Cuando llegó estaba tan nervioso, las Okama no entendían porque tanto circo si él había sido hasta ganador como "La Okama más hermosa" en las dos ocasiones que participó en el concurso. Una Okama tan maravillosa, no debería preocuparse tanto.
De cualquier modo lo apoyaron, porque era su Sanji y porque lo veían nervioso, ni siquiera podía encender bien su cigarro, tal vez porque no tenía la boquilla y se había desacostumbrado al tacto del cigarro. Lo dejaron ir solo, pensando que le haría bien y se fueron a comprar vestidos.
Conforme iba buscando en la isla, decidió comenzar a mirar de nuevo a las damas, lo había ido practicando antes de llegar pero no le salía, tal vez por estar con las otras Okama. Ahora le estaba saliendo de maravilla, incluso alguna que otra parecía mover su corazón. Pero Zoro ahí estaba, como pensamiento permanente de segundo plano.
Cuando supo que Zoro ya había llegado, su corazón corrió desbocado. Estaba ahí cerca, su querido espadachín amante del sake. Planeaba prepararle onigiris en cuanto tuviera la oportunidad.
Mientras buscaba pescado, se encontró con un hombre viejo y preocupado - Un hombre con cabello verde, se subió en el barco equivocado... Hay piratas, lo matarán. Yo le dije que subiera al barco de pesca… - enseñando el cartel de recompensa que tenía guardado cerca del corazón, confirmó que hablaban de Marimo. Iba a ver a Marimo en cualquier momento y eso lo alegraba y lo entusiasmaba más que ninguna otra cosa, ni si quiera tenía que preocuparse por él, era un Marimo fuerte después de todo.
Cuando por fin lo vio, se sintió extraño, su emoción se desbordaba de su corazón, pero debía ser discreto -Vaya, al fin regresó, aunque no es como si me importara en absoluto- dijo mientras sentía temblar sus piernas de emoción.
Apenas bajó el espadachín del barco, se miraron, y en silencio comenzaron a caminar juntos -Oi, estúpido Marimo, no te separes de mí. No quiero que te pierdas- dijo con actitud arrogante, aunque en realidad internamente quería que lo acompañara en sus compras para echarle miradas furtivas a lo mucho que había cambiado - ¿A quién demonios le hablas así cejas barbudas?- y sin embargo dos segundos después, Zoro ya estaba más que perdido, arruinó sus planes de ponerlo celoso con una vendedora de comida, y aparte tenía que encontrarlo.
Cuando lo encontró, aparte de todo estaba necio con ir al mar y pescar.
Él sólo quería conservarlo a su lado así que su pretexto fue que causaría problemas, y sin embargo Zoro empezó con sus clasificaciones de número 1 y número 7 y pronto se armó una pelea, una pelea en la que iban reconociendo disimuladamente sus cuerpos y que duraría hasta que el den den mushi sonara.
Ahora debían irse, pero había mucho ruido en un lugar cercano, querían ir a averiguar que pasaba. Podía ser Luffy.
Y cuando llegaron, confirmaron que era Luffy, Luffy perseguido por la Marina, Luffy armando desmadre, siempre.