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My King por MiRoApril

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¡Mi esposo está despidiendo a los soldados!

 

—Necesito asegurarme que no está aquí, lo hemos buscado en todos lados señorita.

 

—¡Bien! Yo me hago cargo….—La mujer abrió la puerta como si nada.

 

 

El sonido de las puertas abriéndose, lo llevo a separarse del moreno en cuestión de segundos, más no los necesarios para evitar que su esposa viera la escena. No fue un mal teatro el que esta cerrara la puerta por inercia, seguido de unas palabras tranquilas que estuvo por interrumpir más no logro moverse de su posición por el agarre que el moreno había tenido a su muñeca.

 

 

—No, no está aquí. Se lo dije….—Pronunció tranquila o al menos lo intento.

 

Se escuchó la voz de su esposa tras la puerta. Su mirada estuvo en todo momento esperando que esa puerta volviera a abrirse luego de escuchar los pasos por los pasillos, más solo escucho la campana realizando el ultimo llamado para él y claro, el líder de escuadrón Yunho, su amante.

 

—Es la segunda advertencia, debe estar en camino. Vamos…

 

Su mujer intentaba parecer tranquila, pero su tono de voz había cambiado demasiado para que así fuera, o era que la estaba conociendo demasiado bien que inmediatamente reconoció que fingió en todos los tonos que uso al hablar. Los pasos no demoraron en sonar, las pisadas no eran comunes, como si Sunghee forzara el tacón contra el suelo, ¿Estaba intranquila o era una señal?

 

—Debemos irnos. —Hablo con tranquilidad Yunho a su espalda.

 

—¿Qué no acabas de ver lo que sucedió? —Pregunto girándose al menor. — Nos descubrió…

 

—Lo vi. — Dijo Yunho tomando su rostro con ambas manos. — Pero no dirá nada.

 

—¿Cómo sabes que no lo hará?

 

—Tú la conoces mejor JaeJoong, ¿Realmente crees que lo haría? Apenas la conozco y sé que no lo hará.

 

—Si, si. Tienes razón. —Soltó un suspiro suave. — Debe ser el miedo…

 

—Estaré bien, lo prometo. —Tomo una pausa. — Tu debes hablar con ella. Has hecho mucho por Sunghee y Changmin, ellos no te traicionaran, les diste lo que realmente querían, no te interpusiste entre ellos, no reclamaste lo que debería ser tuyo, ¿Crees que dirían algo? Seguramente esta sorprendida, ella esperaba otra mujer, es obvio.

 

JaeJoong asintió.

 

—Hablaré con ella…

 

—Tranquilo, cuidaré de nuestro reino, volveré. ¿Si?

 

Volvió a asentir, solo un par de veces antes de atrapar los labios de este con los propios.

 

—Te amo Yunho.

 

—También te amo JaeJoong. —Sonrió. — Volveré.

 

 

 

No le bastaba ver por el balcón como los caballos comenzaban a salir en dirección al “frente”. Su corazón estaba revuelto y no se debía a tener a Sunghee a su lado mientras despedían a sus guerreros, sino por el miedo que tenía de perder a Yunho. Supuso que Sunghee se encontraba de la misma forma, por ende no la alejo ni abrió la boca, no quería hablar, solo la tomo por la cintura manteniéndola cerca de su cuerpo.

 

Aun cuando perdieron el rastro de ellos en el horizonte no se alejaron de ese balcón, seguían ahí observando y en silencio. Ya no existían sus guardias personales, estaban siendo más protegidos que nunca, tras los pilares que daban el ingreso al balcón existían dos guardias, a dos metros más, otros dos, y la misma secuencia dos veces más.

 

—¿Estas bien?. —Rompió el silencio con cierto nerviosismo.

 

Por un momento pensó que su mujer sentiría asco por tenerlo cerca, después de todo estaba con un hombre, le vio besarse con un hombre.

 

Sunghee negó.

 

—Abrázame por favor. —No se negó a su petición, la tomo por la cintura manteniéndola aún más cerca de su cuerpo.

