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THE PRINCES OF EROS por Sayurayaoista

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Notas del capitulo:

Sayura: bueno aqui estamos de regreso

Ana: sabemos que siempre nos andamos justificando pero esta vez

Nina: fue algo más haya de nuestras capacidades

Xóchitl: la mama de Autora-san sufrio un accidente y ahi nos tienen corriendo a urgencias dos veces pero bueno ya todo esta bien 

Nina: sin más que decir 

Todas: ¡a leer!

La tensión entre ellos creció cuando el piloto le anunció su llegada al aeropuerto internacional de China, habían dormido un rato y despertado media hora después para repasar por última vez el plan a petición de los donceles.

- ¿Listos? -

Todos asintieron a lo dicho por Ryuichi quien era el líder de aquella misión, el plan era sencillo infiltrarse primero a los terrenos que rodeaban la mansión de Fei Long y buscar una entrada trasera a dicha mansión evitando a todos los guardias, una vez dentro Víctor y Reborn crearían una distracción para darle tiempo a los donceles de buscar a la niña, Ryuichi serviría de guardia a ellos y también detendría al líder chino de ser necesario.

El lugar era enorme y tuvieron que detenerse varios metros antes de la entrada principal, los donceles vestían ropa de camuflaje y los varones sus típicos trajes, aunque dentro de estos había porta armas con varias de distintos calibres y municiones extras, sus hombres también portaban armas y algunos ya estaban infiltrados en la mansión desde hacía un mes.

La primera parte del plan iba bastante bien habían avanzado casi la mitad de aquel bosque que rodeaba la mansión cuando escucharon una detonación detrás de ellos seguidas de más detonaciones.

- ¡Mierda! -

-jefe-

-Vayan para allá, eliminen a esas basuras-

-si señor-

-Víctor, Reborn hay que separarnos ya, usen el camino oeste, no dejen que nadie nos encuentre-

-Si-

Se dividieron, mientras aceleraban el paso, Ryuichi se desabrocho el saco mientras tomaba una de sus armas era mejor prevenir que lamentar y se colocó delante de los menores.

-No se separen-

Después de unos minutos llegaron hasta uno de los costados de la mansión de estilo antiguo oriental, una de las sirvientas se desmayó al verlos dejando la puerta en donde se encontraba abierta y sin más empezaron a infiltrarse en aquella mansión.

-con Víctor y Reborn-

El de ojos negros suspiro mientras observaba al de ojos azules cargarse sólo a tres hombres, los cuales cayeron agonizantes su vista estaba oscurecida y se podía apreciar la furia en sus movimientos.

-deja algo de diversión Víctor-

El otro bufó mientras bajaba sus armas y se entretenía en patear a un tipo que estaba en el suelo aún semi consiente el cual lloriqueaba y suplicaba piedad.

- ¿Que sucedió entre tú y Yuri?-

- ¿Porque crees que sucedió algo? -

-Porque en cuanto lo mencioné noqueaste al pobre tipo a tus pies-

-los encontré a él y Cris besándose-

-y ¿le preguntaste sobre ello? -

-no quería saber-

-Entonces no te quejes, además, ¿quieres a Yuri no? -

-si, más que a mi vida-

- ¿Entonces? sólo tómalo y déjale en claro quién es su dueño y después te cargas a Cris por tocar lo que te pertenece-

Una sonrisa adorno las facciones de Víctor mientras Reborn suspiraba, ese chiquillo, haciendo un berrinche por algo tan simple por eso a veces dudaba que fuese el heredero de la mafia rusa más poderosa.

- ¿Quieres ponerle ambiente a esto? -

- ¿que propones? -

El de cabello gris saco su teléfono mientras lo manipulaba un poco y una melodía se dejaba escuchar (CANCION) el de patillas negó mientras aquella música aumentaba de volumen, una sonrisa adornó sus labios provocando que dejará fluir su lado más oscuro, uno, dos, tres tipos, todos con una certera bala en la sien, Víctor sonrió apoyándose en su espalda, terminando por cubrirlo y contagiándose de aquel instinto asesino que pocas veces se daban el lujo de mostrar a toda potencia, podía sentir el instinto del de cabello gris fluir combinándose con el suyo creando un ambiente ideal, las balas surcaban el aire dando en sus respectivos objetivos mientras que a su alrededor se iba formando una escena tétrica, el pasillo en donde se encontraban empezaban a amontonarse los cuerpos y en las paredes y piso había grandes manchas de sangre, las sonrisas en ambos ahora eran psicópatas pero aun así mantenían la cordura y evitaban mancharse de más o asustarían a sus parejas más bien las preocuparían, debían evitar ese pasillo al salir.

