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Secrets of the crown. por Evanences

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Capítulo 2:  The case.

Enojado era poco, a lo que sentía Thor en ese momento, eran alrededor de las 10 y media del día, y no había señales del Rey, no podía sentirse más estúpido al llamarlo de aquella manera, eso y también por haber creído en la señora que le había dado el número, casi escuchaba a sus jefes, Thor, eres el Inspector en jefe, demuéstralo, deja de perder el tiempo.

Estaba por escribir un acta, cuando su secretaria entró, ya con la familiaridad de quien omite tocar la puerta. –Señor Odínson, tiene a un testigo preguntando por usted en la sala. –La sala era aquel lugar pequeño, al que nadie iba, porque los testigos, generalmente, se les tomaba por sorpresa y se iba directamente a la escena del crimen o a sus casas, a interrogarlos, sin embargo, el monarca había decidido ir directo a la cueva del lobo.

-Gracias Darla, me encargaré de él, ¿Podrías traernos dos tazas de café? Por favor. –Se arregló la corbata, y se aseguró que la coleta estuviera en su lugar, luego de que la mujer asintiera y se marchara, se apresuró hasta la sala, donde le esperaba ya el pelinegro.

Era alto, no más que él, eso era un hecho, el cabello le caía sobre la espalda, de un tono carbón que le recordaba al cielo obscurecido, estaba amarrado con un listón color verde olivo, su vestimenta resaltaba, una gabardina negra, le llegaba hasta los pies, traía unos zapatos de piel, tono marrón, igual que el maletín, la correa la tenía cargando en el hombro.

Thor estaba demasiado perdido en el análisis que estaba haciendo con el pelinegro, que cuando este volteó a mirarlo, casi se le va la respiración, sus ojos esmeraldas estaban enmarcados por unas pestañas gruesas y negruzcas, su rostro parecía hecho de porcelana, blanco y frío. El vaho salía de sus labios delgados y Thor tuvo que golpearse mentalmente para no dejarse llevar.

-Buenos días, casi tardes. –No perdió ni un minuto en hacer ver su disgusto y comenzó a reprochar.

-Tenía asuntos qué hacer antes de venir, debió llamarme una semana antes. –Thor abrió la puerta de su despacho y dejó entrar al otro, Loki no esperó una invitación para sentarse, frente al escritorio del inspector. –Ahora sí, dígame, ¿En qué puedo ayudarlo?

-Bien. –Se acomodó la corbata y se abstuvo de estirar el cuello.- Un testigo, que mantendré de forma anónima, me dio su número telefónico, alegando que usted podría tener alguna pista, o cual lo pone a usted como otro testigo. O Sospechoso. Dependiendo de mi veredicto.

Loki posó su fina y aguantada mano bajo su mentón, para después sonreír, Thor se llevaría una sorpresa.

-¿Señora Pickles?

-¿Qué?
-Que si fue la señora Pickles la persona que le proporcionó mi número.

-Eso…Eso es información clasificada.

-Sí, fue ella, generalmente es la persona que suele dar mi número a cualquier persona, en cuanto ve que algo se sale de control. Ella también cree que la eficiencia policial de esta ciudad es muy mediocre.

Golpe bajo.

-¿Ah sí? Bueno, ese no es el punto. –Thor necesitaba con urgencia ocultar su desconcierto y tomar el control de la situación nuevamente. –Usted está aquí para declarar acerca del caso.

-No tuve nada que ver con el lamentable asesinato de los infantes. –Realmente había pesar en su voz.

-¿Cómo sabe eso? La noticia no se ha hecho pública. –Lo tenía en donde quería ahora.

-Conozco ésta ciudad, desde que comenzó a florecer, no me tome por un ignorante, señor, no sólo el sistema jurídico es mediocre, la prensa también, y noticias como esas siempre salen a la luz primero.

Thor quedó en silencio después de eso, era cierto, la prensa era un medio de comunicación muerto en ese lugar, llevó sus manos a su cabello, llevándolo para atrás, en una clara señal de desespero. Tenía diez familias destrozadas, llorando la pérdida de sus pequeños ángeles, y el o los asesinos libres, corriendo por las calles, en busca de más presas. Loki sintió un poco de compasión por él, se puso en su lugar, y pensó en esas familias, si uno de esos 10 niños, si su pupilo se hubiese encontrado ahí. Un espasmo involuntario, que tradujo como el frío constante de la ciudad, le atacó, simplemente no podía quedarse ahí sin aportar, aunque sea un poco de esperanza, al hombre frente a él.

-Podría ayudarlo, si usted me lo permitiese, si me dejase ver la escena del crimen. No soy policía, tampoco estoy preparado para esta especie de actividades, sin embargo, sé reconocer que clase de muerte alberga el lugar. Tal vez podría serle útil.

