me fascinó son las vistas que hay desde el balcón.

Akashi cogió la mano del castaño y lo llevó hacia el amplio balcón. Esta acción pasó desapercibida ante los ojos de un asombrado castaño. Una vez en el balcón, pudieron observar buena parte de Tokyo alumbrado solamente por las luces de la noche. Furihata quedó maravillado con las vistas.

-¡Vayaaa, es genial! Debes estar la mar de a gusto aquí.

-Sí, aunque a veces se hace un poco solitario.

-¿Por qué?

-Pues que desde aquí puedes ver a mucha gente pero no puedes estar realmente con ella, no puedes tocarla, no puedes hablarle, no puedes hacer nada, o al menos así lo veo.-dijo Akashi con un semblante decaído.

-Bueno, entonces lo único que tienes que hacer es bajar e invitarles a subir aquí contigo y disfrutar de las vistas.-dijo Furihata regalándole una cálida sonrisa.

Akashi se quedó un momento admirando esa sonrisa, intentando grabarla en su mente para siempre.

-¿Sei, estás bien?-preguntó el castaño preocupado al ver que no respondía.

El pelirrojo llevó una de sus manos hacia la mejilla del menor y la acarició suavemente para después acercarse al rostro del de ojos marrones, cerrando los ojos en el trayecto. Mientras el castaño también cerró los ojos y en su interior deseó que no se interrumpiera el beso. Finalmente, los labios de los dos se juntaron, para dar lugar al tan esperado beso. Después de unos segundos los dos se separaron y se miraron mutuamente.

Akashi reaccionó rápido y volvió a besar al menor pero esta vez de una forma más pasional. Furihata intentó responder al beso, pero estaba un poco desconcertado por la situación. Akashi fue llevando con cuidado al castaño hacia el interior de su casa, mientras lo seguía besando. Cuando llegaron a la habitación, Akashi dejó a Furihata sobre la cama y lo miró directamente a los ojos, como pidiendo permiso para continuar. Furihata entendió la pregunta y por una vez su lado tímido pasó a segundo plano, ya el beso lo había excitado mucho. Se acercó a la oreja del pelirrojo y le habló:

-Hazlo…-dijo en un susurro que acariciaba el oído del pelirrojo.

Este no se lo pensó dos veces y comenzó a besar el cuello del de ojos chocolate, mientras le iba desabrochando la camisa al castaño. Furihata comenzó a emitir leves gemidos que encendían más al pelirrojo. Cuando Akashi terminó de desabrochar la camisa del castaño y se la quitó empezó a lamer los pezones de este.

-Mmm...Seiii…

Después de escuchar eso, Akashi siguió con su tarea de desnudar al castaño, y comenzó a desabrochar el vaquero de este mientras daba besos muy cerca de la cintura del castaño, bajando poco a poco sus labios mientras iba quitando los pantalones. Cuando sus besos se acercaron a la ingle del menor, este dio un respingo. Akashi terminó por quitar completamente los pantalones y se incorporó un poco para ver el grandioso paisaje que tenía ante sus ojos. Su Kouki, solamente en ropa interior, con los ojos entrecerrados y la respiración agitada por el placer. Akashi comenzó a observar cada una de las reacciones del menor y se relamió los labios, sin duda éstas vistas eran mucho mejores que las del balcón.

-S-sei…

-¿Qué pasa, Kouki?-preguntó Akashi mientras besaba el cuello del castaño y lamía por detrás de la oreja de este, provocándole pequeñas descargas de placer.

-N-no es justo que s-sólo sea yo el que está d-desnudo.-dijo mientras evitaba la mirada traviesa que le mandó el de ojos rojos.

-Está bien.-dijo Akashi, y de repente cogió al castaño  y dio la vuelta, quedando el castaño encima del pelirrojo.

Furihata se mostró sorprendido por el cambio de posiciones.

-Ahora ya tienes toda la libertad que quieras para desnudarme.-dijo mientras sonreía.

