Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ruleta del destino por AnonimoHarui

[Reviews - 178]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaaaa mis amad@s lectores ^w^

Todo hermoso no? Jajaja, lo se lo se. Aunque me tarde un poco no fue mucho no? Lo que pasa es que me llegaron los cumples infantiles y estuve ocupada D: asi que siempre llegaba cansada. Pero no importa, volvi. Aunque aun deben esperar para "El pago por tu fe" ya que estoy adelantando capis y quiero subirlos bien. Y asi solo responderles jejejeje

En fin RESPONDI  A TODOS SUS COMENTARIOS!! Sean libres de leerlos ^w^

Como veran, ya viene lo bueno :D

Sin mas, a leer se ha dicho!!

Nos vemos abajo!! :3

Capitulo 4. Aun más mierda.

 

 

Todo estaba en silencio. El moreno absorto en un viaje bizarro donde rememoraba su miseria una y otra vez sin descanso, y el rubio quien se quedo confuso ante el estupor del mayor.

Ladeo la cabeza sin llegar a comprender que pasaba por la mente de ese joven apuesto, las mejillas se le sonrosaron ante el pensamiento que tuvo, así que con cierta vergüenza desvió la mirada.

- Esto… ¿Sabe quién es el dueño-ttebayo? – Algo nervioso ante el mutismo del hombre. Sasuke en su aturdimiento, apretó los puños, cegado por el dolor y la rabia.

- ¡Lárgate! – Le gritó. Naruto quedo estupefacto ante tan repentina reacción.

- ¿Qué…?

- ¡¿No me oíste?! ¡Vete! ¡Lárgate con esa cosa! ¡¡No la quiero ver!! – Fuera de sí.

- ¡¿Pero qué te pasa?! No puedes echarme – Su lado peleonero salió  a flote.

- ¡¡Puedo porque soy el maldito jefe de este lugar!! ¡Así que lárgate!

- ¡Me da igual si eres el jefe o la misma reina! Solo vine a ver al dueño de… - Mientras hablaba con enojo sus ojos por algún motivo se desviaron un segundo al escritorio del lugar, los volvió a posar en el azabache y luego de procesarlo bien se quedó mudo. – Sasuke… Uchiha… - Murmuro asombrado – Tu eres… - Mirando al otro.

- ¡Jah! ¿Quién te crees que eres para venir a perturbar mi paz? – Lleno de cinismo al ver que el rubio se dio cuenta de quién era. El dueño de ese anillo.

- ¿Perturbar tu…? ¡Oe! Yo solo vine a devolverle este anillo que…

- ¡No me importa! – Lo calló, Naruto estaba por perder la paciencia de nuevo. – Vete de aquí, antes de que llame a la policía y te encierre por años ¡Años!

- ¿Qué? Está loco ¿Le va a decir a la policía que me arreste por devolverle su anillo? – Aunque quería despotricar, no quería desvalorar el anillo maldito que lo metió en esa situación.

- No pensaran lo mismo cuando le diga que ingresó ilegalmente a la empresa, destrozó inmobiliaria y casi me mata – Dejando ver una mueca que contenía su ira.

- … - Naruto no estaba asustado por la amenaza, lo que lo dejó mudo era ver esos ojos, llenos de odio, llenos de rencor, llenos de soledad ¿Qué le pasaba a ese tipo? ¿No se iba a casar? - ¿Qué diablos le pasa? Yo solo vine a…

- Pues no lo quiero – Le cortó queriendo dejar en claro que quería ese anillo fuera de su vista.

- ¡¿Por qué?! – Pregunto algo angustiado. Pensando que ese anillo portaba valerosos sentimientos y el azabache no lo quería. – Seguramente lo hizo especialmente para la persona que le pidió matrimonio. Si no me explica…

- ¿Explicar? ¿Por qué debería explicarte lo que no te concierne? – Sasuke avanzó a paso lento con un aura de peligro. – Nadie devuelve un anillo así de caro a su dueño el hecho de que estés aquí dice que estuviste investigando, así que ya sabes que esa cosa que tienes ahí vale mucho – Naruto retrocedía a cada paso casi llegando al escritorio - ¿Qué ganarías devolviéndolo? – Lo acorraló - ¿Acaso pensabas sacarme provecho? – Sasuke no pensaba que lo que hacía estaba pasando un límite.

