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LO QUE SE PERDIO por Amaya Kurau

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V

CELOS

 

Luka no había podido dormir; lo había intentado, pero apenas cerró los ojos soñó con Yuki y al instante sdespertó; así que después de estar sentado en el alfeizar de la ventana por largo rato y mirar el amanecer, se desesperó. Ya llevaba casi una semana en esta casa y el anillo aun no daba señales de algún tipo; no podía permanecer sin hacer nada. Si ya tenía el anillo, ¿por qué seguía quedándose en este lugar?

Se puso de pie y antes de alejarse de la ventana dio una última ojeada al exterior. Los sutiles rayos del sol bañaban los jardines sin hacer mella en la densa capa de nieve que lo cubría todo, pero aun así era un día más cálido que los anteriores. Suspiró ligeramente y salió de la habitación. El pasillo se encontraba desierto, pero pudo sentir que Zero se encontraba aun en su habitación, ¿estaría despierto?; si pensaba marcharse debía darle las gracias por ayudarlo. Se acercó y tocó suavemente la puerta, pero no hubo respuesta. Volvió a tocar y obtuvo el mismo resultado. Se iba a marchar cuando percibió un sonido apenas audible, como si... Sin dudarlo de inmediato abrió la puerta de la habitación e ingresó. El joven se encontraba recostado en su cama, dormido; sin embargo estaba inquieto y se quejaba suavemente. Al parecer estaba soñando.

Se acercó más a él y pudo ver como lagrimas resbalaban por sus mejillas.

-    No…. Ka…me…

Sorprendido, instintivamente extendió una mano hacia el rostro del muchacho y deslizó suavemente el dorso de sus dedos por sus mejillas para limpiarlas. Este niño parecía tan frágil así; nada que ver con el que había enfrentado hacia días. Verlo así le recordó a Yuki.

-    Ka…name… no…

Al escuchar eso frunció ligeramente el ceño y alejó la mano de él.

-    ¿Kaname? – Susurró para sí. ¿Se trataba del Kuran Kaname de quien había escuchado hablar esos días?; sin duda, pero ¿quién era en realidad ese hombre?; todavía no lo conocía, pero Zero, aunque lo disimulaba parecía siempre algo afectado al escuchar hablar de él. 

Más lagrimas se deslizaron por las mejillas del joven y Luka de nueva cuenta extendió una mano hacia su rostro; sin embargo esta vez no llegó a tocarlo ya que repentinamente Zero despertó y en un veloz movimiento le apuntó con su pistola. Él retrocedió un paso asombrado a causa de esa acción; pero también por el hecho de que los ojos del joven sorprendentemente habían cambiado, ya no eran de ese bello amatista, sino carmesí, un intenso y resplandeciente carmesí que lo miraban de manera directa con frialdad. No pudo decir ni hacer nada ante eso, sólo se quedó mirándolo; sin embargo, Zero reaccionó rápidamente como si de pronto lo reconociera y su expresión se suavizó y bajó el arma al instante que sus ojos retornaban a su color original.

-     ¡¿Pero qué rayos haces en mi habitación?!, ¡¿te has dado cuenta que casi te disparo?!

-    Lo siento… yo…

Luka guardó silencio y Zero, como si leyera su pensamiento, se llevó una mano al rostro dándose cuenta de las lágrimas en él. Eso hizo que un sutil rubor se posara en sus mejillas y que de un movimiento brusco hiciera a un lado las sabanas y se pusiera en pie rápidamente.

-    No vuelvas a entrar así a mi habitación – le advirtió mientras iba hacia su closet.

-     Estabas soñando y te…

-     ¡No es de tu incumbencia!

Luka no reaccionó ante esa repentina actitud agresiva, en los pocos días que llevaba en ese lugar se había percatado un poco del tipo de carácter del joven. Lo que más bien lo tenía intrigado era ese cambio repentino en el color de sus ojos. Le recordó a esas criaturas con las que se había enfrentado en la ciudad, esos a los que llamaban vampiros. Pero el joven le había dicho que él los cazaba.

