~ Capítulo 2: Dueño.~
Sebastián regresó al Inframundo y esperar a que otra alma llena de sed de venganza lo llamara para hacer un contrato y devorar el alma del nuevo vengador. Sin embargo, sigue aquella frustración de no poder devorar aquella alma llena de odio y sentimientos impuros. Ciel es diferente a las demás almas, está no contenía sentimientos repugnantes. Aquel niño terminó contagiado de lo que repudia. En las últimas misiones tenía la compasión hacia los enemigos y tristeza por esas personas cercanas, además en el fondo le sigue doliendo aquella bofetada que le dio en la muerte del policía. Una parte se alegra de haber dejado un contrato donde sólo lo humillaban y todo por una venganza, viendo desde otro punto de vista, le parece estúpida.
Por otro lado, extrañada el alma de Ciel, por unos momentos se sintió mal en haber dejado escapar un alma como aquella. Muy diferente a las demás, como ya sea dicho. Esperada encontrar un alma igual a la de Ciel, así será fácil olvidar a ese niño malcriado y que no sabe hacer nada sin su ayuda. Se imaginó que debe estar buscando la manera de regresar a Inglaterra, pero él sabe que no es buena idea regresar en el momento porque Ash destruirá todo el país en llamas.
Una buena cena se servida en la noche. Varias lamas exquisitas habrá. Los demonios saldrán para tomar unas de ella, aunque sabe que ahí estará los Shinigamis. Puede ser que encuentra un nuevo amo. Seguía sumido en sus pensamientos hasta que uno de los demonios interrumpió los pensamientos.
—Hola, Sebastián. —Lo llamó por su nuevo nombre— ¿Por qué estás aquí en el Inframundo? —Preguntó— No tenías una nueva víctima que devorar su alma.
—Sí. —Asintió— Pero esta alma terminó siendo débil como las otras que he devorado. En el principio era exquisita para cualquier demonio, pero terminó siendo una mala idea.
—No entiendo, pero si fue la decisión que tomaste la comprendo. —Dijo serio— Uno de los demonios hizo un contrato con un humano hace poco tiempo.
—No me interesa. —Contestó fríamente— Esta noche los Shinigamis harán su trabajo, pero nosotros estaremos ahí para tomar algunas almas.
—Venía por ti. Vamos a la tierra para tener un banquete especial.
—Me parece una excelente idea. —Levanta aquellos ánimos y su humor vuelve— Vamos a ayudar a los Shinigamis o mejor aún quitemos algunas almas de sus listas. —Sonrió.
Sebastián y el demonio cruzaron un portal, aparecieron en Inglaterra, pero no como su forma demoniaca sino como simples humanos. Siendo de mañana observaron que algunas casas siguen en llamas y otras se destruían. Pudo ver algunos de sus compañeros demoniacos devorar las almas de personas. Muchos manjares para escoger en el momento, pero ninguno le apetece. Ningún alma y ni siquiera su sangre tienen esa exquisitez como la de su antiguo amo. En su transcurso por Inglaterra pocas alamas fueron de su agrado, pero sigue insatisfecho. Siguió su camino hasta que alguien se cruzó en su camino.
— ¡Sebastián! —Se aventó el Shinigami de cabellera carmesí hacia el demonio con tanta alegría de siempre. Éste simplemente lo esquivó y terminara su cara en el suelo— ¡Ay! —exclamó.
— ¿Qué quieres conmigo, Grell? —Preguntó sin ánimos— Ya terminaste con todas tus almas.
—Así es. —Se levanta del suelo y limpia el polvo de su ropa— ¿Por qué no estás con tu joven? —preguntó ahora el Shinigami sabe que el demonio frente a él deja a su amo solo y menos en la situación que pasa en Inglaterra.
—He roto mi contrato.
—Vaya —dijo— Me pareció extraño no verte con él, pero lo entiendo ahora. Sabes hay un nuevo Rey de Inglaterra.
— ¿Quién? —preguntó curioso.
