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My King por MiRoApril

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Toda una semana realizando chequeos para su esposa. El medico real era el único que aparte de él había tocado ese vientre, aunque igualmente le celaba que este tuviera tanto contacto con su mujer, si Changmin no se encontraba él debía tomar los celos, ¿No?

 

Los métodos eran extraños, pero era la única forma de saber cómo se encontraba su mujer. Lo primero que hicieron fue verificar que su hijo estaba bien, por otra parte el medico verifico que estuviera realmente embarazada, lo cual le causo gracia y molestia. Gracia porque era bastante obvio que con ese vientre no podía fingir nada, mucho menos brujería y molestia, porque había hecho a su mujer pasar la peor noche de por sus malditos métodos. Hacer ingerir una pócima constituida por una parte de miel y diez de agua antes de ir a dormir. En las embarazadas les produciría cólicos mientras que en las no gestantes les proporcionaría un agradable descanso. Aun así no dejo a Sunghee sola la acompaño durante toda la noche. Otro método fue el sentir los latidos del bebe en el vientre de esta, aunque para esas alturas había pedido la ayuda de una criada, estaba harto del dolor que podía sentir su mujer.

En efecto, su hijo se encontraba perfectamente bien. El medico al igual que su esposa realizo cálculos según las palabras que hablaba Sunghee, no dio fecha exacta pero si estaba en lo correcto el mes el que Sunghee se embarazo era el mismo en el cual ocurrió el matrimonio.

 

La noticia comenzó a esparcirse por el reino, los reyes esperaban un hijo “del amor” tal y como todos esperaban, finalmente tendrían un heredero asegurando el linaje de los Kim. Las fiestas comenzaban, las apuestas también, ¿Seria hombre o mujer? Y las brujas se hacían más presentes que nunca, en protección como amenaza, deseando tanta fortuna como maldiciones a su futuro hijo. Entre las creencias solo quedaba proteger a Sunghee como las brujas blancas lo ordenaban, con objetos ojos y uno que otro amuleto creado para ella.

 

 

—¿Te sientes mejor? —Pregunto JaeJoong acercándose a su mujer quien se encontraba recostada en la cama.

 

—Si, solo quería comer unas fresas. — Dijo su mujer mientras se acomodaba de nueva cuenta en la cama. — Es incomodo sin tener el corset… —Se quejó.

 

—Cada día será peor . —Dijo en una leve risa. — Deberías acostumbrarte un poco, aún falta que crezca ese vientre

 

—Hm.. Lo se . —Apretó sus labios. — Changmin no lograra verme así…—Soltó un suspiro. — Seguro vuelven cuando él bebe nazca.

 

—¿Quieres verlo?

 

Ella asintió.

 

—¿Vamos?

Sunghee inmediatamente rio creyendo que se trataba de una broma, de hecho en un principio si lo era, nada más una broma, un mal chiste, pero si lo pensaba mejor, no era tan mala idea. Arriesgada, pero no imposible.

 

—No, hablo en serio. —Dijo acercándose a su mujer. —Puedo salir de aquí siendo Hero. Te pondremos una capucha y saldrás conmigo, podemos verlos y venir antes del anochecer.

 

—¿Estás loco? ¿Qué tal si están en plena batalla?

 

—Si es así, daríamos media vuelta y volveríamos. Además, puedo protegerte.

 

—Eish.. ¿Por qué tienes ideas como estas? Quiero ir, pero es peligroso. —Dejo a su lado la fuente con las fresas. — Estamos esperando un hijo, no podemos correr riesgos…

 

—No estamos corriendo un gran riesgo. ¿No confías en mí?

 

—Confió en ti, pero, ¿No es una locura?

 

—¿No quieres contarle la noticia a Changmin?

 

—JaeJoong, es tu hijo. —Volvió a recalcar.

 

Negó.

 

—Nada lo asegura cien por ciento. Es imposible que creas en números… ¿Cómo es que estas tan segura?

 

—Lo dijo el medico JaeJoong.

 

—Detente, ¿Si? —Pidió finalmente a su esposa. — Te amo Sunghee. Si ese hijo es nuestro, bien, perfecto, soy el hombre más feliz, buscaré ser el mejor padre y ser diferente a los nuestros. Pero ambos sabemos que Changmin también es parte de esto, es difícil de entenderlo. Uno de los dos es el padre biológico de nuestro hijo, quizás con el tiempo notemos el parecido a uno u otro, pero en realidad…—Tomo aire y soltó un suspiro suave. — Lo siento tan mío como de Changmin… No sé qué sientas tú.

