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My King por MiRoApril

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Su día no pudo comenzar mejor. Parecía un hombre nuevo, la felicidad irradiaba de él, fue incluso tan sorprendente para los guardias que le escoltaron hasta su oficina, ya que su sonrisa no podía desaparecer de sus labios, tal y como levantarse después de una noche con Yunho, solo que esa noche la había pasado con su esposa y no precisamente en sexo. Así es, había pasado una hermosa noche con su esposa, su mejor amiga, sin duda podía ocupar ese título, después de todo el anillo que los unía no significaba nada y el verdadero título de pareja lo tenía el moreno.

 

 

Su lectura no avanzaba, estaba perdido en sus pensamientos con cada una de las palabras que había tocado con Sunghee, podía sentirse tranquilo, sabía la verdad, su mujer también, ambos estaban enamorados de sus guardias personales, aunque no fueron exactamente las palabras que pronunció para ella…

 

 

—Lo amo JaeJoong…

 

—Sé que lo amas, llevan tiempo viviendo diferentes experiencias juntos, él te cuida hace mucho, me sentiría igual de estar en tu posición.

 

—No, no es así. JaeJoong yo lo amo. —Volvió a hablar su mujer. — De verdad lo amo..

 

—Te refieres a…

 

Sunghee asintió.

 

—Yo quebré la regla más grande. No has sido el primero…

 

¿Cómo hablar cuando el tema de conversación había dado un giro por completo? Además de no sentirse mal por sus palabras ni sorprendido, sino completamente feliz, pero era posible que expresara tal emoción a la mujer.

 

—No me delates por favor, pero entendería si no me quieres perdonar y enviarme a ejecución por traición…

 

—¿Qué? —Abrió sus ojos por semejantes palabras, termino cubriendo la boca ajena con sus manos. — Shh… Nos pueden oír, siempre nos vigilan.

 

Sunghee asintió luego se tranquilizarse, deslizo con lentitud su mano de la boca ajena para volver a reacomodarse sobre la cama.

 

—Por favor…—Volvió a pedir la mujer. — No me mates. Puedo complacerte en lo que quieras JaeJoong.

 

No sabía si reír tras cada palabra de la menor o molestarse por el hecho de creerlo un adicto al sexo. Bien, si lo era, solo con Yunho claro.

 

—Tranquila, ¿Si?

 

Para empezar, no había considerado las palabras de la mujer con un sentimiento hacia su guardia personal, todo lo contrario, creyó que esta le tenía el mismo sentimiento que a él, un amor de amistad, además de los años que llevaban juntos.

 

—No haré nada, tranquila, no necesitas asustarte. En un comienzo hablamos de esto, solo somos amigos Sunghee, con una etiqueta para todos excepto para nosotros, no me engañaste, tampoco lo siento así.

 

—Entonces, discúlpame por no decirte la verdad. Creí que no lo aprobarías de saber que no era virgen

 

—¿Crees que yo llegue virgen al matrimonio? Si los hombres pueden hacer lo que se les de la gana antes del matrimonio, ¿Por qué una mujer no?

 

—Pero…

 

—No. —Tomo la mano de su mujer acariciándola con suavidad. — Tenías miedo, entiendo…

 

—Yo lo amo JaeJoong, Lo es todo para mi.

 

—Sabes…—Tomo aire y soltó un suspiro suave. — Se lo que se siente.

 

—¿Estás enamorado?

 

Asintió.

 

Su mujer se reacomodo sobre la cama buscando la mejor posición para que esa charla continuara el resto de la noche.

 

—No puedo decirte quien es…

 

—¿No confías en mí?

 

—No es eso exactamente, de hecho estoy confiando en ti diciéndote esto.

 

—Hm…

 

—Es complicado.

 

—Está bien, seguro es una chica del pueblo, ¿No? ¿Por eso los entiendes tan bien? ¿Por ella?

 

El negó.

 

—Realmente me gustaría darte todos los detalles, pero creo que necesito tiempo para eso.

 

—Sabes que puedes confiar en mi JaeJoong. —Sunghee acerco su mano hasta la mejilla del rey acariciándola. — A veces creo que eres una ilusión.

 

—¿Eh?

 

—Es imposible que exista alguien como tú.

 

—¿Por qué lo dices?

 

—Porque escuchas, comprendes, nadie lo hizo antes, ni mi propio padre. Estoy segura que el reino se ha ganado un rey que realmente hará el cambio que desean.