-…Por… el amor… - Naruto hipnotizado por ese odio, sorprendido a tal medida, quedó pasmado con lo siguiente que oyó.

-  Jajaja – Sarcástico – Farsante. Solo eres una vil cucaracha que no se conformó con lo que valía esa basura, que vino con el propietario por más. Eres solo un gusano repugnante y avaricioso – Escupió despectivo. Los ojos azules se abrieron anonadados – Ahora ¡Lárgate!... – Apartándose y apuntando la puerta -  El amor es una basura que no sirve de nada. – Siguió monologando iracundo – Yo no necesito aquellos patéticos sentimientos. Me burlo de la gente que sí. Viniste aquí a perder el tiempo porque yo, no quiero ese anillo – Lo pronunció fuerte y serio – Y escúchame bien, basura… El amor, estoy aburrido de eso… ES UNA MIERDA.

Los ojos de Naruto no cabían de asombro. Estaba pasmado, aturdido, su mente repasaba las palabras de Sasuke una y otra vez como eco. El su mente también pasaba lo que él creía de amor y lo que ese sujeto decía… ese hombre estaba equivocado.

La pequeña parte racional de Naruto le decía que se fuera y dejara a ese triste hombre sufrir solo como se merece.

Pero por otro lado…

 

 

 Sasuke pensando que ya había ganado miro fijamente el rostro del rubio. Este le miraba atento, pero de la nada su expresión se relajo y lo miró de una forma diferente, analítica y algo triste. Cuando iba a exponer su duda, noto como las manos del doncel se alzaban para tocar su rostro. Obvio que pudo evitarlo, pero algo dentro de él permitió que el rubio tocara sus mejillas. Pero nada lo preparó para lo siguiente.

- ¡¡¡NO…ME… JO…DAS!!! – Y le estiró las mejillas con fuerza, hasta metiendo sus pulgares dentro de la boca para apretarlas también internamente y provocar más daño, todo esto mientras sacudía su cabeza de atrás para adelante.

Los ojos del azabache se abrieron de sobremanera en casi puntos ante tal acción inesperada. Sintiendo el dolor en toda su cara y en su mente que no reaccionaba ante tal osadía.

- ¡¿Quién te crees para estereotipar a las personas?! ¡¿Acaso no vez lo que tuve que vivir para devolverte tu maldito anillo?! ¡¿Qué estas aburrido dices?! ¡¿Acaso te parece divertido joderle el tiempo a las personas?! ¡Devuélveme mi tiempo perdido! ¡¡No sabes por la mierda que tuve que pasar!! ¡¿Y dices que lo hago por avaricia?! ¡Tú, maldito, estúpido, bastardo, cretino! ¡TEMEEEEE!

Sasuke por fin reacciono y queriendo apartar al rubio, sin éxito, implemento lo mismo que el menor y comenzó a jalarle una mejilla y jalarle los cabellos hacia atrás para que lo dejara. Logro liberarse, pero el rubio lo tomó por el cuello de la camisa.

- ¡¿Qué te pasa imbécil?! ¡¿Qué yo te jodí a ti?! ¡¿Quién es el usuratonkachi que cayó de mi techo, rompió mis muebles y me alteró el día?! – Empezándolo también a jalonear hacia atrás y hacia adelante. - ¡Encima tienes el atrevimiento de reclamarme y pegarme! ¡Maldito DOBE!

- ¡¿Y tú eres un santo no?! – Dándole un cabezazo.

- ¡Ay!... ¡Por lo menos no rompo la ley! – Devolviéndole el cabezazo, manteniendo sus frentes pegadas y haciendo presión con ellas.

- ¡¡Toma el maldito anillo teme!! – Queriéndoselo dar a la fuerza.

- ¡No lo quiero dobe!  - Empujando la mano con el objeto del mal.

- ¡Por tu culpa casi pierdo un dedo! – Saltando casi subiéndose en él para meterle el anillo en cualquier parte.