 

 

Sunghee volvió a negar. Termino acercándose a él de tal forma que lo abrazo con todas las fuerzas que le permitiera el vientre que los separaba.

 

—¿Qué hice para merecerte? —Hablo finalmente tras dejar salir un par de lágrimas que humedecieron la tela de su ropa. — ¿Cómo es posible que exista alguien que piense como tu? No sabes el temor que sentí cuando no sabía que eras el padre, me vi en más de un sueño siendo colgada o torturada, vi a Changmin muerto y tu… ¿Cómo puedes pensar en que ambos tengamos una pareja fuera de nuestro matrimonio, aceptar un hijo sin saber que es tuyo y tener una relación con un hombre? ¿Sabes los riesgos a los que nos sometemos?

 

Asintió.

 

—Si no nos arriesgamos a nada, ¿Cómo conseguiremos ser felices?

 

Sus brazos rodearon el cuerpo de la mujer, acaricio su cintura, su vientre y jamás quito esa sonrisa de sus labios.

 

—En este mundo de solo guerras, tienes que pensar en lo que te hace feliz a ti, y luchar por eso…

 

—No dejas de sorprenderme.

 

 

 

 

 

Acomodar las telas en el cuerpo de su esposa era bastante difícil, ese vientre se veía de todas formas y necesitaba hacerla parecer un hombre con capucha así como él había vuelto finalmente a ser Hero. Subir a Sunghee a su caballo había sido otro gran problema, tenía que ayudarla a abrir sus piernas para montar al pura sangre como si se tratara de un hombre, sería demasiado obvio si la veían con las piernas de un solo lado, sabrían que era una mujer y se encargarían de saber si era o no una criada, descubriendo que era la reina.

 

—Abrázame así. —Acomodo las manos de su mujer en su cintura. — Cuando pasemos la entrada aférrate a mí, ¿Si?

 

—Bien, bien…—Suspiro nerviosa. — Ya vamos antes de que me arrepienta.

 

—Si claro, apuesto tienes todas las ganas de estar con Changmin. — Dijo entre risas tirando las cuerdas del caballo para que este finalmente saliera en dirección a la salida.

 

Su caballo conocía perfectamente lo que tenía que hacer, demasiado tiempo realizando los mismos movimientos, por ende este no demoro en salir a gran velocidad hasta la entrada la cual cruzaron sin problema alguno. Unos cuantos metros más allá Sunghee rodeo su cuerpo sin pensarlo dos veces, se aseguró de él aunque de la misma forma aminoro la velocidad el caballo puesto que no quería que esta tuviera demasiado movimiento por el bebe, quizás no debía llevarla en caballo sino en alguna carrosa pero sería demasiado obvio que una mujer iba en ese lugar.

 

El frente estaba lo bastante lejos como para demorarse tres horas en llegar. Los soldados al ver el caballo de inmediato se levantaron, algunos ya conocían al famoso Hero, por ende verlo en persona e ingresando al terreno de batalla creían tener una esperanza para ganar la guerra, muchos lo alabaron, gritaron su nombre pero el no se detuvo hasta llegar la tienda donde se suponía debían encontrarse los líderes.

 

Con tantas miradas en ellos, bajar a Sunghee del caballo seria otro espectáculo de ver, si la tomaba sabrían que es una mujer, tampoco podía dejar que bajara del caballo sin ayuda.

—No digas absolutamente nada. —Susurro a su espalda lo suficientemente alto para que ella escuchara.

 

Esta solo asintió.

 

El caballo caminaba con tranquilidad por las tiendas hasta que fue detenido por otros oficiales. Nadie podía ver a los líderes sin anunciarse, pero todos lo conocían, ¿Es que no escuchaba su nombre entre las bocas ajenas? Era tanto el escándalo que de la tienda más grande, no muy lejos de ellos salieron ambos guardias. Esa expresión en el rostro de Yunho le saco una sonrisa que oculto sus telas, no esperaba una visita de él, por ende su rostro tenía una expresión de preocupación y alegría al mismo tiempo.

 

—¿Hero? ¿Qué haces aquí? —Pronunció Changmin al acercarse.

 

Yunho golpeo levemente la espalda de este.

 

—Digo… ¿Eres Hero, no? ¿El famoso Hero? —Pregunto inocentemente.

