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LO QUE SE PERDIO por Amaya Kurau

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Capítulo IV

Ayuda

 

 

-   Tardaste demasiado.

-    Lo siento Kaname-sama.

-     ¿Lo viste?

-     Si

-     ¿Cómo está?

-     Físicamente bien, aunque por lo que alcance a notar, parecía molesto.

-     Ya veo.

Suspiró con cierto alivio. Zero estaba bien, pese a todo su Zero estaba bien. Había temido por su seguridad debido a esa nota, demasiado; pero ahora sentía como si un gran peso sobre sus hombros hubiese desaparecido.

En cuanto a lo de que parecía molesto, comprendía el por qué; él era la causa. Dejarlo de tal manera y con esa carta. Pensarlo le provocó una punzada en el pecho pues, aunque sabía que era lo mejor, no por eso dolía menos. Pero estaba decidido de que al menos hasta saber quién era su enemigo, tenía que mantener la farsa. No podía arriesgar a Zero, no a él. Si algo le sucediera sin duda él moriría.

-     ¿Te percataste si había alguien vigilándolo?

-    Nadie Kaname-sama. Estuve varias horas alerta por si acaso, pero nadie apareció; y él no salió en todo el día de su apartamento.

-    Bien… te lo agradezco.

-     ¿Quiere que siga vigilándolo?

-    Por ahora no. Necesito que lleves un mensaje a casa del Director Cross. Aunque el asunto se ha manejado con discreción, tiene derecho a saberlo –. Dicho esto, tomó un sobre de su escritorio y se lo entregó. - Por cierto, si te pregunta algo, el ataque fue realizado hoy -. Ella lo miró por unos segundos sin decir nada, luego simplemente hizo una reverencia.

-    Como ordene Kaname-sama -. Dicho esto, desapareció.

Él volvió a mirar por la ventana. Las luces decorativas en el jardín resaltaban sobre lo blanco de la nieve y los copos caían lentamente mecidos por el viento. Todo afuera estaba cubierto por una gruesa sábana blanca. Pensó nuevamente en Zero y entonces una repentina sed lo aquejó. Cerró los ojos y se llevó una mano al cuello.

-    Zero… - susurró. – Zero, cuanto te amo. ¿Por qué tuvo que pasar todo esto ahora?... justo ahora...

 

[…]

 

Aún era de noche cuando llegaron. Desde allí a lo lejos podían verse las tintineantes luces del pueblo que habían pasado hacia unos minutos y aún más allá, el enorme lago. ¿Cuántas horas habían sido de viaje desde aquella ciudad?, quizá tres o cuatro, ni siquiera prestó atención, solamente se dejó llevar por este joven sin más. ¿Por qué había confiado en él con tanta facilidad?, ¿tan desesperado estaba?

-    ¿Qué es este lugar? – preguntó mirando lo alto de la escalinata.

-    La academia Cross.

-    ¿Una escuela?

-    Si. Aquí vive mi tutor, que es el director. Creo que él podrá ayudarte, o eso espero.

-     ¿Eso esperas?

-   ¿Qué quieres que te diga?, me pediste ayuda y accedí, pero lo cierto es que ni yo mismo sé cómo hacerlo. Sin embargo, lo que sí sé es que no podía dejarte vagar por la ciudad.

-    ¿Soy entonces tu prisionero? –. Zero sonrió.

-     Tómalo mejor como ayuda mutua.

-     ¿Ayuda mutua?, ni siquiera te he dicho quién soy.

-     Si, bueno, eso nos lo dirás a ambos.

Zero no dijo nada más y comenzó a subir los escalones. Luka tampoco insistió y le siguió de cerca. El chico frente a él le era aún un enigma. Había aceptado ayudarlo sin pedir nada a cambio, ni siquiera una explicación a fondo. Parecía que sólo le había bastado con lo que le dijo sobre que al intentar proteger a Yuki, la persona que juró proteger; se enfrentó a su enemigo Reiga y éste lo había enviado a este lugar y ahora no podía volver. No sabía siquiera si el muchacho le había creído, pero dijo que lo ayudaría y ahora se encontraban en este lugar. Aun así, lo cierto era que el joven no había bajado del todo la guardia junto a él; lo que para él lo hacía peligroso.