 

 

Se sentía realmente bien de saber que alguien creía en él además de su amante. Tenía grandes proyectos en mente, pensaba realizar un gran cambio en ese reino, comenzando por dejar que escucharan la voz femenina, un trabajo que le llevaría más tiempo sobre tantos hombres que creían tener el poder sobre ellas. Podía ser extraño, pero el las entendía a la perfección y era por el hecho de ser perfectamente criado por su madre y tener una fantástica mujer como esposa.

 

—Entonces Changmin ¿Eh?

 

Sunghee se sonrojo.

 

—Si. Debes creer que era de esperarse, pasamos mucho tiempo juntos, pero no tienes idea de lo complicado que era seguirlo a él. Siempre cumpliendo las malditas reglas.

 

Y seguía entendiéndola.

 

—Fui yo quien se enamoró de él. Pero no me notaba como yo deseaba que me viera, solo me cuidaba, me tomo bastante tiempo que me conociera como soy y no como la típica princesa que creía que era. Mi padre me dejaba bastante mal en el castillo, parecía una nena caprichosa. Yo podía usar los mismos vestidos, no me importaba repetirlos después de un tiempo, pero el decía que una princesa no debe dejarse ver con los mismos harapos. —Pronunció llevando su mirada hasta su mano. — Enviaba a hacer vestidos casi por semana, buscaba joyas, nuevos zapatos. Y Min creía que era yo quien los pedía.

 

—Ya veo. Vaya que estaba ciego. —Río leve. — Apenas te vi supe que eras diferente.

 

 

—Después comencé a notarlo nervioso conmigo. La única forma de que dejara de obedecer las reglas era…

 

—Ordenándole.

 

—S-Si…

 

Relamió sus labios mientras asentía a su mujer.

 

—También utilice esa técnica con Yunho. Digo.. —Río. —Es mi mejor amigo desde que nacimos y aun así no dejaba de llamarme señor, su majestad y todo eso…

 

—Es tan molesto. —Bufó su mujer.

 

—Me alegra que nos entendamos JaeJoong. Espero que algún día tengas el valor de confiarme el nombre de tu enamorada.

 

—Algún día…

 

 

Realmente no poquita quitar esa sonrisa de sus labios. La charla se había extendido hasta que Sunghee se quedó por completo dormida contra su hombro, aun después de dejar claro que ambos eran amigos nada les impedía tener esa relación más cercana, después de todo, si no era natural, todos notarían que en ese matrimonio existía “algo” extraño. Y vaya que lo era…

 

—¡Señor!

 

Las puertas se abrieron con fuerza generando un estruendo que no solo lo saco de sus pensamientos, sino que le obligo a ponerse de pie en cuestión de segundos.

 

—¡El pueblo del sur esta siento atacado en este momento!

 

—¡Envíen de inmediato al escuadrón liderado por Changmin!

 

—¡Si señor!

 

Uno de los hombres salió rápidamente en sus órdenes mientras otros estaban frente a él esperando órdenes.

 

—Alisten la torre para recibir a los refugiados. —Ordeno a uno. — Quiero que saquen de ahí a la mayor cantidad de personas posibles.

 

—Si, señor.

 

—Busquen a todos los médicos posibles, los quiero a todos bajo mis órdenes.

 

—Entendido señor.

 

—¡Mi rey!

 

Tras salir los demás en sus órdenes había llegado finalmente quien juro lealtad hasta le muerte, su guardia personal y su amante. Yunho Jung.

 

—¿Tienes que ponerme a salvo? —Pregunto a este mientras tomaba sus libros con decisión de salir de ese lugar.

 

—No será necesario si me envías ahí.

 

—No, olvídalo.

 

Paso al lado del moreno siendo detenido por este al sentir su mano con fuerza sobre su muñeca.

 

—JaeJoong, si alguno llega, serán como mucho uno o dos. Tienes que enviarme con el escuadrón.

 

Apretó su mano en un puño intentando aguantar todos esos deseos que tenía de amarrarlo y obligarle a quedarse. Odiaba que Yunho fuera uno de los mejores guardias en el reino, el mejor en realidad, si lo enviaba, terminaría con todo de inmediato, puesto que dudaba que fuera un ataque diferente al que ya habían tenido.

 

—Solo si puedes cumplir una orden.

 

—¿Cuál?

