Jin's POV
Estaba claro que aún no entendía muchas cosas pero simplemente abracé a Jungkook porque sentía que eso era lo que más necesitaba.
Normalmente era un chico que se guardaba mucho las cosas, incluso para mí, su hyung favorito y claramente no me gustaba verlo de esa manera. No después de todo lo que había hecho por mí, cocinando esos chocolates fallidos para San Valentín y escucharme llorar cuando Jun tenía nuevo novio.
Después aclararía todo lo que necesitaba aclarar, mientras debía abrazar a este niño que parecía realmente necesitarlo.
–Hyung… Hyung –Sollozaba mientras sus lágrimas mojaban mi hombro –No me dejes hyung.
Yo daba suaves palmaditas, volteé a ver a Namjoon y a Jun. Ellos entendieron y se retiraron del lugar.
Después limpié las lágrimas de mi niño.
–¿Mejor? –Pregunté.
Aún tenía los ojos rojos y yo acariciaba ligeramente sus mejillas sonrojadas por las emociones.
–Algo así –Se talló los ojos –Sabía que sería así pero al menos quería creer que no era cierto.
No entendía. Yo pensaba que Hoseok y Taehyung se acaban de conocer pero al parecer esto no era así. Quizás se conocieron antes, además recordaba haber visto a Tae durante bastante tiempo deprimido.
Creí que todo estaba superado, y aunque nunca nos quisieron contar nada, esperaba que todo hubiera quedado en el pasado.
Hoseok y Taehyung no volvieron después de eso.
Cuando Jungkook se sentía mejor, Namjoon se ofreció para llevarlo a su casa. Me despedí de Jun y también subí al coche de Nam para un pequeño aventón.
En serio… ¿Cómo una persona tan destructora podía manejar? Al principio me dio miedo subir pero él me animó diciéndome que no manejaba mal, que incluso lo salía mejor que caminar.
Lo cual era cierto, no lo hacía mal. Hasta podía decir que le salía extremadamente bien.
Llegamos a la casa del pequeño y lo llevé hasta la puerta de su casa. Le di un beso en la frente, le acaricié sus mejillas y sonreí.
–No te preocupes Jungkook, estoy seguro de que encontraras a alguien que te amará mucho –Acaricié su cabello –Así que solo debes esperar, ¿quieres cocinar un rico pastel mañana?
Por primera vez en muchas horas por fin me sonrió.
–Sí hyung –Rió –Gracias por siempre cuidar de mí.
Regresé a la pequeña camioneta de Nam y me senté en el asiento del copiloto.
–Solo tiene que superarlo –Me dijo antes de encender el coche.
–Sí… Espero encuentre a alguien que lo ame tanto como él amó a Tae –Me acomodé el cinturón.
Aunque sabía de sus sentimientos no correspondidos, como hyung no hice mucho por ellos y de alguna manera me hacía sentir culpable.
–Alguien como tú –Intentó bromear conmigo.
Lo miré extrañado.
¡Oh! ya recordé… Seguía con la idea de que me gustaba Jungkook.
Perfecto, era una oportunidad perfecta para decirle que estaba equivocado.
Si bien era cierto que Jun ya no me gustaba, pero esto no era a causa del pequeño. ¡Por Dios! ¡Es un niño!
–Respecto a eso… –Me interrumpió.
–No digas más Jin –Intentó sonreír –No quiero saber… –Tragó saliva –No lo tomes a mal pero no me siento bien hablando del tema.
¡Oh! también recordé…
El hecho de que Tae rompiera con Jungkook significaba que regresaría con Hoseok, y eso seguramente le iba a doler mucho.
–Lo siento Nam –Acaricié su hombro.
Él se paralizo… Que idiota, el hecho de que me guste a mí, no significa que pueda tocarlo como se me antoje.
Además, oficialmente seguía con Hoseok.
Me limité a mirar hacia al frente para ver como manejaba aunque de reojo lo volteaba a ver y me di cuenta de que tenía una bendita en su índice.
–¿Te volviste a lastimar? –Pregunté.
Se miró el dedo de rápido y sonrió.
–Sí, intentando hacer ramen –Dijo orgulloso.
Sonreí cuando me lo imagine solo en su cocina intentando cocinar un ramen. Era una linda imagen, y desearía haber estado ahí para hacerlo yo mismo evitando que se lastimara.
–La próxima vez yo te lo haré –Dije alzando mi dedo.
–Me gustaría –Dijo casi en un susurro.
Lo observé durante el pequeño trayecto.
Su labios gruesos a veces los mordía cuando veía un semáforo o algún coche se le atravesaba, sus manos tomaban con fuerza el volante haciendo relucir sus venas. Su piel morena se veía tan bien a la poca luz que quedaba del día y su ceño fruncido y serio manejando era muy atractivo.
Y yo moría por querer tomar su mano derecha cuando movía la palanca, mientras sus labios me invitaban a morderlos con suavidad… demonios… creo que me gusta demasiado.
–Hemos llegado –Pronunció haciendo que saliera de mi trance.
No sé como el tiempo fluyó tan rápido pero en menos de lo que pensaba ya habíamos llegado a mi casa. Que decepción… Estar con él hacia que el tiempo girara tan rápido.
–Nos vemos Nam –Sonreí antes de cerrar la puerta del auto.
Observé como se iba en su coche y deseando que regresara sano y salvo a su casa.
Además… Seguramente hablaríamos hoy en la noche. Como siempre, ¿no?
Se había vuelto una dulce costumbre, platicar con él todas las noches.