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Pigmalión por ritsuka10

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YongGuk tomó asiento sobre un banco y colocó una taza de café sobre la isla que estaba en su cocina, su mirada se enfoco en un chico de cabellos rubios que descansaba sobre un desgastado sofá, una manta color azul lo cubría.  JunHong se había quedado dormido la noche anterior, una mediana sonrisa se dibujó en su rostro del administrador, la presencia de ese individuo le daba un cierto brillo a la vieja sala, el cabello rubio brillaba gracias a que rayos de Sol se colaban por las ventanas. El administrador le dio un sorbo a su café, una mueca de alegría se extendió al notar esas pestañas parpadear incesante, JunHong saltó fuera del mueble al percatarse que no descanso en su cuarto, giro la mirada al hombre detrás de una mesa.

 

Bang se puso de pie levantó  la olla de café, invitando al menor a desayunar. JunHong tomó asiento al otro lado de la isla, sorbió un poco de líquido negro dejado en el interior de una taza con dibujos infantiles. El olor a huevos frito con tocino llegó a sus fosas nasales, miro la espalda del hombre, era más bajo que él y más delgado pero su estructura era bastante masculina, tan diferente a Kibum, extrañaba a su ex, al escuchar canciones, mirar películas los recuerdos con él lo agobiaban deseaba mirar hacia delante pero no evitaba echar vistazos atrás.

 

—Como administrador eres un fraude pero como novio.— Jun agregó dando un movimiento de aprobación, el rubio disfruto del desayuno mirando de reojo a su anfitrión que solamente comía tostadas con mantequilla y café negro, extendía el periódico como un anciano que prefiere maltratar el medio ambiente a consultar las noticias online.— Hazme caso querido.  

 

El rubio colocó los codos sobre la mesa y estiró su cuello para molestar a su compañero quien al escuchar el adjetivo bajo el papel y mostró una cara cargadas de cuestionamientos. JunHong parpadeo tiernamente como si fuera un gato perdido en busca de un dueño. Bang torció los labios y también acercó su rostro si se trataba de jugar el haría lo mismo.

 

—Siempre tienes mi atención “querido”.—Secundo el mayor dibujando una seductora sonrisa.— Es imposible apartar la vista de tan perfecto ángel.

 

Bang estiró la mano para acariciar esos revoltosos cabellos. Jun no se quedó atrás y ronroneo como una felino, ambos personajes emitieron una sonrisa, así es como se enamoran los amantes, cómo se sincronizan los corazones. Bang no podía evitar dejarse llevar por tan mágica conexión. Jun cerró los ojos, deseaba que ese personaje mirándolo tan intensamente fuera Kibum, lo extrañaba tanto, se dejó llevar por las caricias del administrador, necesitaba ser reconfortado.



JongUp abrió los ojos descubriendo que su cabeza descansaba en una almohada de “piel”, percibió unos brazos aferrados a su cadera, un aliento golpeando la nariz,  saltó fuera del sitio causando que cayera al piso con el “extraño” pelirrojo encima suyo. HimChan lanzó un quejido al ser arrastrado por el suelo después de caer del sofá, se encontraba aturdido por el repentino golpe. Ambos personajes se pusieron de pie sobandose las lesiones musculares por la caída.

 

—No puedo creer tu.—El menor señaló la entrepierna del pelirrojo, el personaje sufría de una erección mañanera, su pantalón era una campaña.—La estuviste rozando contra mi trasero.

 

El Universitario tenía una mueca de desagrado, era bastante asqueroso pensar que un hombre estuvo rozando su hombría en sus firmes pompas.  Ese sujeto llevaba pegado a él por más de 24 horas, era continuamente acosado por esa pelvis,  ¿no se suponia que tenia casa? ¿Era un vagabundo? ¿Por qué diablos lo abrazaba?  ¿Porque tuvo una erección con él? ¿Porqué no se disculpaba por el matutino acoso?, ese hombre lo envolvia en una serie de rompimientos de cabeza nunca antes pensados.

 

—Necesito cafe.—HimChan  artículo como un zombie caminando hacia la cocina rascando su abdomen. —No puedo pensar sin cafeína en el sistema.