-/-/-/ con Asami /-/-/-

Llevaban alrededor de 10 habitaciones revisadas tan sólo en aquel pasillo, todas vacías, Akihito se empezaba a desesperar creyendo cada vez más imposible encontrar a su hija, Ryuichi había tratado de localizarla pero pareciera ser que habían desactivado la pulsera de la niña, una habitación más y el rubio se congeló en la puerta mientras entraba en el lugar, en esta había un futon pequeño rodeado de algunos peluches, en las paredes había dibujos infantiles, del lado izquierdo había un ropero al abrirlo pudieron apreciar pequeños quipao y ropa de niña, del lado derecho había una especie de burò en el cual estaba aquella pulsera de oro que tenía grabado el nombre de Mei.

-Estuvo aquí-

Akihito se inclinó sobre el futon sólo para poder oler aquel aroma tan característico de su pequeña, los otros dos donceles veían la escena conmovidos era demasiado fuerte aquel sentimiento que emitía el cuerpo del rubio que impregnaba el ambiente, pasaron unos minutos hasta que Ryuichi tuvo que intervenir, sacando al de ojos azules del lugar.

-debemos seguir buscando-

Este asintió tomando uno de aquellos peluches, una pantera negra de felpa, sonrió ante eso, ese juguete era el más cuidado y el único que tenía su lugar sobre la cama en medio de esta, tal vez su hija quería y extrañaba aquel juguete.

-vamos-

Con ánimos renovados siguieron buscando, al pasar de los minutos se acercaban a las estancias principales de aquel lugar, aunque en el camino el de ojos miel tuvo que noquear a algunas sirvientas y guardias poco armados aquello le daba una mala espina.

A medio camino de la sala común se encontraron con Víctor y Reborn quienes venían también con las manos vacías no habían podido encontrar a la niña pero al igual que Ryuichi presentarían algo, haciendo el conteo junto con los que ya habían detenido o eliminado sus hombres aquellos sólo eran 3/4 partes de los hombres de Fei y aún faltaban los infiltrados de su respectivo bando, los tres sacaron su arma al toparse un par de puertas corredizas más grandes que las demás, estas daban a la sala común y si habían deducido bien Fei, la niña y el resto de los hombres los esperaban ahí como en una emboscada cubrieron a sus respectivas parejas colocándose al frente de ellas y entraron...

- ¡Mama! -

Aquel ligero grito le regreso el alma al cuerpo, sus ojos brillaron y su corazón empezó a andar acelerado al observar a su hija, su niña, su pequeña, ahí estaba, más grande de lo que la recordaba, y vestida al modo tradicional chino, en brazos de su progenitor y rodeada de los hombres de este, quienes les apuntaban a ellos pero sana y salva, o eso podía apreciar, ellos se encontraban separados unos 4 metros y cada varón estaba adelante de su respectivo doncel y rodeados por sus hombres que alcanzaron a llegar, ambos grupos mirándose de frente sin bajar las armas en ningún momento y con la tensión palpable creciendo más y más.

-Veo que nos encontraron, Asami-san-

La voz sarcástica del actual líder de Baishe se dejó escuchar, el chino los observaba con seriedad y enojo detrás de aquella barricada de hombres armados.

-no fue difícil, ahora danos a la niña-

Aquello último había sido dicho con un tono de seriedad que daba miedo adjuntando la mirada y aura del mayor era una amenaza a toda regla, más, sin embargo, Fei ni se inmutó, pero si bajo a la menor sosteniéndola de la mano.

-Fei, devuélveme a mi hija-

Akihito salió de la protección de Ryuichi mientras observaba a Fei, en su mirada se podía ver el dolor y la desesperación, pero, aun así, su voz, había salido sin titubeos y firme.

El nombrado lo observó con una mezcla de prepotencia y seriedad sintiendo los leves tirones que le daba su hija para zafarse de su agarre, quería venganza era obvio además pudo notar el leve movimiento de protección de parte de Asami y eso lo enojo más.

- ¿Porque debería? Ella también es mi hija y además es la próxima futura heredera de baishe-

-sólo hazlo...por favor-

Su tono tembló ligeramente al igual que su cuerpo aquellos dos meses lejos de su niña habían sido un suplicio para su persona, temía no volverla a ver nunca en su vida, ahogo un grito cuando Fei sacó una pistola colocándola en la cabeza de su pequeña.