Furihata comenzó a besar al pelirrojo, después con sus manos temblorosas cogió la camiseta del pelirrojo y fue alzando la camiseta hacia arriba lentamente, el mayor levantó los brazos para que pudiera quitársela sin problemas. Una vez fuera la camiseta, el castaño vio asombrado el torso bien marcado del mayor y acarició sus abdominales y sus pectorales suavemente, después fijó su mirada en los pantalones del de ojos rojos. Su indecisión se notaba en sus ojos.

-¿Qué pasa Kouki?¿No era esto lo que querías?-dijo mirando al castaño mientras le acariciaba la mejilla.

-E-es que es m-mi primera v-vez.-dijo Furihata bastante avergonzado, porque notaba que Akashi ya tenía experiencia en esto y él no tenía ninguna.

Akashi se mostró sorprendido, aunque ya había valorado la opción de que el castaño no hubiera tenido relaciones, el hecho de que este se lo confirmara lo tomó un poco por sorpresa, y le hizo pensar que el castaño sólo iba a estar con él, ya que él no tenía intención de dejarlo marchar otra vez.

-No te preocupes, Kouki, haré que lo disfrutes mucho y no tienes que tener miedo o vergüenza, hay confianza entre nosotros, ¿no?-preguntó Akashi mirando fijamente a los ojos del contrario intentando transmitirle seguridad.

-Confío en ti, Sei.-dijo regalándole una sonrisa sincera al pelirrojo.

Akashi besó los labios del menor y en un movimiento rápido volvió a la posición inicial, con el castaño boca arriba tumbado sobre la cama, y el pelirrojo sobre él. Akashi bajó de la cama, y Furihata se reincorporó un poco para ver qué pretendía el otro. Akashi comenzó desabrochar el cierre de su pantalón y los bajó de una, para después alejarlos con el pie, hacia algún lugar de la gran habitación. En ese momento estaban a iguales, los dos en ropa interior. El pelirrojo se acercó hasta el castaño.

-Kouki cierra los ojos…-le dijo en un susurro.

El castaño un poco tembloroso hizo caso. Oyó cómo el pelirrojo se alejaba un poco y abría un cajón para después cerrarlo, luego se acercó a él de nuevo. Poco a poco notó como las manos del de ojos rojos se acercaban a la goma su ropa interior y la bajaban lentamente por sus piernas hasta quitarla totalmente. El menor ahogó un suspiro, y el mayor quedó satisfecho, ya que el otro tenía una erección, por lo cual su trabajo había sido bueno.

-S-sei no mires.-dijo el castaño, el cual ya había abierto los ojos y se estaba cubriendo como podía.

-Kouki, no tienes que sentir vergüenza conmigo. Eres hermoso, déjame que te lo demuestre, cierra los ojos.

El castaño miró un poco desconfiado al pelirrojo.

-Bueno, también podemos esperar un poco a hacer esto, hasta que estés seguro. Nos acurrucamos en la cama y dormimos juntos, ¿qué te parece?

-No.

-Está bien, si quieres me voy yo al sofá.-dijo el pelirrojo levantándose.

-NO, espera.-el castaño se levantó rápidamente y cogió la mano del pelirrojo.-Me refería a  que no quiero dormir esta noche, quiero hacer el amor contigo Sei.

Akashi se mostró gratamente sorprendido por la franqueza en la que el castaño dijo eso.

-¿T-tú no quieres?-preguntó Furihata al ver el sorprendido rostro de Akashi.

-Claro que quiero, lo que pasa es que me has sorprendido mucho, pensaba que no te sentías seguro aún.

-Si es contigo sí que estoy seguro.-dijo mientras sonreía un poco avergonzado.

-Está bien, cierra los ojos, confía en mí.