- ¡Yo casi sufro un infarto! – Bajándolo y alejándolo como a un perro con el pie.

- ¡Casi me roban mi bici! – Tomando la pierna y jalándola para tambalearlo y quiso meter el anillo en su camisa.

- ¡Tu arruinas mi trabajo! – Agachándose a tiempo.

- ¡Tu recepcionista es una bruja! – Estrujando el cuello con un brazo aprovechando para poner la sortija en el bolsillo de la camisa.

- ¡Algo habrás hecho! – Levantándose, con Naruto y todo, e inclinándose para evitar que le acercara esa cosa y comenzó a girar.

- ¡Tus ductos son un asco! ¡Ahh! -  El Uchiha logró bajarlo y tomarlo de las muñecas pero Naruto tenía fuerza para no amedrentarse.

- ¡¿Quién te manda meterte ahí?! ¡Usuratonkachi! – Viendo que debía usar más fuerza para vencerlo.

- ¡Teme! ¡Ahh! – Cayó al sofá.

- ¡Dobe! ¡Mmm! – Cayó sobre Naruto.

- ¡Ahh! – La caída bruta del azabache sobre él le hizo daño. Naruto embravecido le jalo de los cabellos.

- ¡Ahh! -  Jadeo de dolor y le agarro la muñeca para alzarla a una distancia lejos de él.

- ¡Mmm!  - Haciendo fuerza para que su mano capturada volviera a la pelea y asesinándolo con la mirada en el proceso.

- ¡Grr! – Y el Uchiha le respondió la pelea visual gruñendo como un animal, sus narices se rozaban. Aunque la pelea corporal estaba presente. Lo que ninguno noto es como la puerta se abrió, solo reaccionaron al oír un ruido y ambos voltearon a la puerta estupefactos.

- … ¿Sasuke?

**--**--**--**--**--**

Creyó que aquellos tipos no iban a parar e iban a seguirlo al fin del mundo. El se consideraba un chico en forma, pero tampoco estaba listo para una maratón de media hora, se estaba agotando y los gorilas estaban a su asecho.

Jugando un poco con su suerte, la que tenía en su juventud cuando hacía de las suyas y debía escapar, decidió ir por una zona transitada y camuflarse rápidamente apenas saliera del rango de vista de los mastodontes. La gente le gritaba, le insultaba y exigía disculpas por sus empujones, pero él no debía parar, cada segundo contaba.

Con destreza se metió a un callejón y los hombres  no tardaron en seguirle, pero como no lo vieron pensaron que era mejor buscarlo. Revisaron bajo los cartones, en los basureros, en el contenedor y en la basura. No había nada.

Dei contenía la respiración, el lugar estrecho, obscuro y se oía algunos ruidos de afuera, como los movimientos de los guardias. De pronto uno de ellos vio un conducto de ropa (Esos que están en la pared, como un ascensor de soga). Frunciendo el ceño se fue acercando a paso constante sin apartar la mirada de ese lugar, uno perfecto para esconderse. La respiración de Dei se aceleró y juntó sus manos cerca de su boca para silenciar cualquier jadeo que pudiera delatarlo, aunque también para evitar cualquier movimiento que lo traicionara. El hombre se acercaba cada vez más y saco de su espalda y spray neutralizador. Los ojos de Dei se hacían en puntos al oír los pasos más cerca. El guardia tomó el aza del conducto. Dei terminó cubriendo su boca sintiéndose sofocado. Sin más la compuerta fue abierta de manera violenta hacia arriba.

- ¡Te tengo! – Y roció el spray.

Lo que no esperó es que un gato saliera furioso de ahí por el ataque y salto a arrañar y morder al guardia.

- ¡Ahhh! ¡Noo! Gato del demonio – Tratando de alejarlo pero el desgraciado se aferraba dolorosamente fuerte - ¡Ay, no, perdón! ¡No quise…! ¡Ahh! Que me sueltes – Y cayó al piso - ¡Oficial caído, oficial caído! ¡Mayday, mayday!

-… Oye ¿Qué rayos estás haciendo? – Llegó el otro oficial con cara de circunstancias a ver la penosa y descabellada escena de su compañero.

