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Secrets of the crown. por Evanences

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Capítulo 4: Between the shadows.

Eran alrededor de las 3 de la mañana, Tony se había ido a dormir horas atrás, Thor había decidido permanecer en la sala, esperando la llegada de Loki, con quien en ese momento no se encontraba precisamente contento, ¿Dónde estaba? ¿Cómo se atrevía a dejarlo así? Sin más, omitiendo explicaciones, que él consideraba sumamente importante, ¡El mundo que hasta ahora él había conocido no existía!

Había llamado a sus superiores, explicándoles la situación, obviamente sin exponerles el asunto de la mierda negra, pero sí que había tenido un accidente, gravísimo, del cual apenas había salido, que mañana estaría a primera hora y de regreso, casi había perdido su trabajo, pero había sido lo suficientemente hábil para mentir, sin poder evitar sentirse sucio, y conservar su puesto. La justicia necesitaba todos los medios en algunas ocasiones.

Para cuando la puerta fue abierta, el enojo silencioso que Thor estaba cargando, durante todo el día, se esfumó, de golpe, y un desazón agrio le inundó, incluso olvidó su dolor, cada vez más ligero, conforme pasaban las horas, de su pierna, Loki entró, tácito, y la luz le dio justo en el rostro, iluminándolo, justo como Dios ilumina a un ángel. Uno que acababa de salir de los infiernos.

Un varios hilillos de sangre escurrían por sus labios delgados, un hematoma le adornaba la mejilla izquierda, la ropa ahora la tenía sucia y andrajosa, el cabello alborotado, caminaba con dificultad y no dejaba de sostenerse el brazo.

-¿Loki? ¿Qué te sucedió? –Le preguntó inmediatamente, yendo hasta su lado para socorrerlo.

-¡Shhh! –Susurró con fuerza, tal vez demasiada, porque no pudo evitar realizar un gesto de dolor, probablemente tenía una costilla, por lo menos, astillada. –Harás que Tony se despierte. -¿Y qué si se despertaba? ¡Bastaba con mirar su estado para que el resto del mundo terminará en nimiedades.

-¿Y qué? Debería de venir a ayudarnos. –Loki le dedicó una mirada, entristecida, pero firme, y no alejó a Thor cuando le pasó un brazo cuidadosamente por los hombros, ayudándole a subir las escaleras, para esconderse de la mirada del castaño.

-Llena la tina. –Le pidió, mientras se quedaba recargado en el mueble del lavabo, Thor obedeció, quiso hacer su tarea de la mejor manera posible, que cuando tardó varios minutos en templar el agua a una temperatura agradable, cuando se dio la vuelta, Loki ya estaba desnudo, le extendió la mano, y Thor hizo de apoyo, para que pudiera entrar a la tina de mármol.

Fue extraño y normal al mismo tiempo, no era algo que hiciera con normalidad, de hecho, era la primera vez, pero supo qué hacer y cómo hacerlo, pasaba con delicadeza el agua por sus hebras carbón y su piel de porcelana, sus palmas se mancharon de rojo.

-¿Qué sucedió? –Preguntó, despacio.

-Afuera es un lugar peligroso. –Se limitó a responder, recargando la cabeza en la loseta blanca, en un intento por relajar su cuerpo y amortiguar el dolor.

-¿Qué lugar no lo es? –Preguntó con una sonrisa amarga.

-No sabes en qué te has metido. –Detectó pena en la voz.

-No, pero si me explicaras, podría llegar a entender muchas cosas…

-Vete a casa, Thor, y no vuelvas nunca más.

-¿Otra cosa, su majestad?

-Hablo en  serio, allá afuera hay creaturas y maldiciones, más grandes que tu propio entendimiento, atacan a los incautos, y tú eres lo suficientemente estúpido para caer en esas redes…

-Eso te convierte en un incauto también, te han atacado, mírate.

-También soy un seguidor de la justicia, y la hago a mi manera, en ocasiones termino así, bajo mi propia responsabilidad. Lo que te pasó a ti en el autobús, no estaba en tu saber.

-Pero pasó y no me arrepiento, no es eso lo que me molesta, lo que me enrabia es que no me expliques nada, que andes tan metido en tu papel de misterioso, ‘’Oh mírenme, soy guapo y uso gabardinas para acentuar mi secretismo’’ ¡No puedes ir por ahí de esa manera! Yo necesito respuestas a lo que está pasando, y eso me molesta, que no me las digas y me dejes aquí con un no niño que es igual a ti.

