Lo único que más ansiaba en este momento era llegar rápidamente a la estación.
Mi mente no pensaba otra cosa que no fuera llegar a ese lugar.
¿Cuánto había sido? Dos años…
Dos años enteros los que había estado separado de mi familia y amigos, dos años que fueron difíciles para mí.
Y aunque pude superarlo gracias a las nuevas amistades que hice, como Jackson y Jooheon. No podía negar que extrañaba a quienes ya consideraba como mi familia.
Sobre todo Jin, ese chico de cabello rubio que conocí hace tres años y que no sabía que se convertiría en alguien tan importante para mí.
Si estar lejos de él durante la semana de parciales había sido difícil para mí, mucho más lo habían sido estos dos años que tuve que estar lejos de su presencia.
Por supuesto que hacíamos videollamadas, hablábamos por teléfono e incluso algunas veces me visitó en a Daegu para quedarse un fin de semana. El problema era que mientras más lo hacíamos, más me dolía decirle adiós cuando finalizaba su visita o su llamada.
No era lo mismo escuchar su voz a través de un aparato que tenerlo entre mis brazos, ni era lo mismo besarlo en los labios cuando sabía que no podría besarlo hasta dentro de mucho tiempo después.
La nieve caía a mi alrededor, no era mucha pero apenas comenzaban las nevadas y recordé que por estas fechas me alejé de todo, a vísperas del cumpleaños de Jin y después de nuestro aniversario.
Subí al tren.
8 horas de viaje es lo que me separaban de Jin.
Elegí un asiento cerca de la ventanilla, con la cual mis ansias parecían aumentar mientras veía como el tren recorría su camino por los paisajes desolados o con pequeñas casas.
Era de noche, era él último tren que salían en el día así que podía ver las luces de las pequeñas casas iluminar mi camino a lo lejos.
Antes de graduarme estuve buscando trabajo en Seúl, a pesar de que en Daegu me ofrecieron muy buenos puestos de trabajo e incluso Jooheon me dijo que había un lugar para mí en la empresa de su padre tuve que declinar todos.
Lo único que me interesaba era conseguir algo decente en Seúl para evitar esta lejanía.
Y así fue.
El trabajo no era malo, la paga tampoco lo era pero yo ya tenía mis planes.
–¿A que hora estará libre? –Pregunté a la chica del otro lado.
–Mira, los planes cambiaron porque se quedo de guardia anoche –Habló –Pero conseguí convencerlo para que no se quedara durante la tarde así que a las 4PM puedes pasar por él.
–No sabes como te lo agradezco Jun –Sonreí –Tengo unos deseos enormes de verlo y creo que ya no aguanto más.
–Me imagino –Se rió –Y de paso te encargo regañarlo porque trabaja demasiado.
–Lo haré, no te preocupes –Miré a mi ventanilla.
Cada vez faltaba menos para encontrarlo.
–Igual los esperamos en mi casa –Dijo antes de colgar.
Llegué bastante ansioso a mi antiguo hogar.
Abracé a mis padres entre un mar de lágrimas porque de igual manera, estuve alejado de ellos mucho tiempo.
Llegué bastante temprano así que el resto de la mañana me la pasé con mis padres, poniéndolos al día después de mi graduación. Ellos asistieron a la misma, pero tuvieron que irse poco después porque mi padre tenía asuntos con su empresa.
Jin no podía asistir a mi graduación por dos sencillas razones: Tenía su propia graduación y por alumno solo podías invitar a dos personas.
–Hoseok –Lo abracé.
Él correspondió a mi abrazo con igual o mayor fuerza a la mía.
–¿Entonces ya no te irás nunca? –Me dijo con los ojos llorosos.
Yo negué con la mirada.
–Estoy feliz porque aquí hacías mucha falta.
Después de su graduación consiguió un empleo donde podía trabajar en las noches y de esta manera tener tiempo para ver a Taehyung, me contó que Yoongi trabajaba con él en la misma empresa.
También me contó que Yoongi estaba ahorrando para comprar un pequeño departamento y mudarse oficialmente con Jimin. Mientras, el pequeño pelirrojo ahora pelinaranja vivía temporalmente en casa de Jun y Yoongi para solventar los gastos mientras esperaba a graduarse el próximo año junto a su mejor amigo.
