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SEDUCEME por Daydream duet

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Notas del capitulo:

 

 

 

Permíteme iniciar otra vez… Soy Adam, soy gay y desde que te vi llamaste mi atención, quiero conocerte, me darás la oportunidad?

La actitud tan directa de Adam lograba incomodarme un poco, por lo general era yo quien daba el primer paso al acercarme a un chico, ahora que lo pensaba mejor creo que era la primera vez que alguien venía hacia a mi sin que yo hubiera hecho algo para provocarlo, y estar del lado pasivo de la historia era nuevo, delirante y completamente antinatural para mi.

Eleve mi brazo para raspar el cabello de mi nuca con mis dedos, Adam estaba ahí sonriéndome con esa estúpida y sensual sonrisa que podía llevarse el primer premio del top 10 colgate y apreciándolo bien no había razón para negarme.

Adam era alto, tal vez un par de centímetros más bajo que yo, tenia un cabello oscuro en un corte largo arriba y corto abajo que lo hacía lucir como uno de esos modelos para las revistas que uno encuentra en las peluquerías,  a través de la ropa y bata sólo podía decir que era delgado. Aún con todo no lograba entender porque me costaba tanto aceptar su propuesta, creí que era por que el se acercó primero pero si era racional eso poco importaba, bien podría tomar las riendas del asunto cuando se me apeteciera. entonces???  Digo, el chico es guapo que no se desprecia, quiere conocerme y no me desagrada…

Estaba cuestionándome la razón cuando lo vi.

 Seb se dirigía hacia nosotros con su cabello subiendo y bajando al ritmo de sus pasos, esos ojos hechizantes estudiandonos a la distancia y un porte arrogante que podía arrollar a un metro de distancia. Entonces lo entendí, tenia a ese idiota clavado en lo profundo de mi subconsciente,  si me concentraba aún podía recordar el sabor de sus labios y el calor de sus manos contra mi nuca, y con menos esfuerzo escuchaba resonar la arrogancia de sus palabras al llamarme trofeo.

Como una chispa todo hizo clic en mi cabeza, estaba inconscientemente aferrándome a él y eso me purgaba. Mis pensamientos debieron durar nuevamente más de lo que me di cuenta porque Seb había alcanzado casi nuestra posición,  aun con unos metros de distancia frunció el ceño antes de elevar la voz.

-Es bueno encontrarte, necesito que me acompañes a un lugar.- me soltó sin mas como quien le ordena a su perro seguirle por el camino.

-Seb.

-Adam.

Saludaron casi al tiempo, y el hecho que se conocieran logró incomodarme.

-Qué ocurre?- cuestionó Adam, al parecer la orden que dio el pequeño demonio había flotado muy a la deriva.

-Lo siento, no te lo decía a ti.- Explicó Seb encarándome directamente.

-una pena porque hoy ya tengo planes.

-No te pregunte.- me aseveró molesto, insinuando que no tenia opción. La cosa era que yo siempre tenía una.

-Nos vamos? – le pregunte a Adam ignorando con todas mis fuerzas a Seb. Mi pregunta más que eso resultó ser una invitación que Adam captó con rapidez.

-Por supuesto.- Sonrió triunfal antes de despedirse de Seb y seguir el camino que yo ya había comenzado a recorrer. -Hasta otra Seb.

Me habría gustado no voltear a verle pero no pude evitar regodearme en la satisfacción de ver la frustración pintada en su rostro mientras nos alejábamos.

-Te molesta si vamos en mi auto?- me detuvo Adam tomándome ligeramente por el brazo. No parecía ser la primera vez que preguntaba.

-oh! no, sin problema.- hice un gesto con la mano para indicar que le seguiría desde ahí.

Su auto no estaba lejos y admirándolo bien, parecía gritar que el propietario tenga dinero, eso logró amilanarme por un segundo, agradecí mentalmente que Adam no hiciera siquiera amago de querer abrir la puerta, me hubiera querido pegar un tiro en la cabeza si se le hubiera antojado actuar como caballero dejándome en la posición de dama, sin embargo el actuaba naturalmente, entrando por su cuenta y esperando hasta que yo me acomodará dentro del vehículo.

La pregunta y duda picaba mi lengua ansiosa por salir pero mi orgullo reprimía cualquier cosa involucrada con el de ojos canela, por lo que solo podía maldecirme a mi mismo por lo contradiciente Que podía llegar a ser en ocasiones, por fortuna para mi fue Adam quien dio paso a la conversación que quería tener haciendo la misma pregunta que se negaba a salir de mis labios.

