Aioros en compañía de Shura los habían ido a recoger, los dos no se hablaban ya que estaban sobre actuando la mentira, ya que las cosas entre los regaños por parte de Aioros hacia Aioria eran constantes.
- Esta será la última vez que te compres un coche, porque deberás conformarte con lo que tienes Aioria – El menor solamente tiro la cabeza hacia atrás para fingir que estaba fastidiado con los regaños de su hermano mayor – Siempre es lo mismo, rompes un auto y después dices que nunca lo volverás hacer, pero terminas por comprarte otro coche y más caro que el anterior – Shaka se mordió el labio inferior ya que jamás pensó de que Aioros terminara por creerse la mentira de Aiora, no obstante, por el retrovisor Shura controlaba aquel par dado que sospechaba al respecto – Roga que existen los derechos humanos, porque si no, ya te hubiera matado a latigazos por el simple hecho de que eres un adolescente, pero eso no me limita a que el tío Sysipho sepa esta vez – En eso Aioria al escuchar aquello ultimo le pego una patada sumamente suave para incitar que estaba enfadado.
- ¡Ya basta! Te pareces diez veces peor que Regulus cuando le regaña a Shura porque siempre rompe el inodoro – El peli verde oscuro se gira para fulminar con su mirada a un Aioria que ni lo inmutaba, dado que la riña entre cuñados era la peor, pero Shaka intervino.
- Aioria debes calmarte y no alzarle la voz a tus mayores – El castaño lo observaba con asombro, ya que escuchar las palabras dichas por el chico que se estaba enamorando – Además no entiendo la necesidad de mentir y menos con que… - Aioros había aparcado su auto al frente de la casa de Shaka porque le había llamado la atención de algo, pero Aioria le había tapado la boca antes de que siguiera hablando.
- Con que ¿Qué? – Le pregunta Aioros mientras se volteaba para mirar a los ojos a un Shaka algo confundido, dado que tenía tres miradas sobre él y no le gustaba estar bajo presión.
- Detesta que le mientan, es siempre así de loco – Shaka mira a un Aioria bastante alegre, ya que le había abierto la puerta y ambos se bajaron del coche – Sin embargo, vayan llendo a la casa de Kardia y Milo, que pronto iré para haya – Aioros asintió a lo que decía su hermano para después poner en marcha el motor del vehículo para después irse rumbo a la casa de los ya mencionados. No obstante, Aioria se voltea para recibir la mirada enojada de Shaka - ¿Qué? – Lo único que recibe es un golpe suave en su brazo derecho por parte del rubio.
- ¿Por qué siempre tienes que mentir? – Le pregunta en un tono severo y lleno de consternación, Aioria deja salir un suspiro y se rasca la nuca de los nervios que tenía.
- Te entiendo en esa parte, tienes todo el derecho de regañarme con eso – Shaka se sorprende al escuchar aquello pero lo que le alarmo era que Aioria se había acercado bastante a él y al ver que la distancia entre ellos se acorto, únicamente él se sonrojo y desvía la mirada hacia su lado izquierdo – A mí tampoco me gustan las mentiras, mi poder me permite anticiparme a los movimientos, a lo que van a decir e incluso si me regañan yo tranquilamente miento, pero no se me da bien mentir y eso cuéntalo como un defecto mío – Aioria toma entre sus manos el rostro del joven de cabellos rubios, para hacer que lo mire a los ojos – “Nunca me detuve admirar tus bellos ojos, veo el cielo completo en ellos, pero el brillo que destellas es algo que siempre espere ver en unos ojos como estos” Pero cambiando de tema, quería pedirte algo – Shaka asiente con dificultad a lo que decía Aioria, sin embargo, el de cabellos cortos y castaños junta su frente con la de Shaka quedando los dos unos minutos así - ¿Quieres ir conmigo todos los días al colegio? – Aquella pregunta desconcertó muchísimo a Shaka, ya que no sabía cómo sus amigos reaccionarían si es que aceptaba aquella propuesta, dado que su grupito era de cuatro personas, los cuatro vivían cerca de los otros, pero jamás reparo que su casa estaba a dos calles de la casa de Aioria.