Entonces, ¿qué era Kiryuu Zero con exactitud?, ¿existía la posibilidad de que…?, pero si fuera así, entonces ambos se parecerían, ¿podría ser?; bueno, lo que si era obvio es que no era un simple humano.

Iba a preguntar al respecto, pero el suave y repentino sonido de la puerta atrajo la atención de ambos.

-    ¿Kiryuu-kun, puedo pasar? –. Era el director con su acostumbrada alegre y despreocupada voz.

-    Adelante – Respondió Zero de inmediato y él presintió que lo hizo sólo por evadir la situación.

El director ingresó a la habitación con una expresión resplandeciente en el rostro; pero apenas lo hizo los miró sorprendido.

-    Oh, Luka-san, estás aquí; pensé que aun estarías durmiendo; pero ¿acaso durmieron juntos?

La expresión en el rostro se Zero se volvió un poema.

-    ¡Claro que no!, ¡y ya te dije que dejes esos comentarios!. Él sólo...

-    Estaba hablando con Zero informándole que iré a la ciudad – respondió el opast en tono calmado.

-    Oh, ya veo. Bueno, entonces si irán a la ciudad ¿puedo solicitarte unos encargos para la cena de hoy, Zero-kun?

-    Él ira a la ciudad, yo…

-    ¿Lo dejarás ir solo?, no es como el pueblo, podría perderse allá y  te recuerdo que eres su guardián. Yagari-kun te lo ordenó a cambio de la licencia que solicitaste –. Zero sólo frunció el ceño.

-    Bien, ya entendí.

-    Magnifico. Bueno, cambiando de tema, lo que en realidad venía a decirles es que el desayuno está listo. Los espero abajo, no tarden.

El director salió de la habitación con una resplandeciente sonrisa y ellos simplemente se quedaron viéndolo.

 

 

[….]

 

Miró por uno de los ventanales del vestíbulo, la noche estaba despejada y no nevaba. Dejó escapar un suave suspiro y acomodó una de las mancuernillas de su camisa. Por alguna razón los días parecían transcurrir demasiado lentos y el invierno se sentía ahora interminable; pero conocía de sobra la causa de esa sensación, ya habían pasado seis días desde que estuvo con Zero, seis días que parecían ser una eternidad. Era una tortura no poder verlo.  Sabía que estaba quedándose en casa de Kaien desde hacía días y aunque eso lo tranquilizaba en cuanto a su seguridad, precisamente hoy le hacía sentir sumamente nervioso. 

-    ¿Kaname-oniisama?

Se detuvo de golpe al escuchar a Yuuki y se estremeció ligeramente al sentirla llegar y abrazarlo por la espalda.

-    Yuuki –. Se giró suavemente para quedar de frente a ella, la joven no se había apartado de él.  – ¿Cómo te sientes? –. Ella levantó el rostro y le mostró una sonrisa radiante.

-    Muy bien.

-    Me alegro.

Kaname la observó con detenimiento. Se veía linda con ese abrigo estilo princesa, las botas altas y la boina en la cabeza.

-    ¿Te gusta? – preguntó ella girando sobre su eje.

-    Te ves linda.

-    Gracias.

Yuuki volvió a sonreírle feliz y poniéndose de puntillas se elevó y depositó un beso en sus labios. Apenas fue un roce pero él sintió un nudo en la boca del estómago; aun así, se obligó a corresponderle con una sonrisa y una suave caricia que provocaron un sutil rubor en las mejillas de la joven. Ella volvió a acercarse a él buscando algo más íntimo; sin embargo la presencia de una doncella que llegaba en ese momento, atrajo la atención de ambos. Yuuki se mordió el labio en un gesto apenas perceptible y el rubor se intensificó.

-    Gracias – dijo él mientras tomaba y comenzaba a colocarse el abrigo, la bufanda y los guantes que la doncella le ofrecía. Yuuki lo observó detenidamente.