Cuando ambos cruzaron la gran reja metálica, Luka levantó la vista y miró los altos edificios del lugar. Parecían sumamente antiguos. Las lámparas de luces doradas iluminaban los pasillos, pero todo permanecía en total calma. Aunque eso era obvio, el muchacho le había dicho que era una escuela y además era de madrugada, los que residieran en el lugar deberían estar durmiendo ahora; sin contar claro con el hecho de que en esta dimensión también realizaban ese festejo, así que los alumnos deberían estar de vacaciones en sus hogares. Pero aun así…

-     ¿Está bien llegar a esta hora?

-      Hmmp… eres demasiado cortés para ser un demonio.

Luka lo miró. No es que fuera cortes, era simplemente cautela. No sabía qué tipo de hombre sería el tutor del joven, pero sin duda debería ser alguien sumamente poderoso si es que el muchacho, que lo era, estaba confiando en que podría ayudarlo. Solo esperaba que no se tratara de una trampa.

-    Como sea… - continuó Zero – no lo vamos a molestar ahora. Aunque tengo mi apartamento en la ciudad, aquí también tengo un lugar al cual llegar.

-    ¿Y no hubiese sido mejor esperar a que amaneciera para venir?

-    No quería regresar allá – respondió casi en un susurro; más para sí que para él. Luka lo miró de nuevo; aunque estaba de perfil podía ver que su expresión se había ensombrecido.

Cruzaron la explanada y se desviaron por uno de los corredores hasta llegar a un nuevo jardín y de allí se encaminaron por un sendero.

-     Esa es la residencia del director – le dijo señalando hacia una construcción elegante y también antigua con luces decorativas en el exterior. – Pero nosotros vamos hacia los dormitorios de los chicos.

-     ¿Dormitorios?

-    Sí, creo que necesitas un lugar para descansar.

-     No quiero descansar.

-   Bueno, pues a menos que los demonios no lo necesiten, yo sí. Así que dormiré un poco y cuando amanezca iremos con el director.

-   Bien – dijo, no podía más que aceptar; sin embargo, apenas dio un paso hacia delante para seguirlo, repentinamente un estruendo se escuchó y apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando alguien pasó a su lado y cayó sobre su joven acompañante.

-    ¡Kiryuu-kun!… ¡en verdad eres malo con tu padre…!

Luka miró sorprendido la escena. Un hombre joven, de lentes; con el pelo recogido en la nuca y con un abrigo extravagante, estaba abrazando al muchacho; el cual ahora estaba sentado en el piso.

-  Detente –. El muchacho intentaba alejarlo con una mano mientras se ponía en pie, pero el hombre no cedía.

-   ¡Zero-kun!, ¿Qué se supone que significa esto?! –. Aquel desconocido, que supuso debía ser de quien le había hablado, tenía una expresión de reproche en el rostro y agitaba frente al joven un sobre. – Llegó en el correo nocturno. ¡¿Cómo que una licencia para ausentarte?!

-    Hablemos de eso después, ¿quieres?

-    ¡Nada de eso!, primero no te reportas en la asociación para rendir tu informe y luego escribes que te vas y que necesitas una licencia temporal; y ahora llegas de madrugada y sin pasar a verme.

-     Creí que estarías durmiendo.

-    Pues mi hijo no era tan desconsiderado hasta donde recuerdo y tampoco dejaba a medias su trabajo. Mira que una carta y sin dar explicación alguna. Yagari estaba aquí cuando llegó y está preocupado por ti.

-     Lo siento.

-    Debería castigarte por preocuparme de tal manera. Debo agradecer a mi buena salud de lo contrario ya me habría dado un infarto. Mis dos hijos en peligro y yo sin saber nada.

-    ¿Tus dos... ¿le sucedió algo a Yuuki?

Al escuchar ese nombre Luka abrió los ojos con sorpresa, si bien la pronunciación variaba ligeramente, sonaban casi igual. El recuerdo de la sonrisa de Yuki vino a él.

-    El auto en que viajaba fue atacado, afortunadamente Yuuki-chan está bien, sólo fue el susto.

-    ¿Cuándo sucedió eso?, ¿Quién lo hizo?, ¿Acaso no estaba Kuran con ella?

Al parecer esa tal Yuuki debía ser alguien importante para el joven ya que su expresión se había transformado y ahora se veía exaltado.

-    Ya te dije que ella está bien. Tranquilízate. Sucedió ayer; viajaba solo con Seiren-san, Souen-san e Ichijou-san de su mansión a la ciudad debido a una cena en casa de este último, cuando los atacaron. No se sabe aún quien lo hizo, ni siquiera en la asociación estaban enterados. Kaname-kun envió un mensaje con Seiren-san informándome de lo ocurrido y pidiendo que no me preocupara; que él se hará cargo de todo. Pero después llegó esta carta. Pesamos que algo malo podía haberte pasado a ti también. Le preguntamos a Seiren si sabía de ti y nos dijo que tuviste un ligero enfrentamiento con Kaname-kun durante la velada y que te marchaste sin decir nada.

