Jin's POV
Busqué las llaves entre los bolsillos de mis pantalones de la casa.
Ambos estábamos demasiado callados y esto provocaba que el ruido de la llave entrando por la cerradura sonara el doble de fuerte.
Al parecer no era el único que pensaba de esa manera, ¿verdad? O tal vez sí… Mi mente era un caos así que no razonaba muy bien que digamos.
–¿Te ofrezco alguna bebida? –Le pregunté ya cuando ambos habíamos acomodado las compras en la alacena.
–No realmente, me encuentro bien así –Sonrió intentando borrar su nerviosismo.
–Haré un té –Ladeé mi rostro –Y mientras busca alguna película para ver.
Él asintió para irse a la sala y sacar su laptop para buscar alguna película que ver.
–Oye Jin, la contraseña de tu internet la voy a tomar –Gritó desde la sala.
–¡Sí! Yo vuelvo en unos minutos –Grité desde la cocina.
Hice un cuenco pequeño de palomitas y en vez de hacer té, busqué algún refresco que tuviera en la nevera.
Cuando llegué con todo listo, Namjoon también ya tenía en su pantalla una película que ya me había comentado que tenía muchas ganas de ver.
Si se proponía ser lindo, de verdad que lo lograba.
La película había empezado muy bien, era la típica de acción con una historia oscura del protagonistas y por supuesto que no faltaban las chicas sugerentes dentro de ella.
Era entretenido verla, solamente que no deseaba que una escena de ese tipo apareciera mientras la veíamos o ya no podría controlarme más.
Sin embargo la suerte no estaba de mi lado y el momento incómodo llegó con esa escena tan poco esperada de mi parte. Ambos estábamos completamente callados cuando la protagonista se le comenzó a insinuar al protagonista.
Ella se quitó una bata mientras él estaba recostado en su cama, su esbelta figura se movía de un lado a otro seduciendo al chico mientras nosotros seguíamos comiendo las palomitas que había hecho en casa.
Intentando que no me afectara estiré mi mano para agarrar un poco del tazón cuando sentí que la otra mano de Namjoon rozaba la mía en un intento de también tomar algunas.
Yo me paralicé y el se ahogó un poco con su saliva haciendo que yo casi me partiera de risa. Quitó su mano de inmediato y buscó tomar de su vaso de refresco para pasar las palomitas atoradas en su boca.
Yo palmeé su espalda y le puse pausa a la película.
Ambos sonreímos cuando nos vimos al rostro completamente rojos de esa manera.
–Come despacio, que quiero tener a mi lado a mi novio durante mucho tiempo –Dije.
Él asintió ya más tranquilizado y tomando otro sorbo de la bebida.
–Ya ponle que se esta poniendo interesante –Habló sonriendo y sacando esos hermosos hoyuelos.
Instintivamente toqué uno de ellos haciendo que Nam me mirara al instante.
La película seguía corriendo, haciendo que oyéramos los ruidos que provocaban los protagonistas y mirarnos de esa manera lo convertía en algo poco prudente.
Me lamí los labios por el nerviosismo que estaba sintiendo pero Namjoon se acercó más a mí en cuanto lo hice.
Las cosas no parecían girar bien en mi cabeza y mi corazón latía mucho. Mordí mis labios cuando sentí su cuerpo más cerca del mío y apreté la tela de mis pantalones con las manos.
Namjoon me agarró de la mejilla y yo suspiré con su toque.
Sus ojos parecían más oscuros de lo normal y podía sentir el calor de sus manos atravesar mi piel. Cerré los ojos por reacción, y sentí cuando sus labios tocaron los míos.
Abrí mi boca para hacer el beso más profundo e hice mi cuerpo levemente hacia atrás para indicarle que me encontraba listo.
Él entendió empujándome levemente hacia el suelo y yo enredé mis manos en su cuello. Abrí mis piernas y sentí como su cuerpo se subía arriba de mí.
Comenzó a besarme el cuello, y mordiéndome en algunas partes haciendo que yo jadeara cuando lo hacía. Intenté apegarme a su cuerpo lo más que pude, sintiendo su respiración en contra de mi piel y su calor atravesar cada parte de mi piel.
Él desabotonó mi camisa con cuidado mientras me miraba a los ojos. Su mirada era diferente a todas las que había visto antes, era más intensa y me miraba con deseo. Delineé suavemente mi labio inferior mientras imaginaba esos labios probando cada parte de mí haciendo que el me acariciara la cara en cuanto lo hice.
Me dejo descubierto en la parte superior mientras masajeaba con su diestra mi parte baja.
–Ah… –Solté en su oído cuando mordió mi clavícula.
–Jinnie… –Lamió el lugar que había mordido –Me encanta tu voz.
Su voz sonaba grave y eso hacia que me lubricara cada vez más.
–A mi me gustas más tú –Mordí su oreja.
–Mmm… –Acarició con su nariz mi cuello –Tu piel es tan suave…
Cerré mis piernas para aprisionarlo más.
–Tan delicada…
Alcé mi cadera para pegarla en la suya.
–Y me hace adicto a ella.
Volví a mover mi pelvis hacia arriba.
–Me tienes en la palma de tu mano
Acarició mi hebilla para desabrocharla después.
–Eres mi dueño y asesino, bebé.
Cerré mis ojos mientras jalaba su cabello al sentir como masajeaba mi miembro con una mano. Cada toque suyo hacían que mi cuerpo entero sintiera electricidad de la cabeza a los pies. Era una sensación que no esperaba sentir, y mucho menos a su lado.
Bajó mis pantalones con todo y ropa interior para dejarme completamente a su merced.
Él ya se había quitado la parte superior dejando su torso al descubierto permitiéndome acariciar su piel más a la perfección.
Nos movíamos aunque aún no estuviera penetrándome, sin embargo con el simple hecho de moverme de esa manera debajo de él hacía que estuviera a punto de llegar al orgasmo sin necesidad de hacerlo.
Nuestras bocas se comían la una a la otra sin dar paso a la respiración, y mis uñas se enterraban en su espalda con cada movimiento que hacía en mí.
–Nam… mmm… –Supliqué –Mmm… m-me voy a venir –Jadeé.
Y él se movió de manera más fuerte haciendo que me viniera una primera vez manchando mi ropa interior.
Él ralentizo sus movimientos mientras yo intentaba recuperar mi respiración.
–Bebé, no pienso quedarme con esta erección –Señaló el bulto de su pantalón.
Yo sonreí al verlo e imaginarme el sabor que tendría dentro de mi boca.
–Está bien, ¿quieres quedarte esta noche en mi casa? –Dije mordiendo mi índice y sonriéndole.
–Yo no dije que quería irme –Se abalanzó sobre mí para besarme nuevamente.
Al final no era el único que pensaba de esa manera…