 

—Regresa con vida…

 

 

 

 

           

 

No cabalgo con el grupo del escuadrón, el había tomado otros miembros y los guío en otra dirección, era el plan que habían creado con el más alto para esos casos especiales. Se había reunido más de una vez con Changmin tras la coronación de JaeJoong, el hombre parecía otra persona decidido, enfocado en impresionar al rey y al supuesto no consejo que existía. A los soldados ya os tenía en la palma de su mano, las enseñanzas de lucha eran diferentes en Baekje, por ende instruir a los soldados en nuevos movimientos había permitido un gran avance, mientras el se sintió un inútil por no hacer nada más que cuidar a JaeJoong y a la reina, sin contar que estaba cogiéndose al rey donde sea que lo encontrara en el reino.

 

Reconocía que Changmin hacía un buen trabajo, también entendía por qué deseaba destacar en comparación a lo irrelevante que era antes. Intento deducir de que se trataba, si existía algo tras sus palabras más solo logro entender lo mismo que pudo sentir el por JaeJoong, el miedo a perder a alguien que se le tenía demasiado cariño y por quien entrego su vida los años anteriores. Changmin se sentía mal desde que el cargo de guardia personal solo se lo habían otorgado a él.

 

Se disculpó con el más alto, Changmin nunca entendió la razón de porque se disculpó, era obvio que le darían a él la vigilancia de los reyes, era el mejor soldado del reino y claro, era de Silla no un recién llegado de un reino lejano. De todos modos lo hizo, puesto que se sentía injusto, el igual se hubiera sentido así de mal si alejaran a JaeJoong de él, después de tanto tiempo, años de amistad, casi eran hermanos, solo que no llegaron a tener jamás una etiqueta familiar, terminaron enamorados.

 

—¡Señor, enemigo al frente!

 

Aunque no estaba completamente perdido en sus pensamientos, se tardó en crear el mejor movimiento para acabar con los dos jinetes frente a ellos.

 

—¡Formación en U! —Anunció. —¡Ahora!

 

A diferencia de la formación que tenían anteriormente, el paso de liderar a encontrarse en el centro de la letra. Sus soldados pasaron por alto a ambos jinetes, por lo que será su tarea acabar con ellos. Desvaino su espada realizando una señal de manos a su compañero de la derecha, eran dos contra dos, fin del juego.

 

Tal y como había entrenado con el caballo, salto dejando que este continuara su camino y el aterrizando sobre su rodilla con el fin de no forzar sus ligamentos. De solo levantarse ataco al jinete que paso a su izquierda, como su compañero ataco a su derecha. Su espada atravesó el pecho del hombre, no paso tiempo para que el caballo del miedo dejara caer al muerto y se apresurara en su escape.

 

Con el hombre tirado frente a él, pudo finalmente descubrir sus rostros de esas capuchas, al retirarlas, apareció el símbolo, aquel que acabo con el otro pueblo y entonces su ira aumento.

 

—Son de Gouryeo señor…—Hablo su compañero.

 

Llevo su mano a su boca y dejo salir un silbido al llamo de los caballos.

 

—Prepárense para evacuar a los civiles. No vamos en apoyo del resto, a nosotros nos toca el rescate.

 

—Si señor.

 

—Vuelve a la formación.

 

Una vez que anunció lo ultimo corrieron junto a sus caballos, tomando las cuerdas y subiendo inmediatamente a su lomo. No perdería el tiempo, había dado las ordenes y aunque el lideraba ese escuadrón no dejaría que esos tipos se salieran con la suya, buscaría a su líder y acabaría con el, era la única forma de evitar que avanzaran hasta el reino como se supone que dos de esos jinetes lo habían hecho.

 

Alcanzaron en poco al resto del grupo, sus caballos eran los más veloces, y como líder siempre tenía una mano derecha.

 

—¡Entrando en zona señor! —Anunciaron.

 

—Armados… ¡Ahora! ¡Quiero a todos los civiles a salvo!

 

Las caretillas dirigidas por dos caballos se separaron rodeando el pueblo, mientras más abarcaran más vidas lograrían salvar. El por su parte ingreso en medio de la ciudad, buscaría la forma de llegar hasta los atacantes y la zona de ingreso. Si rodeaba el pueblo tardaría más en llegar por la espalda, por ende buscaría enfrentarse a estos cuidando que no llegaran fechas en su contra.

 

Levanto su escudo luego de tomarlo del agarre que tenía en el caballo. Una vez más bajo de este y se abrió paso entre unos cuantos enemigos llevándose su vida con el corte de su espada. No defraudaría a JaeJoong, el llegaría con vida, el y Changmin, así como era guardia también de la reina, no la defraudaría en su primera misión.

 

—¡Changmin! —Anunció tras el hombre sin detenerse en la batalla.

 

—¿Yunho? ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar cuidando de los reyes? —Pronunció entre gruñidos.