—Yo. —contestó Ash.
Giraron para encontrarse con el ángel y en sus brazos lleva el cuerpo de un joven. El demonio reconoció aquel cuerpo, Ciel, su antiguo amo en brazos de una escoria de ángel. No mostró sentimiento alguno, sólo se sorprendió por ver que logró regresar a Inglaterra para encontrar un terrible destino.
—Lograste tu objetivo, Ash. —habló Sebastián con tanta seriedad.
—Sí. —Afirmó— Ciel Phantomhive ha muerto como un traidor y yo me convertí en Rey de Inglaterra.
—Que bien. —Contestó. Dio vuelta para seguir su camino, pero se detuvo por una pregunta que le hizo aquel ángel.
— ¿No quieres el alma y cuerpo de tu amo?
—Su alma no vale la pena y quiero corregirte que yo no tuve ningún amo nunca. —esa voz tan fría hizo que todo lo dicho es verdad. Siguió su camino esperando almas deliciosas.
— ¡Espera, Sebastián! —corrió el Shinigami atrás del demonio.
El ángel rio malévolamente por saber que Sebastián no tenía interés alguno por el antiguo amo. Logró sus objetivos, se convirtió en Rey de Inglaterra y mató al último Phantomhive. Miró al joven que lleva en sus brazos, admirando una belleza que sólo la familia posee. Lástima que el padre se negó y ahora este joven haría lo mismo. Ninguno de ellos fue digno de estar con él. Besó los labios del niño y al separarse de tan maravillosa experiencia, fue el primero en besar labios tan puros. Pero los sintió raros, como si no fueran los mismos que se imaginó. No le importó, él logró que aquel Phantomhive no fuera de nadie y menos de un demonio como Sebastián Michaelis.
—Mi tercer objetivo quedó hecho. Ahora debo deshacerme de tu cuerpo, aunque me duela en perder una belleza incomparable.
Se lleva en brazos al joven, pensaría en que hará con el cuerpo, una parte dice que no se deshaga de él y la otra parte quiere ocultar el cuerpo fingiendo que se deshizo personalmente, pero debe hacer cumplir la nueva ley. Su reinado comenzara.
En uno de los edificios que sigue en pie, se encuentra otro demonio, su mirada dorada observó y escuchó lo que pasó entre Ash y Sebastián. Una sonrisa apareció en su rostro, el plan funcionó, pero ya sabe el cuidado que debe tener con aquel ángel. Comprendió las intenciones, pero averiguara el interés porque ese beso no fue por impulso sino por el deseo de tenerlo a la merced. Su joven amo sigue dormido en su nuevo hogar, regresara de Francia, pero no informara del todo lo que vio en el lugar. Claude vio alguna información de utilidad para la futura venganza de su amo. Ya teniendo todo se dirigió a Francia, el escondite perfecto y donde se planeada la muerte del ahora Rey de Inglaterra.
A los siguientes días se hizo el festejo del nuevo Rey de Inglaterra, en las calles se escuchaban los gritos de l multitud y las alabanzas diciendo a todo pulmón ¡Viva el Rey de Inglaterra! ¡Viva Ash Landers!, en las calles que recorría de Inglaterra gritaban con alegría por haber dejado un hombre fiel de la antigua Reina Victoria. Todos odian y repudian el apellido Phantomhive por haber matado a su majestad, las empresas de la familia mencionada se le dieron al segundo perro guardián de la Reina y que ahora debe resolver casos para el nuevo rey. Aunque, esta familia hace poco hizo contrato con un demonio o el heredo lo hizo con tal de seguir con vida y completar su misión.
Mientras en Francia el joven príncipe se recupera de las heridas de bala. Varios meses le costó la recuperación, pero con los mejores médicos a su lado y Claude logró una recuperación del 100%. Al instante comenzó a cambiar la forma de estudios, debe matar a Ciel Phantomhive a cualquier costo, tiene que dejar atrás el pasado y su verdadera identidad.