-Y tu de donde conoces a Seb? Parecía un poco de mal humor hace un momento, suele ser más amable y social.

 

-De alguna forma desafortunada termine cruzandome en su camino y ahora cree que tengo una deuda con él.

-Parece no agradarte mucho, eres la primera persona que conozco a la que no le cae.

-El wey es un imbécil.-sentencie tajante sin ganas de que Adam ahondar a más en el tema. - tu De donde lo conoces??

- Al igual que la mayoría creo que le conozco de alguna fiesta, creo que fue en la bienvenida de medicina hace un año.

-Y supongo que te agrada.- pronuncie tratando de ocultar la molestia en mi voz.

-creo que entro en el común si hablamos de eso, Seb esta que se cae y si soy sincero en su momento quise intentar algo.

-Así que un ex amor?

-No, solo un chico que me rechazo olímpicamente antes incluso que pudiera acercarme lo suficiente.- Esa información si que estaba fuera de mis expectativas, a una parte de mi le habría gustado indagar más en el asunto pero la obviedad y diversión con la que Adam me observaba logró cohibirme. -A ti te gusta?

- Y una mierda. – refunfuñe entre dientes y parece que mi cara delató mi mal humor pues Adam comenzó a reírse.

-Creo que ese es un no. Y… a donde quieres ir?

-no eres tu quien me ha invitado?

-bueno, si lo pones así, no te quejes a donde te lleve.

Y cuando por fin llegamos a nuestro destino ciertamente tuve que morderme la lengua para no quejarme.

-TU casa? Es en serio?.

-Te dije que no podrías quejarte después.

Y no lo estaba haciendo, pero si el chico quería acostarse conmigo había formas más sutiles de insinuarlo.

Me encogí de hombros y lo seguí adentro, la casa era grande y bien amueblada, delataba la presencia de una familia viviendo en ella, sin embargo el lugar estaba solo.

-Espera un segundo, iré a cambiarme por algo más cómodo.

No recuerdo si siquiera le conteste, estaba absorto observando la agradable pintura que adornaba gran parte de la pared de la estancia.

No me había equivocado, resultaba obvio que Adam estaba más que bien acomodado económicamente,  la casa era amplia y cada objeto dentro de ella parecía tener grabada la palabra “caro” por donde la miraras.

Adam volvió no mucho tiempo después con un par de Jeans ajustados y una polera holgada que dejaba al descubierto su clavícula, un toque que lo hacía lucir innegablemente sensual.

-luzco tan bien?- me había quedado observándolo demacrado tiempo para ser cortes, tenia que encontrar una manera de salvar mi arrogancia y borrarlo la estúpida y hermosa sonrisa del rostro.

-sólo quede sorprendido, había escuchado que una vez que jn estudiante de medicina se pone la bata esta se adhiere a du piel permanentemente, parece que viví engañado.- levante un poco la mano para señalarle para enfatizar mis palabras.

En un sentimiento contradictorio de satisfacción y decepción el siguió mi juego.

-Si bueno esos son mitos urbanos, aunque juro que una noche observe a uno de los de noveno transformarse en botar del doctor simi por la noche.

Adam no sólo era agradable físicamente,  listo y sensual sino que también tenía un sentido del humor que encajaba con el mío.

 

Después de una corta visita a la cocina donde Adam se armo con un seis de cerveza, lo seguí hasta el jardín trasero donde dejo las latas en una pequeña mesa en medio de dos tumbonas.

Puedo decir que a esa casa sólo le habría faltado la piscina para entrar en el cliché de casa de ricos.

La platica fue solo eso; y resultó más amena de lo que esperé. para cuando todas las latas quedaron vacías yo ya conocía el nombre de sus padres y su par de hermanas y él al parecer había aprovechado el tiempo para estudiar mis expresiones inconscientes -ves? Ahí está otra vez, elevas la ceja escéptico cuando algo no te convence.

Debía admitir, aunque sólo para mis adentros, que era realmente la primera vez que alguien me ponía la suficiente atención para percatarse de esos pequeños y sutiles gestos. en el fondo ese hecho me hizo feliz y logró que en mi creciera un sentimiento de esperanza que terminaría reprochándome más tarde. -Y ahí  está otra vez.- Adam acercó su mano lentamente hasta rozar con la yema de sus dedos el arco de mi ceja. -Comienzo a entender esos gestos de los que ni tú pareces consiente.- Afirmó como si se estuviera felicitando a sí  mismo mientras paseaba el tacto de su dedo ahora dibujando el perfil de mi mandíbula.

