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Hyacinthum por Neko Komori

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Notas del capitulo: Aquí un nuevo cap.
No estoy muy segura todavía pero creo que tendré un poquito mas de tiempo libre pasando esta semana. Así que con suerte les estaré subiendo dos cap. la próxima semana.

Se vienen muchísimas cosas; espero les guste tanto como a mi.
Y....no se me vayan a alterar, si en la descripción dice Yuri, es porque Yuri será....digo...solo aviso por si en el transcurso de la historia les entra la duda(?) xD

Sin mas, tengan un bonito resto de semana. Los veo el siguiente miércoles ^^

Unos cuantos rayos del sol habían comenzado a pegar en mi rostro seguido de los gritos de una persona que conocía muy bien, abrí los ojos con algo de sueño y mire a mi alrededor; estaba acostada boca arriba, veía el cielo el cual me indicaba que estaba amaneciendo.

-¡...il!..¡Gil!- Dalia estaba sentada a un lado de mi y me miraba con gran preocupación, ¿exactamente cuantas veces había visto esa mirada en los últimos días?

-¿..Dalia?-me senté con algo de esfuerzo; ella no apartaba su vista de mi, supongo que quería una explicación.

-¿que paso? ¿Por que estas aquí? - la mire fijamente, traía una canasta que había dejado a su lado; si estaba amaneciendo probablemente había salido a recoger algunas frutas como siempre, sonreí levemente cuando el recuerdo de como nos conocimos cruzo fugazmente por mi cabeza.

-yo...- no sabia que decir, había pasado tanto que no tenia idea de por donde comenzar

-tu ropa; ¿estas bien? ¡Es demasiada sangre! - fue hasta ese momento en que ella tomo mi brazo; donde mi desgarrada manga se veía, que me percate de algo sumamente importante...

Las heridas se habían ido.

-si, yo estoy...¿bien?- mire mi brazo buscando algo pero..nada, ni la mordida de esa criatura ni el corte de Aenean; absolutamente nada; en automático pase mis manos a mi espalda y...nada, no había nada....y no entendía nada, tampoco.

-¿de que estas hablando?¿déjame revisarte?- no lo pensé demasiado y deje que me desabrochara el chaleco y levantara parte de mi camisa, quito la venda de mi abdomen y...esa herida...tampoco estaba - tus...heridas...¿que paso?

-...no lo se...yo...tampoco lo entiendo- creo que en ese momento yo estaba mas impactada que ella; aunque a pesar de que las heridas se había ido, algunos golpes todavía me dolían.

-...ven- se levanto tomando la canasta entre sus manos, al parecer ya había superado esa impresión; me levante con rapidez para seguirla, tal parece que dormir toda la noche me había ayudado bastante.

-¿estas molesta?- le seguí el paso, llegando hasta su casa tras unos minutos de completo silencio.

-no, solo...-suspiro mientras abría la puerta para entrar- me asuste mucho cuando te vi ahí tirada bañada en sangre- tras eso me dejo pasar, cerrando la puerta y yendo a dejar la canasta sobre la mesa

-entonces si te importo- intente bromear con ella para ver si podía sacarle una sonrisa o un reproche pero lo que conseguí fue ver sus ojos llenos de lagrimas

-¡claro que si, tonta!...- me lanzo una naranja a la cara la cual, de no tener tan buenos reflejos, seguramente me habría roto la nariz.

-lo...lo siento...- me acerque hasta la mesa para dejar aquella naranja que me había lanzado, no sabia si estaba triste o molesta, tal vez un poco de ambas cosas- todo, salió bien en Hydrangea...

-siéntate, traeré algo para que te cambies- había limpiado sus lagrimas y mantenía una mirada seria cuando la vi entrar a su habitación; me senté como me había pedido y al poco llego con un cambio de ropa- aquí, ¿caminaste desde allí en esas condiciones? - estaba apunto de darme otro regaño si mi respuesta era afirmativa, lo veía en sus ojos, para su mala suerte, negué con la cabeza, mientras me desabrochaba la camisa para ponerme aquel cambio.

-no realmente, Eldrian me trajo a caballo- ella me detuvo un instante antes de poder ponerme el nuevo cambio, no entendí hasta que paso un paño húmedo por mi espalda, supongo que aun tenia restos de sangre, se detuvo un momento y comprendí a que se refería, retire la venda de mi pecho para que pudiera seguir limpiandome.

- ¿Eldrian?- al terminar me paso una nueva venda limpia para que también la cambiara; me vende nuevamente y procedí a abrocharme la camisa. No sonaba con mucho interés en saber, como siempre, pero seguía escuchando con gran atención.

-el príncipe de Hydrangea- voltee a verla, me miro con extrañeza como si no lograra descifrar algo, imagine a que se debía su mirada.

-con el que...tú..-

-no, él es el hermano mayor de ese descerebrado. Apenas puedo creer que lo sea.- solté con una sonrisa mientras me agachaba para recoger la que alguna vez fue mi ropa, hecha trizas.

Comenzaba a creer que a este paso me quedaría sin ropa, definitivamente necesitaba pasar al pueblo.

-¿por que?- me miro con intriga mientras yo iba a su habitación para guardar algunas cosas en mi maleta, a lo que me siguió hasta el marco de la puerta

-porque Eldrian es mas fuerte e inteligente, también muy bromista y amable; en cambio su hermano es tan...bueno, creo que ya sabes a que me refiero- voltee a verla y ella soltó un suspiro seguido de una sonrisa, claro que sabia a que me refería, ese mocoso era un tonto y estaba siendo demasiado amable.

