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0.3
La Vida de Reina
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Existían cinco Clanes Reales de Vampiros Sangre Pura; Los Britannian de América, Los Huber de África, Los Nikiforov que de Rusia, Los Kuran de los países Orientales y por último pero no menos importante El Clan Real de Vampiros Sangre Pura más poderosos: Los Cifer que controlaban la mayor parte de Europa (y el Mediterráneo, salvo Egipto) y Australia.
De Entre todos los Clanes, los Cifer y los Nikiforov eran los únicos que promovían activamente (y exitosamente también) la convivencia entre humanos y vampiros. La población Europea, Rusa y Australiana había logrado esto desde hace ya unos 5 años la sana convivencia entre ambas especies, si bien era cierto que no todos estaban contentos con eso la mayoría superaba a la minoría y estaban teniendo gran éxito en la integración.
Claro las palabras de que existiman verdaderos vampiros a los humanos de otros continentes no era algo que se tomara como real Cross creía que si se seguían los ejemplos delos Cifer y los Nikiforov todo podía ser posible. Lastimosamente en estos momentos eso era lo último que pasaba por la cabeza del director.
Habían pasado ya 3 meses desde que la clase nocturna había regresado, y más de 2 meses desde la última vez que Zero se había contactado con ellos, como si hubiera desaparecido. Cross estaba mucho más que preocupado por su hermoso hijo ya había pasado demasiado tiempo desde la última vez que había hablado con él, para empeorar la situación y aumentar su preocupación al igual que a Yagari (aunque nunca lo reconocería) es que desde un tiempo para acá que los Niveles-E venían en aumento y más peligrosos que nunca; eran más resistentes, más fuertes, más rápido, más de todo y la idea de que su adorado niño se haya topado con uno de ellos le era… Mejor no pensar en ello.
Ichiru se sentía perdidamente desesperado por no poder encontrar a su hermano y decirle cuanto lo sentía, que lo perdonara. En cuanto a Kaito, bien, Kaito pensaba que Zero solo quería hacerse el interesante y que volvería cuando el dinero se le acabara y tuviera hambre. Por otro lado Yuki estaba que se moría por volver a ver a Zero, ya que era una de las razones por la cual había vuelto, Y los chicos de la clase diurna extrañaban demasiado a su ¨Prefecto gruñón¨, ¨Su ángel guardián¨, su ¨Príncipe de hielo¨ y quien sabe cuántos apodos más le habían puesto, estaban tan deprimidos porque lo querían de vuelta que ya casi no iban a ver a la clase nocturna ya que la mayoría solo iba a admirar la belleza del joven prefecto.
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Con el lúgubre ambiente en su oficina Cross no pudo evitar soltar un pesado suspiro. La angustia no lo había dejado dormir por días y los informes cada vez más preocupantes de la asociación no servían para nada más que para aplastar su ánimo. Cross juraba que solo se los enviaban para deprimirlo, los hijos de puta, a pesar de que muchos respetaban a Zero también había muchos a los que les gustaría cazarlo si es que caía en el Nivel-E, pero con la protección de Kaien Cross realmente nadie quería meterse con el sobretodo no con la multitud poderosa con la que se paseaba el cazador peli plateado, tanto Cross como otros cazadores antiguos y poderosos como Jinmu y Yagari (entre otros, quienes eran conocidos y amigos de sus padres), así como nuevas y ascendentes potencias como Kaito y Spectra respaldaban a Zero y nadie era lo suficientemente valiente (o estúpido) como para antagonizarlo.
Miro con una seriedad que últimamente se hacía cada vez más presente en él, el director se dirigió a Yagari y sus estudiantes quienes venían entrando por la puerta y pregunto
— ¿Aun no hay noticias?
— No, aparecer se lo ha tragado la tierra. Los rastreadores llegaron hasta un callejón sin salida en el sur del bosque de Karakura, lo único que pudimos encontrar fueron los indicios de una gran pelea, pero…
— ¿Pero? —Levanto Kaien una ceja incitándolo a continuar.
—No son los indicios de una pelea que se esperaría entre un cazador y un grupo de Niveles-E más bien es…
Las últimas palabras no necesitaron ser dichas, todos las habían entendido muy bien.
