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My King por MiRoApril

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Esa noche durmió con JaeJoong. El mayor se mantuvo en sus brazos, abrazado, descanso contra su pecho hasta que por la madrugada busco una mayor comodidad. Al sentir el leve movimiento del príncipe lo obligo a despertarse, pues este busco comodidad en su brazo para mantener la cercanía, puesto que no se alejó ni un poco mientras se removía en la cama, JaeJoong sabía que estaba ahí y no lo dejaría ir con facilidad. Sus ojos apenas abiertos, logro ver el rostro del mayor a su lado durmiendo plácidamente. Nunca se quejaría de dormir a su lado, le gustaba, pero debía admitir que existía un peligro en dormir juntos, no por ser descubiertos ni por los rumores que se creaban en el castillo con las malditas criadas, el peligro era por él, por su mínimo auto control.

 

 

No podía apartar la mirada de esos labios, tan rosados y gruesos, la forma que tenían, siempre le gusto esa forma tan extraña de los labios de JaeJoong y la forma en la que los relamía. Besarlo era cosa de un sueño o de una madrugada cuando este no notara que se acercaba para nada más rozar sus labios con los propios, no podía ejercer presión sobre estos, JaeJoong notaría el roce de ser así, por lo que con suerte tenía una conexión superficial, quizás solo tener esa mínima distancia le encantaba por ser consciente de que nada más le quedaba un milímetro para tocar los exquisitos labios de su príncipe.

 

Su corazón comento a latir con locura, era delatador, solo teniendo al mayor cerca este comenzaba a latir, ¿Cómo explicar esos latidos? ¿Cómo decir que eran nada más por él? Si tan solo lograra decir que esos sentimientos iban más allá que un fuerte lazo de hermandad, porque sin duda dejo de creer en ese sentimiento tan simple con el pasar del tiempo, era imposible que su corazón latiera de esa forma nada más por JaeJoong necesitaba explicaciones pero tampoco se trababa de un tema tan simple como para decirle a su familia a o alguien de confianza, y en ese castillo no existía nadie más de confianza que el mismo príncipe, por lo cual sus sentimientos seguían siendo un secreto y una confusión que debía resolver con el paso del tiempo.

 

Lentamente acerco su mano hasta el rostro del contrario, la yema de sus dedos acaricio con suavidad la piel de porcelana que este tenía, esa piel tan suave que nadie más que él la había tocado, ni siquiera las criadas, pero claro de bebe posiblemente alguien más disfruto de esa suavidad de la cual en la actualidad solo el disfrutaba. Tomo aire y soltó un suspiro suave, JaeJoong realmente alteraba todo su cuerpo,  se avergonzaba de ello, ¿Qué tal si una de esas noches el mayor notaba el problema que generaba en él?, tenerlo cerca, era un peligro, no podía controlar su cuerpo, solo tenerlo en sus brazos provocaba en Yunho esos deseos por besarlo y tocarlo. Si bien, conocía el sexo entre hombres, no era algo de lo cual debía investigar demasiado, existían libros religiosos que solo hablaban de la impureza que traía la relación entre el mismo sexo, femenino y masculino, otros hablaban de los líderes y sus esclavos, como abusaban de ellos, pero sobre todo, hablaban del placer, ¿Sería capaz de darle ese placer a JaeJoong? No parecía ser algo sencillo meter su erección en un agujero no apto para el sexo, pero aun así completamente placentero para un hombre, seguía siendo un misterio de porque sentían placer al ser penetrados, las explicaciones más lógicas eran el tener un punto de placer como la mujer, ¿Seria cierto?

 

Ya habían pasado sus años de curiosidad, donde leer libros era un pasatiempo que tenía mientras JaeJoong tenía sus lecciones de diplomacia. Siempre cubría el libro con otro para que nadie se enterara de las rarezas que estaba leyendo, además el mismo JaeJoong se encontraba en el lugar, este no aceptaba el estudio a menos que Yunho se encontrara en el lugar acompañándolo. Nunca admitió lo divertido que era ver al mayor reusarse a sus clases solo por mantenerse junto a él, por más que intentara calmarlo y decirle que luego se encontrarían, este no deseaba ver a sus mentores. << ¡No! El príncipe se distrae con el joven Yunho. >> Era una de las tantas frases que ocupaban los viejos que daban las lecciones reales. Esos momentos solo eran diversión para el moreno.

