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SEDUCEME por Daydream duet

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Notas del capitulo:

bien, aqui esta la actualizacion jaja, actualizo primero este porque fue la desicion unanime en la encuesta en Fb.

a los que quierasn seguirnos, generalmente hacemos dinamicas diferentes en la pagina, pueden conocer a los personajes mas a fonto o a nosotras como eescritoras, asi que si estan interesadas aqui les dejo el link para que nos sigan.

Kurose Madoka, espero que disfrutes el cap.

Me tomó tiendo decidirme a marcar el número de casa, sabía lo que podía esperar, el llanto de mamá, las preguntas interminables de mis hermanos y el inevitable consejo/amenaza que me daba siempre mi padre a manera de saludo y despedida a la vez.

Al cortar la llamada me restregué las cienes cansado, había sido exactamente como predije, el sentimiento de crisis que siempre me embargaba tras las llamadas a casa se instaló en mi pecho y cerebro como un parasito que se alimenta de mis miedos y al igual que siempre termino dejándome completamente exhausto.

Decidí mandar todo por un tubo, acomode las ultimas hojas del reporte de mi proyecto en orden sobre mi escritorio, me quite los pantalones y la camisa y me metí en la cama llamando a Ji para que se acostara a mi lado ya que lo menos que quería era estar solo.

Unos minutos después mi teléfono anunció un mensaje que de alguna forma logró apaciguar un poco los demonios en mi interior.

Eres una persona interesante y besas muuuy bien,

Espero que en tus planes este repetir esta tarde otra vez porque

 por mi parte no dejo de pensar en una nueva cita.

Hasta mañana.

Adam

No se si era la extraña forma caballeresca, el innegable atractivo físico o simplemente algún deseo interno mío por encontrar algo que juraba no me interesaba, pero el mensaje logro sacarme una sonrisa y hacer que comenzara a pensar en una seriedad que había perdido años atrás.

***

Mi proyecto fue terminado con satisfacción y entregado a tiempo, de alguna forma la noche anterior no había podido descansar bien tras hablar con mi familia, siempre ocurría lo mismo y por ello evitaba lo más posible la comunicación aunque de forma inevitable una vez a la semana era ley tener la misma conversación que buscaba acortar lo más posible.

Todo el día me ha labia pasado de forma semiconsciente observando el teléfono, encendiendo y apagando la pantalla para corroborar que se encontraba igual que 5 minutos atrás, sin ningún mensaje nuevo.

-¿Qué te pasa hoy Paco? Estas demasiado distraído.

-oh! No es nada.- conteste sonriendo al tiempo que guardaba nuevamente el móvil en mi bolsillo, sin embargo Alan no pareció creerme.

-Acaso con una sola cita ya te volvió loco el chico de ayer?

 

Me reí por sus ocurrencias, dejando que creyera que tenía razón, siempre había sido muy cerrado y la idea de hablar de mi nunca era una opción, la mayoría de mis amigos y personas cercanas se conformaban con no saber nada o lo averiguaban por coincidencias o sus propios medios con el paso del tiempo, desde que me había mudado a la ciudad mi familia se había convertido en un tema tabú del que incluso Alan sabia casi nada, y prefería que se mantuviera así.

-¿Entonces? ¿Cómo fue?-

-¿A qué te refieres?- Le cuestione sin entender completamente por qué me observaba con esa sonrisa pícara y mirada escrutadora.

-No te hagas pendejo wey, ayer no escuche a qué hora regresaste o si lo hiciste siquiera, así que dime, ¿el revolcón fue bueno?

-Para no ser gay estas muy interesado en detalles que no te corresponden wey.- Le conteste con tono de coqueteo intentando mosquearlo y sin embargo ignoro mi comentario olímpicamente.

-Tomaré eso como un sí. – Me respondió con simpleza antes de tomar sus cosas y salir del aula, sin notarlo, la clase había terminado, así que guarde mi librea en la que no había escrito nada en toda la hora y le seguí apresurado, era medio día y el hambre dolía.

Fue una sorpresa cuando al regresar del almuerzo encontré a Adam frente a mi edificio escrutando el interior sin animarse a entrar por completo, Alan me golpeo ligeramente con el codo en un gesto cómplice antes de acelerar el paso y dejarme atrás justo cuando más cerca estábamos de Adam.