—Pero Zero es lo suficientemente inteligente como para escapar si estaba en desventaja. No creo se pondría a sí mismo en desventaja—dijo un Ichiru inusualmente inexpresivo, llevar tantos años con una vampiresa de sangre pura realmente había calado en él. Kaito su burlo
— Ahora te preocupas por el ¿No?— Ichiru solo se quedó en silencio, pero todos podían decir que quería darle un puñetazo en la cara—conozco a Zero mejor que tú, pronto volverá ya lo verán—Cross frunció el ceño, pero cuando iba a hablar Kaito sele adelanto—Él no quiere ver a nadie, démosle su espacio.
— El mocoso tiene razón Cross, démosle tiempo—ante lo dicho por su amante Cros no pudo nada más que asentir dudativo, entonces un portazo se oyó y vieron que la joven María, quien siempre acompañaba a Ichiru cuando no estaba con Zero se había ido.
Corriendo por los pasillos María se encontraba intentando retener las lágrimas que querían salir de sus ojos, su usualmente estoica mirada estaba deformada en una mueca de innegable preocupación y desesperación.
—"Zero…"—alzo la vista decidida y se secó las lágrimas— "No puedo permitirme ser débil de ser necesario te buscare yo sola Zero espérame"
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Los rayos del sol iluminaban el bosque que bordeaba un castillo de estilo Neo-gótico y neorrománico que se veía en una composición de torres y muros que armonizaban con las montañas y los lagos, el color del castillo era del más puro color blanco (muy parecido al castillo de Neuschwanstein) que le daba una vista casi etérea, en una bella alcoba la cual en su interior alberga múltiples piezas de artesanía fantásticas y dignas del magnífico castillo donde se encontraban un hermoso peli plata largo se levantaba con los rayos matutinos.
Una figura alta y pálida llevaba consigo una charola de plata bellamente ornamentada donde había un juego de té que dejo al lado de la cama en uno de los muebles mientras con voz melódica decía…
— ¿Tuvo un buen despertar Zero-Sama?— El peli plateado bufo.
— ¿Cuantas veces te he dicho que no me llames así Lucretia?, simplemente llámame Zero—dijo ligeramente gruñón ante la terquedad de la chica frente a él, mientras esta le servía él te en una taza y se la daba—Gracias…
—Es un placer—respondió Lucretia Cifer, ella era una joven de unos 16 años de estatura baja y constitución delgada, que, junto a su piel totalmente blanca, le confería un aspecto frágil. Su pelo era de color negro, y lo llevaba corto poco más allá de sus hombros y ligeramente desordenado, con un mechón cayendo por su frente y se bifurcándose en dos al llegar a su nariz. Mas el rasgo más destacable de Lucretia radicaba en sus grandes y bellos ojos, de un color verde profundo y llenos de un brillo casi espectral, que le daba un aspecto ciertamente inhumano, acrecentado por unas pupilas felinas. Sus largas y espesas pestañas solo ayudaban a darle un toque más bello, eso junto a sus rasgos indiscutiblemente sangre Puras por su belleza inigualable, hacían de Lucretia la mujer más bella que Zero había visto en toda su vida (/buscar a Fem Ulquiorra/).
— Sé que ese es su deseo Padre, pero debido al lazo que compartimos encontraría totalmente irrespetuoso llamarle de tal manera, además Zero-Sama es lo más cercano que puedo llamarle de otra forma si le llamara Chichiue-Sama, sería muy raro e incómodo para los de nuestro alrededor, aunque sea la verdad.
Gruñendo y abriendo uno de los ojos que haba cerrado al empezar a beber él te delicadamente, Zero miro intensamente a su descendiente quien estoica como era, tenía un brillo totalmente pícaro en sus ojos. Zero resistió la tentación de rodar sus ojos, más que nada Lucretia le llamaba así para fastidiarlo pes sabía de antemano cuanto odiaba esos sufijos. No pudendo refutar dicha lógica pues sabiendo que era verdad y que tenía la batalla perdida (pero no la guerra) Zero dejo el asunto para más tarde, dejo de lado la taza y con gesto desdeñoso hablo.