El juego que estaba por comenzar me gustaba, a quien iba a engañar? sabía a lo que eso llevaría desde que acepte salir con él en lo que había proclamado como cita.

Y quién podía culparme? a la cercanía que nos rodeaba podía apreciar más detalles de él, el color almendrado de sus ojos, como si el café luchará desesperadamente por convertirse en amarillo creando un espejismo hipnotizante de cientos de tonos dorados con un centro caoba.

La cicatriz que atravesaba su ceja izquierda, cortando un delgado camino a través del bello que le otorgaba un toque rudo a la fineza de sus facciones.

Los labios delgados y definidos que se volvían líneas rosadas exquisitas cada vez que sus comisuras se estiraban para develar una dentadura perfecta en la sonrisa más maldita mente encantadora que he visto jamás.

-A si? Y cuales gestos son esos según tu? Lo de la ceja no cuenta, lo hago a menudo y es muy obvio.

-Aquí.- el roce de sus dedos se trasladó hasta el borde de mis labios.- haces una media sonrisa retorcida, tengo la teoría que es cuando estas pensando en alguna maldad.

Acaso era psíquico o algo? No, no podía ser, adivinar uno podía ser casualidad.

-          Y ahora aquí.- con su pulgar suavizó el espacio en re mis cejas. -frunces ligeramente el ceño cuando piensas seriamente en algo, quiero creer que es algo serio.

Y ahí iban 2. Mi cerebro trataba de pensar rápidamente mientras la mitad de mi atención se había quedado prendada a la sensación de su tacto sobre mi piel. Ya no podía ser suerte no coincidencia,  fijando mi vista en sus ojos me devolvió un reflejo transparente, Adam no estaba blofeando, me había observado con atención y parecía disfrutar de cada una de mis reacciones inconscientes.

Me resistía a la idea de que realmente existiera alguien capaz de verme tan transparentemente como el hacía, pero la ilusión de que certeramente existiera alguien así, capaz de verme solo a mi, con ganas de  conocer hasta el gesto más insignificante y con quien no fuera necesario sostener una fachada me atraía y absolvió como un agujero negro.

Y a la mi era todo, estaba perdiéndome de disfrutar un momento ex ve lente por estar penando en todas las posibilidades, que importaba, se trataba de mi, podría lidiar con cual fuera el resultado de ese juego, de esa historia y sobre todo de esa persona.

-rodaste los ojos, o no me crees y me estas mandando por un tubo o..

-o?- su mano seguía sobre mi mejilla acariciando ligeramente con el pulgar mientras la expresión en su rostro revelaba su propia incertidumbre.

-o hay alguna otra razón por la que ruego no sea la primera.

Había alcanzado 2.5 de 3, eso era mucho más que cualquiera y yo quería aquello tanto o más que él.

Si la cercanía ya era mucha cualquier distancia desapareció cuando estire mi brazo para dejar mi mano tras su cuello, acariciando el nacimiento de su cabello antes de aferrarme a su nuca para acercar su rostro hasta el mío y unir nuestros labios en un beso que fue más dulce de lo que imaginé, porque estaba listo para encontrar pasión y corresponder a ella pero no para el gesto tierno que me recibió cuando nuestras bocas hicieron contacto.

Una parte de mi había hecho corto circuito el resto se debatía entre mi deseo por profundizar el beso y el inegable disfrute de aquella nueva sensación que me resultaba arrollante .

Había pasado tal vez media vida desde que un contacto tan simple me había recibido tan cargado de ternura.

Sabía exactamente donde y cuando había sido la única ocasión que había sentido algo similar, mi primer y único beso con… no, no debía pensar en él, ya había pasado suficiente tiempo para que su recuerdo siguiera atormentándome y sin embargo repudie la dulzura que comenzaba a embriagarme, reafirme mi agarre en su cuello y forcé la profundidad del beso descartando cualquier rastro de ternura para volverlo mero y absoluto deseo.

No era la primera vez que me acostaba con alguien sólo por placer, de hecho todas las veces que lo había hecho habían carecido de cualquier sentimiento, no iba a comenzar ahora y tal vez nunca.

Las únicas veces que había dejado entrar a alguien o algo e lo profundo de mis sentimientos había terminado destrozado, nunca iba a cometer ese error otra vez.