-Así que te parezco guapo. –Le sonrió y Thor se sintió pequeño. -¿De qué no niño estás hablando? –Alzó la ceja, y el otro le miro con los ojos entrecerrados.

-Tony y deja de evadir mis preguntas, ¿Qué sucedió? Cuéntame, quiero saberlo todo.

-Pero  no puedes mencionarlo, a nadie, ni por error, ¿Me entendiste?

-Jamás diré lo de la mierda negra, no es como si alguien fuera a creerme.

-No, eso no, hablo de Anthony, tú no lo has visto, no has escuchado de él, no lo conoces, jamás, y cualquier cosa, niégalo, yo vivo solo ante los ojos del mundo, ¿Me entendiste?

-¿Por qué tanto secreto contigo? ¿No te cansas o qué?

-Promételo.

Frunció el ceño, cansado con lo mismo.

-Sí, sí, lo prometo o lo que sea, también tendrás que contarme de eso, eh, ahora, continúa.

-Digamos que nuestro mundo tiene varias facetas, planos, por ponerlo así, pero hay tres en especial que deben son los más importantes. El primero es el más alto, al que nadie tiene acceso, y viven seres increíbles, luego estamos nosotros,  y después, justo por debajo de nuestros pies…Vive la maldad, se manifiesta de muchas formas, de animales amorfos, de figuras sin forma, y la peor de todas, se apodera de los corazones sucios y mal habidos, les come el alma, ahí la razón de los violadores, asesinos y el resto de los enfermos que pudren nuestra sociedad. –Le explicaba y todo se tornaba más claro para el rubio. –Mi trabajo es mantener a esa maldad, como la mierda negra, a raya, en lo que se le denomina la zona negra, o radio muerto, esos animales extra terrenales, se pasan a con nosotros y nos lastiman, yo hago lo que puedo por mantener a salvo a esta gente. Por eso no somos muy diferentes, tú quieres cuidarlos y yo también, de la manera en la que podemos, pero lo hacemos.

-¿Sin importar que salgas lastimado en el camino?

-¿Qué acaso tú no haces lo mismo?

-Estamos a mano, casi.

-¿Casi?

-¿Qué sucede con Tony?

-Despacio, saltamontes.

-¿Los asesinatos de los niños? ¿El autobús? ¿Todo es obra de la maldad de la que me hablas?

-Temo decirte, que sí. –Ambos compartieron una mirada de intranquilidad.

Hubo un silencio que se propagó como plaga en el baño, Thor no encontraba palabras para expresar lo que sentía en cuanto a la explicación que se le acaban de brindar, y Loki parecía reacio a decir algo más.

-¿Y qué vamos a hacer?

-¿Vamos?

-Nuestro trabajo se juntó y no encuentro mejor manera que resolverlo juntos, podemos dividirnos el asunto, yo te doy la pistas que mi oficio pueda darte y tú las usas para hacer lo que tengas qué hacer, y yo te ayudaré en ello.

-No es tan sencillo.

-Pues te ayudaré el doble entonces. Yo también quiero hacer algo por ésta ciudad.

-Estás arriesgándote demasiado en algo que no conoces.

-Te tengo a ti para explicarme.

Había falsificado unos permisos y comprobantes médicos, sus jefes se había tragado la mentira por completo, y la manera de su andar hacia más creíble su historia, había convencido a Loki de ayudarle, de una u otra manera, pero lo había logrado, llevaban una semana con el caso y el pelinegro le había advertido que la cosa estaba gorda y que sería probable que murieran. Thor aceptó la misión sin reparo. Total, todos debían morir en algún momento de sus vidas, Thor no veía porque ese no sería un buen momento para hacerlo.

Sin embargo, aún quedaban cosas por hacer, antes de irse a la mentaba batalla final, no que fuera así realmente, siendo honestos, no sabía en qué momento podrían toparse con el final boss.

Por lo regular, él era el que iba hasta su casa, se había aprendido el camino sin señalarlo en ningún papel, especificaciones de Loki y su paranoia, siempre, y eso era una regla silenciosa de su caballerosidad, traía consigo comida, a veces para cocinar ahí, otras, cuando no tenía tanto tiempo, la comida estaba hecha, para ese punto, Loki ya no podía evitar que Thor y su protegido interactuaran, lo que llenaba de preguntas a Thor, y por supuesto, que nunca se las guardaba.