 

Si tan solo pudiera tocar esos labios y disfrutar de ese contacto, solo así quitaría toda duda de su cabeza, ¿Qué era ese sentimiento por JaeJoong? Un hermano no podía desear a otro, porque así era, lo deseaba, y con desear se refería a en cuerpo y alma.

 

—Yunho.. —Pronunció entre sueños el mayor.

 

El moreno sonrió de inmediato, con la escaza luz que ingresaba por la ventana podía apreciar el hermoso rostro del príncipe.

 

—Aquí estoy JaeJoong…—Susurro.

 

Si tan solo… Pudiera tocar esos labios.

 

El rostro del moreno comenzó una vez más a acercarse, tenía una nueva oportunidad para tocar esos labios aunque sabía que a medio camino se arrepentiría y tomaría una vez más la distancia entre sus rostros, pero mientras tuviera ese ligero descontrol en su cuerpo, tenía que aprovechar. Necesitaba esos labios.

 

 

Sus ojos se abrieron por la molesta luz del sol sobre su rostro, de inmediato llevo una de sus manos hasta su rostro para evitar forzar su vista con un recién despertar. La luz dejo de ser molesta de un momento a otro, alguien había corrido las cortinas y tras buscar a su lado al mayor, noto que este yacía de pie frente a la ventana acomodando las cortinas con el fin de quitar la incomodidad de sus ojos.

 

—Lo siento, lo siento… No me di cuenta. —Pronunció el mayor mientras se acercaba hasta él.

 

—No te preocupes. Hm… ¿Qué hora es?. —Dijo soltando un bostezo.

 

—Eh…Cerca del mediodía. — Dijo con tranquilidad el mayor.

 

—Mierda. —Se quejó. — Debo ir al entrenamiento… ¿Por qué no me despertaste? Sabes que tengo entrenamiento hoy

 

—Estabas muy bien durmiendo, no quería despertarte.

 

—¿Muy bien? — Dijo mientras se sentaba en la cama. — Kim JaeJoong, ¿Estabas viéndome dormir? —Soltó una suave risa.

 

—¿¡Eh!? ¡No! Claro que no. S-Solo desperté, te vi y listo, — Dijo avergonzado.

 

—No tiene nada de malo que me mires. —Con la misma naturalidad de siempre, se puso de pie. — Después de todo, no dejas ni a las criadas verme…

 

El príncipe trago en seco.

 

—Shh.. Yunho. — Se quejó. — No te estaba viendo.

 

—Hm... No suena muy convincente.

 

—No tengo porque probarte nada.

 

El moreno termino soltando una nueva risa mientras se acercaba. Siempre ignoraba la forma en la que se levantaba, ni recordaba que nada más traía su ropa interior, con JaeJoong era tan natural todo, no tenía por qué avergonzarse, conocía su cuerpo, aunque no completamente, desde niños claro, pero esa parte desnuda de él era normal de ver para el mayor. Por otra parte, le encantaba ver como de todas formas se sonrojaba, todo porque tenía poco pudor a su lado, se conocían de pequeños, ¿Por qué comenzar a ocultarse a esas alturas?

 

—¿No fue por eso que te molestaste la última vez? . —Dijo parándose en frente del mayor.

 

—N-No… Te dije que era por los rumores. — Trago en seco.

 

—¿Seguro? Me sonó más a celos.

 

—¿Ah sí?. — Tomo una pausa. — ¿Y por qué no me dices que significa él “Tampoco me gustaría que te vieran JaeJoong”? —Imitó su voz.

 

JaeJoong sabía cómo jugar en su contra, este memorizaba cada una de sus palabras para luego sacarlas en su cara con el fin de avergonzarlo finalmente, luego del efecto que conseguían sus palabras en el de seguro era la venganza más cruel de su parte. No era como si se avergonzará siempre, de hecho no lo consideraba vergüenza ni timidez, ni mucho menos sentía como sus  mejillas se encendían, en realidad, era nerviosismo, el cómo JaeJoong descubría el significado de sus palabras sin decirlas directamente.

 

—¿Eh? Oh…—Trago en seco. — Eso…

 

—Sí, eso…—Se acercó poco a poco a él.

 

—Es, exactamente eso. —Relamió sus labios. — ¿Qué otra cosa podría significar?

 

—Hm… ¿Solo eso? —Tomo una pausa. — No suena convincente. —Cito sus palabras.

