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Secrets of the crown. por Evanences

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Notas del capitulo:

¿No habían pensado, quién era el muchache que Loki protege como lo más importante del mundo?

Capítulo 3: Si hay un rey, ¿Dónde está el príncipe?


En cuanto ese par de desagradables colmillos se hundieron en la pierna del rubio, Loki sabía que la cuenta regresiva había iniciado, tenía sólo 2 horas para evitar que su alma se consumiera, y hacer que permaneciera en el mundo de los vivos, junto a él. Loki detestaba perder gente, gente que se suponía, era su trabajo mantener con vida.


Una vez que el fuego se extinguió, junto al cuerpo casi terrenal de la criatura negra, Loki se acercó a Thor, quien tenía los ojos en blanco y balbuceaba cosas sin sentido para el pelinegro, sus miedos ocultos y profundos, los recuerdos íntimos que su mente se había esforzado por apagar.


Tuvo que arrastrarlo de regreso al auto, en toda su vida, o al menos desde los cinco años, nunca había pasado por algo parecido, o sea, sí había sido atacado por esa clase de entes, pero siempre había estado solo, o en su defecto, había llegado cuando ya habían asesinado a alguien, pero ahora sentía la adrenalina de la vida de Thor yendo de un extremo a otro.


Hizo amago de sus grandes habilidades para encontrar el camino  a casa, el más corto, menos transitado y más peligroso, estaba seguro que cuando llegó al portón, una o dos llantas se encontraban totalmente sin aire; quitó los cuernos de la entrada e ingresó con el rubio, apenas y había llegado al pasillo, Thor ya olía a carne muerta, y el hecho de que no dejara de vomitar no ayudaba.


Como Loki había tardado menos de lo normal en llegar, había decidido bajar e ir por su ración de libros mensuales, los necesitaba, aún no los terminaba y ya tenía otra lista, complementada con algunas herramientas, que iba a necesitar para su siguiente proyecto, sin embargo, había escuchado su nombre a gritos desde la entrada, eso le hizo soltar la lista y caminar apresuradamente, e incluso, llegó a caerse en el último escalón.


-¡Ayúdame! ¡El frasco negro y azul! ¡Ve por el frasco negro y azul! –La orden no tuvo que ser repetida dos veces, ahora corrió hasta el otro lado de la casa, y fue directamente hasta el sótano, donde volvió a caerse en los últimos escalones, casi se le va el alma, creyéndose que podría haber roto el frasco, sin embargo, con la botella intacta, se apresuró a regresar, Loki ya había avanzado con el cuerpo, hasta dejarlo en la sala, donde ya le estaba quitando la camisa, que por cierto, traía un fuerte aroma a quemado, por el veneno despedido, y la piel descubierta se miraba de un insalubre color negro.


-¡Aléjate! –Le gritó Loki, una vez que le dio el antídoto. -¡Llena la tina con el agua pura y quédate ahí hasta que te diga lo contrario! ¡Está infectado! ¡Vete! –Definitivamente no aceptaría una negativa, no en una situación tan movidita como esa, le lanzó una mirada de reprocho, pero Loki no estaba para eso y le miró con severidad, pero obedeció. Sabía que lo hacía por su bien, porque le amaba y sólo quería su bienestar.


No sabía de dónde había sacado fuerzas para que sus manos dejaran de temblar, con un embudo especial había abierto la herida, Thor se removió, en medio de sus arcadas y el dolor, pudo haber mordido a Loki e infectarlo también, pero él sabía de esto, tenía la experiencia suficiente para evitarlo, vació una cantidad generosa dentro y el inspector se calmó visiblemente, prosiguió con el otro orificio y dejó de expulsar todo fluido por la boca, para sólo concentrarse en respirar lenta y pausadamente.


Otra misión exitosa.


Luego lo pensó mejor, y vio el desastre que había a su alrededor.



Sabía que iba a tardar un par de horas, que regularmente era el tiempo que le tomaba a Loki el limpiar su área de trabajo, sabía que era pesado, pero en ésta ocasión iba a olvidar cualquier atisbo de aire servicial que se le viniese a la mente.


Había traído sus historietas, puesto música, en un volumen bajo y bajado la luz, sólo quería concentrarse en todos esos superhéroes y mundos ficticios, donde siempre se encontraba una inexplicable solución para todo.