-¿Y no vas a decirme de dónde salió? –Ese día en particular, después de la increíble lasaña que había preparado, llena de carne y queso, el rubio se encontraba más curioso que de costumbre. –Con los avances que hemos estado haciendo, creo que merezco una recompensa.

-Mmmm…-Aquello no fue ni un sí, pero tampoco un no, así que la esperanza de su curiosidad aún tenía oportunidad de ser saciada. –No sé, Thor, no es como si hubieras detenido a las mierdas negras tu solo. –Y eso era muy cierto, ambos habían conformado un equipo bastante eficiente, de caza y rastreo, 7 ataques bloqueados y más niños y adultos que habían salvado. El caso de la docena de muertes infantiles aún seguía siendo un misterio, y si bien los padres le exigían, no sólo a Thor, sino a todo el departamento de policía de la ciudad, que encontraran al culpable de aquella atrocidad, Thor se las había arreglado, con ayuda de la tranquilizadora presencia de Loki, claro está, para que mantuvieran la calma y fueran pacientes.

-Tal vez, peeero. –Alzó el dedo índice para poner más énfasis en lo que estaba a punto de decir y Loki no pudo más que sonreírle, ese hombre también estaba causando estragos en él. –La última vez que alguien lavó los platos, fui yo. Así que merezco más crédito, y mi recompensa.

-Tu recompensa es mi ayuda en los casos. –Le gustaba torturarlo, eso lo debía admitir. –No puedo decirte toda la verdad, pero supongo que una pista, pequeña, no le hace daño a nadie. –Ese hombre lo estaba ablandando. –Futuro.

-¿Qué?
-Ya te dije.

-No, espera, ¿Y la pista?

-Ya la dije, seré amable y la diré de nuevo: Futuro.

-Oye no, eso no cuenta.

-Dije que sería una pista de escasa magnitud, pero elemental.

-Por favor, sé más específico.

-Técnicamente, fui especifico, pude haber dicho ‘’tiempo’’ y eso sí que sería complejo, difícil, para el intelecto que te cargas.

Con el tiempo, los insultos de Loki, eran todo menos eso, Thor no se sentía ofendido en ninguna manera, aunque siempre quedaba el fragmento diminuto de una venganza inofensiva.

Después que la mesa fuese retirada, Tony, quien se encontraba demasiado ocupado en el estudio del último piso de la casa, en medio de quién sabe qué clase de experimentos, en los que Loki fingía un desconocimiento total, ambos policías se dirigieron al estudio escondido entre las paredes, Thor siempre se mostraba fascinado por aquello, ese era su refugio, donde llevaban pruebas, perfeccionaban sus ataques y defensas, creaban teorías y planes para el siguiente encuentro, solían pasar horas ahí, en medio de libros, amuletos, café y té.

Loki estaba en la parte favorita de la investigación, seleccionar lugares probables, en donde tendrían que ir durante la semana y vigilar el sitio, para cerciorarse de que no hubiera ninguna presencia de la Zona negra, y la de Thor, de desalojar el perímetro, con pretextos cada vez mejor elaborados.

-Loki. –Le llamó, y el susodicho emitió algo similar a una respuesta.

-¿Quién es la Reina Negra? –La pregunta había salido con una inocencia, casi infantil.

-¿Dónde leíste eso? –Su voz había salido lenta y sedosa, Thor sintió que había preguntado algo que no debía, lo sintió en el momento que Loki le dedicó una mirada escudriñadora, eso y la tensión que la rigidez de su cuerpo emitía.

-En el libro… -Cerró la portada e intentó leer el desgastado título. –Las más grandes maldiciones de todos los siglos, de, Syand Lauirga, ¿Lo dije bien? –Preguntó nuevamente.

-Syand Lauirga, fue un escritor de siglo desconocido. –Empezó con lentitud, no había caso en ocultarle tantas cosas a Thor, después de todo, eran compañeros ahora. –Sufría de esquizofrenia, y diversas enfermedades mentales, que mientras estaba en el manicomio, escribió varios libros, como el que tienes en las manos, relataba, algunas veces historias de seres fantásticos, y otras de creaturas rastreras y peligrosas, explicaba de dónde venían, qué daño hacían, dónde se encontraban y cómo matarlas. –Thor le estaba dedicando su completa atención. –Nadie sabe cómo y por qué razón, pero todo lo que está escrito en sus libros, era verdad, todo sucedía, unos argumentan que realmente no se encontraba loco, y que sólo había estado, toda su vida, bajo un estrés realmente aterrador, por ver todo aquello que describía, o que tal vez es una coincidencia, pero es demasiado para que lo sea. Yo considero que él fue un profeta.