—No me importa lo que piensen o como se sientan los demás. Lo que me importa es saber cómo lograr que ustedes, grupo de maniacos, dejen de ser tan chismosos—dijo fulminando la puerta, un sonido de golpes repetidos y murmullos se escuchó del otro lado para gran irritación de Zero, Lucretia delicadamente rio ante su desgracia.
—Bueno Zero-sama, nosotros solo buscamos su bienestar y felicidad.
—Me harían muy feliz si me llaman por mi nombre.
—Bien jugado Zero-Sama, pero eso no está a discusión—dijo ella con esa sonrisa totalmente serena y dulce que ponía los pelos de punta a Zero, como odiaba esa sonrisa tan asquerosamente empalagosa, si no supiera que era una de las expresiones más sinceras que Lucretia tenía cuando estaba divertida Zero la presionaría más. Pero incluso él no era suicida, Lucretia podía respetarlo y quererlo pero era como todas las mujeres cuando quería algo: totalmente inquebrantables.
—Si me hubieran dicho que al darte de beber mi sangre esa noche entre nosotros se formaría un lazo Padre-Hija, lo hubiera pensado dos veces. Por más que investigue no encuentro nada parecido a eso—Dijo con tono fastidiado mientras se levantaba de la cama y Lucretia lo ayudaba a ponerse una bata, con tono burlón ella contesto.
—Bueno Zero-sama, lo hubiera hecho de todos modos, su corazón es demasiado amable a pesar de lo que le gusta aparentar. Aunque he de reconocer que eso me hace inmensamente feliz. Gracias a Zero-sama pude volver al lado de mi hermano y tener una gran y unida familia. Nosotros, porque hablo por todos, siempre estaremos a su lado Zero-Sama. Por cierto—saca de sus ropas un reloj de bolsillo para verificarlo, lo guarda y dice— dentro de 15 minutos se servirá el desayuno, Ulquiorra Ni-Sama y los demás nos esperan.
—Dame 5 minutos, enseguida bajo—dijo Zero mientras se metía al baño y Lucretia asentía con la cabeza mientras se dirigía al gran armario para seleccionar la ropa que utilizaría su Padre y amo, para dejarla pulcramente tendida en la cama mientras salía y se dirigía a su propia habitación para cambiarse ella misma, pues aún estaba en pijama.
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El comedor del castillo, que podía albergar a más de 120 comensales, exhibía una mesa con un inmaculado mantel de hilo al que acompañan servilletas bordadas. Sobre ella se distribuía magníficas jardineras, fruteros y candelabros de la platería Christophe de París y de la española Martínez. La cristalería, de línea clásica, pero «moderna» que está basada en un modelo de los años treinta y grabada con el escudo de los Cifer al igual que los platos de Limoges, blancos y delineados con un delicado filo de oro.
Los tapices tejidos en el siglo XVI eran otro de los elementos a destacar, obra de Guillermo Pannemaker en oro, plata, seda y lana, así como los jarrones franceses. Otra de las cosas a destacar eran sus bombillas y fluorescentes, que han adoptado la tecnología led de bajo consumo (/buscar e comedor de Gala del palacio real de Madrid/).
Todo en daba a resaltar sofisticación y elegancia. Nada menos para todos los que ahí se encontraban reunidos. Todos ellos llenos de una gran y deslumbrante belleza, si un humano llegase ahí serian totalmente deslumbrado. Ese lugar parecía pertenecer a otro mundo.
Ulquiorra Cifer era el sangre pura dominante de la mayor parte de Europa, el Mediterráneo, y Australia, quien se veía como la viva imagen de su hermana pero en versión masculina estaba sentado al lado izquierdo de la cabecera del comedor junto con los nobles que seguían a él, a su nuevo padre y a su preciada hermana menor. Estaba vestido modernamente con unos pantalones negros camisa blanca y una camisa de vestir color vino abierta sobre esta junto a una chaqueta morado oscuro con un collar en forma de colmillo cono único accesorio. Jamás olvidaría cuando ese hermoso peli plateado le devolvió la felicidad pérdida hace tanto tiempo, pudo ver como su hermana y padre entraban vestidos informalmente elegantes como todos en la mesa, pero había algo en ellos que los hacia destacar aún más.