-    También te ves bien Kaname-nii -. Él le sonrió y al terminar le ofreció el brazo. Ella no solo lo tomó, sino que se aferró feliz a él. Kaname no se sintió capaz de rechazar ese gesto.

-    ¿Está bien llegar tan temprano, Yuuki?

-     No iremos directamente, antes quiero que nos pasemos por un lugar.

-    ¿Qué lugar?

-    Ya te lo diré en el camino.

-    Bueno, como tú digas.

Dicho esto ambos salieron de la mansión. En el exterior ya se encontraba un auto negro esperándolos. En cuanto los vio, Seiren abrió la puerta y él en un gesto caballeroso condujo a Yuuki para que abordara. Él mismo cerró su puerta y luego abordó también.

Mientras atravesaban la verja de la mansión observó a Yuuki discretamente. Afortunadamente desde hacía un par de días ya no despertaba mientras dormía a causa de las pesadillas y precisamente hoy se veía contenta y sobre todo tranquila. Sin embargo, para él era algo extraño que, siendo una sangre pura, actuara así; pero no podía culparla, apenas hacía dos años era humana y por tanto todavía no era del todo consciente de su poder; por eso lo sucedido la había afectado tanto. Él incluso había temido que tardara más tiempo en reponerse, pero al final Yuuki lo había superado. Había estado bien rechazar las invitaciones para fin de año. Era mejor algo más tranquilo.

Giró su rostro hacia el exterior. Esperaba que así lo fuera, al menos para ella.

 

[…]

 

-    No tenías por qué venir conmigo. Eres invitado del director. Se sentirá mal si no estás y te molestará con ello.

-    Tú también hiciste lo mismo.

-     Lo mío es diferente.

-    ¿Por qué?, eres su hijo.

-    No lo soy.

-    Pero al final accediste a su petición, ¿no quieres ver que tal les parece?

-    No me interesa.

Luka observó al joven mientras subía la escalinata. Llevaba una cazadora verde militar y pantalón cargo gris con una bufanda a rayas en torno a su cuello. No pudo evitar pensar que se veía bien; sin embargo, estaba tenso. Durante la tarde lo había visto ir y venir mientras preparaba todo y al final para sorpresa del director y suya, dijo que saldría y que talvez no regresaría sino hasta la madrugada.

-    Bueno – dijo dándole alcance – yo no conozco absolutamente a nadie a parte de él, de Takamiya-san, Yagari-san y tú. Además, tengo tantos años vivo que no le veo el caso de celebrar algo así.

-    Se llama etiqueta.

-    ¿Ah sí?, en la mansión crepúsculo también lo realizan, pero no suelo asistir a menos que… - no pudo decir que a menos que Yuki lo pidiera lo haría. - Zero, si tienes un compromiso, puedo irme también.

-     No es necesario; solo no quería estar allá.

Volvió a mirar al joven; tenía una mirada extraña. Recordó lo sucedido por la mañana.

 

 

Al igual que los días anteriores se había quedado observando el contenido de su plato. El primer día Zero le dijo que el director era así, le gustaba cocinar platillos elaborados y aunque no lo hacía muy bien, al menos no se terminaba con una indigestión. Él sólo había asentido y comido lo que le ofrecían pese a que en él eso no era una necesidad. Zero había tenido razón, los platillos no eran malos, pero tampoco precisamente buenos.

-    ¿Oye, Zero-kun?

-    ¿Qué sucede?

-    ¿Y si cocinas tú?

-    Por supuesto que no. La cena fue tu idea, hazlo tú. Confórmate con que vaya a hacer tus compras.

Luka miró a Zero. ¿Así que él cocinaba también?; eso le pareció extraño. No era que no conociera a otros hombres que lo hicieran, por ejemplo el cocinero de la mansión Crepúsculo; sino que simplemente esa actividad no parecía encajar con el muchacho.

-    Zero-kun, pero si tú lo hicieras sin duda la cena sería todo un éxito. Vamos, es para recibir el año nuevo.