-¿No puedo llevarme el libro a mí casa, verdad? –Tenía que hacer mínimamente el intento por que se le fuese prestado un libro con semejante potencial e información.

-Lo siento, te lo regalaría, pero no puedes sacar nada de esta casa. –Por supuesto le encantaría que leyese y se ilustrase de aquello.

-¿Pero quién es la Reina Negra? –En esa ocasión ni siquiera se había molestado en preguntar por qué, Loki y sus misterios, pensó, y el sentimiento de arrepentimiento llegó de nuevo, con el espasmo voluntario del pelinegro, sintió su vergüenza subir rápidamente.

-La monarca de la Zona Negra. –Expresó con disgusto. –El remedo de mujer que manda todas esas bestias con nosotros, y es realmente, un ser malévolo. Cuando era humana, su nombre era otro, uno mortal. Jane.

-¿Jane? –Repitió, casi incrédulo.

-No digas su nombre, siento nauseas.

-Lo siento, pero suena como un nombre común.

-Esa mujer no tiene nada de común.

Thor realmente sintió el desdén, la furia, miedo y el rencor, pesado y cobrizo, que sentía de su parte, se preguntó, ¿Qué clase de mujer sería Jane, como para ganarse el odio de su  pelinegro?

-Siento más rencor del normal proviniendo de ti, ¿Qué tan preocupado debo de estar?

-Olvídalo y ven aquí, creo que encontré algo útil…

Tal vez la parte que no le agradaba tanto a Thor, era salir a esa hora de la madrugada, con la ventisca fuerte y grandes probabilidades de que nevara, no era algo alentador dejar su tibio de cobijas y partir a enfrentarse a seres salidos de un mundo de terror, llevaba tres suéteres de lana debajo del abrigo más pesado, botas con interior de piel, pantalón térmico, dos bufandas y un gorro, Loki llevaba su conjunto cotidiano, sólo había agregado unos guantes más gruesos y parecía que fuese primavera para él.

-¿Estás seguro que es por aquí?

-Muy seguro.

-Pero casi no hay nadie, no tienen muchas víctimas para devorar.

-Ésta vez no son las mierdas esas, sino algo más elaborado y no es necesario que se nutra, así que no te despegues mucho de mí y haz lo que te diga.

-Entendido, capitán.

-Cállate.

-A la orden capitán.

-¿Sabes que a esta hora eres más molesto, no?

-Tú también, y decidiste traerme, así que, lo siento capitán.

Loki rodó los ojos ante eso, pero su sonrisa se mantenía, últimamente, sonreía más de lo normal y Tony lo notaba, así que no perdía oportunidad para echárselo en cara.

-Ven, por los arbustos. –Thor le siguió.

-¿Qué se supone que vea? –Dijo, posicionándose justo a su lado, demasiado cerca para una persona normal, pero Loki no se quejó. Era una vieja escuela abandonada, no tan alejada de la ciudad, pero sí un sitio poco transitado.

-Creo que aquí se encuentra una fuga de almas.

-Oh, los muertos que no llegan a ninguna zona, ¿De acuerdo?

-Aprendes rápido, buen niño, pero sí, sólo que aquí únicamente hay almas de infantes, vagan por un tiempo, sin hacer realmente nada, no molestan a nadie y nadie los ve, esta clase de nidos espirituales son muy respetados, e incluso vienen algunas personas a pedir deseos y cosas así.

-¿Y cuál es el problema? –Eso le sonaba muy bien, pero no veía un problema realmente.

-Hay algo que se los está comiendo. –Thor sintió un disgusto patearle el estómago, aunque esos niños no estuvieran vivos, él ya sentía que tenían cierto respeto.

-Mira. –Clavó su mirada hacia los alrededores de la antigua institución educativa, en cierta manera, se miraba tenebrosa y solitaria, por el estado de deterioro en el que se encontraba, pero veía, con algo de dificultad, luces que revoloteaban en círculos preciosos, dentro y fuera del edición, algunas otras, eran siluetas de un tamaño pequeño, que iban corriendo, persiguiéndose entre sí, entre risas alegres.

Se sentía realmente fascinado y en momentos tan hermosos como esos, Thor sólo podía pensar en lo afortunado que eran al haberse topado con Loki. Bendita sea la señora Pickles.

