Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

My King por MiRoApril

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El viaje a la cama había sido el más complicado. Tras dejar las copas de vuelta en el lugar, acomodo su camisa abriendo unos cuantos botones mientras caminaba hasta Sunghee quien se encontraba aun en su ropa interior. Era una mujer hermosa, y aunque podría ser excitante para cualquiera, a él solo le causaba nerviosismo verla así. Intentarlo no parecía mala idea, ahora si se sentía como si fueran dos desconocidos, aunque creía que de ser así sería más fácil tomarla, pero ya le conocía, era una estupenda mujer, su mentalidad no cualquiera la tenía, una princesa que no actuara como las demás, que no fuera la típica hija del rey que adoraba todo, solo oro y el tener un esposo apuesto como se suponía que le trataban a él, era por ello que tomar el cuerpo de Sunghee se le hacía tan complicado.

 

Se acomodó a su lado en la cama, podía notar en la mirada ajena el mismo nerviosismo que él, pero le tomaría la palabra y lo intentarían una vez al menos, tenían una semana para darle al pueblo el anuncio que esperaban en unos cuantos meses. En momentos como ese consideraba que las creencias que tenía el pueblo eran bastante malas, todas habían sido metidas en sus cabezas por los antepasados que creían que la unión matrimonial traía un fruto de amor verdadero, ese era el heredero al trono. El cálculo del ciclo que cumplía una mujer se había estudiado con el fin de que ese fruto se llevará a cabo en el mismo transcurso de tiempo. Las mujeres concebían un hijo durante nueve meses en el vientre, si se llevaba la cuenta perfectamente, los nueve meses caerían precisamente en el mes del matrimonio, por ende sería un fruto del amor. ¿Quién creía eso? Claro su pueblo. Ambos príncipes habían nacido así, JaeJoong y Sunghee, por ende el pueblo creía que al tomar el trono todos los problemas del reino mejorarían, era un nuevo reinado, estaban esperanzados en la nueva pareja.

 

Tomo a Sunghee de la barbilla para acercarse a sus labios. El beso fue lento, nada en comparado a lo que debería estar subiendo su temperatura. Debía dejarse de juegos, así que tomo finalmente la iniciativa, era un hombre, debía mostrarse como uno. Entreabrió sus labios buscando una mejor conexión con los ajenos, aunque el tomar la boca de esta no era como Yunho lo hacía con él, así se sentía, como si estaba tomando la posición del moreno en ese momento. Entonces, lo tomaría de ejemplo.

 

Ubico con cuidado el cuerpo de la mujer en la cama, la tomo de la cintura en todo momento para tratarla con delicadeza, pero no se tomó más tiempo en acariciarla o algo parecido, al contrario, sus manos tomaron las cuerdas del corset y las deslizaron hasta soltar las amarras. Sin dejar la boca ajena comenzó a retirarlo, cuando este finalmente dejo de forzar el cuerpo de Sunghee por una figura perfecta, sus senos retomaron su forma, abultados y pronunciados. Con sinceridad, el tocarlos aunque sea por sobre la tela le excito, de los nervios.

 

Pudo escuchar un gemido ahogado en sus labios cuando toco los senos de la mujer, estaba avergonzado, Yunho no hacía algo como eso con el porque claramente no era una mujer, ¿Cómo seguir su supuesto plan de seguir al moreno con Sunghee? Retiro las manos del lugar para tomarla por la cintura, dejar sus labios y llevarlos hasta su cuello, pequeños y suaves besos en la piel. Era un hombre, tenía sus necesidades, probablemente Sunghee creería que el contacto con ella, sus suaves gemidos le estaban excitando, porque si, estaba sintiendo su parte baja completamente dura, pero no era precisamente por ella, en realidad eran las imágenes en su cabeza de Yunho sobre su cuerpo realizando esas mismas acciones con él. Su imaginación le estaba jugando en contra.

 

Cuando su mirada se encontró una vez más con los ojos de Sunghee, pudo notar en sus mejillas un ligero color, no distinguía si era de lo avergonzada que se encontraba o simplemente por el calor que estaban sintiendo.