 

—Si. —Hablo en una voz ronca y raspada por las telas que cubrían su boca. — No te muevas.. —Susurro a Sunghee.

Bajo del caballo con sumo cuidado. Todas las miradas estaban en ellos, cualquier movimiento lo notarían, tenía que tener cuidado. Dio un leve golpe al pecho de Changmin, tomo su hombro y lo acerco para susurrar a su oído, como si se tratara de un mensaje enviado solo para él.

 

—Sube a ese caballo y llévala al bosque.

 

—Entiendo. —Respondió positivamente, pero antes de moverse volvió a detenerlo.

 

—Cuida de ella y… Felicidades. —Dijo en una leve risa.

 

Changmin confundido camino hasta el pura sangre y subió en el en cuestión de segundos.  El segundo enmascarado no demoro en tomar la cintura de Changmin tal cual le enseño antes de salir del castillo. El caballo relincho en aviso a sus movimientos y salieron en dirección al bosque.

 

Estaba algo nervioso, era la primera vez que se encontraba entre tantas personas como Hero, además no esperaba tal ovación como recibimiento, le estaba quitando protagonismo a las verdaderas cabezas de los soldados. Era lo de menos, en su cabeza solo estaba la forma de estar solo con Yunho en la maldita tienda sin que los interrumpieran, era muy diferente a encontrarse en la oficina o en un cuarto del castillo, si alguien tocaba sabían que ingresarían, se anunciaban, en ese lugar las telas eran delgadas, podían escucharlos, podían ingresar sin más y descubrirlos, no solo verían el rostro de Hero, sino que verían al rey con su guardia personal, porque era obvio que no solo hablarían, el necesitaba más. Después de tanto tiempo sin el moreno, quería sus caricias, por mucho que tuviera que aguantar sus gemidos.

—Necesito hablarte. — Rompió el silencio.

 

—Bien… ¿Hero?. —Simulo no conocerlo. — ¡Escuchen! —Anuncio el moreno. —  Su famoso héroe y yo estaremos planeando la siguiente estrategia de batalla. ¡No quiero interrupciones! ¡Repito! ¡No quiero interrupciones!

 

—¡Si, señor! —Se escuchó al unísono.

 

—Vamos…—Yunho realizo un gesto con su cabeza y le siguió.

 

Lo siguiente que se escuchó fueron comentarios de los soldados tales como “Es Hero el héroe del pueblo” “ Ahora si acabara la guerra” “Llego nuestro mejor guerrero” Y ese tipo de cosas que tendría que arreglar con Yunho para no dejar que sus soldados perdieran la esperanza luego de verlo marcharse. 

 

La tienda estaba arreglada con las cosas necesarias. Aun asi se encontraba una mesa ene l centro, tenia planos   y figuras sobre una ilustración de lo que era el terreno, papeles a un lado y varias plumas con tinta. Ahí era justamente donde planeaban las batallas.

 

Yunho se aseguró de cerrar bien las telas para no dejar un orificio que permitiera la vista externa, aunque de ayuda servía el sol, podían ver las siluetas fuera de estas, pero gracias a la sombra que creaba del otro lado era imposible ver lo que ocurría en el interior.

 

—¿Por qué viniste? —Fue lo primero que dijo el moreno tras acercarse y retirar de su rostro las telas. — ¿No sabes lo peligroso que es? ¿Qué tal si te ven los de Gouryeo? Querrán matarte

 

—Ellos no saben que el rey está aquí.

 

—No, pero conocen a Hero, y saben que puedes acabar con la mitad de sus tropas.

 

—¿Eh? ¿Tantas cosas han inventado de mí?

 

—Se supone que eres un héroe, casi te creen un dios, han dicho demasiado.

 

Arreglo sus telas de tal forma que descubrió también su cabello dejando caer la capucha hacia atrás de su espalda.

 

—Bien, quería verte, lo necesitaba.

 

¿Aguantarse? Claro que no. Sus brazos rodearon el cuello del moreno para finalmente besarlo y dejar que sus labios hicieran lo suyo, calentar más esos cuerpos.

 

El ruido que existía afuera no les complicaba en nada, Yunho había dado sus órdenes, aun así podían ser interrumpidos de saber que Gouryeo comenzaba a avanzar una vez más hasta ellos, pero estaba claro que no se atreverían a abrir esas telas para ver lo que Yunho estaba planeando con el enmascarado  del reino.