-si, lo se...entonces, ¿preferirías casarte con él que con su hermano...?- esa pregunta me tomo por sorpresa hasta el momento no me había planteado nada como eso, pero, así fuera el o su hermano o alguien mas, mi respuesta ante el matrimonio no cambiaría

-jajajaja, claro que no- le vi mirarme por unos segundos con gran insistencia y seriedad para después dar vuelta y dejarme ahí acomodando mis cosas.

Escuche ruidos en la cocina y supuse que estaba cocinando algo, el almuerzo tal vez, me quede sentada en el piso contra la pared mientras miraba por la ventana del cuarto, con la maleta a mi lado.

Apenas podía creer que llevaba poco mas de un mes fuera de casa; en tan poco tiempo y ya era una "leyenda" en todos los reinos...o al menos en tres de ellos; ¿les habrían llegado los rumores también a mis padres?. En ese tiempo le había mandado dos cartas a mi nana, la primera había sido al inicio de la segunda semana que estuve fuera; y la segunda carta se la mande después de conocer a Amelia; después de eso habían pasado los incidentes de Aenean y luego Hydrangea, tenia tantas ganas de contárselo, pero sabia que si lo hacia debía ser en persona, temía que algo le pasara después darle tales impresiones, aparte...la extrañaba demasiado.

Había dormido tanto y aun así comenzaba a darme sueño; mis ojos se entrecerraban mientras mi mente viajaba hacia esa silueta blanca ¿que había sido? Acaso...¿esa cosa había sido la responsable de que mis heridas desaparecieran? Pero...¿como?...no lo entendía, pero si había sido ese ser, entonces le debía un agradecimiento aunque no tenia en claro porque lo había hecho.

Bostece mientras mis ojos terminaban de cerrarse...en verdad, tenia...mucho...sueño....

~~Pov Dalia~~

Miraba la comida terminada hace un par de minutos, esperaba a que se enfriara un poco para pasarla a los platos.

Aun tenia en la mente la imagen de Gil tirada al lado del río con sangre en casi toda su ropa; me había asustado muchísimo, no podía ver si estaba respirando o no, cuando me acerque y vi que lo hacia se me quito un peso muy grande de encima. Tarde cerca de diez minutos en despertarla, estaba entrando en pánico cuando por fin abrió los ojos.

Tenia tanto miedo.

Aun no entiendo como sus heridas desaparecieron; había escuchado de personas que cicatrizan rápidamente pero esto era ridículo; aparte la parte de la espalda de su camisa estaba hecha jirones....¿tantas heridas tenia? ¿Tan mal había acabado? ¿Que tan profundas habían sido esas heridas?

Sabia que las leucrotas eran criaturas muy peligrosas, muy rápidas y sus garras delanteras solían ser las de un León. Aun así ella no dudo en darlo todo.

Si sus heridas no hubieran sido curadas ella...¿habría muerto?.

¿Como podía alguien arriesgarse tanto de esa forma?

Apenas podía creer que la conocía de hace poco mas de dos semanas; y sentía que ya la conocía de meses.

Era demasiado impulsiva y hacia solo lo que pensaba que era lo correcto, no dudada en poner su vida en riesgo mientras con ello ayudara a las personas. Y aun con ello parecía no querer el reconocimiento que se le estaba dando por ello, no quería recompensas y prefería seguir viviendo en el bosque. Siempre sonreía y hacia bromas sin importar cuan herida estuviera, me costaba creer que fuera una princesa; y mas aun, que siempre le tacharan de "princesa problema"; si se lo permitieran....si le permitieran reinar sin represiones... Estoy segura de que daría lo mejor por su pueblo, de que lo protegería y haría lo mejor para ellos sin dudar, parecía irresponsable pero...no lo era, no con los demás, tal vez un poco con su propio cuidado pero no con las cosas de las personas a su alrededor. Poco importa si los conoce o no, ella...lo da todo.

Gil es una gran persona...por como ella es. A pesar de que entiendo el objetivo, no logro comprender del todo que fue lo que la llevo a querer ser alguien mas. Mujer o hombre. ¿Eso importa realmente? No es eso lo que te hace ser tú, son las decisiones y las acciones que tomas las que te definen como persona.

Y...junto a ello, no logro comprender como fue que comencé a involucrame tanto con ella.

Tenia mucha curiosidad acerca de los rumores del fantasma, que tanto escuchaba de mi padre y de algunos campesinos; pero nunca imagine que realmente le conocería. Ese día estaba cortando manzanas cuando la encontré sobre el árbol. Pude no haberle hablado y pasar de largo ¿por que le había hablado? Aun me lo preguntaba...tal vez yo también buscaba ese alguien a quien llamar amigo y aun no me había dado cuenta de eso. No estaba segura.

Agite mi cabeza un poco para salir de mis pensamientos, no escuchaba ningún sonido, fui hasta el cuarto para decirle sobre la comida y la encontré durmiendo en el suelo, estaba recargada contra la pared y su cabeza se había ladeado hacia uno de sus hombros.

Ella no era una mala persona, eso lo sabia. Me acerque hasta ella y utilizando toda mi fuerza disponible la jale hasta mi cama. Si de algo me había dado cuenta era de que ella tenia el sueño muy pesado; me las arregle para subirla a la cama como la ultima vez y suspire.

Quite sus botas y le cobije con la manta; tenia en claro que había sido una batalla muy dura; aunque sus heridas ya no estuvieran tenia muchos moretones que ella pasaba por alto y seguro no había dormido nada la noche anterior al ir directo a Hydrangea.

Le quite unos cuantos mechones pequeños de su rostro, acaricie levemente su mejilla y dandole una ultima mirada salí de la habitación. Sabia que debía de comer pero el descanso sin duda también le ayudaría muchísimo. Había sido una semana muy pesada para ella.


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