 

—Dime si quieres que me detenga, ¿Si? No quiero obligarte a nada.

 

—Lo haré. —Pronunció ubicando ambas manos alrededor de su cuello. — Tu también se honesto, por favor. Tampoco deseo obligarte.

 

—Es extraño…

 

—¿Lo es?

 

—No pensé que te preocuparías por mí de esa forma.

 

Sunghee sonrió.

 

—Ambos estamos en la misma situación JaeJoong-shi, esperan de ambos… Esto. Pero no por ser mujer debo olvidar que tú también tienes pudor…

 

—Eres extraña. Me agrada eso…

 

—¿Por qué? ¿Por pensar en los demás?

 

—Porque no existen mujeres que piensen de esa forma.

 

—Todos creen que solo estamos para tener hijos.

 

—Tienes razón. Pero vi con mis propios ojos a mi madre cuidando del reino, y creo que tu podrías hacer las mismas cosas…

 

—Mientras el pueblo no se entere que una mujer está tomando decisiones…

 

—¿Por qué creen que no pueden hacer nada? ¿Quién dijo eso?

 

—Hay muchas cosas que no se explican ahora, todos creen en la iglesia, en dios. Supongo que nadie podrá creer en nosotras mientras se diga lo contrario.

 

—Yo creo en ti Sunghee…

 

—Eres demasiado dulce JaeJoong.

 

Con una sonrisa en los labios, la mujer se acercó robando un corto beso de los labios ajenos.

La situación había tomado otro rumbo, todo lo que era lujuria se había convertido nada más en una escena de cariño y sinceridades por parte de ambos. Los besos de su esposa no era que no significaran nada, de hecho los tomaba como un sello de amistad, ya que no le provocaban otra sensación diferente, aunque era obvio que un beso no dejaba de cambiar el significado, mucho menos cuando se decía que la unión de los labios solo era por una razón, amor o lujuria.

 

Acomodo sus brazos, aun se encontraba sobre el cuerpo de la contraria, eso no facilitaba las cosas, ya que de sus propios pensamientos por Yunho su excitación apareció y su erección estaba dura, al menos no se avergonzaría por un efecto que quizás la princesa no provocaría en él. ¿Qué le diría si un día deseaba tener sexo y su pene no se erectaba? Sería una clara vergüenza, para el y una flecha justo en el orgullo de la mujer.

 

Antes de que se arrepintiera, sus labios tomaron una vez más los contrarios con el fin de no ver sus ojos, era eso o ver el rostro de la mujer y rehusarse a continuar sus movimientos. La fina tela le permitía sentir los senos de Sunghee, aunque como toda asiática no eran demasiado pronunciados, tenían lo suyo, como una de las pocas que tenían los senos redondos y notables. Podía sentirlos contra su pecho, el simple roce le ponía nervioso, pero debía admitir que igualmente tenía cierta curiosidad, después de todo era un hombre y humano, no por estar enamorado de Yunho no tendría curiosidad en sentir esos bultos bajo su cuerpo.

 

Para que Sunghee no notará su nerviosismo en sus labios, los llevo hasta el cuello de esta, un suave roce que era nada más de la respiración agitada que producía estar en esa posición, afirmarse en sus codos, mantener el equilibrio con sus rodillas, la posición era bastante diferente a la que había probado con Yunho, ya que en esas condiciones el moreno se encontraba tras su espalda y el podía fácilmente cubar su espalda para la comodidad, ahí debía mantener una posición en sus cuatro extremidades para evitar aplastar a su mujer.

 

Busco deshacerse de las telas superiores de Sunghee, quería acabar cuanto antes con su curiosidad y si se vería satisfecho o no con respeto a tocar directamente su piel. Introdujo sus manos bajo esa fina tela que cubría sus senos y los toco. Acaricio los dos grandes bultos atrapándolos entre sus manos, simples masajes que le ayudaban a dimensionar el tamaño que tenían, caían perfectamente en sus manos, con esto las caricias eran más sencillas, podía acariciar parte de su cuerpo y atrapar igualmente los senos de esta. Cuando el pezón se vio estimulado por sus pulgares, Sunghee dejo salir unos cuantos gemidos que logro escucharlos a la perfección al tener su pabellón auditivo cerca de la boca de esta, sus labios aun se encargaban de dar unas cuantas caricias al cuello de la fémina.