A Jungkook aún le faltaban dos años para graduarse, así que de él no había mucho problema. Y curiosamente, los rumores decían que él salía con Jun, aunque más que rumor, la mayoría ya nos habíamos dado dado cuenta a excepción de su hermano del cual todavía esto permanecía como un secreto… y aunque supiera, estaría en extrema negación al ser un hermano celoso y posesivo.
Ya habíamos hablado antes del tema pero mientras más los veía, más tenía deseos de formar una propia empresa propia en compañía con ellos. Le platiqué a Hoseok de mi idea y esta parecía agradarle y aunque todavía no fuera algo formal, después lo quería platicar a detalle con Yoongi también.
Las cosas lentamente estaban tomando su lugar.
Antes de ir al hospital, fui al centro para buscar el regalo que había encargado para Jin.
Decidí ir a pie, porque después de haber utilizado el transporte público por dos años durante mi estancia en Daegu me sentía más cómodo utilizándolo. Y de paso cumpliría una de mis mayores fantasías, tomar de la mano a Jin mientras ambos dormíamos en el mismo autobús de regreso a casa.
Caminé tranquilamente al centro comercial que no estaba muy lejos de mi parada y mientras lo hacía me encontré con una mirada muy familiar.
Se trataba de Sohye.
Hace dos años le tenía tanto rencor por arruinar nuestra vida pero ahora simplemente la veía con lástima.
Jin me había contando lo que había pasado con ella y todo el grupo que tanto daño nos hizo.
Al final su familia fue a la quiebra después de descubrir que su padre evadía impuestos, hacia lavado de dinero entre otras cosas. Los padres de los demás chicos al estar involucrados cayeron en el caso y aunque no les había ido tan mal como a ella, sus padres también se encontraban pagando multas muy fuertes para su economía.
Finalmente ella tuvo que salirse de la escuela al no poder pagar sus estudios, así que ahora trabaja y estudiaba o eso me contó Jin. De los demás chicos no supe su desenlace, pero llegados a este punto no nos interesaba por todo el daño que nos hicieron.
Sin embargo, como ese asunto era totalmente indiferente a lo que vivimos en el instituto la orden de terminar mi carrera en Daegu no se terminó. Y a decir verdad, esto se debía a la intensa amistad que nuestro rector tenía con los padres de estos chicos.
Seguí mi camino hasta llegar al lugar ignorando el pasado que me había recordado esa mujer, después de todo, alguna vez fuimos amigos.
–Buenos días señorita –Saludé a la chica del mostrador –Mi nombre es Kim Namjoon y vengo por el pedido que solicité hace un mes.
La chica me sonrió.
–No hay problema joven Kim –Dijo mientras miraba su ordenador –Simplemente necesitamos el número de su orden y una identificación oficial.
Al final me entregaron una cajita de color rosa.
Estaba seguro que a Jin le encantaría.
Era mi última tarea por hacer, así que fui directamente a la parada de autobuses para ir al hospital donde podría encontrármelo.
El autobús fue más rápido de lo que esperaba, así que en menos de veinte minutos ya me encontraba fuera del hospital donde Jin era residente.
Me senté en una de las bancas mientras miraba como entraban y salían médicos, enfermeros y pacientes. Era un lugar muy atareado, así que imaginarme a Jin de la misma forma me hacía sentir orgulloso.
Saqué mi celular por cuarta vez, faltaban cinco minutos para las cuatro.
Estaba muy ansioso.
Demasiado…
Siempre he pensado que esperar es una de las cosas más difíciles por hacer. No sabes como esta la otra persona, si ha surgido algún problema o está bien, es por eso que esperar a Jin me ponía cada vez más nervioso.
Miré el mi celular una vez más.
Después de las 5PM dejé de contar las veces que ya lo había sacado.
Lo siento mucho Namjoon.
Hubo una operación de emergencia
y querían que estuviéramos presentes.
20:14
Revisé el mensaje que Jun me había enviado.
Así que por eso era…
Vi a un joven con bata blanca salir mientras se agarraba el cuello.
Desde mi distancia se veía tan atractivo.
Su cabello negro cubría levemente su frente y tenía un café en la mano. Su forma de caminar era segura, dando pasos largos hacia un asiento libre de personas.
Sonreí ante su imagen tan madura.
Me acerqué discretamente mientras él mantenía los ojos cerrados y estaba completamente recargado en la silla.