- …Sálvate tu… - Dijo con una mano en el aire, la cual dejo caer y se rindió ante el ataque del gato que rasguñaba ahora su pecho.

- ¡Ya déjate de estupideces! – Tomando al gato del cuerpo ajeno y con un pañuelo húmedo le limpio la carita al gato, quien más calmado se fue tranquilamente. - ¿Es enserio? Déjate de drama, si no encontramos a ese tipo, Itachi-sama nos va a despedir – Ahora ayudando a levantar a su desastroso colega.

- Jaja, el no haría eso – Nervioso.

- Con el humor que se carga últimamente, yo no estaría seguro de nada – Y lo soltó -  Andando. – Y salió del callejón.

- ¡Que malo! ¡Espérame! – Siguiéndolo.

Deidara espero un poco y soltó todo el aire retenido, aliviado de que se hayan ido. Espero unos segundos y luego cuando pensó que era todo decidió salir. Abrió la tapa de salió de la alcantarilla, claro que se sostuvo de la escalera, ni loco iba hasta abajo ¿Quién sabe qué asquerosidades repletas de sífilis y otras enfermedades hubiera allí abajo?

- Wow, al parecer no perdí el toque – Sonrió orgulloso de sí mismo.

- No. Al parecer no lo hizo – Una voz dejo helado a nuestro rubio. Atrás suyo estaba el sujeto con quien “choco”, asumía que ese era el famoso “Itachi-sama”. Sin voltear comenzó a reírse un poquito, y luego salió disparado - ¡Ah! ¡Vuelve!

- Como si lo hiciera, idiota – Murmuro Dei. Otra vez estaba corriendo, que suerte la suya. Se libraba de los secuaces para enfrentarse al jefe, sin duda a un amigo suyo se le haría muy divertido todo esto.

Corriendo de aquí para allá, ahora si ya muy cansado, se detuvo a recuperar con urgencia oxigeno. Vio su entorno, la acera, la calle, el otro lado de la acera y sus negocios, y donde estaba él tenía a su derecha unas largas escaleras que conducían a un parque. Frente a él había chicos haciendo skey. Miró hacia atrás y con temor diviso al hombre pisándole los talones.

- ¡Préstame esto amigo! – Le quito una patineta a uno de los jóvenes (Imagínenselo vestido bien skater) Y con la patineta se deslizo espléndidamente por el tubo, llegando al piso y sacándole la lengua a Itachi.

-.¡Wow! ¡No, espera…! ¡Esa es mi patineta! – Queriendo bajar las escaleras pero el moreno se adelanto e iba de tres en tres. Dei reía al ver que tardaría y comenzó a correr dejando la patineta ahí.

Itachi se detuvo a mitad de recorrido y agitado vio como el encapuchado se alejaba, pero eso no le evitó sonreír.

Mientras nuestro Deidara iba de lo más feliz corriendo, pensando en que era un genio. Con los ojos cerrando y las manos en puño expresaba la adrenalina que sentía y la sensación de la victoria.

- ¡Yey! ¡Soy imparable, nena! – Viendo a lo lejos la salida del parque, y muy feliz apresuró el paso. Iba a tomarse un taxi e iba a estar a salvo.

Lo demás fue en cámara lenta. Apenas puso un pie en la acera, un auto negro frenó de repente frente a él y se abrió dejando ver a uno de los hombres de seguridad. Dei impactado se detuvo súbitamente e iba a dar vuelta atrás, pero nada lo preparó para ver al segundo guardia atrás suyo y apresarlo en una potente llave. El que estaba en el coche salió y lo esposó. Dei gritaba y pateaba queriendo librarse y hasta mordió al pobre hombre quien le hizo presión en el brazo y lo estampo violentamente en el auto, como a un delincuente.

- ¡Quédese quieto! – Furioso por los golpes y la mordida.

- ¡Aaarrrg! – Su cabeza rebotó en el capot del auto y cerró los ojos por el dolor que no podía sobar. - ¡Maldita sea!

- ¡Cállese la boca!