Los sirvientes no se le acercaban a él y ni lo tocaban porque recibía un castigo. El único que puede estar a su lado es el nuevo mayordomo. Quien hace todo lo que su amo le pida. Los Reyes estaban felices con el mayordomo que le salvó la vida a su hijo que corrieron a muchos del servicio y dejaron muy poca gente. Claude llegó a convertirse en la mano derecha de los Reyes y Príncipe, siendo amado por todos, quienes lo conocían tomaban confianza en él.
~Diez años después~
El mayordomo de ojos dorados arreglaba a su amo, viéndolo de negro completo. Así el reino se vestía de aquel color de tristeza. El Rey y la Reina de Francia murieron en un accidente en un carruaje con destino a una cena de un duque, pero los hallaron muertos. Listos todos hicieron un recorrido por las calles de Paris con los ataúdes de oro y diamantes, los carruajes adornados con flores que resaltaban y siendo halado por caballos pura sangre. Por atrás un carruaje lleva a su hijo y heredero, el próximo Rey de Francia. Detrás de él la guardia y soldados de confianza eterna.
Lágrimas y silencio del pueblo, ni un ruido y movimiento de la gente. La brisa es lo único que da movimiento. Se llevó una misa y el entierro muchos regalos de la realeza. La mirada del adulto es seria, su mayordomo acompañándolo en todo momento. Terminando la conmoración se dirigieron al Reino donde el resto del día se cumplió las órdenes.
Después de pasar el luto de la muerte de los Reyes de Francia se lleva la coronación, nombrando a Marius Valois el nuevo Rey de Francia o quisiera decir Ciel Phantomhive, el Rey Usurpador de Francia. Todos claman su nombre e hicieron una enorme fiesta durante una semana completa gritando con orgullo el nombre de su Monarca.
El joven comenzó a dar órdenes y escuchando propuestas, pero las únicas propuestas que tomaba en cuenta son las de Claude. Desconfiaba de todos los sirvientes y el único que le da la atención es al demonio. Durante los primeros cinco meses hizo que Francia fuese mejorando en Infraestructura, economía, vivienda, entre muchas situaciones sociales. Las prisiones llenas de prisioneros que pagan sus crímenes. Sin duda la monarquía de Ciel es de los mejores. En lo más profundo espera su venganza contra aquellos que ahora están en Inglaterra.
Un día se encuentra ellos subiendo a un barco, la gente se despide de su Rey. Él fingiendo una sonrisa se despide de su pueblo. Acompañado de su mayordomo. La gente espera que su monarca haga lo posible que no hicieron sus padres hace 10 años atrás, cuando empezaron los problemas.
En el barco le dieron su propia habitación al Rey. El mayordomo demoniaco alista a su amo, llegaran a su destino en la noche. Es hora de los espera. Ya estando listo tanto el Rey como el mayordomo se dispusieron a salir y apreciar las olas, solo se encuentran ellos presentes, ninguno di9ce palabra alguna, pero uno de ellos rompe el silencio.
— ¿Cómo se siente amo? —Preguntó Claude— Después de diez años regresa a su hogar.
—Ya no es más mi hogar. —Contestó en un tono frio— Siendo sincero lo único que siento es sed de venganza de todos los que alguna vez conocí. —Voltea a observar a su mayordomo— Contare con que no me dejaras en ningún momento y me ayudaras a culminar mi venganza.
—Se lo prometí hace años atrás. Yo le ayudare en todo momento.
—Entonces daré mi orden. Al llegar a Inglaterra averiguaras todo acerca de las personas cercanas a mí hasta del Rey de Inglaterra. —dijo serio.
Se arrodilló ante su amo, tomó su mano y la besó, su mirada se dirigió hacia la de él, encontrándose las dos. Sus ojos dorados cambiaron a un tono rosado y una sonrisa esbozo en su rostro.
—Yes mi Lord. —contestó.
La venganza de Ciel comienza.
El reencuentro con Sebastián será muy pronto.