Con cuidado me acerque a él por la espalda y sin darle tiempo a reaccionar tape sus ojos y aunque al inicio se sorprendió e intento girar enseguida dejó de resistirse y palpo mis manos hasta reconocerme.

 -¿Qué haces aquí?- Le cuestione con mirada crítica mientras la sonrisa en mis labios delataba la extraña alegría que me produjo repentina, e inexplicablemente su presencia.

-¿Si te dijera que es casualidad me creerías?

-La verdad es que no.

-que bien porque estoy aquí por ti.- Me sonrió coquetamente pero de forma discreta mientras elevaba frente a mis ojos una bolsa de plástico negro.

-¿Qué hay ahí?

-Quería invitarte a comer pero cuando Salí a buscarte vi que te dirigías al comedor con tus compañeros, así que pensé que al menos podríamos tener el postre juntos, ¿qué dices?

Con un poco de reticencia propia de mi carácter saque el celular de mi bolsa para observar la hora, previendo tener tiempo, me quedaban exactamente 17 minutos antes del inicio de mi siguiente clase.

-Vamos.- Adam me apresuró tomándome de la mano para arrastrarme con él a una de las mesas techadas en medio de los jardines traseros de mi edificio. –Tenemos tiempo suficiente, gracias a ________ pude coordinar mi hora de almuerzo con tu hora libre, así que vamos porque yo aún tengo el tramo de regreso a la enfermería.

 -Acabo de sentirme algo acosado.

-jajaja, solo un poco.

El contenido de la bolsa eran un cumulo de 8 pequeños pastelillos de diferentes formas y sabores protegidos por un empaque de plástico cuadrado, era obvio que ese tipo de postres no se podía encontrar ni con suerte en ninguna de las tiendas cercanas al campus, el impulso de preguntar; si había salido a comprarlas, las tenía previstas o simplemente, fuera de la poca probabilidad, sí los había conseguido cerca; cruzó por mi cabeza y se atoró en mi boca mientras disfrutaba una versión brutalmente miniatura de pastel imposible que sabía realmente increíble.

-¿Te gustan?

-Están increíbles. ¿ De dónde..?

-Shhhh un mano no revela sus secretos.- Me silencio al tiempo que me pasaba otro pastelillo con apariencia de pay de queso.

Desafortunadamente el tiempo corre más rápido cuando lo estás pasando bien así que cuando observé mi celular comprobé con horror que ya llevaba 5 minutos de retraso, en mi prisa por llegar a mi clase no supe exactamente como debía despedirme de Adam, de alguna forma chocar las palmas y decir gracias viejo no parecía correcto después del detalle, pero cualquier otra forma no termina de cuadrar con mis ideas y formas por lo que estúpidamente me congele por unos segundos  sin saber cómo actuar. Para mi suerte y desconcierto Adam parecía estar al tanto de mi dilema y en mi dubitación él se puso de pie, dejando un suave beso en la comisura de mis labios antes de comenzar su propio camino de regreso a su edificio.

-Apresúrate o llegaras demasiado tarde.- dijo, despertándome de mi ensueño y logrando que me pusiera en marcha con una extraña sensación creciendo en la base de mi estómago y una sonrisa idiota en los labios.

Desafortunadamente para mi innegable aprensión por mi privacidad, la escena de mi reunión con Adam y la cursi despedida había sido observada por algún alumno cercano a nosotros durante el periodo de descanso y como cualquier tema candente de chismorreo se esparció como pólvora más allá de mi propio edificio. Para cuando las clases terminaron incluso Cristina estaba enterada de mi supuesta relación con un chico de medicina. Al menos nadie parecía haber reconocido directamente a Adam.

-Cris, que no, no estoy saliendo con nadie.- casi le grité al teléfono para lograr que Cristina me escuchara, y es que por más que se lo negara o tratara de explicarme ella no paraba de reclamarme por tener que enterarse por fuentes externas cuando se supone que ella era mi mejor amiga, sin contar a Alan de por medio, a quien había llamado antes que a mí para confirmas que este si sabía algo de ello.