 

En comparación a él, JaeJoong estaba vestido. Traía esas hermosas telas que solo los de la realeza podían utilizar, ya que resaltaban entre los demás. Se encontraba en una desventaja, el mayor podía ponerlo más nervioso con solo mantener su mirada en su cuerpo, siempre había sido así, ya que esa mirada provocaba que el nulo control que tenía comenzará a desaparecer.

 

—Dime tu, ¿Qué crees que significa?

 

JaeJoong no se detuvo, siguió caminando hasta quedar frente a él, la distancia no era normal, aunque debía bajar apenas la mirada para ver sus ojos, podía sentir su respiración chocar con su piel.

 

—Creo que significa…—Susurro. — Que me quieres solo para ti.

 

Trago en seco. Eran exactamente las palabras que pensó cuando las pronunció.

 

—¿No me equivoco? ¿No?

 

—También me quieres solo para ti, ¿No?

 

Tenía que desviar el tema y volver a tomar la iniciativa. Pero la distancia en la cual se encontraban sus rostros era mínima, perdería el poco control que tenía, además ya sentía la excitación aumentar producto de los susurros de JaeJoong, estaba en grandes problemas.

 

El mayor de la nada guardo silencio, pero su mirada no se apartó de sus ojos, podía ver en ellos como jugaba con su vista desde sus ojos a sus labios y asi sucesivamente. Cuando lo vio relamerse los labios, recordó el día anterior, sus labios estuvieron a la nada de tocarse, si no fuera por esa alarma, quizás en que situación se encontrarían en ese momento. ¿Cómo reaccionaría JaeJoong a un beso? ¿Lo evitaría después? ¿Lo enviaría a la ahorca? ¿Sería posible que sintiera lo mismo? Había algo, no tenía duda de eso, su relación no era de amigos ni hermanos, pero tampoco podían ser amantes.

—Yunho.. —Susurro una vez más el mayor.

 

La vista de JaeJoong estaba fija en sus ojos, parecía que había conseguido lo que buscaba.

 

—Cuando estuvimos en la cocina….—Tomo una pausa.

 

Mierda, lo había recordado.

 

—Tu…

 

Trago en seco.

 

—¿Ibas a besarme?...

 

JaeJoong estaba lo suficientemente cerca para sentir una vez más sus labios rozarse con los propios. No podía responder, sus labios se entreabrieron dejando que apenas lograran rosarse entre ellos, era un juego con el libido del otro, quien sería el primero en perder el control para capturar los labios del otro. Las manos de JaeJoong se apoyaron contra sus hombros para mantener la cercanía mientras que sus manos se perdieron en la cintura ajena deslizándose lentamente hasta aferrarse a las telas.

 

—Bésame Yunho….

 

—¿Es una orden? —Susurro.

 

—Si necesitas una excusa…—Soltó un leve suspiro. — Tómalo como una orden.

 

—¡Su majestad! —Se escuchó la voz tras la puerta.

 

Cerró sus ojos con fuerza apretando sus labios mientras se separaba de JaeJoong, lentamente, como si esa distancia lograran retomarla en un abrir y cerrar de ojos de no escuchar la voz tras esa puerta una vez más. Pero existían cosas imposibles, entre ellas el alejar por completo a los guardias y las criadas.

 

—¡Su majestad! ¿El líder se encuentra con usted? — Preguntaron desde afuera.

 

—Mierda. ¿Por qué están buscándote ahora? —Se quejó el príncipe.

 

—Que no te escuchen hablar de esa forma JaeJoong. —Susurro. — ¡Si, aquí estoy! —Pronunció tras tomar distancia e ir en busca de su ropa.

 

—¡Señor Jung! Estamos a la espera de usted para el entrenamiento.

 

—¿Entrenamiento? —Pregunto Jaejoong.

 

—Oh cierto. Hoy es el entrenamiento…—Se quejo llevando una de sus manos a su cabeza. — ¿Cómo pude olvidarlo?

 

—Estabas distraído…—Pronunció con total normalidad el mayor.

 

—¡Voy en seguida!

 

Dio su última orden y termino de arreglarse. Acomodo la espada a un lado y se asomó frente al espejo para arreglar las telas de su ropa. El ambiente estaba silencioso luego de su encuentro, una vez más estuvo a nada de tocar los labios de JaeJoong, pero tal parecía que el destino los separaba, ¿Era una señal? ¿Cómo debía tomarlo?