-¿Puedo pasar? –Ese era Loki, y aquello le hizo fruncir los labios y juntar las cejas.


-Sí. –Su respuesta había sido escueta y forzada, estaba dentro de la tina, con el agua casi cubriéndole todo el cuerpo, había puesto un poco de espuma extra, porque así le gustaba.


Loki tenía un gesto afligido y aunque el otro no pudiera verlo, lo sentía, sentía la preocupación, la culpa y cierto alivio, tuvo que cerrar su cómic y alzar el rostro. -¿Qué sucede?


-Nada. –Dijo en un tono tan bajo, que tuvo que esforzarse para escucharlo. –Gracias. –Mierda, eso estaba costando más que de costumbre. –Hoy entré en pánico. –Le dijo, y su mirada se perdió en su cuello, donde una horrorosa cicatriz le adornaba hasta el pecho.


-Loki, tenías diez años, no sabías qué hacer. –Sólo por ese día no sería tan caprichoso. –Está bien, supongo que comprendo que pasó, regularmente todo esto sucede en la casa de alguien más, o muy lejos, y ahora esa maldad entró, de alguna manera aquí, y pánico, ‘’oh, oh, mi pequeño bebé está viendo algo indebido’’ o algo así creo que pensaste, ¿No?


-Eres una pequeña escoria. Y por eso te amo. –Lo siguiente que sintió fue un golpe en la nuca.


-Fuera grande o pequeña, me amarías, y tienes suerte de que haga lo mismo, ¿Ya puedo salir de aquí? –Sus dedos habían comenzado a arrugarse.



Para cuando despertó, su cabeza la encontraba pesada y un zumbido le acompañó los primeros minutos en los que sus ojos se abrieron, los sentía irritados y estaba seguro de que sus mejillas estaban hundidas, eso y también era evidente la falta de alimento.


Se irguió en la cama, hasta la mitad, accidentalmente tiró algunas ramas que yacían en su cabeza, no le extrañó, realmente no se había dado cuenta, con la visión tambaleante, pudo divisar una jarra repleta de agua cristalina, a la cual se apresuró a beber, olvidando el vaso al lado, tenía un sabor extraño, un toque dulzón una vez que el agua llegaba hasta su estómago


Un poco del líquido le cayó al pecho, y fue cuando se dio cuenta que se estaba desnudo, eso hizo que cualquier nube mental se despejara, alzó las sábanas. Nope. Tampoco poseía ropa interior, y lo que más le preocupaba, era la gran cicatriz que le adornaba la pierna entera.


¿Qué había pasado? Lo último que recordaba había sido a Loki gritándole algo, quizá, no tenía mucha certeza de ello, pero sí de la mierda negra difusa, a la que le había disparado hasta el cansancio y que había tragado sus balas, era como disparar al mar, denso y sin sentido alguno, después la mordida y nada más, no, no había más recuerdos después de que sintió sus colmillos inyectándose en la piel, sólo dolor, recuerdos desagradables y más dolor.


Thor estaba desnudo, y solo en una habitación, que cabe rescatar, estaba muy bien decorada, algo obscura, pero con un estilo que le terminaba de agradar, las cortinas eran negras, igual que las sábanas, las paredes en cambio, estaban adornadas por un papel tapiz en color verde olivo, discreto, pensó, posó los pies con cuidado sobre la alfombra, antes de ponerse de pie, la pierna le pulsaba horrores, como si una bala le hubiese atravesado, necesitaba explorar el lugar, para no estar en desventaja después, se amarró las sábanas alrededor de la fuerte cintura, en un nudo, se distrajo un poco con ellas, desprendían un delicioso aroma a menta.


Se dedicó a explorar la habitación, nada mejor que conocer a tu enemigo por el lugar en donde duerme, y sea quien fuese el dueño, descubrió que tenía una afición a la fotografía muy marcada, lo dedujo porque tenía una pared exclusivamente consagrada a las fotos. Decenas de fotos colgadas alrededor, la mayoría eran paisajes, pero también había un número importante destinado a un niño, y conforme avanzaba, el infante comenzaba a tomar madurez, una creatura exquisita, pero no se parecía a Loki, su piel era tostada, no pálida, los ojos miel estaban lejanos a ese par de esmeraldas, pero no por eso menos hermoso, el cabello era corto y color avellana.


