Capítulo 4: Error.
~~POV Yachi~~
Luego de haber saciado mi apetito y mi sed, me puse la mochila en la espalda y proseguí. Seguía avanzando por aquel pasadizo hasta llegar a una pequeña sala en la que al frente se podía ver una puerta cerrada y un televisor; a la derecha había un baño.
"—Puedes usarlo si lo deseas."
Otra vez escuchaba esa voz. Tenía miedo, además aquel tipo probablemente me podía observar. Aún así llevaba mucho tiempo aguantando las ganas de hacerlo; no tuve otra opción.
"—Cuando termines enciende aquella televisión. Así podrás observar quienes serán tus acompañantes en la siguiente prueba."
Obedecer sin decir nada al parecer era lo único que se me daba bien; creo que hubiese preferido no haberle hecho caso.
~~POV Sugawara~~
"—Parece que todos ya estáis despiertos. —Comentó aquel hombre que nos tenía encerrados.— Antes de explicaros este juego, permitidme informaros sobre la persona que superó la primera prueba y que ahora se unirá a vosotros, claro está, después de que juguéis."
Una pantalla que se encontraba detrás de Daichi y Kiyoko se encendió; me quedé sin palabras al ver que era Yachi.
"—Ganó sin hacer nada; uno de sus compañeros se sacrificó. Fue algo realmente estúpido, creí que el As de vuestro equipo llegaría hasta aquí."
Tanaka se sorprendió al ver a la joven rubia en la televisión; Daichi y Shimizu no podían ya que estaban de espaldas y atados.
Lo que acababa de decir aquel hombre... ¿Eso significaba que Asahi había muerto? Un escalofrío recorrió mi espalda y mis manos empezaron a temblar. ¿De verdad esto era real? ¿No se supone que en el voleibol no ocurren este tipo de cosas? No podía asimilarlo. No. ¿Asahi...?
—Mentira. ¡Todo esto es una mentira! ¡Es una cámara oculta! ¿Verdad? —Grité desesperadamente mientras empezaba a sudar.
"—Si quieres hacerte esa idea, es tu problema. —Aclaró en tono de burla.— Dejaré que escuchéis solo una cosa por parte de esta persona; luego no la podréis oír ni ver, pero ella sí a vosotros. ¿No suena genial? Podrá contemplar como dos de vosotros morirá."
~~POV Daichi~~
No podía moverme; la silla en la que estaba atado parecía estar clavada al suelo. Intercambié miradas de pánico con Shimizu que se hallaba en la misma situación que yo y alcé la vista para observar a Sugawara y a Tanaka. ¿Qué nos iba a suceder?
Aquel chico que nos tenía atrapados nos dio una noticia horrible; Asahi ya no estaba vivo y se había sacrificado por alguien al que Kiyoko y yo no podíamos ver. La frustración y el dolor me carcomían por dentro. Todo había sido demasiado rápido, era mucha información en tan poco lapso de tiempo.
—Si ves a Suga, dile que gracias. Gracias por estos tres años. —Escuché la voz entrecortada de Yachi.— ¡Eso es lo que me dijo! —Su tono sonaba como si estuviese sollozando.
Miré a Sugawara y a Shimizu; estaban llorando. Tanaka se veía cabizbajo. Yo, por el contrario, lo único que podía hacer era lamentarme.
—¡¿Hitoka-chan?! ¡¿Eres tú, verdad?! ¡¿Estás bien, verdad?! —Gritaba nerviosa Shimizu mientras trataba de girarse por completo para ver a la pequeña rubia.
"—Supongo que eso es todo. —Comentó aquel hombre y se dejó de escuchar la voz de Yachi; la pantalla al parecer se había apagado— Voy a explicaros en qué consiste esto."
En ese instante cayeron dos machetes de arriba. Al parecer, en el lado en el que estaban Suga y Tanaka, había un agujero en el techo. En la pared de cristal que nos separaba habían dos balanzas; una al frente mía y otra al frente de Kiyoko.
"—Una vida a cambio de otra. ¿Os suena de algo? Porque eso es lo que tendréis que hacer."
Nos miramos los unos a los otros con pánico en nuestros ojos; sabíamos perfectamente que de esta no saldríamos todos con vida.
~~POV Sugawara~~
"—Delante de Sugawara y Tanaka hay dos machetes que usarán para ofrecer "carne" a las balanzas que tienen al frente. Una de ellas pertenece a Kiyoko, la otra a Sawamura. Tienen 15 minutos para cortar cualquier parte de su cuerpo y ponerla en la balanza correspondiente de a quien quieran salvar. Para que libere a uno de los que están atados, el peso en carne que debe haber en la báscula ha de superar los 5kg.— Explicó, y conforme seguía hablando, el terror se apoderaba de cada parte de mi ser."