Pero no todo podía ser risas y felicidad, eso era lo que siempre se decía Thor, ese sentimiento tomó firmeza cuando escuchó golpes violentos y las risas habían sido reemplazadas por un terrible llanto desgarrador. –Tenemos que entrar, ahora. –El rubio no estaba dispuesto a soportar escuchar como un niño era devorado y él no podía hacer nada.

-De acuerdo, pero espera. –Le sujetó del brazo, antes de que hiciese algo imprudente. –Vete por la entrada, yo iré por la salida de emergencia, se supone que el come almas no puede hacerte daño, porque necesitarías estar muerto para que te  dañara, pero hay casos en que puede llegar a matarte para devorar tu espíritu, así que, si te persigue, corre.

-Consejo del año, anotado, capitán. –Había perdido la cuenta de cuántas veces sus ojos había sido rodados.

El lugar era poco prometedor para Thor, incluso un poco más, en cuanto piso la entrada y sus dedos se posaron lentamente por la puerta, tomando aire una vez más, antes de que entrara. Todo estaba horriblemente silencioso, tanto, que sospechaba.

La linterna de color de luz azul iluminaba el camino, Loki argumentaba que aquello era una protección otorgada por el Dios de la Bondad, o algo así, era un nombre estúpido, por lo tanto no había dejado mucho espacio en su cerebro como para recordarlo, le daba protección, cierto o no, estaría por averiguarlo.

Veía a los niños, las luces y siluetas, y no parecían querer escaparse de su terrible armamento, pero probablemente era por la naturaleza inocente e inofensiva de su ser, bien, puntos para Loki.

Lo siguiente que sus oídos captaron, fue un chillido que podría jurar, era tan fuerte como para hacerle sangrar los oídos, así que no dudó en apuntar hacia el origen del estruendo. Realmente quería vomitar, en la esquina de la habitación, se posaba algo similar a un bicho, baboso y enorme, que emitía un olor a putrefacción pura, pero que se negaba a salir de su sitio, realmente atemorizado por la luz azul que Thor le apuntaba. Logró visualizar su lengua, de color verde, que se asomaba por sus dientes, no estaba seguro si saboreaba las almas devoradas o se remojaba los labios para hablar.

-Nuestra Reina sabrá de esto, verá tu rostro y tus pesadillas serán eternas, tú y ese…Ese Jotun arderán en el infierno.

-¿Qué Jotun? –No sabía que tan seguro era entablar una conversación por un ser así, pero una vez más, se demostraba que tan fuerte era el poder de la curiosidad.

-Mi Reina, mi Reina, los hará pagar, llamas, llamas eternas, de color negro, ya quiero verlos, tarde o temprano, sabremos donde están y tomaremos lo que se nos ha sido arrebatado.

-¿Qué Jotun? –Subió la intensidad de la luz, el chillido se incrementó, pero Thor no soltó la linterna.

-¡Humano depreciable! ¡El Jotun asqueroso que ha entrado por la puerta de emergencia! ¿Crees que no los escuché entrar? ¡No me dieron tiempo de escapar, pero tampoco soy idiota! ¡Tu luz no se será eterna, y cuando se acabe, voy a devorarte y entregaré el Jotun a mi Reina!  ¡Ni los Dioses podrán salvarlos!

A Thor le hubiera encantado seguir escuchando, aunque la voz que le hablaba fuese como escuchar un violín en pésimas condiciones, pero Loki ya había abierto el casi inservible sistema contra incendios y sólo pudo ver como se desmoronaba en polvo y gas al come almas.

Thor le dedicó una mirada, mientras el agua helada le calaba hasta los huesos, Loki estaba alejado, y no se atrevía a regresarle la mirada, ni siquiera cuando el agua de reserva se acabó, el rubio temblaba, pero el permanecía en su mismo sitio, abrazándose, se acercó a él. – ¿Una pista? –Pidió, amable. –Loki lo abrazó, y no se soltaron después de eso, los niños los veían, con ternura y el ambiente se hacía cada vez más ameno, aunque la palabra Jotun aún se encontrara en el aire.

-Tal vez. –Su pecho, aunque hiciese un frío tremendo, Loki lo encontraba reconfortante y agradable. –Vamos a casa. –Sus manos quedaron enlazadas por mucho tiempo. Sin atreverse a separarse, ni para cuando llegaron a casa y Tony les esperaba, con una sonrisa traviesa y chocolate caliente en la mesa.

 

Notas finales:

Trivia: ¿Por qué  creen la luz azul se considera como protectora? ¿Tienen alguna idea?

 

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