 

Podía funcionar, estaba seguro de eso, estaba pasando las pruebas poco a poco, ya al menos estaba acariciando la piel de esta sin pudor alguno, el problema llego cuando la princesa busco estimularlo de la misma forma. Las telas pronto desaparecieron, se encontraba su pecho desnudo rozando los senos de esta, se estaba excitando ante el contacto. Con las manos de Sunghee escabulléndose entre sus cuerpos, elevo un tanto sus caderas para dejarle acariciar su erección, pero el simple contacto, no causo esa corriente que Yunho creaba en él, aun así claramente tuvo respuesta de su excitación, el cuerpo estaba lleno de puntos sensibles, y uno era su pene. Era un hombre.

 

No quería sentirse avergonzado ni nervioso, solo. De igual forma dejo que sus manos bajaran hasta encontrarse con las únicas delgadas telas que le impedían el contacto directo con la vagina de su mujer, aunque tras unas cuantas caricias pudo notar que la zona se humedecía, con eso se sentía “realizado”,  había logrado excitarla pese a no tener experiencia y que todo lo que estaba haciendo eran movimientos que Yunho utilizaba con él.

 

¿Yunho lo trataba como una mujer? No, no se pondría a pensar estupideces a esas alturas, simplemente lo tocaba y acariciaba como el lo deseaba, tomar sus movimientos no quería decir que eran directamente para una mujer, además, fue por instinto y más que nada para no perder su orgullo que recurrió a esos movimientos.

 

Había recorrido un largo camino, estaba a nada de deshacerse de esas ultimas telas y comenzar directamente el acto sexual. Ambos estaban listos y preparados pero su pudor no les permitía más, el por su parte, ya se sentía mal por “engañar” al moreno, aunque no lo hacía directamente. Yunho sabía que su intención no era esa, si tan solo tuviera una posibilidad de evitar todo eso, no estaría casado ni mucho menos pensando en como separarse de  Sunghee sin que esta notara que no deseaba llegar más allá.

 

Su mano fue detenida por la contraria, aunque debía sorprenderle, le tranquilizo, era increíble como ambos podían sentirse de igual forma, causaba cierto escalofríos la conexión que tenían, como si se tratara de una vida paralela.

 

—No…—Pronunció la mujer con una voz agitada. — No estoy lista JaeJoong.

 

Alejo sus manos del cuerpo contrario para mantener su equilibrio sosteniéndose sobre sus palmas.

 

—Tranquila…—Susurro. — No tenemos que hacerlo hoy.

 

—Eres increíble, ¿Lo sabías?

 

—¿Por qué? ¿Por respetarte?

 

—Si. Me han contado tantas historias que el miedo siempre existió, aunque deje de sentirlo desde que te conocí… Tu no eres como los demás príncipes JaeJoong.

 

—Ni tu como las otras princesas.

 

Sunghee ante sus palabras dejo salir una leve risa.

 

—¿Por qué te ries?

 

—Hacemos la pareja perfecta JaeJoong. ¿No crees?

 

Acompaño a Sunghee en sus carcajadas.

—Tienes razón. Creo que es el único matrimonio en años que tiene esta conexión.

 

—Tu lo dijiste. —Suspiro suave. — Es una conexión, con sentimientos aunque no de pareja.

 

—Es suficiente para un reino.

 

—Pienso lo mismo.

 

Existió un silencio, no incomodo pero extraño por parte de la mujer.

 

—Debimos conocernos en otra vida JaeJoong.