-   Así fue.

-   Pues nosotros no nos quedamos tranquilos; sin embargo, Yagari-kun no me dejó ir con él para buscarte; me pidió que aguardara aquí. Ahora mismo ya debió de poner un destacamento a buscarte.

-    Pero en la carta yo…

-    Comprenderás que después de lo sucedido con Yuuki-chan no podíamos quedarnos tranquilos respecto a ti si de pronto mandas una carta pidiendo licencia, eso es algo que tú no harías normalmente. Te has enfrentado otras veces a Kaname-kun, pero nunca había sido para tanto.

-    Él no es la causa. Mi mundo no gira entorno a ese idiota.

-     Pero…

-     Bien, ya entendí Kaien.

-     ¡Llámame papá!

-     No eres mi padre…

-     ¡Que cruel!

-    Como sea, no me iré. Me reportaré cuanto antes con Yagari-sensei y rendiré mi informe sobre esa velada; pero aún sigo queriendo la licencia.

-      ¿Sucedió algo?

-      Nada en especial.

Luka observaba solamente sin intervenir. Era una extraña escena, especialmente por el actuar de aquel hombre que parecía tan joven como Kiryuu. Por un momento le pareció que ellos ni siquiera notaban su presencia, no hasta que Zero lo miró.

-     Pero no estoy aquí por algo relacionado conmigo, sino con él.

Por primera vez aquel hombre, Kaien, pareció reparar en él. Se incorporó y se giró para mirarlo. Lo hizo tan directamente que ahora ya no parecía un padre escandaloso sino alguien imponente cuya mirada se había vuelto penetrante. Eso lo hizo alertar sus sentidos por completo y hacerse consiente de su espada. Sin embargo, el hombre prontamente sonrió abiertamente con despreocupación.

-     ¿Es tu novio, Zero-kun?

Al escuchar eso Luka abrió los ojos con sorpresa, pero fueron las mejillas de Zero las que enrojecieron por la vergüenza.

-     ¡Eh… ¿De qué diablos hablas?, por supuesto que no!

-  Oh… por un momento pensé que él era la causa de que quisieras una licencia. Una fuga de enamorados.

-     ¡Ya cállate… eres un…!

-   Ya, ya… sólo bromeaba para relajarnos… - dijo sin dejar de sonreir. Pero luego, girándose de nuevo hacia él, lo miró tranquilamente. – Mi nombre es Cross Kaien y tú eres un demonio, ¿no es así?

Esta vez fue Zero quien abrió los ojos con sorpresa y miró al director.

-     ¿Cómo es que…?

-     Pero que desconsiderado, hace frio aquí afuera con tanta nieve, pasemos; estoy seguro que una taza de té no sentara de maravilla, en especial a mí. Ya no soy tan joven.

El director les dio la espalda y se dirigió hacia su residencia. Antes de seguirlo Zero y Luka se miraron a los ojos. Ambos estaban igual de desconcertados.

 

Una vez estuvieron dentro de la casa. Luka miró a su alrededor. El enorme árbol en la sala adornado con luces doradas, moños y esferas; las botas sobre la chimenea, las guirnaldas en las escaleras. Era un lugar extraño, ni siquiera en su dimensión había visto algo así.

-    Él puede ser alguien excéntrico – dijo repentinamente Zero como leyendo sus pensamientos –; pero cuando se requiere es bastante confiable.

Luka lo miró sin decir nada; fue en ese instante en que el hombre ingreso de nuevo a la sala con una bandeja y comenzó a servir las tazas con té. Zero fue a sentarse en uno de los sofás y Luka le imito sentándose frente a él.

Cuando terminó, Kaien también tomó asiento y se llevó su taza a los labios y bebió.

-    Delicioso –  sonrió - ¿Y bien? –. Bajó la taza y miró al opast, quien ni siquiera había tocado la suya - ¿Cuál es tu nombre?

-     Soy Crosszeria Luka – respondió de inmediato, con voz grave.

-     ¿Y cómo fue que llegaste aquí Luka-san?

-     A través del portal de una puerta activada por un nigromante.

-    ¿Por qué un nigromante haría eso con un demonio?, es decir, según tengo entendido, ellos comúnmente los usan para luchar.