- Te respondo llegada mañana, ya que debo consultarlo con mis amigos – Ambos se separan pero Aioria toma su mano antes de que se diera cuenta.
- No te preocupes, yo también debo consultarlo con mis dos amigos – Los dos comenzaron a reír al imaginarse la loca situación en sus diferentes puntos de vista.
Al dejar de reír, un silencio incomodo había reinado entre ellos dos, Aioria tenía ganas de besar a Shaka pero no se animaba hacerlo, ya que no tuvieron una cita formal, sino una salida entre dos amigos de colegio, en cambio, Shaka estaba algo nervioso a causa del silencio incomodo, pero opto por romper ese momento de incomodidad.
- Cambiando de tema – Aioria lo vuelve a mirar, pero esta vez con una sonrisa de lado – No me terminaste de contar acerca de ese nuevo método que tienen ustedes los vampiros – El castaño le niega ante su petición y él solamente agacha la mirada triste, pero siente en un arrebato como el de cabellos castaños lo toma de nuevo por el rostro y el sonido de un beso que le había dado en su frente; Estaba sorprendido, sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso y nunca había reparado en la calidez que despedía Aioria, se entiende que estuvieron toda la tarde juntos, compartiendo entre ellos, hablando de cosas que les gustaban, las no le gustaban, todo sobre temas triviales, pero lo que justificaba el momento era el enamoramiento que estaban teniendo por el otro.
Aioria se separa de Shaka un poco apenado por haberle depositado un beso en la frente de este, agradecía que hace unos pocos minutos atrás no lo haya mordido y recompensar el momento, prefirió depositarle un beso cálido – Otro día te cuento sobre eso, con lujo y detalles, de todas las formas que te puedas imaginar, pero – Hace una pausa para tomar el mentón de aquel chico que ya se había enamorado, observa una vez más aquellos ojos para después descender su mirada hasta aquellos labios que pronto devoraría fugazmente con besos, se relame un poco pero se contiene – Ahora debo irme a casa de Milo, porque quedamos en ir a dar una vuelta por el centro “Perdona si te miento de nuevo, pero esta vez no puedo decirte la verdad” – Shaka esboza una sonrisa tierna para después asentir a lo que decía aquel muchacho – Te dejo – Le dice para después decirle un “Adiós” en un tono triste, ya que no deseaba separarse de él, pero debía irse.
Lo veía marcharse y aquello había llenado su corazón con aquel sentimiento deprimente, estaba triste, pero recordar los diversos momentos del día en que tuvieron contacto físico, lo hizo perder el control. Sacude su cabeza para sacarse la loca idea llena de hormonas, sabiendo que recién se estaban conociendo y no debía apresurarse; camina hasta la entrada de su casa, ingresa a la vivienda, para encontrarse con la asquerosa imagen de su hermano besando al animal que tenía por esposo, gruñe bajito para así subir rápido a su habitación, al llegar se encierra en él con llave y toma asiento en su escritorio.
Lee un libro que tenía al lado mientras esperaba a que su notebook se prendiera, hasta que el sonidito característico del Skype le avisa que entro un mensaje, abandona su lectura para así leer el mensaje.
- Te espero al frente de tu casa, busca cosas para hacer una pijamada y animar un poco a Camus, ya que recibí el mensaje de Degel pidiéndome eso – Leyó en voz alta, para después asentir. Apaga su computadora, busca dos mochilas para llenar de cosas, como revistas de adolescentes, algunas sabanas y busca en su armario la bolsa de dormir – Ya tengo todo – Dice para después escuchar el grito de su hermano Asmita, se prepara para después bajar con sus cosas listas y se marcha de su casa, rumbo a la diversión entre amigos.