 

El pelirrojo busco alguna cafetera o ingredientes para preparar un café instantáneo, al encontrar lo necesario se dispuso a detectar también ingredientes para preparar el desayuno. Ignoro los berrinches, reclamos del ruidoso anfitrión para concentrarse en bajar la casa de campaña en sus pantalones y crear un básico menu para terminar de despertar.  JongUp seguía con la mirada fija a tan peculiar amigo, le agradaba el administrador pero su amigo le comenzaba a parecer insoportable, aprovechado y pervertido.  

 

—¿pancakes o huevos revueltos? .—El hombre de cabellos rojos cuestionó abriendo la alacena, JongUp meditó la respuesta tranquilamente.— Decide rapido.

 

El universitario eligió los pancakes, decidió correr al intruso después de que desayunaran, él también tenía mucha hambre, le parecía molesto, encajoso, chismoso y metiche pero cocinaba demasiado bien además sospechaba que su chef Jung no iba a volver, ayer no prestó mucha atención a la discusión pero si alcanzo escuchar como Jae maldecía, y lanzaba miles de palabras groseras al chico de piel morena que golpeó por varios minutos la puerta sin recibir respuesta. Ahí se fue su chef personal de comida deliciosa y debían volver a la comida instantánea debido a que ninguno de los 3 habitantes de ese departamento podían encender la estufa sin iniciar un incendio.



YoungJae caminaba por las calles de Seúl con una cámara nikon  D810  colgando en su cuello y  una mochila en la espalda, esa mañana de sábado quería fotografiar algunas piezas para su clase extracurricular, la tarde anterior fue saboteada por su vecino, también esa mañana trataba de huir de sus desagradable presencia, no soportaría verlo después de provocar que su cama ahora estuviera rota.  La mala suerte lo acompañaba desde el segundo que se volvió a cruzar en su camino ese revoltoso chico, inflo las mejillas molesto solo pensar en él le causaba una terrible desesperación interna.  Se adentro al subterráneo para subir al metro  y dirigirse a un parque cerca del río Hang.

 

DaeHyun caminaba acompañado de sus ruidosos amigos cuando levanto la mirada captó una conocida figura, en una de las estaciones de metro alcanzó a ver a YoungJae, entonces que recordó lo que hizo la noche anterior, mordió su labio inferior, se sentía culpable ya que también parecía que causó que peleara con su amigo. Se dio media vuelta para continuar con su camino pero los sentimientos de culpa lo atacaron, miró a  sus “amigos”, eran un grupo numeroso, ruidosos y guapos, atrapaban la atención de las personas.  Volvió a echar  un vistazo al pelinegro de lentes, era como un cachorro perdido, solo, se golpeo mentalmente por tener un corazón tan débil, se disculpó con sus amigos y corrió en dirección a donde Jae subía a una línea de metro contraria.

 

YoungJae sintió un par de manos aferrándose a su cintura por la espalda,  miró de reojo y una conocida sonrisa hizo acto de presencia, ahí estaba el terrorista del que tanto huía, lo arrinconó al otro extremo del vagón en la puerta, maldijo al destino por ser tan cruel con él.




El administrador Bang y el universitario Choi pasaron toda la mañana conversando, o mejor dicho el segundo acaparó la atención cuestionando las actividades que realizaba el primero, lo acompañó a verificar el estado de los tinacos, barrieron juntos la acera, lobby y primer piso. Jun no volvió a su departamento más para sacar una gorra y cambiarse de ropa debido a que debía tener el look perfecto para realizar labores de jardinería con el administrador. Cada uno de esos gestos le parecieron demasiado tiernos y dulces a Bang, era la primera vez que conocía a un joven inocente y tan vanidoso.

 

—No puedo creer que este sea tu transporte.— Un rubio miraba decepcionado la motocicleta, tipo repartidor de ramen estacionada detrás del edificio.— Mi novio no puede usar esto, voy a causar lastima si me ven llegar en esto.

 

—No  ofendas a Audrey.— Dijo el administrador lustrando con un trapo los espejos de aquella moto scooter color blanca, a la que tanto le tomó cariño.— ¿qué clase de novio quieres que sea?