Sin embargo, tenía una manera coqueta y traviesa de sonreír, ahí sí parecía haber alguna clase de conexión genealógica; una que le pareció muy enternecedora, era donde ambos se encontraban posando, en la ventana, de la misma habitación donde el residía en esos momentos. Loki se miraba más joven, tal vez a inicios de sus 18 años, justo cuando el desfile fotográfico daba a su fin, observó que en el escritorio se encontraba la cámara y más fotos, pero no iba a ver, porque sentía que violaba su privacidad.


No era momento para el arte, no, necesitaba saber dónde estaba, qué había sido esa mierda negra y encontrar a Loki, porque él lo había traído ahí, ¿No? Sí, estaba seguro, todo ese lugar hermoso y obscuro, olía a él, su fragancia vagaba por cada esquina.



Después de una semana, Loki había vuelto a trabajar, como ese día, donde había sido solicitado por una familia, a las afueras de la ciudad, cosa que no le tranquilizó, dado a que se encontraba a unas casas del lugar del crimen infantil. Le recordó a su joven protegido, que no saliera y volvió a leerle la cartilla, de lo que debía y no hacer mientras se encontraba afuera, ahora sólo por el puro placer de ver sus mejillas inflarse y sus ojos rodar, al inicio dudó por un par de segundos, acerca de ir y dejarle solo con Thor, y estuvo a punto de hacerlo, pero él no lo dejó. Es un poco tonto, pero su alma es pura, no me hará daño.


Así que, una vez solo, con un hombre inconsciente en la habitación de arriba, se concentró en cambiar los canales de la televisión sin interés alguno, su programa favorito se encontraba en medio de esos molestos comerciales, ya se había acabo su ración de palomitas de maíz, y su pereza se encontraba en un nivel magistral, como para levantarse de su sillón predilecto e ir a la cocina por más.


Thor escuchaba un ruido constante desde la sala, una combinación de música de bajo presupuesto con gritos sobreactuados, dando como resultado final a una mala película noventera, ¿Pero quién estaba viéndola? Fue la pregunta que se quedó grabada en la mente, justo cuando la puerta hizo de las suyas y terminó por atorar su sábanas, que hasta ahora le servía perfectamente como escudo moral, aquello había sido un jalón inesperado, que le hizo apoyarse en la pierna lastimada, terminando en una caída escandalosa.


El menor se levantó de un saltó de su sillón, para volver a esconderse, ¿Qué había sido eso? Se suponía que el visitante debería de estar inconsciente, recuperándose internamente, si así eran las cosas, qué había sido eso. Con cuidado, se asomó desde su fuerte, como un gato observando a su amo llegar, con ojos curioso, realmente eran contadas las veces que había tenido contacto con otra persona que no fuese Loki.


-Mira, está bien que tengas un arma, sólo no presumas el calibre. –Las mejillas de Thor se pintaron inmediatamente de un humillante tono rojizo, y el menor volvió a reír ante su reacción, con dulzura,  y un toque de maldad, le observó mover con suavidad su dedo índice, y la puerta se deslizó en un movimiento lento.


Thor abrió grande los ojos, asombrado de ese movimiento, qué demonios es este niño.


-Objeción. –Aclaró. –No soy un niño. –Tengo 24 años, así que soy una persona adulta, y como tú, soy una persona.


-¡Las personas no mueven las cosas y tampoco leen la mente de los demás! –Dijo, mientras se volvía a tapar con pudor, como una mujer cuando le abren la puerta del baño en un momento desafortunado.


-Evidentemente, yo supero al promedio. –Y le guiñó un ojo. –Bueno, Thor, ¿Tienes hambre? Podemos ir a la cocina, pero antes, déjame buscar algo más decente para que vistas, siento que en cualquier momento podrías apuntarme. –Bueno, la inocencia que se destilaba en las fotografías de Loki, eran una vil estafa.


