-Capítulo 1-
Tanto en las afueras de la mansión Kim como en su interior, el silencio era sutilmente acompañado por pequeños murmullos de varias sirvientas y otros personales de servicio de aquel lugar, la controversia que se había generado con la nada desconocida llegada de la familia nueva a la casa de junto era grande.
Pero la información sobre aquella familia era casi nula para el más joven de los Kim quien no mostraba ningún interés con respecto al tema.
Ya que en esos momento SeokJin tan solo se había preparado para salir a dar un paseo.
-TaeTae, apúrate, solo iremos al río, ¿qué tanto debes llevar?-
-Señor, usted sabe que las exigencias de la señora Kim sobre el cuidado de su piel en contacto con el sol son muchas.-
-…Puede ser… mi madre es muy molesta… ¡pero ya te dije que no me digas señor! ¡Aún soy muy joven para que me digan así!-
Comenzó a protestar el mayor por decimocuarta vez en aquella mañana haciendo que TaeHyung rodara los ojos. Ya llevaba alrededor de diez años viviendo con aquella familia.
SeokJin siempre lo había tratado como su igual, como si fuera su hermano y siempre esperaba lo mismo de este, más TaeHyung no quería meterse en problemas, ya que la madre del mayor le había recalcado que él solamente estaba viviendo allí como un sirviente más y que no debía faltarle al respeto a ningún integrante de la familia.
Jin en esos momentos se encontraba mirándose al espejo mientras se retocaba un poco el cabello y observaba con detenimiento su rostro, como si buscara alguna imperfección; alguna imperfección que Taehyung jamás creía poder ver, ya que para él todo en el mayor era perfecto y hermoso a su manera.
Luego de ver el reflejo del menor por el espejo frunció el ceño.
-¡¿Qué esperas?! ¡Vamos!-
Finalmente ambos salieron de la casa. Aún era temprano y el sol no parecía quemar tanto pero aun así TaeHyung abrió la sombrilla y se paró cerca de él mayor antes de caminar a su par.
La vista de TaeHyung se desvió por unos segundos en dirección de la mudanza habían muchos muebles grandes y nuevos más una persona logro llamar su atención, un joven de cabello negro y brillante que contrastaba mucho con su blanca piel, le daba un poco de pena ver aquella piel tan pálida siendo expuesta bajo el sol.
Sus pensamientos comenzaron a divagar más sus pies ya no se movían.
Los dedos de Jin rápidamente comenzaron a chasquearse frente el rostro del menor una y otra vez tratando de llamar su atención.
Cuando TaeHyung volvió en si parpadeó un par de veces y miró al mayor quien lo observaba con cierta molestia.
-Perdón… me distraje…-
-Sí, ya lo noté… ni que tuvieran tantas cosas, nosotros tenemos muebles más lindos.-
Comento el mayor rodando los ojos antes de seguir caminando haciendo que TaeHyung se apresurara y lo siguiera.
Ya llevaban varias horas en aquel lugar, SeokJin se encontraba comiendo una de las facturas que había llevado consigo mientras que TaeHyun se encontraba sentado en el borde del río con los pantalones arremangados y con sus pies descalzos dentro del agua.
-Este lugar parece que jamás cambiará.-
-hum~ -
Musito el menor con los ojos cerrados, le encantaba aquel lugar, no se encontraba ni muy cerca ni muy lejos de la mansión, y los empleados jamás iban por aquellos lares por lo cual ambos podían ser completamente libres allí.
-¿Recuerdas cuando éramos niños y nadábamos en el río?-
-Si… extraño esos tiempos…-
-¿Quieres nadar?-
Pregunto el mayor mirando a TaeHyung quien rápidamente lo miro con sorpresa. ¿Acaso el gran SeokJin estaba dispuesto a entrar al agua? Se preguntaba el menor hasta que el contrario lo mirara y sonriera negado con la cabeza.
-…Ni lo pienses, yo hay no me vuelvo a meter.-
-¡Pero el agua esta perfecta!-
Recalco el menor con una gran sonrisa en sus labios más Jin solo se rió y negó con la cabeza, TaeHyung soltó un suspiro y con una de sus manos tomo un poco de agua la cual se la tiró al mayor antes de levantarse y salir corriendo mientras se reía.
Jin se había sorprendido más no tardó en bajarse de la roca en la cual estaba sentado y comenzó a perseguir al menor; poco tardo en atraparlo y ambos cayeron rodando un par de veces entre las hojas cejas mientras reían.
En pocos minutos ambos se detuvieron con las respiraciones agitadas, TaeHyung se levantó un poco hasta quedar sobre el mayor, sus manos se apoyaron en el césped a cada lado de este y con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios lo miró a los ojos por varios minutos; las mejillas de Jin poco tardaron en calentarse, realmente extrañaba poder jugar y hacer tonterías con él menor, más él ya era grande y no podía seguir con aquello.
Miro los labios del menor por unos segundos y una conversación con su madre vino a su mente.
“-Ya estas bastante grande SeokJin… deberías de dejar de jugar tanto y comenzar a ponerte cerio, ¿Siquiera has pensado en asentar cabeza?-
-Pero madre yo no me quiero casar aún.-
-¡Tonterías! Ya mucho tengo con que me digas que eres gay ¿sabes la vergüenza que debo pasar cada vez que me preguntan si ya tienes novia?... Mis amigas siempre me presumen que todos sus hijos ya están casados y siempre me ofrecen alguna hija, amiga o sobrina para que te la presente.-
Comentaba la mujer mientras le daba una calada a su cigarrillo. Jin estaba molesto, pesto que las pocas conversaciones que podía tener con su madre eran sobre el mismo tema. Con su padre ya ni se molestaba por hablarle, después de todo él le había aplicado la ley del hielo desde que dijo que era gay; aunque tampoco le afectaba mucho, después de todo su padre casi nunca estaba en su casa.
-Y con respecto a ese tal TaeHyung… por favor cariño tú te mereces algo mejor no quiero que un día vengas y me digas que te enamoraste de él.-”
Tal vez su madre si tenía razón, tal vez él si se había enamorado de TaeHyung.
Soltó un suspiro y aparto la vista hacia un costado haciendo que el menor solo se apartara de él mientras Jin giraba y le daba la espalda.
SeokJin estaba muy acostumbrado a los lujos y atenciones, para él el amor era algo sumamente innecesario y admitir su amor por TaeHyung significaba renunciar a todo y conformarse solo con amor.
Podría ser aquello lo que finalmente llenarían aquel sentimiento de vacío en su pecho… más Jin no se conformaría con eso.
-¿Podemos volver?
-…Claro volvamos…-