–¿Puedo? –Intenté cambiar mi voz para que no notara mi presencia.
Asintió con la cabeza mientras quitaba un brazo que tenía estirado.
–Usted me parece muy atractivo –Frunció el ceño sin abrir los ojos –¿No le interesaría tomar un café conmigo y luego hacer algo más? –Se alejó de mi sin abrir los ojos.
–Lo siento –Me miró abriendo los ojos sorprendido –Pero no estoy interesado...
–¿Ah no? –Alcé un ceja.
No le dio ni tiempo de responder cuando ya se encontraba abrazándome y llorando en mi hombro.
Vaya que era una ternura.
–Idiota –Me golpeó en el pecho –¿Por qué no avisaste antes? ¿por qué tenías que hacerlo todo tan misterioso? ¿por qué no sabía nada? –Se aferró a mi agarre –¿Sabes lo mucho que te he extrañado? ¿Lo sabes?
Lo separé de mis brazos.
–Lo sé y por eso estoy aquí –Le limpié las lágrimas –Pero estabas ocupado y no quería molestarte –Hizo un puchero.
–Nunca me molestas ni lo harás –Frunció su ceño –¿Cuánto tiempo…?
Le sonreí para atraerlo a mis brazos nuevamente.
–Volví para quedarme bobo –Acaricié su cabello –¿Acaso creías que trabajaría en Daegu cuando te tenía esperándome en Seúl? –Sonrió y toque su mejilla.
–Me he venido preguntando desde hace un rato pero –Me miró extrañado –¿Por qué estás en un lugar tan apartado de la gente?
Jin se levantó para ponerse frente a mí.
–Los lugares tranquilos siempre me recuerdan a ti –Tomó mis mejillas para acercarme a sus labios.
Era el primer beso que nos dábamos en mucho tiempo.
Sus labios seguían siendo suaves, como la primera vez que lo besé en aquella feria.
Mordió mi labio inferior y abrí mi boca, hace mucho necesitaba sentir su aliento chocando con el mío. Su esencia compartiendo la mía, y compartiendo sentimientos que solamente nosotros sabíamos.
–¿Entonces dónde trabajas? –Se separó de mí sonriendo.
–No muy lejos de aquí –Acaricié su rostro –Mañana será mi primer día así que…
Era tan irreal tenerlo tan cerca de mí después de tanto tiempo y él debía sentirse de la misma manera que yo porque no dejaba de mirarme.
–¿Y dónde vives? –Ladeó su rostro.
–No muy lejos donde tu vives –Él asintió –Por cierto… tengo algo para ti.
Su mirada era confusa pero adorable.
Cuando saqué la pequeña caja de mi bolsillo se sorprendió al verla, la tomó con ambas manos dudando si debía abrirlo o esperarse a después. Con un gesto le dije que la abriera ahí mismo y eso fue lo que hizo.
–¿Un anillo? –Miró confuso –Y dice algo…
–Will you stay by my side? –Solté sacando un anillo que anteriormente saqué de la misma cajita rosada – Y en este Will you stop the time? –Mostré el mío.
–Son anillos de pareja –Sonrió dejando que le pusiera uno en su índice –Y dices que el cursi soy yo…
–¿Quién me enseño? –Reí.
–Tonto –Me enredó entre sus brazos y se acercó nuevamente para darme un beso.
Estábamos apartados de la gente y aunque todavía debíamos visitar a los chicos que nos esperaban en casa de Jun, por el momento íbamos a disfrutar de nuestro propio tiempo a solas.
Creí que nunca llegaría el momento donde pudiera sentir otra vez sus labios chocando con los míos pero la espera había valido la pena. Aunque fueron dos años que estuvimos alejados, nos dimos cuenta que esto no solamente se iba a quedar en un simple amor universitario porque esto iba para más.
Lo conocí en un momento inesperado y me enamoré cuando menos lo pensaba. Viví momentos que nunca esperé tener a su lado, tristes y felices pero cada uno de ellos enseñándome lo que era amarse a uno mismo y amar a alguien más.
Jin, es algo que ya sabes pero nunca olvides que eres la persona más importante para mí.
–Te amo Namjoon –Se separó de mí para recuperar su aliento –Te amo demasiado –Volvió a juntar nuestros labios.
Y no era el único, porque yo lo amaba también.