-Pero…

-Sabes, háblame cuando no estés completamente histérica y tal vez si se me da la gana, te cuente algo.- Le conteste sintiéndome irritado, más que por su berrinche inmaduro por el hecho de verme inmiscuido en un chismorreo incesante que parecía haber pegado un ojo de cada maldito estudiante a mi espalda.

Incomodo por la atención le indique a Alan que nos marcháramos rápidamente y este consciente más que cualquiera de la naturaleza de mi urgencia y molestia no dijo una palabra mientras apresuraba el paso para alcanzar el camión más próximo a abandonar el campus.

***

El día siguiente no fue muy diferente al desastroso final del anterior, los estudiantes de mi unidad, más las mujeres que hombres cuchicheaban entre si cada vez que me veían por los pasillos de forma tan sinvergüenza que en algunas ocasiones no pude evitar voltear y escupir algún comentario sínico o sarcástico para callarles los alucinantes chismes.

Nunca creí llegar a ser tan susceptible a las habladurías de la gente y sin embargo en esa situación me sentí rebasado sin entender por qué, no debería de importarme lo que hablaran o inventaran y de forma contradiciente lo hacía y me afectaba más el no entender exactamente el por qué.

Cuando incluso Seb formó parte de la absurda imaginación de las personas sin una vida propia lo suficientemente interesante alcancé mi límite.

-Pues días atrás lo veían muy pegado a Seb, el de administración

-Tal vez lo haya mandado a la mierda como a todos y está buscando consuelo.

-tal vez la putería sea contagiosa.

-De hecho así es, ahora mismo busco el siguiente con quien acostarme ¿alguno de ustedes quiere apuntarse al puerto?- No pude soportar la rabia que me había provocado el estar escuchando las idioteces de ese par de chicos a saber de dónde mierda, que cual mujercitas estaban chismorreando en el baño.

Termine saliendo del cubículo en el que me encontraba y los tome a ambos por el cuello empotrándolos contra la pared mientras hacia mi pregunta.

Los muy cobardes agacharon la mirada uno de ellos poniéndose completamente rojo mientras el tono de piel del segundo pese a ser más que moreno se ponía pálido.

-Son un par de basura, a ver si se meten mejor en sus asuntos o seré yo quien comencé a hablar de como me los he empotrado a ambos.

Sin decir más salieron corriendo del baño, pese a mi ataque de violencia, la rabia en mi interior seguía acumulada de una forma que sabía no sería posible liberar de otra forma que no fuera realmente golpear a alguien o como hacía años atrás, había comenzado a jugar basquetbol como una forma de liberar la frustración e ira en mi interior, con el tiempo se había convertido en mi gran pasión, sin embargo había pasado poco más de un año desde que había dejado de jugar, desde la lesión me había auto desterrado de la cancha y no había vuelto a tocar un balón, pero en ese momento era lo que necesitaba.

Sin pensarlo mucho pero siempre actuando con la cabeza fría me dirigí a mi siguiente clase dónde antes de entrar le pedí al profesor que me concediera unos minutos, Vargas aceptó, desde mi primer semestre me había llevado muy bien y sabia de sobra que le simpatizaba, sin mencionar que en mi tiempo de jugador él fue uno de mis principales impulsores dentro de la carrera, no fue difícil convencerlo que la lesión en la rodilla me molestaba desde días atrás pero justo en ese momento se estaba volviendo intolerable.

Con la promesa de ir al Traumatólogo y de por fin buscar una rehabilitación adecuada me dejó marchar de su clase. En lugar de dirigirme a mi casa, tome la calle principal rumbo al gimnasio escolar, era el lugar más seguro para hacer algo que no quería que nadie descubriera, en ese horario se encontraba desierto y el único que podría descubrirme (el entrenador) sería el más contento de cubrirme si eso alentaba sus esperanzas de que volviera a jugar.