 

Veía a través del espejo como JaeJoong había perdido su mirada en el suelo mientras se apoyaba de uno de los pilares de la cama. Parecía triste, como si algo le faltara. No estaba tomando atención a su camisa, se giro ya “arreglado” para acercarse a su príncipe, ¿Podría robarle un beso y ya? ¿Todo se acabaría? ¿Qué tal si el mayor estaba mal por el beso? ¿Quería besarlo?

 

—¿Qué ocurre? — Pregunto.

 

—No es nada.

 

JaeJoong fijo la mirada en el, una expresión fría que cambio a una sonrisa acompañada de una leve carcajada.

 

—¿Así piensas salir?

 

—¿Eh? ¿Qué tiene de malo?

 

—Yunho. — Tomo las telas de su camina y comenzó a acomodarlas. — ¿Estabas distraído que no arreglaste bien tu ropa?

 

—¿Eh? No, claro que no, estoy con prisa.. Esperan por mi.

 

—Si claro.

 

El más bajo se quedó quieto mirando nada más que la telas por un momento. A veces deseaba saber que pasaba por la cabeza de JaeJoong, porque sus expresiones cambiaban tan rápido, que era lo que deseaba. De la inexpresividad, se formó una sonrisa dando el último ajuste y desviando su mirada hasta sus ojos.

 

—Listo. — Susurro JaeJoong.

 

Una vez más el silencio se apodero del ambiente, tal parecía que la conexión en sus miradas era la peor forma de continuar con sus actividades, puesto que de encontrarse, les era imposible dejar de ver al otro. Por su parte, esa belleza de JaeJoong, imposible no dejar de verlo. Su control se había ido con ese último encuentro de sus labios, ese roce, maldita sea, sus labios se habían tocado, aunque era un mínimo contacto había sentido los contrarios. Tomo a JaeJoong por la cintura y lo acerco  a su cuerpo con un solo fin, lo besaría, basta de estar esperando el mejor momento, necesitaba tocar esos labios.

 

Los ojos de JaeJoong le mostraban lo sorprendido que se encontraba ante sus acciones, pero no se resistió, no quería preguntarse por qué no dijo nada, solo se concentró en ver sus ojos mientras se acercaba y los cerraba para disfrutar del contacto, que nunca llego.

 

—¡Su majestad!

 

Una vez más eran interrumpidos.

 

—Maldita sea…— Pronunció soltando la cintura del mayor.

 

—No. —JaeJoong rodeo con sus brazos su cuello con el fin de evitar que se separara más de su cuerpo. — Ignóralo…

 

—Si no respondes van entrar por ti.

 

—Bésame Yunho. — Pidió el mayor. —

 

—JaeJoong si lo hago ahora…

 

—Bésame…

 

No lo pensó más, tomo el cuerpo del contrario decidido una vez más a unir sus labios. No había tenido tiempo si quiera para reaccionar a las palabras de JaeJoong, este le estaba pidiendo que lo besara, con su autocontrol nulo, solo se acercó hasta unir sus labios con un simple contacto. Simple, puesto que la puerta sonó con unos cuantos golpes y una vez más…

 

—¡Su majestad! Si no responde estamos obligados a ingresar. — Con la molesta voz de los guardias.

 

¿Cuánto había durado ese contacto? ¿Un segundo? ¿Quizás dos? Más que eso seguramente no, estaba seguro que el contacto fue tan corto para tomar el contacto de sus labios como un roce, apenas había logrado disfrutarlo, necesitaba más. Aun así, psicológicamente se sentía demasiado feliz, había tocado esos labios y JaeJoong no lo evito.

 

—¡No es necesario! Voy en seguida. Solo un segundo.

 

Escucho al mayor pronunciar mientras desviaba su mirada de él, estaba avergonzado, ¿Sentiría la misma insatisfacción que él?

 

—Entendido su majestad. — Se escuchó tras la puerta.

 

—¿Tienes que ir al entrenamiento? —Preguntó.

 

—Si, sabes que no puedo dejar al escuadrón.

 

—¿Puedo ir?

 

—¿Hm? ¿No tienes algo que hacer?.