Furihata cerró los ojos y volvió a la cama, tumbándose en ella de nuevo, Akashi comenzó a besar de nuevo cerca de la pelvis del castaño. El castaño, al estar con los ojos cerrados, tenía más agudizados sus otros sentidos, y notaba cada una de las caricias del pelirrojo como si quemaran su piel de una forma muy placentera. Akashi acercó sus manos hacia la base del pene del menor, este reprimió un gemido. Comenzó a masajear toda la zona y poco a poco fue subiendo su mano por el tronco del pene, hasta que llegó a la uretra, la cual comenzó a masajear haciendo que el cuerpo del menor se estremeciera. Después de más movimientos paró, de repente el castaño abrió los ojos al sentir la lengua del pelirrojo sobre su pene.

-S-sei, n-no hace f-falta que hagas eso.

-¿Acaso no te gusta?-preguntó Akashi para después seguir con su trabajo.

-C-creo que el p-problema es que me g-gusta demasiado, ngh…

Mientras tanto Akashi fue acercando sus dedos hacia la entrada del castaño. Ya anteriormente había sacado el lubricante. Así que comenzó a untar el viscoso líquido sobre sus dedos, para después acariciar lentamente el ano del menor, este empezó a gemir más alto, y después de unos segundos el pelirrojo metió el primer dedo en el interior del castaño, este último se mostró un tanto incómodo, pero el pelirrojo seguía estimulándolo. Comenzó a mover el dedo en el interior del castaño, al ver que se relajaba un poco metió el segundo y comenzó a moverlos en forma de tijera, intentando expandir más el orificio del castaño, para después meter el tercer dedo. Akashi empezó a hacer penetraciones con los dedos mientras que masturbaba al castaño, e intentaba encontrar el punto G del menor.

-A-ahh, S-sei.

El pelirrojo supo que había encontrado el punto de placer del menor y comenzó a hacer más estocadas con los dedos dirigidas hacia ese punto.

-Ngh...e-espera...S-sei…-Furihata no llegó a acabar la frase ya que se corrió en la mano del pelirrojo.

El castaño estaba muy agitado, pero tenía una gran sensación de placer por todo su cuerpo, tanto que había olvidado que el pelirrojo seguía con tres dedos en su interior.

-¿Qué tal Kouki?-preguntó Akashi al cansado castaño.

-Genial…-dijo un poco exhausto el menor.

-Que sepas que aún no hemos acabado.

El pelirrojo sacó sus dedos del interior del castaño, por un momento este último sintió un vacío. Inmediatamente después, el pelirrojo acercó su miembro hinchado por la excitación a la entrada del menor. Poco a poco metió la punta, y el de ojos chocolate se sobresaltó por la intromisión.

-Shhh, tranquilo, relájate y confía en mí, en unos momentos será placentero.

El pelirrojo intentaba controlarse mientras avanzaba lentamente, pero la estrechez y la suavidad del menor hacía que su tarea de autocontrol para no penetrarlo de una sola estocada fuera muy ardua. Finalmente dio un pequeño empujón para entrar totalmente en el menor, éste por un momento se quedó sin aire.

-No me voy a mover hasta que tú lo digas.-dijo Akashi con toda la convicción y fuerza de voluntad que pudo reunir en ese momento.

Akashi era consciente de que era la primera vez de Furihata y no quería que tuviera una mala experiencia, pero realmente le estaba costando mucho no moverse porque el interior del castaño era deliciosos y se ajustaba perfectamente a su miembro.

Después de un rato, el castaño comenzó a mover las caderas en busca de un mejor contacto, el pelirrojo entendió y comenzó a entrar y a salir un poco del castaño de forma lenta pero profunda. Unos segundos después el mayor aumentó el ritmo haciendo estocadas más rápidas. La veloz y continuada fricción entre el pene del pelirrojo y el interior del castaño hizo que rápidamente se comenzasen a escuchar gemidos y suspiros por las dos partes.

-Ahhh, Kouki, tu interior se siente fantástico.

-Ngh, Sei, m-más rápido.