—¿Q-Qué sucede si se acaban los 15 minutos? —Pregunté tratando de sonar tranquilo, tratando de ocultar aquel miedo.
"—Fácil. Si ninguno de vosotros dos se sacrifica cortando partes de su cuerpo para salvar a vuestro capitán o a vuestra mánager, estos morirán. Significa que si os quedáis quietos sin hacer nada y dejando pasar el tiempo, tendréis asegurados la victoria de este juego. —Explicó sin preocupación.— Aunque... no creo que os guste ver como mueren estos dos jóvenes frente a vosotros. A veces es importante hacer un pequeño sacrificio."
Tanaka y yo nos quedamos estupefactos al saber que toda la responsabilidad recaía en nosotros. Saber que las vidas de Shimizu y Daichi estaban en nuestras manos era doloroso.
¿Teníamos que hacer esto?
Inconscientemente me dirigí a por uno de los machetes y lo agarré con ambas manos.
—Suga, no lo hagas. —Escuché la firme voz de Daichi.
—Por favor, suelta eso y deja que pasen los 15 minutos. —Suplicó Shimizu con voz temblorosa.
Me giré para visualizar el rostro de Tanaka; parecía que se rehusaba a tomarse el juego en serio. Estaba inmóvil en una esquina, no decía nada y tenía la mirada perdida. Conforme pensaba en mis acciones, el tiempo seguía avanzando.
"—Diez minutos. —Informó aquella voz."
¿Qué podía hacer? Cortarme el brazo era la mejor opción que veía en esos momentos, pero, ¿a quién salvaría? ¿De verdad tengo la suficiente fuerza de voluntad como para agredirme? Lo único que tenía en mente era querer salvar a Daichi. Shimizu era una persona muy importante, era una preciada amiga, pero... Daichi era esa persona especial.
¿Y si me corto los dos brazos? Dios, menuda estupidez, es imposible hacerlo por mí mismo. Quería salvar a los dos, pero no iba a poder a menos que Tanaka también se sacrificase; algo que parecía que no iba a hacer.
—Kiyoko-san... y-yo lo siento... —Susurró mientras seguía en aquella esquina sin hacer nada.
"—Seis minutos. —Prosiguió."
La frustración me llenaba cada vez más. La rabia empezó a invadirme y poco a poco perdí la poca razón que me quedaba.
Yo no soy así. Perdóname, Tanaka.
"—Cinco minutos. —Prosiguió."
Quiero que Daichi se quede conmigo.
—¿S-Suga-san? —Balbuceó al ver como me dirigía hacia él con el machete en mano.
Pase lo que pase, él es especial. Es la persona a la que amo.
—¡Detente! —Escuché gritar a Shimizu.
Daichi tiene que vivir.
—¡Suga! —Oí aquella voz que tanto me gustaba y terminé por atravesar la frente de Tanaka con el arma.
Se escuchaban gritos. Era inconsciente de lo que estaba haciendo en ese momento; veía mucha sangre, demasiada. Empujé el cuerpo de mi compañero y lo tiré al suelo de frente; luego proseguí tratanto de cortar su cuello.
De arriba hacia abajo, sucesivamente seguía rasgando aquel hueso; era difícil, pero de un último hachazo logré separar su cabeza de su cuerpo. Todo estaba manchado de sangre; mis manos, el suelo, la cabeza que ahora tenía a mis pies... Ignoré todo por completo y me dirigí hacia la balanza más próxima. Coloqué aquel cráneo sin vida en la báscula y alcé lentamente la vista para contemplar a Daichi.
"—Cero minutos, se acabó."
¿Eh? ¿Por qué él no estaba allí? Mis ojos se contrayeron al ver que la persona que estaba detrás del cristal era Shimizu. Me había equivocado. Esa no era la balanza de Daichi; era la de Kiyoko. El miedo me había poseído de tal manera que perdí la cordura, y encima cometí un error.
"—Bueno, bueno. Esto ha sido emocionante. Parece que tenemos a dos ganadores: Sugawara y Kiyoko. Tanaka parece estar bastante muerto, así que solo me queda asesinar a Sawamura."
—No... Esto no está pasando... —Susuré bajando mi mirada y con ambas manos en mi cabeza.
He matado a Tanaka, he condenado a Daichi. Ese no soy yo. Todo es mentira, yo nunca haría algo así. ¡Es imposible!
—Esto es un... —Dije alzando la vista y mirando los ojos afligidos de Daichi.— Error.