 

A juzgar por la forma en la que llamaban al príncipe, claramente tenía deberes de la realeza los cuales tratar, no quería que este fallara una vez más a esos encuentros, era la razón por la cual JaeJoong no le daba importancia a los estudios diplomáticos, aun después de terminarlos todos, debía seguir aprendiendo más. Probablemente la reunión a la que debía asistir era por el ataque del día anterior, necesitaban reunir toda la información para saber la razón de aquella invasión.

 

—Si, pero…

 

—Hazlo, ¿Si?. — Pronunció acariciando la mejilla del mayor con suavidad.

 

En todo ese momento no había tonado que estaban perdiendo tiempo organizando un próximo encuentro en vez de probar una vez más los labios de este con un verdadero beso.

 

—Iré luego de terminar. — Dijo el mayor.

 

Lo vio caminar a la salida, pero este se detuvo poco antes de llegar a la puerta y volvió a acercarse. Capturo sus labios en un rápido contacto y se apresuró a la salida.

 

Su sonrisa creció poco a poco mientras lo veía caminar. Se acercó a la salida para ver como este caminaba con su mirada encima, podía notar los nervios del mayor se hacían presentes por tener su mirada siguiendo cada uno de sus movimientos. No se despegó hasta que lo vio girar en uno de los pasillos, solo así cerró la puerta de la habitación tras su cuerpo y salió en dirección a su cuarto.

El entrenamiento había sido agotador. Se había dedicado a cada uno de los movimientos de su escuadrón, después del resultado del día anterior debía entrenarlos mejor, exigirles más, con guardias como los del día anterior la familia real terminaría en grandes riesgos. Lo que menos deseaba era poner en peligro a su príncipe, arriesgaría todo por mantenerlo a salvo, su vida podría darla por él.

 

Varios miembros de su escuadrón se habían retirado, solo aquellos  al os que se les había permitido la salida, puesto que a muchos les faltaba trabajo y entrenamiento. Escuchaba los susurros acerca de su  exigencia aquel día, pero no le importaban los comentarios, si no exigía no servían de nada, debían ser capaces de pelear una buena batalla. Aprovecho cada minuto en enfrentarse a más de uno de los guardias, enseñar el movimiento de espada, todos ellos debían manejar aquel movimiento, la espada era una herramienta básica para los guardias, otras armas eran inútiles, a menos que realmente manejaran el uso de ellas en batalla.

 

 

—¿Eso es todo lo que tienes? —Dijo con su voz agitada a uno de sus inferiores. — Vamos. Levanta más esas manos… Toma con firmeza la espada. No tengas miedo.

 

El sonido de las hojas al chocar resonaban en todo el salón, además de las palabras de aliento a su subordinado con el fin de derrotarlo, nadie lo conseguía, era el mejor por ello había sido nombrado líder de escuadrón, era encargado de todo incluso de entrenar a los inferiores, el mejor entrenamiento para mantener a salvo a la familia real.

 

Su contrincante golpeo su abdomen consiguiendo debilitarlo para dar con la espada cerca de su rostro, pero fue lo suficientemente rápido para detenerlo fijando la hoja de su espada verticalmente contra él.

 

—Estuvo cerca.

 

—Mierda. —Se quejó el subordinado.

 

—Otra vez. —Pronunció en una orden.

 

Entonces la batalla continuó.

 

Nuevamente el sonido de las hojas se hizo presente por unos cuantos segundos más, fueron detenidos por las voces de los guardias de turno en la entrada anunciando el ingreso de su príncipe. Todos incluyéndole se realizaron el respectivo saludo, puño al corazón y la venía correspondiente.

 

—Descansen…—Pronunció JaeJoong mientras ingresaba.

 

—Si su majestad.

Todos se alejaron de su líder obedeciendo las órdenes del príncipe. Mantuvo su postura de respeto en todo momento mientras el mayor se acercaba a el, cuando se encontraba con los demás le era dificultoso actuar como el Yunho que el mayor conocía desde pequeño, se mantenía en el papel de líder por respeto a su familia, los Jung.

 

—Dije que basta de eso. — Pronunció JaeJoong cuando yacía frente a el.

 

—Sabes que aquí no puedo.

 

—Estas conmigo, no interesa el resto.

 

Tomo aire y soltó un suspiro pesado, estaba agotado, completamente sudado, el entrenamiento había sido duro, al perder el ritmo dudaba retomarlo con facilidad para continuar con sus subordinados, por lo que apoyo su mano en el hombro de JaeJoong y sonrió a este para ver  luego a los demás.