 

El rubio llevó el dedo índice a su barbilla, pensó detenidamente la respuesta, su nuevo galán debía ser todo lo contrario a KiBum, rebelde, desinhibido y sobre todo valiente. Caminó hacia el administrador peino todos esos rebeldes rizos hacia atrás, ese hombre era un brillante en bruto, tenía madera para ser el líder de una pandilla o jefe de la mafia, usaría esa aura para moldear al chico perfecto. Una encantadora sonrisa se dibujó en esa piel color nieve, un escalofrío recorrió la columna vertebral del mayor, tuvo la sensación de que no se venían cosas divertidas.



JongUp saltaba de alegría, ahora estaba empatado, después de desayunar, recoger la cocina y sala los dos “amigos” decidieron ir a la zona de videojuegos de un centro comercial cercano, era necesario que salieran a tomar algo de aire. El universitario olvido su idea inicial de correr al perverso pelirrojo debido a su aburrición y soledad esa mañana de sábado. HimChan en un inicio quiso volver a casa pero los mensajes de su prometida lo acorralaron, era consciente que se comportaba como un niño, un adolescente haciendo un berrinche pero no podía continuar con los preparativos para la fiesta de compromiso, dudaba en si era lo correcto casarse con su novia, aunque era su deber.  

El pelirrojo volvió a retar a su nuevo amigo a jugar una partida extra en otro videojuego de carreras, el universitario aceptó encantado, durante ese tiempo de juegos también conversaron de distintas cosas, confesiones personales saltaron entre los comentarios, sabían el nombre de pila de cada uno, recuerdos de infancia, gustos por cierta comida. El mayor también dejó entrever la su razón por no querer volver a su realidad, le temía a las  responsabilidades difícilmente eludibles, ya no era un adolescente, ni un chico universitario era un adulto que cometió un error y decía confrontarlo.

 

— He ganado así que debes pagar.— Comentó seriamente el chico de rayos rubios haciendo frente a los bostezos del pelirrojo.—Es momento de volver a casa.

 

HimChan asintió, esa última partida de ping pong virtual fue perdida conscientemente, ambos amigos apostaron que si JongUp ganaba el intruso debía volver a su realidad y hacer frente a los problemas.

 

—Esta bien.—El mayor dijo con una mediana sonrisa extendiendo la mano, ese chico era maravilloso.—Pero antes vamos al cine y prometo dejarte en paz.

 

JongUp estiró la mano para sellar el trato,  cuando aquellas  pieles entraron en contacto una descarga eléctrica recorrió su columna vertebral, ese extraño sujeto parecía haberse convertido, en corto tiempo, en alguien importante, nunca con otro ser humano se sintió tan identificado, parecían ser amigos íntimos de años cuando apenas llevaban menos de 48 horas de conocerse. Caminaron en dirección al cine mientras observaban por los aparadores algunas prendas, platicaban de viejos cortos animados, la diferencia de edad era amplia pero sus mentalidades corrían por el mismo cauce.

 

YoungJae pedaleaba con fuerza para ganar la carrera sostenida con su eterno rival, en un inicio le discutió el acoso en el metro pero el chef se disculpó de manera formal y gracias a sus dotes de buen actor logró conmover las fibras más sensibles del menor.

DaeHyun convenció a su “amigo” el dejarlo acompañarlo a su paseo sabatino, le propuso ser su asistente en la sesiones fotográficas, en cuestión de minutos el menor olvido la razón de la pelea ya que se divertía alo grande con las tonterías del chef.

 

—Eres bueno en esto.— Comentó tomando aire el castaño, estaciono la bicicleta a un lado donde estaba YoungJae.— Sally nunca pensé que tuvieran tan buena condición física.

 

El mayor trataba de tomar aire mientras sus ojos observaban al menor sentarse es una banca, el día se fue bastante rápido, cuando el hambre los alcanzo a medio día fueron a comer a un mercado cercano, disfrutaron de su compañía, pasaban la mayor parte del tiempo peleando por pequeñeces. Ambos personajes se tumbaron sobre el césped verde y observaron las embarcaciones pasar  a lo largo del río Hang.  

 

Notas finales:

Espero les guste, en verdad leo sus reviews, muchas gracias, muchas gracias, gracias por su apoyo.


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