 

 

 

El día era una montaña de emociones, despertar al lado de su esposa, ambos completamente vestidos y con una distancia razonable entre sus cuerpos, era un buen inicio, uno que se destruyó por completo cuando accedió a seguirla para asegurarse que su caballero se encontraba en perfecto estado. Dejo la habitación de Changmin con su mujer ahí, aun con el caballero herido sabía que era capaz de protegerla, pero no aguantaba estar en un lugar donde se encontraba el más alto por varias razones, una era espáticamente que había pasado la noche con su guardia personal. Aunque consideraba cortarle la cabeza, era algo imposible, si lo mataba se creaba una guerra con Baekje puesto que Sunghee no se lo perdonaría, además de estar condenando a Yunho y a el mismo, si la razón de su ejecución era ir contra la iglesia, el igualmente sería ejecutado.

 

De la tranquilidad de la mañana a un humor que en definitiva necesitaba matar a alguien. Como esperaba Yunho llego sin llamarlo hasta su oficina, seguramente porque Sunghee lo había ayudado a encontrarle, pero ahí estuvieron discutiendo más de lo que esperaba, es que no tenía caso, los celos no eran una emoción que acostumbrará a tener, por ende no sabía controlarse.  En vez de preguntar directamente lo que había sucedido, saco sus propias deducciones de los acontecimientos, aunque Yunho no demoró en quitar toda esa basura de su cabeza.

 

 

—Yunho.. —Susurro una vez más. — Dije que teníamos una larga reunión.

 

Su voz sonaba apagada por la culpabilidad que sentía, había armado todo un escándalo que el moreno no merecía, pero los ceros no eran algo que lograra controlar, ahora lo sabía. De hecho, no era que alejaría a Yunho si todo lo que pensaba era real, estaba tan cegado por los celos que no pensó en nada mejor que…

 

—¿Es sobre el ataque?

 

—Es una mentira…—Dijo en una voz delicadamente sensual.

 

Sexo.

Si Yunho había pasado la noche con el más alto por satisfacción sexual, el lo haría mucho mejor, lo provocaría, le mostraría que el podía ser mucho mejor que Changmin, le diría las mil veces que lo amaba para que entendiera, fue la solución más cercana que pudo tener, la otra los arriesgaba a los tres a la muerte.

 

—¿Por eso organizabas el escritorio? —Dijo tomando la cintura del contrario atrayéndole a su cuerpo.

 

—No precisamente…

 

—Me alegro, porque de todos modos lo vamos a desordenar.

 

—Podemos fingir una pelea…—Susurro sobre los labios del moreno.

 

—Mientras tus gemidos suenen como quejas—Sonrió. —Será creíble.

 

—Hazme tuyo..

 

—Tú ya eres mío.

 

 

No sabía cómo explicar lo bien que se sentía besar al moreno, no quería comparar pero era obvio que no existía alguna respuesta de su cuerpo con Sunghee, Yunho lo llevaba a los cielos, apenas le sostuvo de la cintura contra su cuerpo, logro sacar un gemido de sus labios. Los suspiros no demoraron en aparecer y su cuerpo por si solo reaccionaba a abrazarse al cuerpo ajeno en busca de un mayor contacto físico. Las telas ya eran una molestia, el calor corporal creció en cuestión de segundos. Su cuerpo fue alzado por los brazos contrarios, entre besos llegaron al borde del escritorio donde al ser tomado por los muslos termino sentado sobre este. Gran parte de sus cosas terminaron en el suelo, el escritorio se balanceo con su peso y sus movimientos en ayuda del menor, mientras este tomaba sus telas las retiraba generando que más cosas cayeran al suelo, ni siquiera el ruido les molesto, nada los detendría.

 

—Tu también…—Pronunció entre jadeos y suspiros. —Quítate todo…

 

Su cuerpo buscaba a gritos ese roce de pieles. Luego de tomar la camisa del moreno la quito arrebatando unos cuantos botones que tendrían que arreglar pronto. Sus criadas podían encargarse de eso, pero la necesidad de tenerlo desnudo contra él era grande.

 

—Eres mío JaeJoong. — Dijo el moreno contra su oído mordiendo sin piedad el lóbulo de su oreja.

 

Gimió. Gimió cubriendo su boca con fuerza, mordió la palma de su mano para continuar con esos jadeos ahogados. Yunho tomo su erección jugando con esta y el no demoro en buscar la contraria.