 

—¡Es todo por hoy! Pueden retirarse.. — Anunció.

 

No demoraron en quedar completamente solos, en otra definición de la palabra, puesto que en el castillo el lugar en el que claramente quedar solos no era la sala de prácticas. ¿Qué tal si alguien ingresaba? Tenía millones de armas con las cuales atacar al príncipe, no podían estar a solas en ese lugar. En cada pilar se encontraba un guardia, incluyendo en la puerta principal y seguramente otros dos fuera de esta.

 

—¿Quieres entrenar? —Pregunto JaeJoong.

 

—Si quieres hacerlo. Claro

 

—Si quiero. —Respondió el príncipe acercándose para tomar una espada. — Por cierto, te ves bien así…

 

Una vez más Jaejoong estaba haciendo de las suyas para ponerlo nervioso, probablemente para conseguir ganar en el encuentro de práctica, hacerlo recordar el beso y distraerlo por completo. El príncipe era el único que había estado cerca de derrotarlo, pero claro este tenía una gran ventaja en comparación a sus subordinados, este era capaz de distraerlo simplemente con su mirada, o al observar cómo se veía, cuando estaba sudado, jadeando, mierda, las imágenes en su cabeza eran una locura.

 

—¿Listo? —Carraspeo un poco ante los nervios.

 

—Claro. Te espero…

 

No espero para dar su primer movimiento. JaeJoong conocía bastante bien cada uno de ellos, las batallas con él eran interminables, podían estar esquivando y bloqueando los ataques por mucho tiempo, hasta que uno se cansara primero o encontrara la forma de distraer al otro. En ese caso, el estaba más agotado, probablemente sería la primera vez que lo vencerían, y para peor se encontraban otros guardias observando su encuentro.

 

JaeJoong lo había obligado a retroceder en varios movimientos por el cansancio, pero volvía a retomar el ataque, hasta que finalmente consiguió hacerlo caer, cuando se posiciono sobre su cuerpo para declarar la victoria, fue el momento perfecto para tomarlo por la cintura y arrebatar su espada. El príncipe se encontraba bajo su cuerpo con la espada clavada al lado de su rostro, claramente a varios centímetros lejos de este, no le haría daño jamás.

 

—Gane…—Sonrió victorioso observando los ojos ajenos.

 

—Otra vez. —Susurro JaeJoong. — Pero es injusto, ya te había ganado

 

—No lo fue… Tardaste mucho…

 

—E-Eso es mentira.

 

—Tardaste…—Río leve. — ¿Te distrajiste?

 

—N-No…—Susurro.

 

Tal parecía que aquel día el perderse en los ojos del otro era inevitable.  JaeJoong tomo su rostro entre sus manos y observo sus ojos turnando unos segundos en detallar con a mirada cada una de sus fracciones.

 

—Bésame. —Susurro.

 

Su corazón se detuvo por varios segundos, los nervios aumentaron y su visa, no pudo evitar observar a los alrededores, como todos los guardias desviaron la mirada de su escena, si no elevaba la mirada probablemente estos estarían atentos a cualquier movimiento, no quería creer que los guardias a su espalda estaban observando todo aun. Sin duda los rumores crecerían, podía soportarlo, más su familia no, lo que menos deseaba era alejarse de su príncipe.

 

—Jaejo…

 

—¡El rey! ¡Es el rey!

 

Todas las miradas de inmediato se centraron en la puerta del salón, uno de los anunciantes no dejaba de gritar por los pasillos. Todos entraron en pánico, mientras que él junto con el mayor de inmediato retomaron la compostura para averiguar qué era lo que ocurría.  La preocupación era en gran parte por un posible nuevo ataque, pero las campanas no estaban sonando, por lo que el miedo se había apoderado más del príncipe que de él.

 

JaeJoong corrió por los pasillos seguido Yunho, quien sostenía con fuerza su arma en caso de tener un encuentro, no podía destacar nada, siempre debía estar atento. El escandalo los llevo hasta la habitación de los reyes. Al rey Kim lo acaban de ingresar con ayuda de unos cuantos guardias para recostarlo en la cama. Seguido de esto, dos de los médicos reales ingresaron quitando a la multitud del castillo del camino.

 

—Muévanse. Den espacio.