El pelirrojo acomodó las piernas del castaño sobre sus hombros, con sus manos cogió las caderas del castaño, y empezó a hacer las estocadas de forma más frenética y profunda que antes. Con su pelvis empujaba hacia delante con fuerza y con sus manos movía las caderas del castaño hacia atrás, haciendo que el contacto fuera más certero y profundo. En la habitación únicamente se escuchaba los gemidos de los dos y el golpeteo de los testículos de Akashi contra las redondas nalgas del castaño, las cuales se estaban poniendo rojas por los golpes.

-Ahhh, Kouki, eres perfecto, dime ¿te gusta?.

-...

El castaño era incapaz de responder por las oleadas de placer que sentía, el pelirrojo le estaba dando todo el rato en su próstata, y su miembro se encontraba otra vez erecto. Cuando estaba cerca del clímax el pelirrojo tapó con su mano las uretra del castaño, impidiéndole eyacular.

-¡Sei! ngh...n-no hagas eso...

-Kouki, Kouki, Kouki no has respondido a mi pregunta de antes, dime ¿te gusta?-dijo con voz juguetona el pelirrojo mientras seguía con las estocadas en dirección a la próstata del castaño.

-¡Sí, sí me encanta!

-¿Qué es lo que quieres que haga?

-D-déjame correrme, por favor.

-Bueno, vale, pero voy a tener que salir de tu interior, no tengo condones.

El pelirrojo disminuyó sus estocadas para salir, pero el castaño lo sujeto.

-Hazlo dentro.

-¿Quieres que me corra dentro de ti?-preguntó el pelirrojo

-Sí, ngh..¡hazlo ya!-dijo el castaño extasiado por la excitación.

El castaño quito sus piernas de los hombros del pelirrojo y las posó a los lados para darle más accesibilidad al pelirrojo, éste comenzó a moverse frenéticamente sobre el castaño, mientras acariciaba la uretra de este pero sin dejar que se corriera. El menor puso sus brazos sobre el cuello del pelirrojo, haciendo que sus gemidos de placer llegaran directamente a los oídos del pelirrojo, encendiéndolo aún más. Finalmente el pelirrojo soltó el pene del castaño, el cual se corrió soltando un gran gemido mientras que su cuerpo se estremecía , haciendo que sus paredes internas se apretaran deliciosamente alrededor del miembro del pelirrojo, el cual no aguantó y se corrió en el interior del menor. Aún después de haberse corrido el pelirrojo seguía haciendo pequeñas estocadas producto del post-clímax, para después desplomarse sobre el castaño.

Los dos estuvieron un rato intentando regular sus respiraciones. Después de unos minutos cargados de respiraciones, el pelirrojo se incorporó y salió del castaño cuidadosamente. El de ojos chocolate tembló porque sintió frío al perder el contacto con el de ojos rojos, este se dio cuenta y fue a abrazarlo, mientras lo cubría con la sábana.

-¿Qué te ha parecido?-preguntó Akashi un tanto ansioso, porque aunque él no solía ser impaciente, la opinión de Furihata le era muy importante, y le carcomían los nervios por saberlo, aunque lo ocultara bien.

-Ha sido increíble… y a ti ¿te ha gustado?-soltó el castaño con las mejillas fuertemente sonrojadas.

-La mejor experiencia de toda mi vida.-dijo Akashi mirando dulcemente a los ojos del castaño.

El castaño se cubrió la cara de lo roja que la tenía, Akashi se echó a reír .

-¡No te rías!-dijo Furihata con un gesto de niño enfadado.

-Está bien, pero déjame ver tu cara.

-...

-Venga Kouki.

Akashi peleó un poco con Furihata hasta que le consiguió quitar la sábana de encima. Miró el rostro sonrojado del castaño y se acercó a darle un tierno beso en los labios. El castaño cerró los ojos hasta que dejó de sentir los labios del contrario.

-¿Qué te parece si dormimos un poco?-preguntó Akashi al menor al ver sus ojos cansados.

-Me parece bien.

Y antes de que el pelirrojo moviera un dedo, el castaño se acomodó en su pecho y cayó profundamente dormido. Por lo que Akashi se acomodó también y se quedó durmiendo pensando en que él no podría tener un sueño mejor del que ya había cumplido.

 


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