El primero de los compañeros en desaparecer fue Marimo. El segundo fue Huesos. Ante la incertidumbre de lo que pudo pasarle a Zoro, su única reacción fue atacar a Kuma con todas sus fuerzas, sin embargo Kuma lo repelió, haciendo que se estrellara contra un muro. Cuando se pudo mover, Usopp ya no estaba. Había escuchado todos los gritos, súplicas y ataques de Usopp y no pudo hacer nada.
Estaba furioso, pero no con Kuma, sino consigo mismo; por ser tan débil. No quiso escuchar a Luffy cuando le dijo que no se acercara a Kuma. Quería vengar a sus compañeros, creía que estaban muertos y se sentía impotente, pues todos estaban llenos de sueños y promesas que aún no se realizaban.
Cuando Kuma lo mandó volando, lo único que quería era partir madres. Pataleaba y gritaba con todas sus fuerzas, lloró por sus compañeros, hasta que reaccionó. Si él estaba volando, vivo, los demás estarían en las mismas condiciones. Tenían que estar bien.
Eso lo animó un poco, pero estaba nervioso, pensando en si las heridas de Zoro aguantarían un viaje como ese, si Luffy aguantaría sin su comida, si Nami-swan y Robin-cwhan estarían bien. Seguir pensando sólo lo desanimaría, estaba cansado y herido. Debía dormir.
Cuando despertó del terrible viajecito, confundió a un montón de espantajos con mujeres. Luego la dichosa reina sustituta de Kamabakka, Caroline y él, se batirían en un duelo.
Él pensaba que todo iba normal, que podía ganar incluso si lo vestían de mujer y lo maquillaban, hasta que Caroline le mostró algo, que él desconocía. Su "pudor femenino". Pensó en ese momento, que el único al que dejaría ver ese pudor, era a Marimo, incluso si era él mismo, al que más quisiera ocultárselo.
Luego pensó en sus compañeros. Luffy, Marimo, Nami-swan, Robin-chwan, Chopper, Usopp, Brook, Franky... No llevaba mucho tiempo lejos de ellos, pero los extrañaba. ¿Como estaría el Sunny? ¿Lo habría confiscado la marina? De repente se puso a llorar a sus anchas, se le arruinó el maquillaje y el cabello. Las otras okamas lo rodearon, y sin muchas vueltas explicó entre sollozos- Me separaron de mis compañeros y los extraño, estoy muy preocupado por ellos- todas enternecidas, lo mimaron durante un largo rato hasta que volvió a quedarse dormido. Entre sueños murmuraba -debo volver- sin embargo, cuando se levantó parecía haber olvidado su propósito y sólo se dejó llevar por su recién descubierto y femenino corazón.
Comenzó a llevarse bien con las otras e incluso les habló de Marimo, de los otros también, pero más de Marimo. Tal vez porque con él tenía más recuerdos que con los otros, por eso de que siempre estaban peleando. Comenzó entonces a descubrir su gusto por la ropa de telas suaves, el maquillaje y los horóscopos.
Todo iba con relativa calma hasta que la reina regresó. Iván-san le mostró el periódico y entonces supo que podría seguir siendo la hermosa dama que era en ese momento, por dos años más. Planeaba dejar crecer su cabello, entrenar, y usar ropa hermosa durante esos dos años.
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