 

—JaeJoong puede cuidar a Sunghee perfectamente.

 

—¡Estas loco! ¡Sus mejores soldados están aquí! ¿¡Como esperas que te crea!? ¿¡Que clase de guardia personal deja su trabajo!?

 

—¡Tu no conoces al rey!

 

—¡Me hubiera quedado con ellos de saber que vendrías! ¡Pedazo de idiota!

 

Su espada corto una vez más un par de cabezas antes de girarse y tomar a Changmin por el cuello.

 

—Ese rey al que debes jurarle lealtad esta quebrándose la cabeza para que vuelvas a proteger a Sunghee. Así que cierra la boca. Si pudiera matarte ya lo hubiera hecho, da gracias que respeto las decisiones de los reyes. — Pronunció soltando con fuerza el cuerpo del contrario.

 

—¿Y qué? Han pasado semanas y no hay respuesta, mi permiso se acabara y tendré que volver. ¿Quieres reir? Si uno de los dos no esta allá los mataran.

 

Como se odiaba por ser tan bueno, había acabado con uno de los soldados de Gouryeo que se acerco por la espalda del más alto. Tironeo a Changmin hacía él tirándolo al suelo, a propósito, algo debía hacer tras lo que este dijo y la poca paciencia que tenía cuando hablaban mal de JaeJoong, así acabo con la vida contaría.

—Un gracias te acepto ahora. —Extendió su mano a Changmin.

 

—Eres un idiota.

 

—Min…

 

Changmin se levanto sin tomar la mano del moreno, le ignoro por completo.

 

—¡Hey! ¡Min!

 

—¡Que te calles!

 

—¡Me tienes harto! —Y una vez más lo tomo por el cuello. — JaeJoong es Hero.

 

—¡Ja! Dejate de bromas. — Rio sarcásticamente.

 

—¿Realmente crees que es un chiste?

 

Min asintió.

 

—¿Dónde estaba JaeJoong para el otro ataque? ¿Te enteraste que Hero llego de la nada al pueblo, no? Llego antes que yo y…

 

—Apareció de la nada… —Dijo sorprendido. — ¡Es él!

 

—¡Bravo! Ahora si lo divulgas te cortaré la lengua. Después de todo no podrás hablar para culparme de eso.

 

Changmin llevo de inmediato su mano hasta su boca.

 

—¡Yunho! —Advirtió.

 

El moreno giro la espada sin voltearse, mantuvo su posición y la clavo entre su brazo.

 

—Estos sujetos son predecibles.

 

Min río.

 

—Creí que era el único que lo notó.

 

—Ven, terminemos con esto.

 

—Espera…Debo hablar contigo.

 

—¿En serio? ¿Justo ahora?

 

Changmin asintió.

—¿Qué tal si esperas a que le corte la cabeza a ese sujeto? —Apunto al líder de Gouryeo.

 

El más protegido siempre era la cabeza del grupo.

 

—Te lo digo y luego preguntas.

 

—Bien, que sea rápido.

 

Entonces comenzó a correr hacía el grupo protector del líder con Changmin a su lado.

 

—¡Estoy enamorado de Sunghee! — Grito entre tanto ruido.

 

Su velocidad disminuyo por unos segundos, pero volvió a retomarlos cuando cada uno de los momentos sospechosos pasaron por su cabeza. Entonces, ¿Sunghee jamás se enamorara de JaeJoong? Ella estaba enamorada de Changmin, así como el guardia lo estaba de ella, ahora podía entenderlo todo.

 

—¡Acaba con él! —Ordeno a Changmin.

 

 

 

Eran los últimos en tomar sus caballos para dejar el pueblo. Mientras ellos dejaban el territorio la ayuda llegaba para hacerse cargo de los destrozos ocasionados por los soldados de Gouryeo. Habían heridos, muertos y odiaba tener que dar la noticia a JaeJoong, aun así los muertos del escuadrón habían sido solo dos, para el numero que existían de soldados en entrenamiento hablaba demasiado bien del más alto, sin duda habían dado resultados todos y cada uno de los entrenamientos.

 

 

La declaración de guerra se había hecho, la zona de batalla estaba elegida y Gouryeo comenzaría a avanzar en su contra, por lo que ellos debían comenzar los campamentos de sus tropas. Tenía tantas cosas en su cabeza, como estrategias de batalla hasta movimientos en contra de esos soldados tan predecibles, podrían ganar esa guerra sin ningún problema, pero jamás debía quitar el miedo por la vida de los demás, incluyendo la suya.