-¿Va a ayudarme ahora? –No podía evitar sentir desconfianza.

-Sólo si quiere. –Alzó los hombros. –Permanecer indiferente ante estas situaciones, también debería estar penado por la ley.

-Sabe que me estoy arriesgando en llevar un civil a una escena de tal magnitud.

-Si no nos damos prisa…Vendrá una organización con un título más pomposo que el suyo, a robarle todo avance que usted haga. Sin crédito. Y esas familias se quedarían sin la garantía de justicia. –Se balanceó un poco en su silla. –Así que, usted dice, perdemos el tiempo aquí…

No tuvo que repetir dos veces, cuando ya se encontraba en la puerta, esperando a que Loki saliera, no sin antes llevarse la taza de café que apenas llegaba.

-A todo esto, ¿Cuál es su nombre? Simplemente no me veo diciéndole su majestad. –Después de casi una hora de camino a las afueras de la ciudad, Thor había tenido la brillante idea de usar su automóvil personal para llevar a Loki hasta la escena, sin embargo, no contaba con que el tráfico a esa hora era brutal, y con casi 30 minutos dentro del auto, atascados entre la oleada de autos, sólo quedaba conversar.

-Yo sí, pero seré amable, porque es lunes. –El clima entre ambos había dejado de ser tan hostil, y aunque aún había un poco de fricción entre ambos, tal vez porque ambos amaban poner sus reglas, y desafiar las ajenas. –Loki.

-¿Sólo Loki?

-Sí, Loki, o Su Majestad, El Rey Loki.

Thor pudo olvidarse un poco de su pesada tarea, cuando vio esa sonrisa aperlada.

-Me quedo sólo con Loki entonces.

-Débil.

Conforme la plática avanzaba, el tráfico parecía aligerarse, Loki encontraba a Thor como a una persona interesante, realmente amaba su trabajo y la ciudad donde vivían, amaba la justicia, y consideraba a la ley como lo más importante, por sobre todas las cosas, lo cual, a su parecer, encontraba tierno, un mundo ideal, donde todos cumplían con sus respectivos deberes, era algo…Lindo.

-¿Cómo decidiste que ser policía era lo tuyo? –Llegaban a un punto donde Loki había, en cierta medida, bajo la guardia, y la barrera alta y gruesa, había bajado unos cuantos metros, logrando un acercamiento con el rubio.

-Siempre lo supe. –Dijo, casi sonriente. –Mi padre fue policía, y el padre de mi padre, mi abuela era jueza, igual que la madre de mi madre, de una u otra manera, tenemos la ley en las venas. –Resumió. –Desde pequeño quise usar un uniforme como mi padre, atrapar a los malos. Aunque cuando era pequeño, creía que el mayor crimen que podía existir, era robar un banco.

En adelante, la plática, que hasta ahora era amena, tomó un tinte realista, Loki comprendía a lo que se refería, sin embargo, él siempre había estado expuesto ante la maldad real y pura, encontrándose con los más desamparados, a los que el mundo no recuerda cuando mueren, porque nunca saben de su existencia.

-¿No hay sospechosos acerca de los niños? ¿Nadie vio algo? –Sabía que era posible, si era ella, de quien se estaba hablando, nunca dejaba pista,  y su presencia se marcaba en su ausencia, pero necesitaba saber más.

-No. Nada. Ni siquiera hay marcas de que los cuerpos hayan sido puestos ahí, como si hubieran encontrado la manera de ponerlos dentro, sin abrir las puertas o ventanas, como una materialización, o algo así, ¿Imposible, no?

-Completamente. –Por el momento, iba a negarle el conocimiento de su naturaleza. –Ningún crimen es perfecto. Siempre dejan algo que se les escapa, o algo que quieren que sepa el mundo.

-Tienes razón en eso, así son esa clase de asesinos, les encanta poner en alto sus grandes hazañas.

Mediante se acercaban a lo más abandonado de la ciudad, Loki tenía esa inquieta sensación, de que tenía que enfrentarse con algo que había estado evadiendo, sin ser exactamente consciente, comenzó a crear una lista de lugares, posibles, a donde volver a esconderse, ¿Rusia? ¿Noruega? Le agradaba, eran climas fríos, en donde le agradaría pasar una temporada, sin embargo y por otro lado, no habían pasado mucho tiempo en lugares más templados, y la idea de irse a una isla calurosa, también le resultaba atractivo.

-¿Estás bien? –Preguntó Thor, cuando detuvo el auto, a varios metros de distancia del autobús. –Sí es muy fuerte para ti, o la situación de incómoda, podemos darnos prisa o regresarnos. –La manera en que la sangre abandonaba el cuerpo del ojiverde, y la sensación de que temblaría en cualquier momento, le hacía preocuparse, y cuestionaba la idea de traer a un civil, sin permiso alguno, a territorio policiaco.