 

Cerraron las puertas frente al príncipe quien comenzó a golpear desesperadamente para ingresar, pero los guardias no le permitían el acceso. Con los médicos en el lugar nadie más que la reina podía estar presente. JaeJoong comenzó a derramar un par de lágrimas, verlo así solo lo impulso a tomarlo entre sus brazos y alejarlo del lugar.

 

—¡Déjame! ¡No! ¡Papá!

 

—JaeJoong… JaeJoongie espera.

 

—¡No! ¡No!

 

—JaeJoong.. Espera. Escucha.

 

Tomo entre sus manos el rostro ajeno buscando llevarlo a la calma, aunque el igualmente estaba tan asustado como JaeJoong, su rey estaba en peligro.

 

—Yunho… Yunho… Papá, papá esta..

 

—Tranquilo. Tranquilo… No hay que precipitarse, ¿Si?

 

El mayor se aferro a su cuerpo, lo abrazo sin importar la presencia de las personas. Criadas y guardias. Pero tampoco le importo, ver a JaeJoong tan asustado, con sus ojos llorosos, no, no podía verlo más de esa forma. Lo abrazo con fuerza y lo mantuvo contra su cuerpo, los demás solo eran espectadores curiosos que se encontraban ahí a la espera de los resultados médicos.

 

—Yunho, ¿Qué esta pasando? —Pronunció a lo lejos su padre llevándose toda la atención de los presentes.

—Es el rey.

 

—¿Qué? ¿Qué sucedió? —Pregunto el superior observando a los alrededores, pero nadie le dio una respuesta. — ¿Qué esperan? ¡Fuera de aquí!

 

Criadas, empleados, guardias, todos se alejaron dejando nada más a su familia y a ellos frente a la puerta. En ningún momento soltó el cuerpo del mayor, ni siquiera con la presencia de sus padres frente a ellos. JaeJoong estaba aferrado a su cuerpo, manteniendo su rostro apegado a su hombro intentando calmarse, mientras ambos eran observados por los ojos de los Jung. ¿Qué importaba? Ambos sabían de la relación cercana que existía entre ellos, pero también de cómo que odiaban como hablaban del príncipe y el guardia real más allá de una amistad. Dos hombres juntos no era lo correcto.

 

—Su majestad. — Se inclinó su padre.

 

Su madre imito el saludo de su esposo y se mantuvo a su lado.

 

—Disculpe a mi hijo por su actuar. — Pronunció tomando la mano de Yunho buscando separarlo. — Ya deberías dejar a su majestad, Yunho.

 

—Papá yo…

 

—No. —Interrumpió JaeJoong. — Yo quiero estar así con él.

 

—Pero señor, no queremos malos entendidos en el castillo… Y…

 

—Las malas lenguas hablan de lo que no saben, no contaré mi vida a quien se pase por delante. Lo que crean los demás no es asunto mío.

 

—Disculpe su alteza. —

 

Ambos padres volvieron a inclinarse. Tardaron unos segundos en acostumbrarse a la escena de verlos abrazados antes de retomar su misión y acercarse a la puerta.

 

Tras un par de golpes y anunciarse, las grandes puertas se abrieron. Tras ellas se encontraba la reina limpiando sus ojos con un pañuelo antes de acercarse rápidamente a su madre para abrazarla. Ambas eran amigas por alcance, se habían conocido por sus esposos y mantenido una amistad desde entonces. Por otra parte, JaeJoong quería salir corriendo hasta su padre para saber de su salud, aun así, no lo dejo moverse, aunque podía sentir los leves impulsos de su cuerpo por querer salir de su agarre.

 

—Tranquilo. Toma tu tiempo…—Susurro.

 

—¿Cómo está esta todo? —Pregunto su padre. — ¿Qué ha ocurrido?

 

—Lo han envenenado. —Respondió su madre.

 

—¿Qué? ¿Cómo sucedió? —Exaltado, su padre se acercó al rey observando como aun este no se despertaba de su trance. — ¿Cómo ocurrió? ¿Quién fue el responsable?

 

—No lo sabemos. — Tomo una pausa la reina. — Estábamos brindando poco antes de comer. Cuando tomo un trago el vino, se desplomo en la silla.

 

—Es veneno señor. — Respondió el medico real. — Afortunadamente fue nada más un trago, por lo que su muerte no fue inmediata. Pero el veneno se esparce rápidamente…Me temo que no podremos evitar lo peor.

 

—¿Cuánto tiempo?

 

—Un mes… Como mucho. 


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