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Beauty [NAMJIN] por knvlchan

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Notas del capitulo:

Como lo siento ;; he dejado este fic mucho tiempo sin actualizar :(

pero ya saben como es esto, con el comeback de los chicos (cof cof votaciones cof cof) y la uni, apenas tengo tiempo para mi, pero intentaré actualizar más seguido!!! se los prometo

POV's Jin

 

Nam me sonreía a través de una ventana mientras yo le contestaba con el mismo gesto cuando de repente llegaba una mujer y lo abrazaba por detrás.

 

Al principio no la reconocí pero en cuanto vi su rostro voltear hacia mí y sonreírme maliciosamente supe de quien se trataba, me llené de coraje al verla tan cariñosa con mi hombre.

 

Cerré mis manos con fuerza cuando vi como Sohye se acercó a él para fundirse en un beso que aceptó gustosamente. Los miré durante algunos segundos sintiendo como mi corazón se rompían en dos, después de todo lo que habíamos pasado para que la historia terminara de esa manera simplemente no me parecía ni me gustaba.

 

Odiaba esa imagen así que estaba dispuesto a caminar afuera de nuestro hotel para partirle la cara a ambos cuando una extraña sensación en mi mejilla izquierda hizo que todo mi mundo se pusiera borroso.

 

Me detuve recargándome en la puerta, sintiendo como me dolía la cabeza y todo daba vueltas, estaba muy mareado. Sohye seguía balanceándose en el brazo derecho de Nam pero yo cada vez estaba más lejos de ambos y mi mundo, literalmente, parecía resquebrarse cada vez más.

 

Salí a mi realidad y que bueno porque maldita pesadilla que tuve.

 

Una mano me acariciaba la mejilla izquierda y no necesité preguntar para saber quien era, así que puse mi mano sobre la suya para enredar nuestros dedos.

 

Suspiré en lo que intentaba despertarme por completo.

 

–Hermoso, despierta –Me susurró en el oído –Vamos bebé, despierta –Siguió jugando con mis dedos mientras yo me movía en la cama.

 

No era necesario preguntar porque.

 

Aún seguía con sueño porque habíamos dormido muy tarde, además por el cansancio de mis ojos y el frío de mis piernas seguramente todavía era de madrugada.

 

Noté que mi cadera me dolía después de hacerlo tantas veces con él en la noche.

 

Me incliné de la cama tallándome de los ojos mientras ladeaba mi rostro intentando aclarar mi vista de la imagen tan borrosa de la habitación.

 

Aún seguía desnudo y las sabanas cubrían completamente mi cuerpo así que tenía un poco de frío.

 

–Puedes usar el baño para asearte y cuando estés listo me alcanzas en el lobby –Me besó en la frente, cuando estaba a punto de irse yo lo tomé de la mano y lo acerqué para darle uno beso tímido en la boca.

 

–Te alcanzó en el lobby –Me levanté con las cobijas aún envolviendo mi cuerpo.

 

Él me sonrió y aunque mis ojos aún veían borrosos debido al sueño yo podía ver esos hermosos hoyuelos que tanto le caracterizaban. Se despidió de mí con una mano mientras yo caminaba hacia el baño para asearme.

 

Miré el reloj en la mesita de noche y marcaban exactamente las cinco de la mañana.

 

Me metí a la ducha aún recordando el sueño tan horrible que había tenido. Fruncí mi ceño mientras el agua caliente caía sobre mi cuerpo.

 

Sohye, era un nombre que hace mucho había dejado de tomar importancia pero ahora era uno de mis mayores temores. Era como una especie de presentimiento, que las cosas no se iban a quedar de esa manera pero Nam estaba conmigo… Quizás así podríamos superar los malévolos planes de esa chica.

 

Cuando termine de asearme ya habían pasado veinte minutos así que corrí para encontrarme con mi novio quien jugaba plácidamente con su celular en el sofá de la recepción.

 

Se levantó en cuanto me vio y me tomó de la mano dándome una beso en la mejilla.

 

No había nadie más que la recepcionista quien estaba viendo algunos documentos en su mesa, así que tampoco me importó enredar mis dedos con los suyos y corresponder con un pequeño beso en los labios.

 

Salimos del hotel y afortunadamente no caminamos mucho cuando pude sentir la arena jugando traviesamente entre mis pies.

 

Con la manos aún entrelazadas caminamos a la orilla del mar, escuchando las olas chocar una contra la otra.

 

Aún era temprano así que la arena estaba en su punto y tampoco hacía frío así que sentía una fresca brisa chocar contra mi piel. Apreté mi agarre con las manos de Nam y cerrando mis ojos mientras escuchaba algunas gaviotas cantar a lo lejos.

 

Nam me dirigió a un lado de la arena que parecía seco, donde solo nuestros pies se mojaban con el mar.

 

Al igual que yo, él traía bermudas así que podía ver sus largas piernas ser mojadas por el agua mientras sonreía.

 

Era una vista demasiado bella.

 

–Nuestra promesa –Solté.

 

–No la iba a olvidar –Me miró y me sonrojé.

 

Me recargué en su hombro escuchando como el mar nos cantaba una melodía, su mano no la quería soltar ni por un instante y sentí como él también se relajaba con cada choque de las olas.

 

–¿Recuerdas que te conté de Kafka en la orilla? –Me preguntó a lo que yo asentí –A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar –Me dijo.

 

Yo parpadeé varias veces extrañado por sus palabras.

 

–El destino es gracioso pero de alguna manera nos tiene aquí, después de una serie de acontecimientos inesperados, esperando por el momento en el que salga el sol –Me sonrió –Y se me hace difícil distinguir si esto es real o parte de mi imaginación.

 

A veces no entendía sus palabras por completo y mucho menos lo que pasaba dentro de su cabeza, pero lo único que si sabía era que era muy afortunado de tenerlo a mi lado y que las palabras no me alcanzaban para expresarlo.

 

–Te quiero –Soltó.

 

Ambos con las manos entrelazadas, el sonido del mar a nuestro lado y las olas chocando en nuestros pies. El pronunciando tan bellas palabras mientras me miraba a los ojos como sólo él sabía hacerlo y esa voz tan grave que utilizaba para decirlo.

 

Era como si mi mente intentara grabar en su memoria cada parte del escenario.

 

–Mira –Señaló –El sol ya esta saliendo –Sonrió como un niño pequeño.

 

Por supuesto que quería ver el amanecer, pero me parecía más interesante ver como él le sonreía al sol, como su piel morena era bañada por sus débiles rayos y como la melodía del mar seguía sonando en mis oídos.

 

Yo también te quiero Nam.


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