Mis instintos parecieron despertar los de Adam, de un momento a otro los dos nos encontrábamos sobre la misma tumbona, sentía sus manos en correr mi espalda y costados y aunque correspondía a la demanda de mis labios su tacto seguía siendo lento, tierno, casi delicado.

La sensación me repelia, odiaba la dormía en que me tocaba, en el fondo deseaba alejarlo pero me mantiene en mi sitio, ignorando mi sentir y fingiendo una pasión que realmente no sentía.

Agradecí internamente a los Cielos cuando el ruido dentro de la casa nos obligó a separarnos, habíamos actuado justo a tiempo, volviendo a nuestro lugar y arreglando nuestra ropa antes de que Viki, la hermana menor de Adam, entrará casi corriendo en me jardín reclamando la atención de su hermano.

-Adam, viste el evento? Dime que has conseguido alguna buena pieza porque yo…- la chica se quedo muda cuando su mirada se encontró con la mía.  -oh!

-mierda, lo olvide por completo, que hora es?

-Te quedan como 5 minutos antes de que cierre.- contestó la chica sin apartar su vista de mi. -No sabia que teníamos invitados.

-No tenemos, yo tengo.- aclaró Adam mientras se plnia en pie palpando cada bolsillo de su ropa.- Paco, debo subir por mi teléfono,  espera un poco.- y así como término de hablar salió disparado hacia la casa dejándome a solas con su hermana de mirad curiosa, cabello largo y aura depredadora.

-acaso Sales con mi hermano?

-que?

-supongo que no. Tienes novia?

 -eh? No.

-excelente, quieres salir conmigo?

Que le pasaba a esta chica?? A caso lo la meado venía de familia o algo?

-lo siento soy gay.-

-Maldita sea Adam, puedes traer a casa a un chico que no sea gay?- grito frustrada en dirección a la casa mientras se alejaba de mi mascullando sus pensamientos en voz alta. -Pero que desperdicio,  este en verdad era guapo.

Me reí por lo bajo al verla realmente frustrada mientras entraba en la casa y sintiendo mi ego inflarse por su comentario. En ocasiones como aquella terminaba por preguntarme si mi vida no habría sido menos complicada de haberme gustado las chicas pero  la idea se esfumaba junto con la existencia del hubiera.

Adam no tardó en regresar y explicarme que él y su hermana tenían alma gamer y estaban obsesionados con algún juego on-line del que también intento explicarme algo pero que no pude entender. Yo preferí no mencionar la insustancial y pequeña charla que tuve con Viki y ya con la atmosfera destruida terminé por marcharme.

-estas seguro que no quieres quedarte?

-Estoy seguro, gracias. Además ya es un poco tarde y yo su tengo un proyecto por terminar.

-De acuerdo, solo déjame avisarle a Viki y te llevare.

-oh! No, no es necesario, solo indica en donde tomar el camión.

La idea que quisiera llevarme fue linda y espantosa a la vez, en verdad que no me acostumbraba a ser el cortejado, lo mío era ser el cazador.

De vuelta a mi casa me dispuse a terminar ese proyecto a medio camino que llevaba sobre mi escritorio 2 días, Alan no estaba en la casa y Ji se paseaba entre mis piernas mientras me acomodaba en la silla, encendí mi teléfono para ver la ora y fue hasta entonces que me percate de las llamadas perdidas de casa y un particular mensaje que tarde en decidir abrir.

Pareces tener mucho  tiempo libre, te recuerdo que tienes una deuda conmigo, no me provoques y no me obligues a hacer algo radical. La próxima vez que te necesite es mejor que no estés ocupado con ninguna estúpida cita.

Seb.

El mensaje amenazador me dejó una sensación agridulce, al idiota le había pesado verme con Adam y la idea que se encontrará celoso me regocijaba aunque también me molestaba que quisiera tratarme de esa manera, yo nunca había sido manejable, maleable o mangoneable, que era justo como él pretendía verme, aquel juego estaba comenzando y yo ya lo veía como una declaración de guerra, la voluntad más fuertemente ganaría y el resultado de aquella riña sería una sorpresa que cambiaría  mi vida, aunque en ese momento solo me preocupaba calmar la ardiente sensación de competencia que crecía en el centro de mi estómago y se esparcía por mi pecho.

Me lamí el labio disfrutando con antelación la satisfacción que sería ganar en aquel juego y sobre todo la persona sobre la que me proclamaría vencedor.

 

 

Notas finales:

espero que les haya gustado :*

 


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