Mientras caminaba, mis manos se cerraban fuertemente en puños cada vez que sentía la mirada de alguien puesta en mí, conforme me alejaba de los edificios las miradas desaparecieron pero mi ira interna seguía ahí, pateando por salir de cualquier forma posible, mientras caminaba, pensaba en las razones de mi desestabilidad emocional tan repentina, y llegue a la conclusión de que el chisme debía ser solo la gota que derramaba el vaso, mi vida había comenzado a acumularse desde semanas atrás, primero Seb con su jueguecito de traerme de asistente, luego la visita a el gimnasio que inevitablemente revivió de apoco mis ganas de jugar (¿por qué si no me dirigía para allá en ese momento?),  la charla con mi padre y la inminencia de mi futuro tratando de arrollarme antes de que yo pueda alcanzarlo y luego estaba Adam, que repentinamente me volvía una persona extraña.

Suspire entre cansado y resignado al llegar a la entrada del gimnasio, como esperaba se encontraba completamente vacío,  con ansiedad me dirigí al cuarto donde se guardaban los balones y saque uno para inmediatamente comenzar a jugar, al inicio todo fue simple y excitante, pero al ir saltando el dolor en mi rodilla se iba haciendo notar cada vez con un poco más de fuerza, pero yo ya no podía ni quería detenerme, con cada clavada que lograba, un poco de mi mal humor y confusión desaparecía, con cada canasta una parte de mi volvía a su sitio y con cada gota de sudor que derramaba sentía que mis problemas caían con ellas. Así que continué hasta agotar toda mi resistencia y sentir que mi rodilla no podría dar ni un paso más.

Me dejé caer en el piso, tome el cuello de mi camiseta y con el limpie el sudor de mi frente para después llevar ambas manos sobre mi rodilla izquierda, dolía como el infierno y estaba claramente hinchada no sería fácil llegar hasta los camiones es ese estado por lo que simplemente me recosté por completo sintiendo la pierna pulsar y mi garganta arder por la resequedad.

Me encontraba tan cansado y tan en paz a la vez que habría podido quedarme dormido de no ser por los pasos que comencé a escuchar cada vez más cerca de mí, con un respingo me senté e intente ponerme en pie, pero volví de inmediato al piso debido al dolor en la rodilla.

-Será mejor que no fuerces eso más de lo que ya lo has hecho.- Tarde un segundo en procesar la presencia de Adam frente a mí, pero cuando me tendió una botella de agua no pude más que tomarla y agradecer.

-Que haces aquí?

-Te vi cuando venias hacia acá, tengo el día libre, planeaba pasarlo contigo, sin embargo cuando te hable ni siquiera me escuchaste, parecías demasiado ahogado en tus pensamientos así que te seguí.

-Todo un acosador.

-Tal vez solo un poco.-Admitió con una sonrisa, de esas torcidas que podrían avergonzar a cualquier galán de telenovela. –Ahora vamos, será mejor que vendemos la rodilla y te demos algún antiinflamatorio.- Con el cuidado propio de un medico Adam me ayudo a ponerme de pie para intentar cargar parte de mi peso.

-Espera, estoy completamente sudado y no…

-Tranquilo sigues siendo sexi y no me molesta en absoluto, vamos, apóyate en mí, te dejare en los escalones de la entrada mientras voy a buscar mi auto, en tu condición ni siquiera cojear es bueno.

-Tranquilo Romeo, no será necesario. Paco viene conmigo. – Puedo decir, por la tensión en sus hombros que Adam se encontraba tan sorprendido como yo de saber que no éramos los únicos en el lugar. Ambos dejamos de mirarnos para encontrar la figura del invasor recargada contra la puerta en una pose despreocupadamente premeditada.

-Seb, ¿qué haces tú aquí?

-De hecho vine a buscar a mi asistente.- Contestó Seb en un tono ofensivamente cordial mientras avanzaba hacia nosotros, su cercanía provocó que perdiera toda la paz que había ganado esa tarde.

-Debes estar perdido, te deje muy claro que…

- las coas no acaban cuando tú lo decides, además a sido el director de tu unidad quien ha solicitado tu presencia.

-Paco no está bien en este momento, sería bueno que le dijeras a…

-Shhh! Adam, con respeto y todo pero no puedes opinar en esto.

-Ocupa cuando menos un vendaje y…

-Tranquilo, te lo dije Romeo,-  Si no eran mis alucinaciones, y no creo que lo fueran, cada vez que Seb pronunciaba ese nombre escupía veneno. – Ya me encargo yo de eso.- Y con esa sentencia pasó un hombro bajo mi brazo y cargó con parte de mi peso. – Camina Paco, mi camioneta está afuera.