- ¿que dijiste? No te escuché-

-Fei baja el arma, no cometas una locura, ¡es tu hija! -

La situación se estaba volviendo demasiado tensa, ningún bando cedía esperando las acciones del otro, el corazón del rubio pendía de un hilo, observando el ligero temor en ojos de su nena, su cabeza estaba en blanco, ¿cómo habían llegado a esto? No lo sabía, Fei se veía serio sin temor a nada y dispuesto a jalar el gatillo.

- ¿Que me ofreces a cambio de no jalar el gatillo? -

- ¿Que? ... ¿que es lo que quieres? -

-Un beso y te regreso a NUESTRA hija-

El rubio lo pensó por un momento aquello era simple, aun así, miro a su actual novio quien asintió diciéndole con la mirada que tuviese cuidado, a él también le daba mal rollo aquella extraña petición.

- ¿Porque quieres eso? -

-Para joder a tu noviecito, además si sabes quién es el ¿no es así? -

-Lo sé, el mejor yakuza de Japón-

- ¿Y? -

- ¿Y? -

-Parece que no les has contado verdad Ryu-i-chi? -

-Cállate Fei, aquello fue un mal entendido, además era muy joven-

- ¿De que carajó están hablando? -

-soy el ex amante de Ryuichi-san-

El lugar quedó en completo silencio, el rubio volteo a ver al de ojos miel quien desvió la mirada, suspiro no era el momento ni el lugar y con la situación actual poco o nada le importaba.

-No me interesa, sólo quiero a mi hija así que haré lo que me pides-

-bien, ven por ella...bajen las armas-

Los hombres de Fei acataron sus órdenes mientras el grupo de Ryuichi seguía a la defensiva apuntándoles con las suyas.

-Todos-

-Asami-

El mayor chasqueo la lengua y bajo su arma los demás siguieron su ejemplo, pero, sin soltar el gatillo, el rubio se puso serio mientras caminaba hacia el grupo contrario, con calma y sub prisas alzando las manos para demostrar que no portaba armas, Fei dio unos pasos para quedar al frente de su grupo, sin soltar a la niña quien se removía inquieta.

-Papa Fei, déjame ir-

-No-

El chino se inclinó a su altura mientras la pequeña se tensaba, y hablo a su oído.

-tu madre va a venir para llevarte, pero no olvides la promesa que me hiciste-

-lo sé-

-/-/ flash back /-/-

-Papá Fei-

- ¿que sucede? -

La menor se encontraba practicando en el dojo, había pasado un mes y Mei había progresado extraordinariamente tenía habilidades innatas para el combate y una inteligencia superior a su edad.

- ¿cuándo vendrá mamá? -

-tu dímelo-

Una mirada sería se dirigió a la pequeña quien evitó la mirada sólo por breves instantes para poder derribar a su oponente, así como ella era lista su padre no era ningún ingenuo y ya lo había detenido más de una vez para que no le quitase aquella pulsera.

-espero que pronto-

-realmente me odias-

-no lo hago, al fin de cuentas eres mi otro papá; sólo no me agradas no tanto-

-Y ¿Ryuchi Asami te agrada? A pesar de que sabes que es como yo-

-Ryuichi-san es diferente-

- ¿En que sentido? -

-hay algo en el que me pone nerviosa, pero a la vez me tranquiliza es muy extraño-

El chino suspiro desviando la mirada al estanque de peces que se encontraba afuera del lugar, su hija tenía completamente la razón, el de ojos miel era una persona totalmente extraña, su aura era atemorizante pero atrayente al mismo tiempo y lo sabía por experiencia propia, volvió la vista a la menor recomponiendo la seriedad en su rostro.

-prométeme algo Mei-

- ¿Que? -

-ellos vendrán por ti tal vez muy pronto por ahora te dejaré regresar con Akihito, pero, deberás regresar aquí por tu propia voluntad cuando cumplas 18 años para tomar mi puesto, ¿entendido? -

-Si, papa-

 -/-/ fin del flash back /-/-

Cuando el rubio estuvo frente a él soltó a la niña quien se aventó a sus brazos, Akihito alzó a su hija colmándola de besos y abrazos mientras temblaba levemente al fin después de 2 meses su tortura terminaba.