-Perfectamente. –Loki se dominó a la perfección. El pasado no iba a afectarlo, no en ese momento. –Entre más rápido, mejor, también tengo trabajo que hacer. –Thor comprendió y ambos bajaron del auto.

El autobús era el típico, escolar, de color amarillo con algunas líneas negras, las llantas estaban intactas, casi nuevas, igual a la pintura, los escalones que daban a la puerta también, no había huella alguna, tan sólo la finísima capa de polvo, natural cuando se deja días abandonado.

-Lo curioso, es que el autobús no tiene registro en la ciudad, así que alguien debió de haberlo traído hasta acá, no es de este país, no tiene nada con lo que podamos rastrear su procedencia. Pasa. –En está ocasión, Thor subió primero al autobús. –Y lo que es un misterio también, es que se ha mantenido, intacto, por así decirlo, es una locura, sorprendió a todos que no haya sido desmantelado en cuestión de horas, sabes cómo son los vándalos en esta ciudad.

-Entiendo eso, un televisor, aunque este viejo, no duraría ni 20 minutos en la acera. –Ya lo había comprobado. –Supongo que cada cuerpo estaba sentado en un asiento diferente, ¿Estaban juntos?

-Como dices, uno en cada asiento. –Ahora sí, no era de extrañar que supiera eso, se podía deducir con tan sólo mirar los sillones que formaban los asientos. –Quieren traer psicólogos o psiquiatras, para que establezcan un patrón acerca del enfermo que hizo eso.

-¿Cuánto les tomaría eso? ¿Seis meses? Para entonces atacaría de nuevo. –Vaya, por fin, alguien que pensaba igual. –No soy un…Experto, pero poseo cierto conocimiento acerca de esta clase de cosas, me atrevería decir, que lo que intenta decirnos, es un retrato acerca de la ciudad, dado a que su población es mayormente infantil. Un niño para cada asiento, tal vez no le dio tiempo acabar con tantos niños, pero son 5 asientos, de cada lado.

-¿El mensaje es la ciudad? ¿Qué planea hacer? ¿Destruirla?

Loki negó.

-No sé, Thor, eso sí no lo sé, pero la seguridad debe de incrementarse, más en las escuelas, hagan que los padres estén más pendientes de sus hijos, que las calles haya guardias, y no dejarlos jugar tan noche.

Ambos se quedaron en un silencio, no incómodo, pero sí extraño, Loki dio un último vistazo, tenía que revisar en el último asiento, en su interior, Thor le esperaba en la entrada, muy raramente los forenses revisan en esos sitios, a veces se quedaban eclipsados por la sangre y cadáveres, que olvidaban los detalles más minuciosos.

Se puso de cuclillas, cuidando de que su gabardina no se ensuciara, era su favorita, entre el espacio del asiento y el vidrio de la puerta trasera, notó algo negro, pero al final resultó ser un grafiti mal hecho. Suspiró. Qué extraño, pensó, pues se suponía que debería de sentir seguro, que al parecer el acto delictivo había sido creado por otra persona, y debería de sentirse seguro, tranquilo, sin embargo, aún sentía esa sensación pesada y aguda en el pecho. No importaba a donde mirara, no había nada, ni una sospecha. Sin poder decidir entre estar tranquilo o decepcionado, tuvo que ponerse de pie, miró a Thor.

Su semblante estaba congelado, en un gesto de horror y sorpresa, la boca abierta y los ojos clavos en Loki, o al menos eso creyó el mencionado, lo sabía, lo sabía, algo malo hay aquí. Poco después, Thor salió de su estupor, disparó a diestra y siniestra, intentando alejar la asquerosidad negruzca, sin forma ni extremidades, que se asomaba de entre debajo de los asientos. Loki estaba en una esquina, buscando algún aditamento que le ayudara con esa bestia. Esto era una clara de que ella estaba tras todo esto.

Loki alcanzó a lanzarle el agua pura de rosas, que llevaba siempre consigo, era como buen repelente natural contra las creaturas rastreras de la zona maligna.

Ya tenía una estrategia, podría llegar hasta él y quemarlo, sabía que tan inflamables eran esas mierdas, razones por lo que escogían paisajes fríos y nevosos, cosa que Loki sabía con seguridad; no obstante, no había pensado, que la mierdecilla esa iría contra Thor. Le clavó los colmillos y Loki escuchó un alarido que le heló el alma, logró echar la llamarada, pero el daño ya estaba hecho. Maldijo. Ahora había arrastrado a Thor  consigo a ese sucio mundillo donde no quería más invitados.

Notas finales:

No sean tímidos, comenten <3

 

 

If there is a king, where is the prince?

 


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