Lucretia llevaba puesto un vestido corto por encima de la rodilla y con el escote en cuello O, sin mangas, cintura natural de color negro con puntitos blancos, con medias negras y botines de tacón Suki Tan de Miss Black color marrón (/Vestido Preto de Bolinhas/) Mientras Zero llevaba puestos unos pantalones de mezclilla azul oscuro, una camisa de vestir blanca y sobre esta una un saco de moda para hombre color gris brillante abierto. Ninguno tenía accesorios pero realmente no los necesitaban. Zero iba enfrente mientras Lucretia caminaba ligeramente tras de el a su lado derecho, habían entrado por la puerta del comedor de forma elegante y grácil pero con una fuerte presencia que obligaba a todos los que le rodeaban a voltear a mirarlo, Ulquiorra se levantó al igual que los demás y le reverenciaron.
—Buenos días tenga usted Zero-sama– dijeron todos, una Benita se podía ver en la frente de Zero y una gotita estilo anime en la Frente de Lucretia. Pero sabiendo que no ganaba nada discutiendo con ellos y porque quería un día tranquilo Zero decidió ignorarlo por ahora. Aun así no pudo evitar soltar un…
—Dejen eso, ni que fuera la reina de España—Lastimosamente uno de sus nobles, quien fungía como administrador y con el título de Marqués (o algo así, Zero realmente no presto atención en la designación de cargos) con cabellos rubios y ojos azules le contesto
—Lamento decirle esto Zero-sama, pero…usted técnicamente si es la reina de España y Toda Europa además de Australia, ya que Ulquiorra-sama le dejo su puesto como el sangre pura dominante. Y ahora usted es quien nos gobierna—dándole a su noble la mejor cara en blanco que pudo reunir Zero solo se le quedo viendo queriendo decir "No me digas" mientras era ignorado olímpicamente por este con su sonrisa amable y ligeramente condescendiente, ese hombre sabia cuanto odiaba el maldito papeleo y le gustaba atormentarlo por dejarle de vez en cuando mucho de su trabajo, al final suspiro y se masajeo el puente de la nariz. Había dejado de ser el epitome de un Sangre Pura para ser solo un adolécete frustrado. Minato rio para sus adentros, lo había logrado.
— Si, Ok, Minato, Ok. Solo déjalo ya—dijo dirigiéndose a la cabecera del comedor, con Lucretia a su lado derecho y Ulquiorra al izquierdo. Todos los demás tomaron asiento en cuanto se sentó asiento—Bien y ¿que hay para desayunar?—Pregunto Zero más por costumbre que por otra cosa, sus nobles habían adquirido la manía de designarse casa uno un tiempo para hacer alguna comida del día, pues ellos querían asegurarse que todo lo que comía su señor era de primera calidad y no estaba alterado (como digamos, veneno), hoy si no recordaba mal, era el turno de uno de sus nobles más jóvenes.
— El día de hoy se ha servido un desayuno inglés completo que tiene la opción del conocido pudín negro (morcilla cortada en trozos ligeramente gruesos y frita para que no pierda su esencia y sabor), las habas cocidas al horno y el pan frito, junto con huevos, tocino, salchichas, etc. pero además, se han añadido patatas de Scones, Haggis escocés y tortas de avena—respondió un joven noble de unos 13 años con cabello de color azul oscuro y ojos azul cielo, siendo la pupila de un tono más profundo, con un cuerpo "maravillosamente proporcionado" Sus piernas delgadas y su cintura estrecha; asimismo, se podría decir que era pequeño para su edad, debido a su estatura y complexión física. Sus rasgos eran hermosos y aristócratas, destacándose su herencia inglesa.
