POV's Jin
Realmente la cita con esa chica había sido una mala idea. Intentar olvidar a tu mejor amiga con cualquier persona que se te acerca no es exactamente lo más recomendable. Era frustrante porque ella solo me arrastraba de un lugar a otro para observar zapatos, ropa, accesorios, etc..
Por otro lado, cuando la invité amablemente a comer simplemente se me quedaba viendo al rostro embobada y ni siquiera quiso comer para conservar la figura (Y yo que amo comer…).
Me pidió una selca insistentemente para subirla a sus redes sociales y al instante me llegaron las notificaciones a mi celular.
Sí… No buscaba entablar conversación conmigo, como todas las demás.
Terminamos esa tediosa cita y la dejé en la parada del autobús porque no tenía ganas de acompañarla a su casa. Mentí con una clase que me habían pospuesto para la tarde y con eso me zafe para ir de vuelta al campus.
Vivía solo, así que mi pequeño departamento que rentaba no tenía internet. Me gustaba pasar mi tiempo en la Universidad cuando las chicas no me molestaban porque… No sabía como decir que no ante sus propuestas.
Pero todo fue en vano, me encontré a unas chicas riendo en el pasto que se acercaron inmediatamente a mí en cuanto me vieron. Ahí estaba, sonriendo como idiota y escuchando sus historias banales y sin sentido.
Después vi a Namjoon caminar hacia mi dirección, cosa que utilicé a mi favor para alejarlas inmediatamente de mí. Ya que, en palabras de ellas, cuando estaba con mis amigos nunca les ponía atención y ellos les hacían caras feas.
No sabía decir que no pero mis amigos eran expertos en eso. Y como les decía, ellas ni siquiera intentaban conocerme porque se tomaban fotos con mi presencia así que no tenían idea de quienes eran mis amigos.
Para ellas, Namjoon era un amigo más que tenía. Que conveniente.
Fui con él para quitármelas de encima cosa que funcionó de maravilla.
–Gracias –Mencioné exhausto.
–¿Lo dices por ellas? –Miró hacia ellas.
Era rápido para darse cuenta de las cosas. Bastante, diría yo.
–Sí… Si no me ven con nadie comienzan a atacarme –Me quejé.
Me di cuenta de su rostro, parecía decepcionado de mí y no quería que eso pasara. No me gustaba verlo de esa manera, no cuando era el primer amigo que hacía en mucho tiempo.
¿Amigo?
Demonios, quizás eso era muy pronto pero su presencia me agradaba mucho. Era relajante estar con él, aunque solo tuviéramos unas horas de conocernos.
–Lo siento, no quiero sonar engreído –Me disculpé.
–No es eso.
Fingía. Mi comentario le había dolido y mucho. Quizás el tenía cicatrices que no quería sacar a relucir aunque eran muy obvias. Una persona como yo podía notarlo al instante porque yo era como él.
–De todos modos, ellas solo me ven por mi cara atractiva –Solté.
Era mi manera de aminorar la tensión y a la vez, de contar un poco de mí. Mi corazón me decía que él era un chico confiable y estaba dispuesto a hacerle caso a él.
–Bueno… Conmigo ni siquiera se acercan –Intentó sonreír.
Ahí estaba… Ese era su dolor. Lo miré con extrañeza porque no podía creer la ironía del destino. Él quería que se le acercaran y yo quería alejarlas.
Me reí por eso. Gracias señor destino por hacer las cosas al revés.
Pero ahí estaba otra vez esa mirada. Sí… Kim Seokjin, eres un estúpido para hacer sentir bien a la gente. Eres un engreído y además, siempre creas malentendidos. Era un sentimiento al cual ya estaba acostumbrado.
–Parece que tenemos nuestros problemas ¿Eh? –Dije con la esperanza de hacerme entender.
Cosa que no pareció funcionar porque me miró confundido.
–Sí, creo que son diferentes pero de alguna manera parecidos.
Su manera de hablar me dio un mejor panorama. Él se sentía tan solo como yo, al menos en ese aspecto. Lo mencioné sin tapujos esperando una respuesta sobre él.
–Así es, de alguna manera nos sentimos solos ¿No es así?
Y di en el blanco. Ese chico tenía más cosas que contar y yo estaba dispuesto a escucharlo. ¿Por qué? Porque aún me preguntaba como un chico toma un libro y tiraba como veinte a su paso.
Ninguno tenía nada que hacer así que decidimos ir al pasto. Era lo que hacíamos los jóvenes cuando no teníamos ganas de ir a la plaza frente a nuestra Universidad ni estar en la biblioteca o en el salón de cómputo.
–Es tan cómodo –Me acosté sobre el pasto.
Él hizo lo mismo, y yo giré mi cuerpo para observarlo. Vi como puso las manos en su pecho para moverlas constantemente. ¿Estaba nervioso? Quizás era extraño porque yo parecía hablar con tanta informalidad a su lado.
Esa era mi manera de ser, tranquila pero bastante amigable. Lo atribuía a la multitud de chicas que siempre me rodeaba y me hablaba así. Mis amigos estaban acostumbrados pero para Namjoon eso era algo nuevo.
–Me gusta venir aquí para pensar –Se tranquilizó.
–Mi lugar preferido es la biblioteca –Cerré mis ojos.
O más bien, mi lugar preferido era donde se encontraba Jun. Pero ese sería mi pequeño secreto.
–Sabes, me sorprendí mucho cuando dijiste lo de sentirnos solos –Escuché su voz –Y pensándolo bien, todos los humanos nos sentimos solos algunas vez en la vida aunque creo que no es tan malo como parece.
Abrí mis ojos. Lo dije solo porque él parecía ser como yo pero Namjoon lo estaba llevando a un nivel más ¿Filosófico?.
–La soledad es algo que todos los humanos debemos apreciar. No digo que estar en compañía sea malo pero es un gran momento para reflexionar con nosotros mismos y al mismo tiempo para conocernos. Hay un Namjoon dentro de mí que aún desconozco pero cuando paso tiempo en silencio y solo con mi presencia, siento que aprendo más de él.
–No lo vi de esa manera –Recargué mi cara en el antebrazo.
–Lo siento… Tiendo a profundizar algunas cosas –Se mordió los labios.
Negué con la cabeza.
–Me gusta oírte hablar. Es como si intentaras seducirme con tus palabras –Solté sin pensar.
Él me miró sorprendido y después me di cuenta de mi error. ¿Qué dije?