Le vio subir escaleras arriba, y bajar en cuestión de uno o dos minutos, para traía una bata de dormir, del tamaño Dios, justo de su talla, afortunadamente, estiró la mano para recibirla, pero él la lanzó directo a su cara. –A la izquierda está la cocina, veré que podremos cocinar. –Realmente le ponía de buen humor tener visitas con quienes interactuar, sólo esperaba que Loki no se molestara.


Había esperado a que el niño se retirase para poder cubrir su dignidad destrozada, izquierda, recordó y una vez bien amarrada la bata, se dio cuenta que el no niño, había encendido la estufa, el refrigerador estaba abierto, y las puertas de las alacenas de igual manera, cargaba dos o tres latas, sacaba vegetales de lugares inesperados, y un sartén ya se encontraba calentándose con aceite encima.


-Loki dijo que deberías sentirte hambriento, una semana en cama mataría de hambre a cualquiera. –Dijo distraídamente, comiendo algunas blue berries, en lo que el gran plato se preparaba, cortaba pimientos y calabacines a una velocidad sobrenatural, sólo detuvo su tarea para salpimentar la carne que yacía sobre la mesa, dos tres toques, y directo al aceite, acompañado de una cantidad generosa de jugo de naranja.


-¿Qué? ¿Estuve una semana durmiendo? ¿Era coma o algo así? ¿Mi jefe sabe de esto? ¡Mis jefes van a matarme!  -Aquello parecía divertir al otro. -¿Por qué no me llevaron a un hospital?


-Oye, oye. –Le habló con cierto tinte de reproche y Thor se arrepintió. –Acabamos de salvar tu trasero y de haberte llevado a un hospital, no sólo hubieras muerto, sino contagiado a media ciudad, mira, estoy haciéndote un almuerzo decente, así que sé bueno antes de que me arrepienta.


Si algo había aprendido de Loki, era a dar sermones y hacer que las personas se sintieran culpables, aunque no debiesen.


-Lo siento. –Murmuró y no creyó que su chantaje emocional hubiese funcionado, Loki, the best teacher ever.


-Está bien, está bien, cualquiera reacciona así después de, ¿cómo lo llamaste? Mierda negra, yo también lo llamo así, es bastante descriptivo, aunque no le digas a Loki, no le agrada que diga malas palabras.


-Yo no diré nada, pero, ¿Dónde está él?


-Trabajo a domicilio. –Se redujo a decir. –Tardará en llegar, es muy bueno en lo que hace, así que siempre se toma su tiempo en hacerlo bien.


-¿Qué hace exactamente? No comprendo nada. –La percepción de maldad para él, era un violador, un asesino, un traidor, un sádico, y ejemplos de ese tipo, pero ahora había vivido en carne propia, la maldad por una vía que ni siquiera era humana.


-La maldad vive entre nosotros. –No le miraba, y notó que su efusividad había caído bastante. –Siempre ahí, pendientes a nuestros momentos vulnerables, a nuestros seres queridos indefensos, como los niños del autobús. Es un mundo muy…Obscuro. –Dio una risa irónica. –Nosotros somos la luz en él.


-¿Hay más creaturas de ese tipo? –Jadeó impresionado, con la urgencia de sentarse para no caerse de la impresión. -¿La gente sabe de eso?


-Nope. –Negó, moviendo la carne. –Pero no has sido el único. –Y bajó parte de su camisa, observando una cicatriz similar a la suya. -¿Ves? Somos afortunados de tener a Loki, sin él, probablemente no estaríamos aquí filosofando acerca de la moralidad escondida del mundo.


-No sé en qué me he metido. –Pasó sus manos por el cabello, suelto.


-Ah, tranquilo, nadie va a morirse, bueno, sí, tal vez, pero no creo, aunque quién sabe…-No sabía si estaba hablando en broma o no, y eso no hacía más que ponerlo más nervioso.


-¿Cuál es tu nombre? –No quería continuar con esa charla, no sin Loki ahí, su conexión con él era más profunda y él había visto lo mismo, él le había salvado, sabía que él no le mentiría, en cambio ese no niño que ni siquiera aparentaba tener más de diez y siete años…


-Tony, pero si me llamas por mi nombre completo, voy a patearte.

Notas finales:

HOLAAAAAAAAA

GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, ME PONEN FELIZ, AUNQUE ESTÉ EN FINAL DE SEMESTRE

 


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