 

—Así que… Amas a Sunghee.. —Pregunto al más alto mientras cabalgaba a su lado.

 

—Así es… Me enamoré de ella hace años.

 

—Woow… Eso si es una sorpresa. —Sonrió.

 

—¿No estas molesto?

 

—¿Por qué lo estaría?

 

—Porque estoy enamorado de la reina, de la esposa de JaeJoong.

 

—Oh, eso…—Volvió a reir de nueva cuenta. — ¿No hablo contigo Sunghee?

 

—Bueno, siempre me dice que solo son amigos y que no sucedería nada entre ellos jamás, pero temo que JaeJoong se enamoré de ella. ¿Sabes?... Ella no es una simple princesa, es perfecta…

 

—Tengo tanto para decirte que te dejará tranquilo, pero solo puedo asegurarte que es la verdad.

 

—¿Eh?

 

—JaeJoong no esta enamorado de ella, la ve como a una hermana con la que compartieron la misma vida. Ambos son de la familia real, tuvieron que pasar por mucho, ¿Quién mejor que ellos para entenderse? JaeJoong no es el típico príncipe, y se que ella tampoco es una chica caprichosa.

 

—Eres muy observador.

 

—Aun así se me paso por alto que estaban juntos.

 

—¿¡Eh!? ¿Lo sabes?

 

El moreno volvió a reir con fuerza.

 

—Claro que lo se,  cuando me dijiste que estabas enamorado de ella todo en mi cabeza se unió y lo note. Estaba ciego…

 

 

—Ahora entiendo porque eres el guardia personal de ellos. Eres capaz de descubrir de inmediato si existe algún intruso.

 

—Tu también deberías ser parte de esto, es injusto. No deberías volver…

 

—Será difícil para mí dejarla. Se que esta en buenas manos pero…

 

—No son las tuyas.

 

Asintió Changmin.

 

Lo entendía, demasiado bien. <<Yo también me sentiría así. JaeJoong lo es todo para mí. Tranquilo, buscaremos la forma de que estén juntos, así como yo lo estaré con él>> Pensó.

 

—Confía en JaeJoong.

 

 

 

 

 

Los nervios no pasaban, se movía de un lado a otro en su oficina, estaba nervioso, aun no tenía conocimiento de lo que estaba ocurriendo, si Yunho estaba vivo, si Changmin había logrado acabar con todo, ¿Cuántos estaban vivos? ¿Era demasiado la destrucción? ¿Se trataba de Gouryeo? Su cabeza se calentaba asi como sus pies por no dejar de caminar.

 

—Cariño terminaras exhausto. —Hablo Sunghee desde uno de los sofás.

 

—¿Tu no tienes miedo? Changmin fue a la batalla.

 

—¿Tu conoces a tu guardia?

 

—Si.

 

—Entonces debes saber que yo conozco al mio, se que volverá. Es un ataque, no la guerra.

 

—Lo conoces muy bien por lo que se. —Soltó la risa intentando liberarse de sus propios nervios consiguiendo que Sunghee tomara color en sus mejillas.

 

—¡Yah! Shh… Te dejaré sin sexo por un mes. — Guiño el ojo.

 

—No… —Fingió.

 

Ambos terminaron riendo.

 

—Gracias.. —Dijo en una sonrisa. —Lo necesitaba.

 

—Ya veras que volverán antes de lo que esperas…

 

—Eso espero…—Pronunció mientras dejaba recargar su espalda contra el librero.

 

Su mal movimiento logro tirar un libro al suelo cuando su espalda toco la madera del estante. Era uno de los tantos que estuvo leyendo sobre las malditas reglas que debía seguir por ser rey, pero este al dar contra el suelo arruino por completo la ceja, se abrió con tanta facilidad como si hubiese estado abierta desde antes.

 

—Mierda, lo arruine.

 

Sunghee rio por sus desastre y se acercó hasta el libro esperando que las hojas sueltas fueran fáciles de coser de vuelta. Tomo todas ellas, estas no tenían numero en la base, por lo cual no sabía en que lugar del libro les correspondía ir.

 

—Ouch… Esto es malo. —Dijo tomando todo y dejándolo en el escritorio.

 

—A ver… Te ayudo. —Hablo su mujer poniéndose de pie acercándose hasta él para organizar.

 

—No tienen numero…

 

Entonces, leyó el contenido. Las leyes del rey, cuales seguir y como quebrarlas sin ser un quebranto a la ley sino seguirla de una forma diferente.

 

—Sunghee…—Tomo una pausa. —Sé cómo recuperarlo todo… 


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