-     Ya te dije que no lo haré…

-     Anda… te daré lo que quieras si aceptas.

-     Si claro.

-    Por supuesto, por ejemplo, si quieres puedo hacer que se te asigne la investigación del caso de Yuuki-chan –. Él pudo ver un casi imperceptible movimiento en los dedos del cazador al presionar contra sus cubiertos.

-    ¿No dijiste que Kuran te informó que se encargaría?; pues déjenselo a él.

-     ¿Te peleaste de nuevo con él, Kiryuu-kun?, me lo he estado preguntando desde hace días –. Zero no respondió -. ¿Fue tan grave que por eso pediste la licencia?

-     Ya te dije que no tiene que ver con él. Sólo discutimos como siempre; pero esa no es la razón por la quería la licencia. Sabes que pronto será el aniversario luctuoso de mis padres, de pronto deseé regresar a mi pueblo natal.

-    Ya veo.

-    Por cierto. ¿Pudiste entrevistarte con ese vampiro? – dijo mientras miraba a Luka por un momento. Quizá buscando cambiar de tema.

-    Lo hice. Y no te preocupes, el asunto en que Luka-san se vio involucrado quedó zanjado.

-     Lamento haberles causado molestias.

-     No, no te preocupes Luka-san, en realidad no fue gran cosa y Hirohata-dono se quedó tranquilo.

-    No quiero saber a qué te refieres con eso.

-    ¡Qué mal concepto tienes de tu padre, Kiryuu-kun!, ¡que va a pensar Luka-san!

-    No eres mi padre. – dijo Zero terminando su desayuno.

Un puchero en el rostro del director le hizo sonreír a él. Zero tranquilamente e ignorando al mayor, tomó su plato y se puso en pie, pero mientras ambos lo observaban, de pronto la expresión en el director cambio y se puso seria.

-    Cierto, lo olvidaba -. Se puso también de pie y fue hasta una cajonera de la cual extrajo algo –. Yagari-kun te envió esto, dijo que tal vez lo necesites –. Pudo ver que era un frasco con tabletas el cual Zero miró un par de segundos y frunciendo el ceño lo tomó rápidamente.

¿Medicamento?, pensó. ¿Zero estaba enfermo?. Sintió algo extraño al pensar aquello.

-     Gracias por el desayuno - dijo el muchacho y se dio la vuelta llevándose el frasco consigo.

-      Espera Kiryuu-kun, ¿Qué te parece si remodelo tu apartamento?

-      ¿De nuevo con eso?; ya te dije que no cocinaré.

-      Es un excelente intercambio.

-     No.

-      Vamos, le dije a Yuuki-chan que lo harías. Ella realmente desea volver a probar tu cocina. – Zero se detuvo en seco en la puerta.

-      ¿Yuuki?, ¿Por qué le dijiste eso?

-    Vamos, pensé que como habían limado asperezas aceptarías.

Zero suspiró. Él no pudo evitar sentir que volvía a ser un simple espectador de la rutina que se desarrollaba a diario en esa casa. Zero parecía siempre exasperado por lo que hacía el director, pero aun así no regresaba a su apartamento e incluso a veces lo veía sonreír. Miró por la ventana, el día estaba nublado, aun así la nieve había descendido bastante. Suspiró ligeramente, no pertenecía a este lugar. ¿Cómo estaría Yuki con Reiga cerca y los duras asechándolo?. Apretó los puños con fuerza. Cuanto deseaba volver ya.

-    Está bien, lo haré.

Escuchar eso lo sacó de sus pensamientos; ligeramente sorprendido se giró y miró al muchacho. Había aceptado solo por tratarse de ella; ¿tan importante era para él?. Este chico era extraño.

-    ¡Gracias, Zero-kun! - dijo un feliz director.

-    Si, si, después te diré que deseo.

-    ¿Me cobraras?

-    Fue tu idea – le respondió y sonriendo salió del lugar.