Traté de resistirme pero el muy cabrón tenia más fuerza de lo que su delgado cuerpo aparentaba y con medio soporte averiado solo pude cojear para seguirle el paso, volteé hacia atrás a mirar a Adam que permanecía con el ceño fruncido, cuando sus ojos encontraron los míos me disculpe silenciosamente, ese gesto pareció hacerlo reaccionar pues de inmediato nos dio alcance para ayudarme a legar y entrar en la dichosa camioneta.

Cuando pude acomodarme en el asiento del copiloto Seb rodeo para entrar en su propio lugar dispuesto a marcharnos pero Adam permanecía al lado mío evitando que pudiera cerrar la puerta y por consiguiente que Seb arrancara el vehículo.

-Avísame cuando termines, la idea de pasar el día juntos sigue en pie, iré a recogerte. – Me dijo de forma seductora mientras se acercaba a mis labios y dejaba un beso en ellos. –Cuídalo bien Seb, estoy confiando en tus capacidades, y te suplico que no lo sobreexplotes ya que tenemos planes más tarde.

Seb aferró con fuerza el volante mientras pronunciaba un escueto –Como sea.- y ponía el motor en marcha, Adam me dedico una última sonrisa antes de cerrar la puerta y dar un paso atrás para que  la camioneta pudiera avanzar.

-¿Para qué exactamente me quiere el director?- Cuestione más para romper el incómodo silencio que por curiosidad, sin embargo Seb permaneció obstinadamente callado. –Ey idiota, a dónde vas? El edificio es por allá.- Señale cuando paso la intersección que llevaba a mi unidad y siguió de largo por la avenida principal.

-Primero iremos a que te revisen eso.- Señalo con un ademan de cabeza en dirección a  mi pierna.

-Estoy perfectamente, quiero acabar con esta mierda rápido.

-¿Para qué? ¿Para salir corriendo con tu noviecito?- me cuestionó con desdén en la voz.

-No es mi novio, además ¿ a ti qué wey? El director nos está esperando así que acabemos esto para poder largarme.

-El director no nos espera, básicamente se mostró contento de que trabajaras conmigo, te llamara de forma oficial en unos días, no serás asistente pero básicamente estas a mi cargo y bajo mis órdenes y en este momento te ordeno cerrar la boca y obedecer.

-Y para que mierdas me quieres? Puedo ir al hospital yo solo, o si no lo notaste tenía quien me llevara así que no veo por qué…

-Porqué se me antoja y ya, antier te largaste cuando te busque y ni siquiera contestaste mi mensaje, hoy perderás el día entero conmigo solo por mi propia satisfacción. Aprenderás amiguito que no soy alguien a quien puedas ignorar.

-Tienes demasiada estima en ti mismo, ¿no lo crees?

-Descubrirás por ti mismo, que puedo ser muchas cosas, pero nunca miento.

-Como si quiera descubrir algo de ti.

- Como si no quisieras descubrirlo todo de mí. Vamos Paco, estoy seguro de que no olvidas nuestro segundo encuentro.- Que mencionara tan descaradamente aquel momento, logró revivir el morbo junto con el recuerdo. – Ves, no lo has olvidado.

El muy imbécil estaba jugando conmigo, la sonrisa d autosuficiencia lo delataba, pero ese era un juego que pueden jugar dos.

-No eres tu quien no ha podido superar ese encuentro? Tal vez quedaste con ganas de más?-  Ahí estaba mi contraataque.

-Y si dijera que si?- esa respuesta tal vez fuera que menos esperaba, pero al mirarlo a los ojos note que no había juego en las palabras.

Tardé  un par de segundos pero logre recuperarme para contestar a tiempo sin dejar en evidencia la tormenta que habían desatado sus palabras. –Diría que estás jodido, te lo dije antes, esta competencia está fuera de tu liga.

Dije aquello con una seguridad que no sentía, ocultando completamente el deseo que los recuerdos desbocaron en mi interior y las ganas que me provocaban meter el freno de mano y acorralarlo una vez más en ese momento.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

y bien???

comienzan las guerras declaras, me encaantaria saber a que pareja apoyan, asi que dejen sus comentarios.


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