-Mami-

-mi niña, ¿cómo estás? Te extrañe tanto-

-estoy bien, también te extrañe-

Después de revisar a su hija de pies a cabeza comprobando que no tuviera ni un rasguño, su mirada se dirigió al chino quien se había mantenido en silencio todo el tiempo, el cual lo miraba seriamente, este le hizo una pequeña seña y el rubio se acercó a él, Fei inmediatamente lo tomó de la cintura juntando sus bocas en un beso apasionado, el de cabello largo mordió su labio provocando un pequeño quejido y aprovechándose de ello para deslizar su lengua, el beso duro unos minutos más hasta que soltó al doncel que respiraba agitado, del lado de Asami este tuvo que ser retenido un poco por Víctor y Reborn para evitar que cometiese una locura, Fei sonreía con prepotencia mirándolo mientras tomaba al rubio de la cintura y se agachaba a la altura de su oído.

-Vas a tomar a la niña y vas a caminar hacia ellos sin mirar atrás o les disparó-

El rubio se tensó al sentir cierto frío en su costado añadido a la amenaza, se relajó un poco para no asustar a su pequeña y la tomó en brazos.

-despídete de Fei-

-Adiós papa Fei-

La niña abrazo al mayor mientras esté besaba su frente, Fei no se había portado mal con ella a pesar de todo era su padre y en cierta forma la quería.

-mandaré tu ropa y juguetes después Mei-

La niña asintió mientras se ocultaba entre el cuello y hombro de su madre, quien camino hacia Asami y compañía antes de llegar hasta ellos el sonido de un seguro los alertó.

-no puedo dejarlos ir impunes por haber invadido mi mansión-

Un disparo resono en el aire, Akihito sólo alcanzó a abrazar fuertemente a su hija esperando un dolor que nunca llegó, su sangre se helo al observar una sombra oscura cubriéndolos, un segundo disparo se dejó escuchar cuando el de ojos azules se dio la vuelta pudo observar como Ryuichi caía frente a ellos tomando su hombre frente a él la escena se repetía, pero era Fei quien terminaba de rodillas tomándose el hombro, las armas de ambos bandos salieron a relucir.

- ¡Alto! Bajen sus armas, ¡ahora! -

Todos los hombres de Fei acataron las órdenes mientras esté se daba media vuelta y se iba, Asami dio orden de retirada mientras se sostenía el hombro herido, salieron del lugar sin encontrar resistencia alguna, prácticamente corrieron al aeropuerto y emprendieron el viaje de regreso a casa.

-Ryuichi tu...-

El de ojos miel sonrió mientras una azafata le cosía el lugar de la herida, la joven se retiró mientras el de cabellos negros acercaba al rubio a su pecho, Mei los observaba desde lejos, los ojos del mayor se conectaron con los suyos y camino hasta donde se encontraba colocándose del lado contrario a su madre cuidando no lastimarlo.

-Gracias papá Ryuichi-

El mayor sólo esbozo una sonrisa mientras recargaba a la menor en su pecho y esta empezaba a temblar sollozando bajo, el brazo del mayor rodeó el cuerpo de Akihito quien también lloraba, la escena era realmente conmovedora sin decir nada el resto de los ocupantes tomo sus lugares y regresaron a casa.

Un suspiro de alivio brotó de sus bocas al observar la mansión de Víctor frente a ellos, al fin podían regresar a sus vidas normales, en la entrada se encontraba el personal de servicio junto con los dos menores y un tercero que reconocieron de inmediato.

- ¡Giotto! -

Reborn fue el primero en bajar de la limosina abrazando al niño que empezó a sollozar en sus brazos. -que ocurrió? -

-Pa-pá...le pego a mami, y ... se fue y fui a ver y ... mi ma-mi no ...despertaba, y entonces...llame al per-sonal se llevaron a ma-mi al hospital y ...no se na-da de...mi...mami...y...mi...herma-nito...sólo co-rrí a bus-carte tío Reborn-

Reborn apretó la mandíbula y los puños mientras Lambo consolaba al pequeño, el de ojos ónix empezó a destilar un aura de sed de sangre cuando Víctor le aventó unas llaves.

-toma mi motocicleta y ve al hospital Vongola...sólo no cometas una locura-

El de ojos negros solo asintió mientras observaba a Lambo quien le decía con la mirada que se cuidase mientras entraba a la mansión con el pequeño Giotto en brazos seguido de Lampo, a lo lejos oculto entre unos árboles una oscura mirada grisácea miraba aquella escena con furia.

-sigues tu Lambo Bovino-

Notas finales:

Sayura: esperemos que les haya gustado

Nina: y esperemos que nos compencen con algun review que andan escasos

Ana: ademas es nuestra unica paga

Xóchitl: nos vemos bye bye

 


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