 

El rostro de su reina estaba en su hombro mientras sollozaba. El miedo era el peor sentimiento que se podía tener, sobre todo si se tenía la oportunidad de hacer algo en contra de él. Podía ir perfectamente a la guerra y luchar con Yunho a su lado, pero no, el reino tenía leyes a las que no podía negarse, menos si no tenía la forma de respaldar su linaje. Lo cual le recordaba, debía tener sexo una vez más con Sunghee por el bien de su reino, cosa que complicaba todo, sumándole el hecho de que esta ya sabía todo acerca de la vida secreta de su esposo.

 

—Quiero ir a nuestra habitación. —Pidió su mujer.

 

—Te entiendo, me siento igual…

—Vamos, por favor. —Volvió a pedir. — Además, aquí no podemos tener privacidad. —Pronunció observando el pasillo lleno de guardias.

 

Apenas se apartó de ella para besar sus labios. Un corto y suave beso el cual temió que esta rechazara, más no lo hizo, incluso provoco una sonrisa en los labios de ella. ¿Cómo debía reaccionar? ¿Qué ocurría?

 

La tomo de la mano para salir del balcón y emprender camino hasta su habitación. En el camino, pidió la comida directamente a su habitación, para ambos y vino, dos botellas de este, puesto que no se encontraban bien y la única forma de intentar olvidar un poco el temor era obligándolo a marcharse, teniendo sensaciones diferentes.

Mientras su mujer terminaba de cambiarse, el se acercó al carro de comida que dejaron sus criadas, tomo una de las botellas y sirvió los cálices. Dejo el de Sunghee servido y tomo el suyo para darle el primer trago, solo así se acercó a ella entregando el cáliz en sus propias manos.

 

—Te quitara el miedo.

 

—Gracias. —Pronuncio en una suave voz su mujer antes de dar el primer trago.

 

Dejo la copa a un lado para encargarse de tomar la bata de esta y amarrar bien las telas. No debía existir pudor entre ellos, ya conocían sus cuerpos, aunque nada más tenían un par de encuentros sexuales en comparación a los que tenía con el moreno, con el podría estar desnudo sin importarle, con Sunghee era diferente, aún existía el pudor.

 

—¿Estarán bien, no? —Pregunto temerosa sentándose en la cama.

 

—Lo estarán. Son los mejores guerreros de todo el reino…

 

—Ese es mi temor… Solo ellos son los mejores. —Volvió a tomar otro trago. — Ellos protegerán a todos, pero, ¿Quién los protegerá a ellos?

 

—Odio que tengas razón..

 

Sunghee soltó una pequeña risa.

 

—Podría ir como Hero en ayuda.

 

—No. —Se negó de inmediato. — No quiero cuidar sola a un reino. Prometiste que harías un cambio. —Dijo tomando su mano. — No me dejes sola

 

No pudo evitar sentirse extraño. Poco entendía por qué no podía ir a luchar con Yunho, pero era cierto, si no existía una cabeza masculina, el reino jamás cambiaría. Si deseaba cumplir con todo lo que salió de su boca, tenía que quedarse y confiar en su amante.

 

—No te dejaré sola. Eres mi esposa… Mi reina.

Sunghee volvió a sonreír.

 

—Suenas enamorado.

 

—Pero te amo.

 

Entonces su mujer le dio un suave golpe.

 

—No esa especie de amor. —Volvió a reír. — Se cómo me amas y también te amo JaeJoong.

 

—Pero tu corazón le pertenece a Changmin. —Sonrió. —Suena muy romántico ¿No?

 

Ella asintió.

 

—Lo entiendo. No tienes que sentirte extraño.

 

—¿Eh?

 

Termino acomodándose en la cama hasta poder tener una buena visibilidad de los ojos de su mujer.

 

—Yo puedo explicártelo, responderé a todo lo que preguntes. Sé que es difícil de…

 

—No necesitas hacerlo. — Sunghee lo callo tocando delicadamente sus labios. — Lo entiendo.