Después de tanto tiempo de no tener esas caricias, su cuerpo parecía estar desesperado por querer a Yunho. Podía sentir en el cuerpo contrario el mismo deseo, la forma en la que este intentaba controlarse, sus manos estaban aferradas a su cintura, pero de todos modos las soltaba de vez en cuando con ese deseo de bajarlas a su trasero. El moreno sabía que tener sexo en un lugar como ese no solo era peligroso, sino que incomodo, pero, ¿Qué le importaba a esas alturas? El solo deseaba sentirlo contra su cuerpo.

 

—No te quites todo, ¿Si?. —Advirtió el moreno mientras sin resistirse más escabullo sus manos por las telas bajas del rey.

 

Sin pensárselo más, puesto que ya no tenía ni tiempo para eso, tomo las telas de Yunho, agradeciendo que no existiera ninguna armadura de metal protegiéndolo en ese momento, habían llegado en un tiempo de alto al fuego, por ende las armaduras estaban siendo reforzadas por los herreros que acompañaban a sus soldados. Desabotono la camisa del moreno para acariciar su piel con la yema de sus dedos y crearse un camino hasta sus pantalones.

 

—Te dije que solo quitaras lo necesario.

 

—Necesito tocarte Yunho… Te extrañe..

 

—También te extrañe JaeJoong, no tienes idea de cuánto.

 

Volvió a tomar sus labios con la lujuria en su cuerpo, el pecado capital que llevaba el rey en él. Las manos de JaeJoong yacían sobre la erección contraria buscando como aliviarla, bajo sus pantalones y separándose del moreno solo para inclinarse frente a él. Si alguien los veía estaba realmente muerto, un rey inclinándose ante un soldado, dios… El mundo cambiaría demasiado.

 

Llevo la erección del moreno finalmente a su boca, no sin antes comenzar con unos juegos previos en su glande. Quería ir lento y disfrutarlo todo lo que podía, más sabía que todo el tiempo del mundo no existía para ellos, debían volver con Sunghee antes de que se hiciera más tarde, sin contar que no habían comido y quitarse las telas del rostro para comer frente a los demás no era buena idea. Por la parte pervertida, estaba alimentándose de otra forma.

 

Le gustaba demasiado como Yunho intentaba aguantar sus gemidos y dejaba escapar gruñidos en reemplazo de estos. Eso lo llevaba a atenderlo con más deseo, tragar por completo su extensión y retirarla de su boca para continuar masturbándolo. Relamió sus labios elevando su mirada al moreno provocándolo con la escena, conocía tan bien a su amante que su reacción seria la que justamente esperaba, ser tomado sin darle más vueltas.

Yunho termino inclinándose para capturar sus labios devorando cada parte de él, era tan lujurioso el beso entre sus lenguas y sus labios moviéndose con desesperación que gimió sobre estos, un sonido que Yunho debió interrumpir con un agarre a sus nalgas.

 

 

—Volteate…—Dijo en una orden la cual no demoro en obedecer.

En sus cuatro extremidades sobre el falso suelo que habían puesto para ese lugar, era una simple tela sobre el césped del bosque. Yunho se deshizo de sus telas inferiores bajándolas junto con su ropa interior hasta sus rodillas, sería más fácil de poner rápidamente si es que ocurría algo y cuando pensó que debía prepararse para recibir a la gran extensión de su amado, fue obligado a callar sus gemidos con sus manos. Mordió y apretó su mano para evitar que esos jadeos salieran, Yunho siempre lo pensaba todo, ¿Cuánto tiempo llevaban sin sexo? Su entrada no estaba precisamente preparada para recibir una erección como la del moreno, por ende lo que este pensó en solución fue ir directamente a su entrada para lubricarle con su lengua.

¿Cómo resistirse a algo como eso? Sus gemidos parecían querer salir con todo, había sido una muy mala idea dejarse llevar de esa forma tenía que pensar en algo mejor como llevarlo al bosque para gemir a gusto, pero les habían ganado el plan la otra pareja.

 

—Yunho…—Pronunció entre pequeños jadeos. — Por favor… Ya no aguanto..

 

—Te haré daño…Déjame prepararte bien.

 

—No. —Negó mordiendo de nueva cuenta su mano cuando la húmeda lengua de este volvió a ingresar en su entrada. — Por favor Yunho, puedo resistirlo…

 

Sería que una petición como esa o el tono que estaba utilizando fue demasiado para el libido del moreno que no demoro en jugar con su glande entrando y saliendo de él, como si le estuviera advirtiendo de lo grande que se encontraba después de tanto tiempo.

