"—No... Esto no está pasando... —Susurré bajando mi mirada y con ambas manos en mi cabeza.
He matado a Tanaka, he condenado a Daichi. Ese no soy yo. Todo es mentira, yo nunca haría algo así. ¡Es imposible!
—Esto es un... —Dije alzando la vista y mirando los ojos afligidos de Daichi.— Error."
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Capítulo 5: Yo también te quiero.
~~POV Sugawara~~
¿De verdad fui yo quien hizo eso? Parece mentira.
Mis manos estaban manchadas de sangre, estaba sucio; me daba asco a mí mismo.
—... —Shimizu parecía mirarme con desprecio, pero no decía nada. Es como si se hubiese ahorrado una discusión.
~~POV Yachi~~
Lo que mis ojos vieron a través de aquella pantalla era algo que nunca podría olvidar. Ver como Sugawara decapitaba a Tanaka, ver como asestaba aquel hacha en su cráneo, ver como Shimizu y Sawamura gritaban para se detuviese... Fue doloroso. Yo no podía hacer nada más que observar hasta que todo aquello terminase.
"—Ya puedes salir. —Comentó aquel hombre y escuché un ruido en el baño.— Si entras allí, verás una puerta abierta que te llevará con tu nuevo grupo."
Eso hice. Me dirigí hacia aquel lugar y avancé por otro pequeño pasillo blanco. Veía otra puerta, la cual abrí y pude contemplar la sala en la cual se hallaban aquellas personas que tanto quería ver.
—Shimizu-senpai... —Susurré y me acerqué lo más rápido que pude al verla detrás de aquel cristal.
—Hitoka-chan... —Respondió ella dirigiendo su mirada hacia mí; sus ojos parecían brillar de felicidad.
"—Antes de que tengáis aquel bonito reencuentro, permitidme cumplir lo que he de hacer con Sawamura."
~~POV Narradora~~
Aún no habían dicho nada; Sawamura permanecía callado en aquella silla y Sugawara trataba esconder su mirada llena de terror. En ese momento una puerta que se encontraba en el lado donde permanecían atados se abrió y dejó ver a un hombre vestido completamente de negro; cubría su rostro con una máscara y traía un enorme cuchillo en su mano derecha.
"—No estáis obligados a ver esto. —Dijo situándose al lado de Daichi y pasando aquel afilado utensilio por su cuello."
—Esa voz... Ya veo. —Respondió Sawamura tratando de no sonar nervioso.— Eres aquel maldito...
No logró terminar la frase al sentir como le clavaban aquel cuchillo en su hombro izquierdo. Un inmenso dolor recorrió su cuerpo y dejó salir un ahogado grito que tensó a sus compañeros.
—¡Daichi! —Exclamó Koushi desesperado al verlo sangrar de aquella manera.
—Esto... no es nada, Suga. —Aplicó con una sonrisa forzada que terminó por destrozar el corazón del de cabello ceniza.
—¡Mátame a mí! ¡Déjalo, por favor! —Gritaba Sugawara mientras golpeaba el cristal una y otra vez con todas sus fuerzas.
"—Así, así me gusta. Esa expresión en vuestros rostros... Es emocionante."
Aquel hombre prosiguió la tortura empezando por cortarle la lengua a Daichi, y continuando despellejándolo poco a poco. Pasó el cuchillo desde su hombro izquierdo, clavándolo, y bajó lentamente rebanando la piel en tiras gruesas que caían al suelo. Hizo lo mismo con su brazo derecho y luego pasó al rostro, el cual desfiguró al hacer pequeños cortes.
Se podían escuchar los lamentos ahogados de Daichi, Sugawara no dejaba de golpear el cristal y gritar, Yachi se negó a ver lo que estaba pasando y Shimizu lo observó todo; vio como su amigo, el cual estaba a pocos metros de ella, era despellejado vivo.
"—Debes sentirte fatal, ¿no? —Anunció el asesino posando su mirada en Koushi pero sin dejar de torturar a Daichi.— Después de todo, esto fue tu culpa."
—¡Cállate! Cállate... —Respondió con odio.
—S...ga. —Balbuceó Sawamura.— O tamien... e iero.
Aquello fue lo último que dijo. El asesino terminó con la vida de Daichi apuñalando repetidamente su estómago y riéndose descontroladamente.
Sugawara se quedó sin palabras y se arrodilló para luego romper en llanto. Aquel hombre de negro dejó otro cuchillo al lado de la silla donde estaba Kiyoko y salió por donde había venido con una sonrisa en el rostro. Nada más desaparecer, el cristal empezó a subir y ya no había nada que separase la sala en dos.
"—Ya podéis cortar las cuerdas que la atan y liberar a vuestra compañera. Luego debéis proseguir a la siguiente sala."
Yachi se dirigió lo más rápido que pudo hacia aquel cuchillo y desgarró desesperada las cuerdas que tenían amarrada a Kiyoko. El de cabellos grises permaneció sollozando en el mismo lugar.
—Vámonos, Hitoka-chan. —Susurró Shimizu mientras abrazaba a la joven rubia.
—Sí. —Respondió dispuesta a continuar si era junto a Kiyoko.
"—Sugawara, pareces muy afectado. ¿De verdad quieres proseguir? ¿O... te rindes? —Comunicó la persona que se hallaba detrás de todo este martirio."
—Creo que me...
"Espera..."
"—¿Y bien...?"
"Daichi nunca se rendiría."
—Puedo continuar. —Respondió el de cabellos grises tratando de ponerse de pie.
"—Lástima, te tenía preparado algo muy bonito."
~~POV Kiyoko~~
Todo el camino que seguimos fue en silencio. Tener a Hitoka a mi lado me tranquilizaba de cierta manera después de haber visto todo lo que le había pasado a Tanaka y Sawamura. Sugawara nos seguía detrás nuestra aún cabizbajo. Me hubiese gustado decirle unas cuantas cosas, pero preferí callármelo por el bien de Hitoka; ya ha sufrido suficiente.
"—Seguid, seguid. En la siguiente sala os espera cierta persona."
El tono de voz de aquel hombre no me convencía del todo. Algo malo iba a pasar, de eso no cabía duda.
Proseguimos hasta abrir la puerta que nos conduciría al siguiente escenario, que sinceramente, no pintaba muy bien. Nada más entrar la persona a la que vimos nos dejó de piedra.
—¿Asahi...? —Se sorprendió Sugawara al llegar y ver aquello que estaba sucediendo.
—T-Tranquilos, estoy bien. —Forzó una falsa sonrisa.