 

 

Se detuvo y suspirando miró hacia el cielo. Zero al percatarse se giró hacia él.

-    ¿Sucede algo?

-     No, nada – le respondió tranquilamente – Ahora te alcanzo.

Zero lo miró por unos segundos, luego simplemente siguió andando dejándolo atrás. Él volvió a observar el cielo un poco más; era una noche sin luna pero las estrellas brillaban con intensidad. ¿Cuánto tiempo debía seguir esperando para que la puerta se activara?

Miró nuevamente al frente, Zero se había detenido junto a unas escaleras. Desde allí parecía alguien solitario y frágil. Aquella mañana había querido marcharse, pero al final no había podido; ¿a dónde iría?, y además, verlo llorando en sueños le hizo recordar a Yuki, Zero no era para nada como él y sin embargo en ese momento un deseo de protección había surgido inesperadamente en su interior. No había creído que pudiese ser posible sentir algo así por alguien que no fuese Yuki, a quien había jurado jamás traicionar, a quien había amado en su vida pasada, a quien amaba incluso ahora. No, no podía traicionarlo.

Reanudó su marcha y cuando llegó hasta donde estaba parado Zero, pudo ver que se encontraban en un mirador bajo el cual se extendía una plaza. Las luces adornaban el lugar y el sonido que había estado percibiendo como un zumbido comenzó a tomar forma; desde la música, los juegos mecánicos iluminados en funcionamiento, la gente yendo y viniendo entre los puestos que allí se encontraban; hasta las risas y gritos producto de la diversión.

Eso era extraño ya que desde que había venido a dar a esta dimensión, le pareció que era algo lúgubre, especialmente las noches; y el hecho de estar en invierno no ayudaba mucho a mejorar esa percepción. Sin embargo, este día parecía diferente, los niños corrían de un lado a otro, las parejas tomadas de la mano recorrían el lugar, familias y amigos también parecían divertirse. En su dimensión también estarían recibiendo el año nuevo, pero ¿en realidad estarían festejándolo?, esperaba que sí, pensar eso le ayudaba a no estar en tanta tensión.

Yuki , no pudo evitar pensar nuevamente en él.

-    Estás desesperado, ¿cierto? –. Al escuchar la voz de Zero reaccionó ligeramente sorprendido y lo miró. Sin embargo el joven no lo veía, observaba hacia la plaza con atención.

-    Así que pudiste ver a través de mí. Pues sí, un poco; aunque en realidad antes de conocerte creí que me volvería loco; hice todo lo que pude para volver, pero nada funcionó. Ahora que tengo este anillo he podido controlarme mejor; pero a pesar de saber que no está en mis manos volver, no puedo evitarlo, siento que cada día que pasa Yuki corre más peligro.

-    Te comprendo, si la persona especial para mi estuviese en peligro y no pudiese hacer nada, estaría igual, quizá peor. Lamento no poder ayudarte más.

-     Has hecho demasiado por mí. El que me hayas llevado con Cross-san ha sido de gran ayuda. Sin ti quizá aún seguiría perdido en la ciudad sin saber qué hacer. Me gustaría compensártelo.

-    Eres algo solemne ¿sabías?… Hmmp… espero que ese no sea el motivo por el que me has seguido hoy.

-    No, claro que no. La verdad es que me sentiría incomodo si me hubiese quedado allá.

-    Bueno, este lugar tiene cosas interesantes.

-    Parece ser que sí, pero es extraño.

-    ¿Extraño?

-    Si. Desde que llegué a esta dimensión por alguna razón me ha parecido algo lúgubre. Sin embargo, esta noche parece diferente.

-    ¿No realizan este festejo en tu mundo?

-    Específicamente en mi mundo, no. Allí sólo hay oscuridad, desolación y enfrentamientos por poder. Pero el mundo humano es diferente, pese a que los duras de vez en cuando escapan a él o son convocados, aun así, es luminoso.