 

—Quiero comerte. Nhm… Dejame—Jugo con su índice sobre el glande del contrario.

—Te quiero contra el escritorio. Ahora. —Ordeno el moreno.

 

—No. — Se quejó. — Necesito comerte primero.

 

Con la poca fuerza que tenía empujo el cuerpo de este no para dejarlo lejos, sino para darse el espacio necesario para bajar del mueble, inclinarse y tomar lo que ahora sería su almuerzo.

 

—Te lo voy a cortar si no acabas en mi boca Yunho.

 

La amenaza causo serios escalofríos en el cuerpo del moreno, siempre tan directo, no estaba con rodeos cuando deseaba algo, así como le pidió terminar en su interior, también deseaba probarlo.

 

—Mierda. JaeJoong.

 

—No te dejaré metérmela si no me das lo que deseo.

 

—Aquí no, JaeJoong. Agh…

 

Aun cuando se quejaba de realizar lo contrario, el moreno no hacía nada en absoluto para moverlo de su posición, eso le excitaba más, ya que con tan solo tener sus labios sobre la erección de este y que no le alejara significaba que también lo deseaba, por mucho miedo y nervios que presentará.

 

Le gustaba elevar la mirada al rostro del moreno mientras él se encargaba de lubricar con su propia saliva la extensión. Con su diestra se ayudó para generar un lento movimiento masturbándolo en lo que su boca seguía haciendo gran parte del trabajo. Se ayudó con movimientos de su cabeza, más su sinhueso a la hora de jugar con su glande. El ritmo lo mantuvo lento con el fin de tener la aprobación del moreno, si este lo disfrutaba o no, si tenía efecto más bien. Una vez que su mano se ubicó en sus cabellos despeinándolo y tironeando de ellos es que aumento el vaivén de su cabeza contra el pene del menor.

 

—Agh.. JaeJoong. Dios.

 

Como le excitaba escucharlo. Quizás sonaría mal si lo decía de hecho era un comentario que se guardaría puesto que no sabía de la reacción contraria, pero le estaba gustando que tirara de sus cabellos y le obligara a meter su extensión a su boca con fuerza, así aumento el ritmo y se vio en la necesidad deslizar su mano entre sus piernas en busca de su propio problema.

 

No se sentía igual masturbarse que ser tocado por el moreno, pero se estaba conformando por escuchar los gemidos contrarios cada vez que su glande tocaba las paredes de su boca. Ahogo unos cuantos gemidos por tener su boca ocupada, el sabor de Yunho ya podía sentirlo, poco a poco estaba apareciendo en su boca. Cuando el moreno tomo su cabeza se preparó para recibir lo que deseaba. No dudo en tragarlo sin ni una sola mueca, lo había disfrutado.

Sin importarle al moreno que se encontrara con la boca aun con el sabor de su esencia, le tomo hasta atraerlo a su cuerpo, lo beso con desesperación y obligo a girar contra el escritorio. Su excitación aumentaba por el brusco trato del moreno, el como tomo sus piernas para subirlo por completo al escritorio dejando su trasero alzado a su visión. Cuando ya le parecía extraña la posición, sintió la lengua de este en su entrada y sus manos en sus testículos.

 

—Agh…Yunho. —Gimió cubriendo su boca una vez más. — No me hagas esperar, por favor. Nhm…

 

—Shh… —Le calló. — Van a descubrirnos. ¿Quieres eso?

 

—Nhm.. Que vean que solo puedes hacer conmigo esto.

 

—Te encantaría que te vieran así, ¿Eh?

 

—Callate. Hazlo. Solo hazlo…

 

Una vez más en los brazos ajenos, simplemente para bajar sus piernas al suelo, e inclinarse contra el escritorio. Yunho tomo sus caderas con fuerza y lo penetro sin más. El dolor que sentía no le permitía quejarse, todo ese dolor le excitaba más, y aunque el moreno espero por su costumbre antes de moverse en su interior, el fue quien le insistió que continuará.

 

En definitiva… Tener sexo con su esposa seria un gran problema. Por su cuerpo. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).