 

 

Si, entendía perfectamente que su mujer comprendía su situación. Pero, ¿Por qué se sentía tan inquieto? El solo hecho que aceptara todo sin cuestionar nada lo ponía nervioso, necesitaba conversarlo, contarle como paso todo, quizás no todo, pero que esta respondiera de una forma en la que ese miedo no volviera a él, aunque el mismo Yunho lo dijera. Sunghee no los delataría.

 

—Me pone inquieto que lo aceptes sin  pedir explicaciones.

 

—Es que no las necesito. —Respondió con naturalidad. — Tu no las pediste cuando te hable de Changmin, ¿Por qué debería pedirlas yo?

 

—Pero, es muy diferente.

 

Sunghee tomo aire y suspiro suave, dio un nuevo trago al cáliz y volvió su atención con todo a él.

 

—Cariño. —Sonrió divertida. — Si. —Asintió. — Me sorprendí mucho, no te mentiré, me tomo un rato procesar que se trataba de un hombre, pero cuando es Yunho y…—Tomo una pausa antes de volver a suspirar. — Te entiendo, más aun porque Yunho te conoce desde que naciste, las cosas se dieron por si solas y si se aman, no seré quien los separé. Yo también amo a mi guardia personal, no tenemos el mismo tiempo de conocernos como ustedes, eso hace una diferencia, aunque no muy grande. —Volvió a guardar silencio. — Realmente te entiendo, no pienses tonterías…

 

Lo había dicho, Sunghee era la mejor mujer que pudo conocer, enamorarse de ella no estaba en su historia de vida, así como ella de él mucho menos, pero su historia iba más allá de una buena amistad, podrían ser hermanos.

 

 

—¿No tienes asco o algo parecido? Necesito saberlo…

 

La mujer negó.

 

—Para nada.

 

—¿Tu sentiste asco por estar con una mujer “usada”?

 

Negó.

 

—Yo tampoco debería sentir asco. De hecho…—Sonrió soltando una suave sonrisa. — Estoy feliz, muy feliz. Conocí finalmente a su amante.

 

 

 

 

 

Su relación con Sunghee creció cada día más durante dos largos meses. ¿Largos? Demasiado largos. No había momento en el que no pensara en Yunho, no sabía cómo iban las batallas y los encuentros, solo era consciente de los soldados que salían y entraban de su castillo, llegaban heridos e iban nuevos entrenados, porque si, mientras Yunho no se encontraba y mucho menos Changmin, se dio el tiempo se seguir entrenando nuevos soldados, si podía ayudar lo haría desde el castillo, por más mínimo que fuera.

Todo el mundo se enteró que el Rey era quien estaba reclutando a nuevos soldados, pero no como todos creían, era el quien los entrenaba y se encargaba de mostrar que como rey no era solo era para sentarse en un trono, el luchaba por su reino. Aun cuando no dio a conocer su identidad como Hero, se estaba ganando al pueblo poco a poco, de igual forma, les daba lo que necesitaban. Si un hombre peleaba a su lado, JaeJoong garantizaba la protección de su familia, el dinero ya no era un problema, tenía acceso a todo y realizaba el cambio que su padre jamás pudo lograr.

 

Su reino era tal y como lo había soñado.

 

La guerra se extendía tanto como lo imaginaba, si anteriormente había durado cerca de un año, esta no sería la excepción. Los encuentros iban y venían, por ende sus soldados no podían dejar el frente el reino sin protección. No sabía cada cuando ocurrían las batallas, solo que ya iban tres veces que llegaban heridos al reino, así como también llegaban cuerpos. Como rey debía encargarse de dar las condolencias a cada familia, más dar un apoyo y agradecimiento por la participación del hombre caído. Pero el revisaba aquellas listas más por miedo a encontrarse el nombre de Yunho o Changmin en ellas, de hecho, era el y Sunghee quienes venían las listas juntos en la oficina.

 

Toc-Toc

 

—¿Si?

 

—Cariño…—Hablo su mujer detrás de las puertas.

 

—Oh, adelante.