-    Lo comprendo. – Zero se giró para estar de frente a él y recargándose en la jardinera lo miró a los ojos provocándole un ligero cosquilleo en el estómago. – ¿Ves a ese hombre que está a la izquierda como a treinta metros de nosotros?

Luka dirigió su mirada hacia el lugar indicado.

-     Si.

-    Ahora mira hacia el techo del edificio junto a los columpios mecánicos -. Luka lo hizo. Había dos hombres apostados allí –. Ahora a la fuente en el centro de la plaza –. Allí también estaban dos hombres que parecían estar vigilando algo.

-    ¿Quiénes son?

-    Todos son cazadores igual que yo. Están vigilando y protegiendo el lugar para evitar cualquier ataque.

-    ¿De quién?

-    Creo que el director te ha hablado de ellos, vampiros; criaturas que se alimentan de sangre – Luka abrió los ojos con sorpresa.

-    Si, aunque creo que omitió lo de la sangre.

-    Hmmp… bueno, supongo que te habló solo del lado amable entonces, aunque no me sorprende dado que desea la coexistencia con ellos; sin embargo, como yo lo veo, muchos, quizá la gran mayoría, solo ven a los humanos como simple alimento. Son bestias con forma humana; son depredadores y los humanos sus presas. Si te pareció que este lugar es lúgubre, es debido a ellos.

Zero suspiró y levantó el rostro hacia el cielo nocturno. Se mantuvo en silencio como si estuviese recordando algo, pero al cabo de unos segundos continuó.

-    La mayoría de los vampiros son criaturas que no pueden andar a la luz del día, la luz los molesta y el sol los lastima; sin embargo eso no quiere decir que los ataques se limiten a la noche, aunque si suelen ser los más crueles. Lo humanos a pesar de no saber de su existencia, quizá por instinto evitan la noche que es cuando todos ellos abundan; pero hoy es un día especial, los humanos bajan la guardia y se dedican a divertirse, así que es cuando más alerta hay que estar. Ahorita hay muchos vampiros en la feria y es deber de los cazadores observar y controlar sus acciones.

-    No parece ser un trabajo sencillo.

-    No, no lo es. Lo seria si solo tuviésemos que atenernos a lo que nuestro nombre hace alusión; cazarlos, desafortunadamente a los que propiamente cazamos son los conocidos como nivel E, criaturas que una vez fueron humanos y que han perdido la razón al no recibir la sangre de aquel que los transformó y que ahora solo atacan sin cesar buscando alimentarse; o a aquellos vampiros que no tienen un amo que los controle. Al resto hay que vigilarlos, pero claro, te mentiría si te dijera que podemos controlarlos a todos, porque no es así, ya que a pesar de ser depredadores están bien organizados y/o posicionados en nuestra sociedad y no podemos simplemente ir por ellos a pesar de saber que muchos optan por la clandestinidad de actos como las subastas o el tráfico de humanos. No podemos eliminar a ningún vampiro de clase normal o nobles si no están en la lista de la asociación. La paz depende de ello. 

-    Es más complicado de lo que creí. Tu…

-    ¡Zeroo!

Luka no terminó lo que iba a decir. Una repentina voz femenina lo interrumpió y le hizo mirar hacia las escaleras.

Subiendo por ellas se acercaba una joven castaña y menuda. Zero se había tensado ligeramente al escucharla y no reaccionó.

-     ¡Zerooo!

Al segundo llamado el joven se alejó de la jardinera y lentamente se giró. Pronto ella llegó hasta donde estaban y se paró frente a ellos. Era una jovencita muy bella; vestía con elegancia y lucía feliz a diferencia de Zero que parecía desconcertado por verla.

-    Yuu…ki

¿Yuuki?, así que ella era la persona especial de Zero.

-    ¡Qué gusto verte Zero!, el día de la velada te fuiste sin decir nada…

Zero recuperó la compostura; pero para él sus ojos parecieron perder un poco de su brillo al estar frente a esa niña, ¿Por qué?

