Epílogo
~~POV Kiyoko~~
Han pasado dos años desde la tragedia del Karasuno.
Recuerdo perfectamente el funeral que realizó toda la escuela por todos los que fallecieron en aquel edificio. Las lágrimas de todas esas personas... las lágrimas de sus familias.
He de admitir que me partió el alma ver llorar a la hermana pequeña de Hinata. Observar cómo se acercaba a la tumba de su hermano y le hablaba como si aún siguiera con vida... fue muy cruel.
"Nii-chan, vamos a volver a casa y jugaremos juntos, ¿verdad?"
Aquellas palabras de la pequeña Natsu mientras se le salían las lágrimas y abrazaba la lápida de su hermano... Fue devastador.
Situaciones parecidas ocurrieron con el hermano de Tsukishima y con la hermana de Tanaka. En general todo fue muy doloroso, sobre todo por lo que ocurrió al día siguiente del entierro.
Sugawara se había suicidado.
Ya de por sí no estaba bien, tenía un grave problema y estaba realmente afectado por lo ocurrido. Ni siquiera las ayudas de los psicólogos funcionaron con él.
Pude verlo por última vez rezando al frente de la tumba de Daichi. Cuando amaneció, sus padres me llamaron informándome sobre ello; lo habían encontrado ahorcado en su habitación. Me preguntaron si tenía algo que ver, e incluso su madre llegó a echarme la culpa. Estaban desesperados.
"¡Ha sido tu culpa, perra de mierda! ¡Por tu culpa Koushi ha...!"
Toda la situación también me afectó de cierto modo y no pude centrarme en mis estudios. Cada vez empeoraban más mis notas y por más que trataba de concentrarme en estudiar, me era imposible. Tuve que repetir 3ro y cuando conseguí graduarme, no logré ingresar a la universidad puesto que fallé el examen de ingreso. Terminé con un trabajo de media jornada con el que al menos podía ayudar a mis padres, los cuales estuvieron pasando por una pésima situación.
"Kiyoko, han echado a tu padre del trabajo. No creo poder pagar una universidad privada..."
Tal vez, si nada de esto hubiera ocurrido... Pero no pude engañarme. Esta era la realidad y lo único que podía hacer era seguir viviendo.
Aún mantuve contacto con el entrenador Ukai, el cual me informó sobre todo lo que consiguió averiguar en relación a la tragedia de hace dos años, donde al parecer Kozume Kenma y Kuroo Tetsurou fueron enviados a un reformatorio, y al cumplir la mayoría de edad, a la cárcel. Al primero le habían caído veinte años, al segundo quince.
Kozume confesó absolutamente todo lo que hizo, desde todo el tiempo que llevaba planeándolo hasta cuál era su objetivo, pero por algún motivo solo se echaba la culpa a sí mismo y no mencionaba al otro culpable. Kuroo solo se limitó a decir que era cómplice, pero no daba más información.
También resultó que nunca fueron capaces de localizar a Oikawa, el cual al parecer había desaparecido junto a Kageyama. No se supo si desde un principio eran cómplices, pero eso es algo que no me lo puedo creer. Kageyama nunca habría hecho algo así; todo era culpa de Oikawa. Además se registraron dos asesinatos en el Aoba Johsai. Iwaizumi Hajime y Kindaichi Yuutarou habían muerto a manos de aquel desgraciado. Supuestamente los drogó para luego destriparlos sin ninguna piedad.
Se supone que Iwaizumi era su amigo de la infancia; aún me sigo preguntando qué tan enfermo estaba Oikawa Tooru.
Aquel tipo poseía el dinero suficiente como para haber organizado él solo todas aquellas trampas, haber conseguido el edificio e incluso haber manipulado a personas inocentes; como a los del Shiratorizawa. Habían muerto por algo que no merecían...
Para él todo había sido un juego. Un juego que había destruído la vida de muchas personas; un juego que había arruinado y arrebatado la felicidad de gente que se la merecía.
Un juego de mierda que había terminado... y en el que el Karasuno había perdido.
Pero desgraciadamente, en este juego no podías revivir y volver a intentarlo. Una vez que perdías, ya no había vuelta atrás.
…