POV's Jin
El primer día fue el más difícil.
Definitivamente ese día había sido horrible pero no era nada comparado con los que vendrían después.
Por supuesto que mis amigos me mandaron mensajes para ver si me encontraba bien después de lo sucedido con las fotos, sin embargo en ese punto ya ni me acordaba de ellas.
Contesté los mensajes diciendo que estaba bien cuando en realidad la situación me estaba quemando por dentro. El problema no habían sido las fotos sino lo que habían causado con ellas.
No tenía idea de cómo lo estaba sobrellevando Namjoon pero sabía que era muy probable que estuviera viviendo casi lo mismo que yo.
Burlas de los compañeros y comentarios homofóbicos.
Intentaba llevar las cosas de manera normal y que no me afectasen (la mayoría de ellas).
No obstante, debo confesar que la más difícil de sobrellevar era el constante abuso que sufría de un grupo de compañeros del cual no sabía de su existencia hasta ese día del casillero.
Tampoco había tenido el valor de contarle a nadie de lo sucedido pues era algo que me callaba por vergüenza, miedo o quizá una combinación de ambas.
Poco a poco me fui alejando de mis amigos, excusándome en mis múltiples trabajos de la universidad.
Jun no se lo tomó muy bien puesto que presentía que algo andaba mal conmigo.
Y Nam, aunque no me dijo nada sabía que también sospechaba que algo estaba extraño conmigo. Sin embargo fue compresivo, dándome el espacio que necesitaba para soportar las cosas.
Él y todos los demás pensaban que era debido al problema de las fotos, así que no iba a confesar que en realidad se trataba de otra cosa mucho más densa y dolorosa.
Sobre todo cuando esos tipos me tenían entre sus garras.
Sus miradas… Esas miradas que me daban no podía olvidarlas.
Me tomaban entre dos de las manos, era imposible que yo pudiera soltarme con mi poca fuerza.
Cada día era más doloroso soportar sus ataques contra mí.
Y mi piel la sentía más sucia por los toques que me hacían.
No mentiré.
Cada noche lloraba por lo sucedido, cada día me recluía más de las personas a mi alrededor y cada vez sentía que me distanciaba de la persona que más quería en este mundo.
¿Podía estar junto a él después de todo esto?
Mi forma de vestir cambio para cubrir los golpes y heridas que tenía en mi piel, solamente mi rostro estaba libre de ellas pero mi cuerpo entero estaba lleno de sus marcas.
Era doloroso negarme cada vez que él quería llevarme a casa, estar conmigo o incluso besarme, pero era necesario porque tenía mucho miedo de que descubriera la clase de heridas que tenía en mi cuerpo.
Muy pocas veces dejé que me llevara a casa sin embargo para mí también era muy difícil resistir la tentación de atraerlo a mis brazos y tocarlo como solía hacerlo.
Era tan doloroso tenerlo junto a mí pero a la vez sentirlo tan lejano, como si una gran barrera nos separara e impidiera que nos tocáramos.
Lo peor era que yo mismo imponía esa distancia.
Y no faltaba mucho para que esto se rompiera, la falsa realidad que estaba viviendo pronto explotaría y yo no podría hacer nada.
Jin, me preocupas y Namjoon
también me preocupa mucho,
pregunta por ti a diario y yo
tampoco sé que contestarle.
11:45
Se que no quieres verme pero
somos amigos de la infancia y
como tal me preocupo por ti
11:47
Te daré un tiempo pero no
durará mucho, los chicos
también están preocupados
por ti, en especial Jungkook.
11:49
No tienen porque preocuparse
yo me encuentro bien, es solo
que muy atareado.
12:20
Sabes que no te creo nada
12:21
Estaba atrapado en mis propias mentiras.
Y con ellas estaba arrastrando a los seres que más amaba.
–¿Nos extrañaste?
Mordí mi labio mientras caminaba en dirección a mi locker.
A esta hora el edificio de preparatoria siempre estaba solo así que no me sorprendía que nadie se hubiese percatado de lo que me pasaba durante el pequeño lapso de diez minutos.
Yo giré mi rostro como de costumbre evitando mirarlos a lo ojos.
Ya no oponía resistencia para lo que venía ni tampoco tenía ganas de hacerlo, mis ganas habían muerto desde que ellos sobrepasaron sus límites conmigo.
–Entonces si nos extrañaste princesita.
Los odiaba con tantas ganas y sobre todo ese maldito apodo que me habían puesto.
Como de costumbre, dos me tomaron de los brazos y me desnudaron de la parte de arriba.
Uno de ellos me observaba lascivamente y cuando ya me tenían atrapados, el tipo pasó su lengua en mi cuello lentamente. Las lágrimas resbalaban de mis mejillas mientras yo mantenía los ojos cerrados esperando a que la tortura pasara.
Ellos reían como de costumbre.
Cada gesto mío los hacía burlarse de mi lamentable estado y yo cada día odiaba más mi existencia.
–Ya te lo había dicho princesita –Me advirtió uno de ellos –Debes gemir cuando te toquen –Me gritó.
Yo seguí en silencio esperando por su patada, y cuando llegó el golpe a mi abdomen simplemente soporté el dolor que sentía en mi cuerpo.
Siguieron tocándome.
Siguieron torturándome.
Y yo aún pensaba en la mirada de Namjoon.
En cuánto lo amaba.
Y aunque yo lo necesitaba tanto, tal vez lo mejor para él es que yo me alejara.