-     Yo estaba luchando con él. Su nombre es Reiga.

-    ¿Reiga? –. El director guardó silencio por un momento y volvió a tomar su taza y bebió de ella; luego continuo – Creí que lo habían detenido y que la puerta de Zafiel estaba destruida.

-    Espere director… ¿De qué se trata todo esto?, ¿Usted sabía de la existencia de criaturas como él? - Kaien miró a Zero con despreocupación.

-     Sí, pero no existen en esta dimensión así que no tienes que preocuparte de nada más que de los vampiros.

-      No se trata de eso, es decir…

-    ¿Cómo lo sé?. Bueno, supongo que es algo que debo explicar primero antes de continuar ¿no? – sonrió. – Bien, pues hace muchos años conocí a un hombre del mismo lugar del que Luka-san proviene, que cayó en esta dimensión a través de un portal conocido como la puerta de Zafiel. Su nombre era Giou Takashiro.

-     ¿Takashiro estuvo aquí también? – intervino repentinamente Luka.

-     Si, y viendo que hablas de él con familiaridad, debo comprender que aún vive y que le conoces.

-     Si, le conozco.

-     ¿Qué relación tienes con él?

-   Somos aliados. Y si usted lo conoció, debe saber cómo regresar a mi mundo. Ayúdeme a volver por favor – Kaien lo miró por unos segundos a los ojos.

-    Si, le conocí; y mientras estuvo aquí nos hicimos amigos. Me contó de la guerra que enfrentaban con el nigromante Reiga y también me habló de los guardianes Sweilt, de la existencia de los Duras y Opast y de la luz de Dios. Sin embargo, lo siento, no puedo ayudarte.

-     ¿Cómo?, ¿Por qué?

-      Porque volver desde aquí es imposible.

-     ¿Qué?

-    Takashiro-san es un nigromante y aun así con mucha dificultad logró activar el puente de retorno, sin embargo en el proceso la puerta fue destruida, así que se suponía que no podía volver a ser activada.

-   Reiga regresó, y es más poderoso que antes; pudo abrirla sin ninguna dificultad nuevamente.

-     Así que eso sucedió. En ese caso quizá el puente también pudo haber sido restablecido, pero… –. Kaien suspiró pesadamente – Lamentablemente Luka-san, no conozco nada sobre la magia que usan los nigromantes de tu mundo y aunque lo supiera, la vez anterior Takashiro necesitó que alguien desde el otro lado activara el conjuro de unión. Sólo así pudo volver. Él dijo que la puerta solamente puede ser activada desde su dimensión. Estuvo esperando por ello durante meses, e incluso entonces, la apertura fue demasiado rápida que por poco no lo logra. Luka-san, ¿él sabe lo que te sucedió?

-     No lo sé. Durante mi enfrentamiento con Reiga, solamente estábamos él y yo. Yuki estaba inconsciente, no creo que se haya percatado de nada.

-   Bueno, si hay la remota posibilidad de que lo sepa y si eres su aliado, intentará rescatarte ¿no crees?

-   Soy el protector de Yuki, así que supongo que eso le convendría. Sin embargo, quien posee la llave de Zafiel es Reiga.

-    Ya veo. Habría que esperar entonces.

-    No puedo hacer eso –. Luka se puso de pie, - necesito volver cuanto antes.

-    Ya te lo dije, desde este lugar es imposible. Debemos esperar a Takashiro.

-   ¿Cómo sabremos cuando eso ocurra? - preguntó repentinamente Zero y ambos lo miraron. El director suspiró.

-    No tengo idea… - dijo al fin encogiéndose de hombros. Al escuchar esa respuesta, Luka apretó los puños.

-     Ya veo -. El demonio se dejó caer en el sofá y se llevó las manos a la cabeza.

-   No, espera, creo que… –. Al escuchar eso último, tanto Zero como Luka miraron al director con expectación; pero él se puso en pie y se dirigió hacia el pasillo rumbo a su despacho.

-     ¿Qué sucede? –  le preguntó Zero.

-     Aguaden aquí, ahora vuelvo.

Sin explicar nada más, se perdió en el pasillo dejando a ambos desconcertados. Zero volvió a mirar a Luka.

-      Lo lamento.

-    Está bien.  Tuve suerte al haberme encontrado contigo. Si no hubiese sido así creo aun estaría dando vueltas por la ciudad. Gracias.