- Señor, lo tenemos. Estamos por ir rumbo a la comisaria – Avisaba el guardia numero 1, el que peleo con el gato, por el comunicador. Escuchó las siguientes órdenes y se sorprendió un  poco - ¿Eh? Pero señor… No, no, para nada. Enseguida vamos. Cambio y fuera.

Dio la vuelta y vio a su compañero sobrepasándose un poco con la fuerza.

- Oe, oe, tranquilo. – Tocándole el hombro – Debemos llevarlo a la oficina. Órdenes del jefe – El guardia chasqueo la lengua.

- Andando florecilla, parece que la cárcel esperara un poco más – Levantando al rubio y obligarlo a caminar al interior del auto.

- ¡¿A quién llamas florecilla animal?! – Enseñando los dientes como gato.

- ¡Entra! – Agachando su cabeza y metiéndolo rudamente. El otro guardia al ver que el joven quería comenzar a morder de nuevo, y viendo que su compañero estaba al límite de su paciencia, le puso una bolsa de tela en la cabeza. Las típicas que se usan para los que son arrestados y filmados no se vean.

- Andando – Dijo al chofer que estaba algo impactado viendo como trataban al joven, pero bueno, el no iba a preguntar, ya que por lo que tenía entendido, aquel joven se buscó los problemas.

- ¿Hacia dónde?

- A la corporación.

**--**--**--**--**--**

Los segundos pasaban lentamente. Los tres personajes se miraban como si fuesen la cosa más rara en el planeta ¿Y cómo no? Viendo en qué posición estaba con el rubio en el sofá dentro de su oficina, que por cierto aquella parte estaba muy desordenada, siendo cachados en ese malentendido del tamaño del Everest  frente a la persona que menos uno quisiera.

- …Sasuke…

-… Ma…Madre… - Dijo impactado.

Mikoto dentro de su mente maquinaba una y mil razones por la que su hijo menor estuviera en esas condiciones con ese joven. Sus ojos desorbitados viajaban a una velocidad vertiginosa  buscando en cada detalle alguna respuesta a todo el asunto. Los cojines tirados, la mesa corrida (Acuérdense que Sasuke la levantó, mas no la puso en su lugar), un pedazo de ducto caído, la cara sonrojada de ambos, aquellas manos entrelazadas… y lo vio. Sus ojos se abrieron aun más, casi a punto de caérseles, no lo podía creer.

-… Sasuke… esto…

- ¡Madre! – Reaccionando por fin, se levantó y alzó las manos nervioso – No es nada de lo que crees. Lo que pasa es que este dobe se metió en mi oficina. Cayó del techo…

- ¡No me digas dobe! – Levantándose - ¡Es tu culpa!

- ¡¿Mía?! – Decidió ignorar al rubio y fue hacia su madre – Madre, escucha. Este… - Viendo la cara asesina de Naruto – Joven…

- ¿Quién es? – Su voz sonó demasiado seria, cosa que extrañó al moreno y lo puso más nervioso.

- Bueno… - Tratando de calmarse por la reciente pelea y queriendo acomodar su corbata.

- Ah… perdón – Se avergonzó el rubio – Yo no quería que me conociera así… Mi nombre es Naruto Uzumaki – Tendió su mano a la señora, aquella mirada lo puso tan tenso que pensó que debía ser educado – Yo-o vine aquí para…

- No se hable más… - Agachó el rostro la mujer y tomó entre sus manos la mano del doncel. – Ya sé lo que pasa – Ejerciendo presión y Naruto temió lo peor, no era tan bueno lidiando con mujeres.

- Madre…yo…

- ¿Cuándo ibas a decírmelo? – Sin mirar a su retoño. Sasuke no comprendió.

- ¡No! ¿Cómo iba a saberlo? Paso tan repentinamente que…

- Comprendo – Silencio a su hijo. Ambos jóvenes se miraron sin entender que podría estar pensando la señora. Nada en el mundo los preparo para lo siguiente.

- ¡Eres el novio de mi hijo! – Dijo de lo más feliz.

Ambos chicos quedaron con el rostro desencajado. No podían creer lo que oyeron.

-  ¿Qué…? – Ambos iban a reaccionar y negar todo pero Mikoto siguió hablando.

