Parte 4
Cuando ingresaron al restaurante más caro del pueblo, Afrodita no dejaba de asombrarse por las decoraciones del lugar, la edificación del edificio ver que era más grande de lo que aparentaba afuera. Death solamente se disponía hablar con el metre acerca de su reserva, para así el hombre revisar en sus papeles el tema de las reservas y asiente para así guiarlos a su mesa.
Pero cuando caminaron hasta su lugar notan que al otro lado de su lugar, estaban Minos junto a Albafica, aquello los alarmo muchísimo a ambos.
- En unos segundos les traen la carta – Le dice el joven para así ellos disponerse a sentarse en sus sillas, el encargado de recepción se marcha hacia la zona de la cocina para así comunicar a cualquier mesero de la nueva clientela.
Afrodita trata de no sentirse incomodo con él lugar, dado que el sitio estaba abarrotado de gente y no deseaba ser vulgar con Deathmask – Escúchalos como se ríen, me da un asco escucharlos – Death se sorprende al escuchar aquel tipo de comentario por parte Afrodita, pero solamente sonrió ya que le daba gracia verlo fastidiado.
- Tampoco es para tanto – Lo trata de tranquilizar mientras apoyaba su rostro en sus manos y observarlo bastante embelesado por aquel rostro de porcelana, aquellos ojos de una tonalidad celestina y rebosantes de profundidad, pero lo que más le tentaba eran aquellos labios rosados, deseaba muchísimo probar de nuevo aquel elixir. Sin embargo, ambos no pudieron contener las ganas de escuchar la conversación del otro par.
En la otra mesa que tan solo los dividía un decorado floral, se podía apreciar a un Albafica bastante contento y a un Minos embobado por la esbelta imagen de su novio, llevaban muchísimos años juntos algo que era un motivo para justificar su cena de aniversario.
- Recuerdo muy bien aquella vez cuando te enfermaste, no había otra forma de hacerte beber los medicamentos sin que estuviera yo – Contaba Albafica a su pareja, quien sonreía ampliamente, estaba locamente enamorado de aquel ser hermoso y perfecto, siempre quiso que Albafica sea solo para él, aquel juguete que siempre anhelo cuando era un simple niño de la realeza.
- Estas en lo cierto amor mío – Afirmaba al recuerdo Minos, mientras tomaba la botella de vino para volver a llenar las dos copas que estaban medio vacías – Lo bueno es que ambos pronto seremos felices con poder y riqueza – Albafica agradece con su sonrisa por el gesto gentil de su “adorado” novio, pero Minos simplemente lo observaba sin quitarlo de su plano visual – Y además tendrás todo lo que quisiste, hasta el cadáver de tu amor platónico – Apresurado bebe de su copa, estaba de los nervios con tan solo recordar la amenaza que le hizo Minos, con respecto a Milo.
Al otro lado del decorado, Deathmask estaba alarmado y anonado por lo que acababa de escuchar, pero al escuchar aquellas palabras tan secas y ningún rastro de algún sentimiento, simplemente Afrodita niega.
- Nunca espere que ese Minos sea tan sádico y tan avaro, pero me compadezco un poco con Albafica, no obstante es un chisme demasiado delicioso para molestarlo en el salón – Al escucharlo agradeció que las críticas de su cita lo hayan sacado de sus pensamientos, ya que no encontraba lógica a la conversación que estaban teniendo Albafica y Minos - ¿Qué cara pondría si hacemos eso? – Deathmask negaba con el simple hecho de escuchar las miles de formas para hacer quedar en ridículo a Albafica.
- Estoy en contra de eso – Afrodita se asombra al escuchar la respuesta dada por su acompañante, sin embargo, en ese momento un mesero les entrego los menús y después se marcha.
- Oh, lo siento si parezco un poco molesto con el tema – Se disculpa para así abrir su menú y elegir que cenaría esa noche, al ver el menú estaba muy indeciso, deseaba comerse todo dado que las imágenes le habrían más el apetito, cuando fue a la sección de bebidas, lo único que pudo reparar en la carta era que solamente había bebidas alcohólicas y no otro tipo de bebidas – “Dios mío, estoy nublado con este menú” Death – Lo llama algo temeroso, ya que estaba algo atormentado con el recuerdo en la fiesta de Radamanthys cuando estaba demasiado ebrio y se abalanzo hacia su ahora cita, para así besarlo. El joven de cabellos cortos y azules, se asoma un poquito sobre su menú se enternece al ver el semblante temeroso de su acompañante.
- Se lo que quieres decirme – Alza su mano para así llamar al camarero quien les trajo los menús, sin embargo, Afrodita se decide rápido en elegir un plato de comida ya que por fin se decidió por comer pasta casera.
El joven encargado se acercó a la mesa que le tocaba atender para así solicitar las dudas de los comensales - ¿En qué les puedo ayudar señores? – Deathmask acerco el menú al camarero para señalarle la única lista de bebidas.
- ¿A esto le llaman el mejor restaurante de todo el pueblo? – Le pregunto al joven mesero que no sabía cómo reaccionar a tal crítica, estaba algo irritado con que las cosas no cambiaran en aquel restaurante – Llevo mucho tiempo viniendo con mis amigos, mi familia e incluso con este bello joven – Death y el camarero se giraron hacia Afrodita, quien estaba rojo como un tomate no sabía que decir al respecto o como tomárselo – Pero ver un menú incompleto y exclusivamente vendan bebidas alcohólicas, lástima que deberé llamar a mis contactos más allegados a este restaurante para hacerlo cerrar, porque para esto ¡no abran un bendito restaurante sin bebidas sin alcohol! – El camarero hizo una reverencia bastante incómodo y sentirse regañado por una persona tan importante que era Deathmask Doría.
- S…Señor… Doría… Me disculpo con usted – Le decía algo temeroso el mesero, para así tomar las ordenes de los dos jóvenes. Deathmask estaba satisfecho con el resultado, pero para los que estaban del otro lado del decorado, aquello no pasó desapercibido para Minos.
- No te preocupes muchachito, agradece que otro día vendré hablar con tu jefe y arreglaremos los negocios que quedan pendientes – El mesero se para derecho y esboza una cálida sonrisa hacia Deathmask, sin embargo, Afrodita estaba algo sorprendido y para suavizar el ambiente solamente se dispuso a observar embelesado aquel chico que poco a poco le estaba hechizando.
- Muchas gracias señor Doría – Le agradece muy amablemente el muchacho a un Deathmask seguro de sí mismo, pero cuando se gira unos minutos para toparse con aquella mirada celeste, si, él lo estaba mirando y esa era la intensión desde el principio – Y ¿Qué desean comer esta noche? – Les pregunta con un tono amable, ambos jóvenes vieron el menú para así decirles que comerían esa noche y por supuesto, la bebida por esa vez harían la excepción de no beber mucho.