 

Las puertas no demoraron en abrirse por sus guardias y dar acceso a su princesa. Una vez más aparecía con un hermoso vestido, del cual para utilizarlo necesitaba la ayuda de un corset que pidió especialmente para ella, lo hicieron a medida como lo pidió, de hecho estuvo presente cuando tomaron las medidas, y decidieron las ilustraciones de los nuevos vestidos. Sunghee no le pidió jamás el querer más vestidos, ella misma había dicho que no era de esas de andar pidiendo ese tipo de cosas, pero aquella vez que hizo la petición parecía no encontrarse muy bien, por ende pensó de inmediato en Changmin, ella estaba tan mal como él.

 

—¿Qué paso cariño? —Dijo terminando de ordenar los papeles entregados por el único mensajero que corría peligro de ir al frente y volver.

 

—Tengo que hablar contigo JaeJoong…

 

—¿Otra vez? ¿Ocurrió algo?

 

Su mujer había estado necesitando el hablar cada noche, terminaban tranquilizándose mutuamente y escribiendo como unos idiotas unas cuantas cartas para sus guardias, las cuales enviaban como “información secreta” Además de dar órdenes en algunas, otras contenían sentimientos como el hecho de extrañar tanto a su guardia, especificando que las quemara luego de leerlas.

 

—Es justamente por eso que tenemos que hablar…

 

Sunghee se sentó en el sofá a la espera de él, cosa que no demoro en sentarse a su lado y acomodarse como lo habían hecho un par de veces.

 

—Dime, estoy para escucharte

 

Su mujer relamió sus labios, estaba nerviosa, podía notarlo.

 

—¿Recuerdas que vino el medico real?

 

Asintió.

 

—Si, recuerdo que me dijo que tienes los ánimos demasiado bajos, estas muy mal sentimentalmente… De hecho me pregunto si te trataba bien. —Dijo entre risas.

 

—No me encuentro bien JaeJoong.

 

—¿Qué paso? ¿Qué tienes? —Pronuncio preocupado.

 

—Es una buena noticia no te preocupes, debería ser una buena noticia.. —Rio nerviosa.

 

—¿Por qué tanto suspenso? Dímelo de una vez.

 

—Estoy embarazada JaeJoong . —Dijo en una gran sonrisa. — ¡Vas a ser padre!

 

—¿¡Que!?

 

Sorprendido, muy sorprendido. No sabía que emoción predominaba en él, si la felicidad por como aparecía la gran sonrisa en sus labios o la duda por las tantas preguntas que tenía en su cabeza. Sunghee finalmente esperaba un hijo, ¿Cómo calculaba el tiempo para dar exactamente con la fecha en la que tuvieron sexo? Aun cuando lo hicieron un par de veces más, ¿Cómo saber que era suyo?

 

—Seremos padres JaeJoong. — Anuncio felizmente.

 

—Pero, ¿Cómo? —Dijo entre tanta felicidad mientras sostenía su cabeza. — Espera, ¿Traes el corset?

 

Su mujer asintió.

 

—Quítalo. ¿Por qué lo…? —Tomo una pausa. — ¿Me lo estabas ocultando?

 

Entonces la atmosfera se volvió diferente, Sunghee relamió sus labios una vez más y bajo el tono de su voz.

 

—Si… Yo…Tenía miedo JaeJoong.

 

—¿Miedo? ¿Por qué? Es una excelente noticia. ¿Por qué le temes a ser madre?

 

Ella negó mientras se ponía de pie. Retiro los brazos de las mangas de su vestido, poco a poco comenzaba a desvestirse, bajo la tela hasta su cintura sin importarle mostrar su ropa interior.

 

—No es miedo a ser madre JaeJoong. —Entonces, se giró. — Quítame esto…

 

—Claro , claro. —Tomo las telas y comenzó a desatarlas con bastante cuidado. —¿Y? ¿Qué ocurre?

 

—Tenía miedo JaeJoong, sabes que no fuiste el primero y bueno.