- Vaya, no me esperaba esta. Aunque debía intuirlo. Es decir. Mi hijo, mi precioso Sasuke no podía estar tan desbastado por tanto tiempo, no. Obviamente mi hermoso hijo iba a seguir adelante, no lamentándose como gusano en su tierra. Me hace tanta ilusión – Junto las manos soñadora, y luego se las llevó en un puño a su mentón – Ahora comprendo mejor porque no pasabas tanto tiempo con nosotros, no era porque seguías dolido, no. Era porque encontraste a esta encantadora persona. Y debo decir que eres un joven doncel muy lindo – Tomo ambas manos de Naruto con las suyas y le miró picarona – Se nota que mi hijo tiene buen gusto. Ah, pero no creas que solo por ser lindo ya te haya aceptado – Levanto un dedo y puso cara de “Aun debes convencerme” a un desubicado Naruto – Debo ver si eres digno de mi hijo. – Se acerco a él y susurró – Últimamente mis pobres bebes son dejados. Pero veo que tu lo tienes contentado – Sonrió picarona.

- ¡Madre! – Algo avergonzado. - ¡No es así! ¡Estas absolutamente equivocada! ¡Él no es mi novio! – Se exasperó por tremendo disparate.

- Ohh – Pestañando. – Es verdad… - Sasuke pensó que por fin comprendió – Es cierto él ya no es tu novio… ¡Es tu prometido! – Ahora las caras de Naru y Sasu estaban atónitas.

- ¡¿EEEHHH?! – Dijeron al mismo tiempo mirándose con asco.

- Si, si. Es un precioso anillo – Alzando la mano izquierda de Naruto dejando ver la sortija en el dedo anular del rubio.

Si antes Naruto y Sasuke pensaron que ese anillo era un objeto del mal causándoles desgracias, pues ahora reafirmaban que esa cosa fue bendecida por el diablo. No podían creer lo que estaba pasando.

- Aunque debo decir que es muy pronto – Haciendo morritos – Ni con Sa… con “esa” fuiste así de veloz. Tardaste tu tiempo. Pero no importa, está bien, así es el amor. – Sonrió feliz - ¡Ah! – Dándose cuenta - ¡Perdón! Me estoy quedando cuando es obvio que ustedes estaban en su “momentito romántico”. Perdonen a esta vieja Jajaja. Pero yo no soy tan conservadora – Les guiño un ojo – Pueden seguir en lo suyo ¡Debo decirle a tu padre! – Y salió corriendo hacia la puerta - ¡Ay, debo preparar muchas cosas pronto! ¡Nos vemos tesoro! ¡Te espero el 16 para cenar! – Y cerró.

La oficina quedó en un silencio sepulcral, es más, se juraría que se oyó la campanita de “estás jodido” muy común en un anime, seguido de un viento helado.

**--**--**--**--**--**

Los oficiales llegaron con un Deidara medio dormitando sobre el hombro de uno de ellos, aun tenia la tela en la cabeza. La recepcionista se asusto por semejante escena y otros empleados también mediantes los guardias avanzaban con el “cadáver” del terrorista.

Llegaron a la oficina mayor y tocaron la puerta recibiendo un adelante. Una vez adentro los guardias bajaron el cuerpo, que débil cayó de rodillas.

- Le trajimos al terrorista señor – Itachi, muy serio, miro severamente a los guardias.

- ¿Por qué me lo traen en estas condiciones? – Levantándose de su silla y caminando hacia el frente del escritorio. - ¿Acaso yo les dije que lo trajeran como si fuese un criminal? – Los guardias temblaron al oír la voz cargada en enojo de su jefe – Miren, solo váyanse, luego hablaré con ustedes. – Los guardias aceptaron y se fueron rápidamente.

Itachi miro la puerta serio, luego sus ojos se posaron en el “prisionero” que se balanceaba, parecía mareado. Un pequeño sentimiento de preocupación lo embargó al pensar que se estaba quedando sin aire, así que sin pensarlo más se acerco hasta él para ponerse a su altura, ósea arrodillado.