-    Estaba cansado y como todo estaba en calma no vi el caso de permanecer allí. Además le aseguraste al director que no dejarían que sucediera nada.

-    Si claro… Oh… lo lamento – dijo de pronto reparando en Luka - ¿es tu amigo, Zero?

-    Si… es Luka, Crosszeria Luka.

¿Amigo?, una sensación extraña surgió en el interior del opast al escuchar eso.

-    Mucho gusto Crosszeria-san, soy Kuran Yuuki.

-    Encantado – respondió sonriéndole. Ella parecía muy amable. 

-    Ah… Kaname-oniisama.

La joven sonriendo más ampliamente, se giró al tiempo que él percibía un aura extraña. Levantó la vista y miró hacia donde ella lo hacía. Un joven castaño, elegante y bastante atractivo subía lentamente las escaleras hacia ellos. Zero parecía haberlo percibido también pero no volvió el rostro; sin embargo, él pudo sentir como repentinamente se tensó.

-    Yuuki, por favor no escapes así de mí, es peligroso -. Su voz era suave y sonaba gentil.

-    Lo siento, es que vi a Zero y quise saludarlo -. El joven castaño levantó la vista hacia Zero quien continuaba sin mirarlo.

-    Buenas noches Kiryuu-kun – saludó al joven mientras lo observaba a él por un instante con una mirada penetrante y extraña. Ante el saludo, Zero finalmente lo miró.

-    Kuran –. Fue lo único que dijo y en ese momento Kaname sonrió y miró de nueva cuenta a Yuuki y para sorpresa de la joven llevó una mano hasta su mejilla y retiró de ésta lo que parecían restos rosas de algún tipo de alimento.

-    Lo siento, no me había dado cuenta – dijo ella sonrojándose.

Luka miró a Zero quien observaba a la pareja, ¿así que de eso se trataba?, al parecer se había equivocado en sus percepciones y no solo eso, ¿esos dos eran hermanos? Ella lo había llamado hermano mayor, y Zero había dicho que eran pareja, de hecho en ella eso era evidente.

-    Lo disfrutaste, es lo importante Yuuki. Por cierto, ¿No me presentas a tu amigo Kiryuu-kun? –. Zero frunció el ceño.

-    ¿Para qué? –. Al escucharlo la joven se tensó visiblemente.

-    Como siempre, tus malos modales caracterizándote Kiryuu-kun.

-    Que te importa. ¿No deberían estar en casa del director?

-    Eh… yo le pedí a Kaname-oniisama pasar aquí antes. Tenía ganas de pasear por el pueblo como en antaño cuando vivía con el director y también quería probar las crepas de Hana-san… jajajaja… ahora nos dirigíamos ya a casa del director.

-      Bien… pues pásenla bien.

Después de decir esto Zero se encaminó hacia las escaleras y Luka automáticamente lo siguió no sin antes cruzar miradas con el castaño de nuevo. Si, efectivamente, parecía ser lo que estaba pensando.

-    Espera Zero… - lo llamó de nuevo la joven - llegarás tarde a la cena.

Zero al escucharla volvió a tensarse, pero entonces Luka se adelantó y tomó al cazador por los hombros y para sorpresa del éste, lo giró consigo hacia ellos.

-    No estaremos en la cena… - les dijo sonriendo -  He secuestrado esta noche a Zero y recibiremos el año nuevo juntos, ¿cierto Zero? -. El cazador lo miró con un sutil rubor en las mejillas, pero no dijo nada al respecto. - Bueno, aunque no podría decir precisamente que te he secuestrado ya que el director lo sabe, como sea, disfruten la cena; Zero se esforzó en prepararla. Por cierto, gusto en conocerlos.

Luka pudo percibir un destello en la mirada del castaño, pero no aguardó más y se giró de nuevo con el joven, lo soltó y comenzaron a bajar por las escaleras dejando atrás a la pareja.

 

 

 

Notas finales:

Hola a todos de nuevo. Muchas gracias por leer, espero que les haya gustado el capítulo. Hasta pronto *.*


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