 

—Entiendo. —Dijo en una suave risa mientras terminaba de deshacerse del corset de la mujer. — ¿Es hijo de Changmin?

 

Su realidad era la siguiente. Desde que se enamoró de Yunho creyó inmediatamente que tener hijos sería imposible, tenía que darle al pueblo herederos, por ende debía embarazar a su mujer de todas formas y ese hijo se volvería suyo. No era que no le tendría amor a su hijo por ser Sunghee su madre, al contrario, también la amaba, aunque diferente a como lo hacía con Yunho, si era su hijo, lo cuidaría. De igual forma, enterarse que su mujer estaba enamorada de su guardia personal, no impedía nada. Ya había considerado la idea de un hijo por parte de ellos y el lo cuidaría como si fuera suyo, después de todo seguiría teniendo sangre real por parte de la madre, pero jamás pensó que su reina temía a su reacción.

 

—Si. — Dijo desanimada. — Yo no quería ser quien terminara con el linaje de los Kim, tenía miedo de que te molestaras si no era tu hijo, yo solo…

 

—Realmente eres idiota. —Volvió a reír.

 

Sin pensarlo dos veces se abrazó a su mujer por la espalda, aun cuando estaba medio desnuda sus manos solo fueron hasta su vientre para acariciarlo.

 

—Wooh.. —Se separó de esta apenas hizo contacto con su vientre  rodeo su cuerpo para tener una mejor visibilidad de lo que había acariciado. — ¿Para esto me pediste el corset?

 

Ella asintió.

 

—¿Sabes lo peligroso que es usarlo así?

 

Volvió a asentir.

 

—Está bien, no tienes que preocuparte. Es por eso que vine a decírtelo, no puedo ocultarla más. — Dijo acariciando su vientre.

 

—Ya veo que no…

 

Tenía una mezcla de emociones que no podía describir, entre felicidad, confusión y más, además de la curiosidad. Seria padre por primera vez, ¿Qué trabajo le daría criar a su hijo? Porque en comparación a su padre, él quería hacerse cargo de su hijo, fuera de él o de Changmin, no dejaría que alguien más lo criara como lo hicieron con él.

 

—Changmin estará muy feliz. — Acerco su mano hasta el vientre de su mujer para acariciarla.

 

—Es tuyo JaeJoong.

 

—¿Eh? —Elevo su mirada confundido. —¿Cómo estas tan segura?

 

—Bueno…—Tomo aire y volvió a sentarse sin dejar de acariciar su vientre y mucho menos importándole el tener su estómago al aire. — Deje de tener sexo con Changmin para que no notaras la diferencia, ya sabes, parecer virgen.

 

—Pero, ¿Y después?

 

—Paso cerca de mes y medio.

 

—Lo ves, es imposible que sea mío, solo tuvimos sexo… ¿Dos veces? —Dudo.

 

—Según los cálculos, es tuyo JaeJoong y bueno, mi periodo no volvió después de nuestra primera vez.

 

—Espera. — Dijo confundido. —¿Realmente calculaste la semana en la que podías concebir un hijo?

 

Asintió.

 

—Aunque no podía ser completamente honesta contigo, quería al menos que nuestro hijo lo fuera y…

 

—No. —Interrumpió. — Es inexacto.

 

—No lo es. Sabes bien que toda mujer tiene un periodo todos los meses, el mío no volvió después de nuestra primera vez. Tu eres el padre…

 

Llevo ambas manos a su cabeza aun sorprendido de las palabras de su mujer, no podía creer que en realidad ese hijo fuera suyo, aun cuando tenía la evidencia frente a él. Pero, ¿Quién le aseguraba que era así? Si bien creía en las palabras de su mujer, no tenía sentido que fuera real, esta había tenido relaciones con Changmin, así como tuvo sexo con él, por ende, era imposible saberlo.  Si lo pensaba bien más estaba creyendo en sus cálculos, porque, ¿Cómo fue posible que no estuviera embarazada antes de Changmin? ¿Hacía algo para evitarlo? ¿O simplemente calculaba los días no fértiles?

 

 


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