- Oye ¿Estás bien? – Viendo como la cabeza se movía de un lado a otro sin respuesta. – Tranquilo – Se levantó y fue hasta su escritorio donde saco un juego de llaves. Volvió con el joven para mirar en las esposas la marca y forma de la cerradura, eligió una llave  y estas se abrieron.

Las manos de Dei se vieron libres, pero aun así su cuerpo estaba débil por lo cual sus manos cayeron y se fue hacia adelante ya sintiendo muchas nauseas.

- ¡Cuidado! – Sosteniéndolo y reprochándose por no quitarle esa tela de la cabeza, pero era algo cínico, por eso se la dejo un poco más, sería su castigo y de esa forma aprendería un poco a no hacer tonterías. Pero ya era suficiente. Con una mano tomo el trapo y jaló de ella y se sorprendió que el chico estaba también con su capucha. La sensación de ser un imbécil le invadió, el chico no solo se quedaba sin aire, se estaba asfixiando – Que idiota soy -  Murmuró – Oe, tranquilo – Lo cargo y lo sentó en el sillón y rápido busco agua.

Dei podía sentir el aire fresco entrar por la ranura de su capucha, por fin podía sentir aire, pero estaba agitado como para respirar bien.

- ¡Oe! Tranquilo. Aquí, aquí, agua – Dándole el vaso con el liquido que Dei tomo con lentitud. – Eso es, respira tranquilamente – Alejando el vaso y dejándolo en la mesa.

Dei por fin se sentía mejor, malditos bravucones, guardias de la seguridad su trasero.

- Gracias – Susurró con una enorme gratitud. Itachi no supo qué, pero aquel susurro hizo que su corazón sintiera un punzón.

- ¿Por qué te metiste a la empresa? – Creyó que en ese estado de mareo el joven respondería sin vacilaciones.

- Trataba… de ayudar a devolver algo – Dijo Dei con los ojos cerrados, aun sentía la cabeza caliente.

- ¿Algo? – Queriendo ya romper esa atmosfera misteriosa, con delicadeza bajo la capucha del joven, quien dejo ver un cabello rubio y unos ojos celestes cristales – Expli…cate – Quedando algo hipnotizado por esos ojos.

En cambio Dei enfocó a un rostro que lo miraba fijamente con algo de asombro. Ya mas despierto se incorporó un poco mejor sin romper la mirada. Aquella pequeña escena fue rota por la siguiente pregunta.

- ¿Eres… el terrorista? – Y eso fue todo para que Dei se pusiera a la defensiva.

- ¿A quién llamas terrorista maldito gangster? – Recordando el trato que le fue dado.

- A mi no me hablas así. Y sabes perfectamente porque te llamo de esa forma – Mirando alrededor con obviedad.

- ¿Es enserio? – Le miró mal. - ¡Primero tu secretucha nos trata de “ex novias despechadas”! ¡Tus ductos casi nos matan, sin mencionar que son un asco! ¡Tus guardias me hicieron correr la maratón! ¡Más encima me agreden y me secuestran al estilo de la película el padrino! ¡Casi me muero sin aire! ¡¿Y me dices que YO soy el terrorista?! ¡Ósea! ¡¿Es una broma?! – Apretando los dientes.

Itachi estaba muy inclinado hacia atrás, ya que el doncel cada vez que le gritaba le encaraba más. Sus ojos estaban muy abiertos, parecía que ese rubio en algún momento iba a salirle espuma de la boca.

- ¿Estás drogado?

- ¡Por supuesto que no! – Muy indignado se enderezó alzando los brazos con las manos en puño a lo chibi.

- Bueno… ya que no es así – Poniéndose serio y levantándose - ¿Por qué entraste a la empresa? Dijiste que era para devolver algo ¡Explícate!

- No hay nada que explicar porque esa es toda la verdad – Desafiándolo con la mirada.

- Eso es mentira – Apretó los dientes – Antes dijiste “ayudar”, refiriéndote que ayudabas a alguien ¿Hay alguno más implicado aquí? – Ante el asombro del moreno, Dei frunció sus labios a un costado con los ojos bien abiertos mirando a otra parte.

- No, claro que no – Y comenzó a silbar.

- No sabes mentir – Con un goterón en la cabeza. - ¡Dime ¿Quién es el otro?! – Acercándose.