— Uhm suena delicioso, gracias Ciel—el joven asintió con una reverencia. Ciel Phantomhive, podía ser uno de los más jóvenes, pero también era uno de los más útiles, había pertenecido a una familia humana Noble Inglesa, su padre era un conde y tenía un hermano gemelo muy protector con él y una madre amable y amorosa, sin embargo gracias a un desastroso accidente de coche en su décimo cumpleaños Ciel había sido atrapado por unos extremistas religiosos y posteriormente ofrecido como sacrificio a una sangre pura (no, al parecer los extremistas no lo habían sabido) quien lo había transformado habiendo caído al Nivel-E poco después, actualmente poseía el Nivel-B gracias a la intervención de su sangre y tenía al puesto de Gran Duque dentro de su Nobleza, este título lo había obtenido con mucho esfuerzo.
Asintiendo hacia Ulquiorra, dando su consentimiento para comenzar el desayuno, Zero se cruzó de piernas (aunque nadie podía verlo) y Ulquiorra hablo.
— Sirvan el desayuno— los sirvientes Humanos les fueron dejando uno a uno su respectiva porción de desayunó, al tiempo que todos empezaron una amena platica entre ellos.
Los más jóvenes; Ciel Phantomhive, William Twining, Alois Trancy, Victorique de Blois, y Allen Walker y Edward Elric se hacían bromas entre ellos bajo la atenta mirada de sus niñeras/hermanos mayores Michael Eliot Eden y Sytry Cartwright. Mientras los más allegados a su edad los hermanos demonio; Deidara, Gaara, Naruto e Ino Namikaze (los hijos de Minato) peleaban por un pan con mantequilla que les habían traído. Los más calmados; Neji Hyuga, Masato Hijirikawa, Shun Kazami, Tier Harribel y Lelouch Lamperouge (antes Vi Britannia) estaban serios y solo comían, pero se notaba que había un chiste entre ellos si las miradas cómplices que se lanzaban decían algo (cuando Zero escucho el grito lastimero de alguien, que sonaba sospechosamente como Grell Sutcliff, uno de sus mejores segadores-asesinos-, diciendo "¡Mi cabello!" decidió que era mejor no preguntar).
Por otro lado el grupo de Humanistas conformado por Lavi Bookman, Lenalee Lee, Renji Abarai, Ichigo Kurosaki, Rukia Kuchiki y Orihime Inoue solo platicaban de temas…. Raros (¿Quién hablaba de cómo convertir las cáscaras de naranja en productos químicos y biocombustibles durante el desayuno, de todos modos?). Los más interesados en las artes como Otoya Ittoki, Syo Kuruzu, Kiba Inuzuka, Hinata Hyuga (hermana menor de Neji), Nelliel Tu Odelschwanck, Haruka Nanami, Haruhi Fujioka, Faiba Kazami (antes Sheen, media hermana de Shun) Y Road Kamelot, platicaban de Música y ropa de moda. Zero frunció el ceño al ver que faltaban algunos de sus Nobles, lo más seguro era que estaban haciendo rondas por su territorio para asegurarse de que todo estuviera en orden, aun así esperaba que todos estuvieran en la cena. No le gustaba no tenerlos a todos juntos si podía evitarlo.
Bebiendo de su jugo de naranja, Zero llamo a uno de los nobles que venía entrando por la puerta. Era uno de sus mejores interrogadores y estaba a cargo de la inteligencia y extracción de información con el título de Vizconde dentro de su corte.
—Iruka…—En cuanto dijo su nombre, todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo, Iruka Umino era tan legendario y maravilloso como terrible y despiadado, no se le debía hacer enojar o se pagarían caras las consecuencias—Dime, que descubriste sobre… Él.
—Sus actividades son realmente inesperadas—dijo el hombre mientras tomaba asiento y un sirviente le servía el desayuno ha regresado a Japón y ha logrado matado a ese científico que nos torturo y ha destruido toda evidencia, incluido el laboratorio, aparte… Zero-Sama, Él está rondando la academia Cross—Informo el hombre, Zero frunció el ceño, mientras se disponía a continuar u desayuno, los demás siguieron su ejemplo, pero ahora hablaban entre susurros.
—"Y ahora ¿que estará tramando?"— Zero Pensó, mientras tomaba un pan frito y se lo llevaba a la boca, cuando termino de masticar dijo—Bien…—asintió Zero a Iruka quien le reverencio como pudo estando sentado y se giraba para hablar con Minato, Zero se dirigió una rubia voluptuosa que estaba sentada junto a un pelinegro de ojos rojos— ¿Que informes se tiene de la academia? Tsunade.