-    No tienes nada que agradecerme. Yo mismo estoy sorprendido de que el director sepa sobre tu mundo. Debo admitir que mientras te traía aquí, aún seguía sin creer todo lo que me decías.

-    Y decidiste que era mejor llevarme contigo a que me quedará allá causando problemas.

Zero sonrió y Luka lo miró a los ojos. ¿Era por eso que lo había visto tan alerta?.

-    En parte –. Respondió Zero y fue Luka quien ahora dejó ver una sutil sonrisa.

-    Lo que no comprendo es cuándo sucedió lo que dijo tu padre. No recuerdo que eso haya sucedido en la anterior guerra.

-     El director es alguien especial y en este mundo hay seres que pueden llegar a vivir cientos o incluso miles de años.

Luka lo miró sorprendido e iba a agregar algo cuando escucharon que el director volvía. Cuando ingreso nuevamente en la sala, traía consigo una pequeña caja de madera y la puso sobre la mesa.

-     ¿Qué es eso? – preguntó Zero.

-     Algo que me dejó Takashiro antes de regresar a su mundo –. Al decir eso abrió la caja, en ella había un anillo con una gema blanca. – Dijo que reaccionaba cuando algún portal su mundo era abierto. Lo traía puesto cuando la puerta de Zafiel fue invocada. Así supo que era el momento. Recitó varias palabras y logró abrirla.

-     Ya veo – Luka tomó el anillo y lo observó de cerca – tiene el escudo del clan Giou.

-   Tu eres un demonio de clase superior ¿cierto?, ¿podrías realizar una conexión con ella?

-     Si puedo saber cuándo sea invocada, sí, creo que sí.

-    Bueno, entonces solo hay que esperar, así que supongo que puedes tenerlo - Luka lo observó detenidamente y luego al anillo nuevamente.

-     Gracias, Cross-san.

-      Llámame Kaien por favor.

-     Kaien…san –. El director sonrió.

-    Bien, ya está por amanecer, pero supongo que aun así quieres descansar ¿no?, prepararé la habitación de huéspedes.

-     No es necesario, estaré bien.

-    ¿Los demonios no duermen? – preguntó Zero con desgana poniéndose en pie.

-     Sí.

-     ¿Entonces?... como sea yo sí quiero. Me retiro.

-     ¿Qué?, ¿no te quedarás aquí?, ¿no me digas que regresaras a la ciudad?

-     Me quedaré en los dormitorios del sol.

-     No eres un alumno ya, y aquí está tu habitación, ¿qué de malo tiene?

-   No quiero causar molestias.

-   ¿Desde cuando eres tan considerado?

-     Hasta hace un rato me acusabas de lo contrario.

-      Pero…

-    Bien, ya entendí, entonces me voy a dormir –. Dicho esto, Zero se dirigió hacia las escaleras y comenzó a subirlas.

El opast lo miró, había algo raro en él. Desde que le dijo que lo ayudaría su impresión fue de qué estaba preocupado por algo y no era precisamente por él. El director también lo vio al joven subir y luego se concentró en terminar su té.

-   Usted no confía del todo en mí, ¿cierto? – Preguntó una vez Zero quedó fuera de su vista.

-     Si no lo hiciera no te hubiese dado ese anillo.

-      Sin embargo…

-      Kiryuu-kun está ayudándote, con eso me basta.

-     ¿En verdad?

-    Zero-kun es alguien que no confía en otros con facilidad, de hecho, yo diría que las personas en quien confía pueden contarse con los dedos de una mano. Además puede parecer frio sin embargo en el fondo es una persona amable; si ha decidido ayudarte es porque no te considera peligroso, así que yo también te ayudaré. Bien, iré a preparar tu habitación.

 

 

[…]

 

-    Ka…nata, no… Kana…ta… Luka…

-     Yuki, tranquilo.

El jovencito abrió los ojos, había estado llorando en sueños.

-     Takashiro… yo…

-     Está bien, no intentes levantarte, aun estás muy débil.

-     Luka, él…

-     Lo siento, aún no sabemos dónde está. Le hemos estado buscando.

-   Él y Reiga se enfrentaron, y yo no pude ayudarlo… -. Nuevas lagrimas anegaron sus ojos.

-    No te preocupes Yuki. Luka es fuerte, estoy seguro que estará bien y volverá pronto. Debes confiar en él.

El joven miró al hombre parado frente a su cama y entonces sonrió

-     Cierto, él volverá… y entonces yo le diré….

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Hola a todos. Mil disculpas por la larga ausencia. Espero que este capitulo les haya gustado. Hasta pronto.


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