- ¡No te voy a decir nada! – Gritando por igual.

- ¡Eres un invasor! – Comenzando a enojarse.

- ¡Tú eres un gangster! – Afilando sus dientes.

- ¡Me dices ya mismo que haces aquí y con quien estas, antes que llame a la policía y te encierren!

- ¡Hazlo! Pero antes de irme me cobraré muy bien la paliza que me dieron – Tronándose los dedos.

- ¡Jah! No peleo con nenas – Ya embravecido comenzó a ofender. Dei sintió que la dinamita en su cerebro explotó.

- ¡Ahora sí! – Abalanzándose sobre Itachi queriendo ahorcarlo en el suelo, para hacerle pagar por casi matarlo a él de esa forma. - ¡¿Viste lo lindo que es quedarse sin aire?!

- Normalmente…yo tengo a la mujer abajo – Pronunció como pudo y con precisión invirtió las procesiones y sostuvo las muñecas del rubio. Dei aparte de sorprendido se enfureció.

- ¡Cállate! ¡No soy una mujer! – Le dio un cabezazo - ¡Mmm! – Doliéndole mucho ya que se lastimo de nuevo la herida en la cabeza.

- ¡Ah! ¡¿Pero estás loco?! ¡¿En enserio eres un doncel?! – Tomándose la frente.

- Soy doncel, no una prima dona – Tomándose la frente igual. - ¡Y mi lema es: Si me tratas mal, prepárate, porque te trataré cien veces peor! – Apuntándole con el dedo.

- ¡No tengo tiempo! ¡Dime ya mismo todo o llamo…!

- Si, si, a tus príncipes azules. Veo que no puedes hacer nada sin ellos…nena – Sonrió burlesco. Ita por fin sintió que un doncel le colmó la paciencia.

- ¡Basta! – Tomando de nuevo las muñecas y acercando su rostro - ¡Dime!

- ¡No!

- ¡Dime!

- ¡No!

- ¡Que me digas!

- ¡Nunca!

- ¡No seas un niño!

- ¡Por lo menos no soy bastardo!

- ¡Maldita bestia!

- ¡Gordo!

 El forcejeo de brazos se dio de un lado a otro. Dei tratando de quitarse a ese gordo de encima e Itachi queriendo domar a esa bestia.

Ambos se miraron con odio pero luego sus cabezas giraron asustados a la puerta.

- Itachi cielo… - La madre quedó de piedra al ver una escena similar a la de su otro hijo. –… Itachi…

- Madre… - Itachi pensó…que la vida no podía odiarlo más.

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

GOOOONGGK! XD Ya los cacharon!! muajajaja, ahora si que empiece el salseo! xD

Vaya, la pelea de Naruto y Sasuke si que me hizo reir, aunque mal ahi sasuke, que feas palabras u.u Asi que no te quejes de que Naru te pegue.

Jajaja, Dei y sus persecuciones! XD Pobre policia D: Los arañazos de un agto son terribles. Dei si que sabe esconderse. Vaya, si que Dei es habil hasta nos salio skateboard xD e Itachi si que quedo impresionado, pero nuestro Ita es muy listo, mira que acorralarlo asi jajaja. Que hijos de "!$"#$@ Ò_Ó mire que tratar asi a Dei!! Hay que matarlos. Y miren que me caian bien U.Ú

Esa Mikoto se pasa xD Mira que hacer semejante confucion. OH POR DIOS!! O.O El anillo del mal volvio a atacar D: pobre ahora de Naru miren con quien lo comprometieron ahora ¿Alguien extraña al señor pez? :v

La pelea de Ita y Dei fueron casi parecida a las de Naru y Sasuke, pero obvio que son diferentes jajaja, ya que aun no trajeron en malos tratos!! >:v malditos! Pobre mi Dei, casi se nos va. 

Woooow ahora que va a pasar? Quien entro? Sera otra confusion? Que haran Sasuke y Naruto? Eso veanlo en el siguiente capitulo xD

Espero que les haya gustado. Un gran abrazo y espero todo de ustedes ya sea bueno o malo, lo recibo con amor y hambre xD

Nos vemos n_n/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).