 

Como extrañaba sentir esa dura erección entre sus nalgas, el dolor que este provocaba al ingresar tan lentamente, pero hacerlo de una vez por todas complicaría sus movimientos para huir luego con su reina, por ende, Yunho debía dejarlo con movilidad en sus piernas, por más mínimas que fueran, solo necesitaba subir al caballo, nada más que eso, montar a su pura sangre seria otra complicación que no estaba considerando en realidad, Sunghee seguramente se reiría de él por la poca movilidad, era avergonzante pensarlo en esa posición, tenía que actuar normal, pero aun así no detuvo al moreno, lo quería adentro.

 

Sus manos sufrirían las consecuencias, las marcas de sus dientes, una que otra gota de sangre por lo tanto que estaba aguantando, el mismo moreno lo regañaría por lastimar sus manos. ¡No tenía de otra! ¿Cómo se suponía que callara esos gemidos con esos movimientos? Además Yunho no era un coreano promedio, su tamaño no era promedio, si el ya no entraba en el promedio Yunho lo seguía superando, su extensión además de lo dura que esta se ponía, eran consecuencias para su forma de caminar.

 

Los gemidos salieron con más frecuencia. Yunho se encargó de acercarse y cubrir su boca con su mano, pero solo consiguió que el metiera sus dedos a su boca para lamerlos morderlos y hacer todo lo que le resto para su erección.

 

—Maldita sea…—Gimió el moreno. — Detente. Tenemos que ser cuidadosos y así no puedo…

 

—Agh…No seas cuidadoso.

 

—Shh.. JaeJoong, aquí no.

 

—Agh… Solo acaba dentro de mí, por favor..

 

 

Por otro lado el moreno no era de piedra, si bien la tenía como una roca por culpa de la excitación que había provocado JaeJoong en él, el rey sabía el poco control que tenía y que claro, deseaba tomarlo sin tratarlo como a un diamante, hacerlo gemir su nombre. Pero con tanto público tenían sus consecuencias, no podía hacer de las suyas, con todo el deseo que tenía, debía aguantarlo.

 

Con los movimientos de Yunho tan acertados, ambos cuerpos afectados tras el tiempo que estuvieron separados, sin contar que la lujuria en ambos era bastante grande, ambos terminaron tirados en el suelo, uno sobre el otro aun con Yunho en el interior de JaeJoong luego de marcarlo como de costumbre. Los brazos del moreno abrazaron el delgado cuerpo de su rey y lo mantuvo en todo momento cerca de él.

 

—Te extrañe mucho.. —Finalmente admitió sin utilizar un tono tan ronco. — Me alegro de que vinieras a verme, es peligroso pero estoy feliz…

 

Sin poder evitar sonreír, llevo sus manos a las ajenas para acariciarlo mientras buscaba entrelazar sus dedos.

 

—Por cierto… ¿Era Sunghee?

 

Asintió.

 

—¿Viniste con ella? —Pregunto sorprendido. — Deberías decirme que ocurrió luego de que me fui. ¿Cómo reacciono ella?

 

—Bueno. Lo tomo bien… Me di el tiempo de explicarle todo, pero lo entendió porque vivió lo mismo. Esta muy enamorada de Changmin…

 

—¿Puede ser que tengamos la suerte de nuestro lado?

 

—¿Lo llamas suerte? Yo no veo que sea suerte, estas lejos de mi, en una guerra entre reinos, no puede ser suerte.. —Pronunció desanimado.

 

—Podemos ganar… Tenemos un alto al fuego por enviar una advertencia. Ellos no pueden avanzar más JaeJoong, tienen demasiados heridos y muertos. Y…

 

—Odio eso. Lo sabes.

 

—Eres el rey, debo decirte estas cosas.

 

—No lo hagas ahora, envíamelo con el mensajero. Sé que suena egoísta pero no quiero preocuparme de otra cosa que no sea de ti. —Tomo aire antes de suspirar con suavidad. — Odio que los reyes debamos enviar soldados para arreglar diferencias en vez de hacerla nosotros mismos, arriesgar vidas por otras.. Es absurdo…

 

—Pero mi amor…

 

Yunho ejerció un movimiento intentando acomodarse para ver su rostro, un movimiento que le obligo a ejercer presión en su parte baja en contra del rey. JaeJoong al sentirlo gimió de inmediato, era una mala posición si deseaban no tener una segunda ronda.