— Tal parece que los ideales de Cross kaien sigue en pie, con su sueño de convivencia pacífica entre humanos y vampiros en Japón ya que el clan Kuran ha vuelto como usted ya sabe y otros Nobles se han ido unido a él, también otro clan vampírico se ha integrado a la academia, el clan Uchiha—La mujer llamada Tsunade Senju tomo la mano del pelinegro en cuanto el nombre del Clan Uchiha Salió de su boca, el joven de nombre Izuna Uchiha agradeció él apoya con una sonrisa tentativa, pero tensa.
—Ya veo…— fue lo único que dijo Zero asintiendo a la rubia quien agradeció el reconocimiento, en cuanto todos terminaron su desayuno entre susurros, Zero levanto la voz— Neji…
— Si, dígame Zero—el joven de ojos perla se levantó de su asiento.
— Ordena que preparen mi avión privado para un viaje. Todos preparen su equipaje, partiremos a Japón antes de que ese loco haga algo que se pueda lamentar, nos veremos en el vestíbulo para partir en dos horas y media— Dijo levantándose del comedor.
— Como ordene Zero-sama—dijeron haciendo una reverencia mientras desaparecieron del comedor en dirección a sus habitaciones para empacar. Lucretia se voltio a ver a Zero.
—Zero-Sama, si me disculpa iré a arreglar sus maletas mientras tanto, por favor termine su papeleo y no queme nada—dijo con una reverencia y se fue a paso calmado saliendo del comedor, Zero se volteo a Ulquiorra con cara de "¿Qué Diablos?" a lo que este simplemente se encogió de hombros.
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Más tarde en el vestíbulo que poseía un exquisito mobiliario, la mayor parte, de las piezas corresponden a los siglos XVIII y XIX, estas últimas de estilo Imperio decorado con y unas importantes obras pictóricas, así como elementos decorativos de gran valor (/ver el palacio el Pardo para referencias/) se reunieron todos los nobles pertenecientes a la Corte Real Aristócrata de los Cifer. Ninguna otra corte tenía tanto poder o influencia, ni siquiera la Corte Rusa que era la más grande del mundo. Zero pensaba con una mueca, que si Yuki supiera esto y que los Kuran no eran los sangre pura más poderosos del mundo armaría un berrinche colosal, el bastardo Kuran estaba haciendo un terrible trabajo formándola como la próxima Reina de Oriente, incluso Shizuka hubiera hecho un mejor trabajo.
Bajando las escaleras y viendo como todos solo le esperaban para partir solo pudo dar un asentimiento de reconocimiento para que supieran que todo estaba en orden.
— Bien ya estamos todos, vámonos al aeropuerto.
Salieron directo al Aeropuerto para un viaje directo a Japón, listos para lo que sea que les esperaba ahí.
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Continuara
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Omake
Cielo Carmesí
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La sangre comienza a correr,
No era nada más que culpa suya, lo sabía. Él, el único heredero disponible. La última opción. Se había dejado enamorar por esa bella ilusión que le daba el tener amigos con quienes convivir, el ya no estar solo. Traiciono sus propias convicciones.
Un gruñido se hace presente entre la maleza,
El quien se juró no ser como su Idiota Padre, termino mintiendo. El que se juró no llevar a cuestas un imperio de pecado y sangre termino corrompido, el quien creyó ciegamente en su mayor amor… Termino traicionado.
Y antes de que alguien se dé cuenta,
Confió ciegamente en él, se entregó en cuerpo y alma y él lo destrozo, lo desgarro, lo ultrajo y lo utilizo como un trapo al que tiro sin contemplación.
Un Cielo Corrompido es lo único que queda
Lo abandonaron, aquellos que llamo amigos. Por más que espero, nunca llegaron. Lo dejaron solo pudriendo se en auto miseria.
Que un gran pecado lleva a cuestas
Para sobrevivir, para poder ver un nuevo mañana. Hiso cosas terribles, pero no se arrepiente. Esto solo es el principio. Vongola Caería por su propia mano.
Un Cielo Carmesí con nubes negras cubierto por la niebla.
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