 

—Sal…—Pidió de inmediato.

 

—¿Ahora me pides que salga? —Volvió a empujar contra su interior.

 

—Agh Yunho…

 

—Tu eras el que lo quería.

 

—Sal ya. —Volvió a ordenar. — ¿Ahora quieres correr peligro?

 

JaeJoong intento moverse para retirar por su cuenta la extensión de Yunho de su interior, pero otro movimiento propio le saco un gemido de sus labios.

 

—Yunho, sal…Puedo sentirte.

 

—¿Ah sí?

 

El moreno lo rodeo de nueva cuenta con sus brazos evitando otro movimiento.

 

—¿Qué sientes?

 

—Estas… Estas duro otra vez. —Apretó sus labios. — Me estas excitando…

 

—¿Podríamos?

 

—No debemos..

 

—¿Pero…?

 

—Lo necesito…

 

 

 

 

Luego del segundo encuentro sexual decidió alejar al moreno de su cuerpo, no podía tenerlo cerca sin sentir como se excitaba una vez más y tenerlo en su interior significaba que volverían al punto de partida. Arreglar sus ropas parecía más una imagen de esas donde el rey busca a damas de compañía por sexo, acaban  y estas se visten para su retiro, aunque no se sentía igual sino que era como su imaginación en cierta comedia lo imagino.

 

Terminar abrazados era la única forma de seguir teniendo un contacto, además de unos cuantos besos como recarga para el camino. Yunho acariciaba su vientre mientras sus manos estaban entrelazadas, sus cuerpos en contra de la mesa para tener estabilidad, esperaban nada más al caballo con Sunghee para irse finalmente, las horas se habían hecho nada y aun con el estómago vacío no le importaba estar ahí a poco tiempo de perder el sol.

 

—¿Por qué haces eso?

 

—¿Qué? —Respondió Yunho.

 

—Acaricias mi estomago…

 

—Es solo un acto reflejo, nada más. —Rio leve.

 

—¿Quieres ser padre Yunho?

 

—¿Eh? —Dijo en una leve risa. — ¿A qué viene esa pregunta?

 

JaeJoong se encogió de hombros.

 

—Solo quería preguntártelo. Ya sabes, no puedo darte un hijo y sé que tendrás que estar con una mujer para eso.

 

—¿Te preparas psicológicamente para eso?  

 

—Tengo que. —Dijo algo frustrado. — Bien… Es porque — Tomo aire y soltó finalmente un suspiro suave. — Sunghee está embarazada.

 

—¿Lo está? —Respondió sorprendido.

 

JaeJoong asintió.

 

—Ella dice que es mi hijo, pero ya sabes, también estuvo con Changmin y no es nada seguro. —Volvió a encogerse de hombros. — No me molesta que sea de Changmin, de hecho igual me hace feliz, Silla tiene un heredero.

 

—¿Cuántas veces estuviste con ella?

 

—Hm… Dos.. ¿Tres? —Respondió inseguro. — No más que esas obvio. No recuerdo si fueron tres en realidad, solo que una fue esa maldita semana de la boda.

—¿Te contó de Changmin?

 

—Si. Pero.. Osh.. —Llevo sus manos a su rostro frustrado. — No quiero pensar en eso, no quiero cálculos ni nada. Está embarazada y listo, tendremos un hijo mio o de Changmin.

 

Esta vez Yunho Río.

 

—¿Qué es tan gracioso?

 

Se separó inmediatamente del moreno para ver su rostro.

 

—¿Crees que estoy molesto?

 

—No sé qué imaginar… Tu no querías que te contara acerca de nosotros.

 

—Eso fue antes de saber que ella ya tenía a su enamorado.

 

—Tampoco iba a ocultártelo…

 

—¿Es por eso que la trajiste?

 

Asintió.

 

—¿Entonces? ¿Por qué la pregunta de querer o no ser padre?

 

—Porque… No puedo darte hijos y quiero que los tengamos.

 

Yunho  espero para tomar el cuerpo contrario y abrazarlo por la cintura, lo beso inmediatamente un corto beso para callar los pensamientos de JaeJoong.

 

—Hay muchas formas de tener hijos JaeJoongie… Tenemos tiempo para pensar en eso..

 

—Solo vuelve con vida a mi, ¿Si?

 

—Lo que mi rey ordene… 


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