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Libro 1. Nacimiento de un pecado. por reydelosPK2

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Oscuridad


Los olimpos simplemente temblaron, no por furia, solo por el despertar de sus dioses. Y es que en el aburrimiento de la monotonía de sus vidas longevas. Lo acontecido era digno de llamar su atención.


-¡Que preciosa!- dijo una diosa oscura a una de luz al toparse en medio de la nada.


-Hola querida y ¿cómo te va?


-Igual que siempre… “aburrida”. Muertes por aquí, muertes por halla. Traiciones, desengaños y más… es como mirar una novela que de tanto girar en la trama el final pierde sentido. Los mortales son muy tontos… no viven sin guerras, sin traiciones, siempre haciéndose las víctimas.


-Sí… lo entiendo… yo también me aburro de ver tanto sexo desenfrenado… que llamen amor a todo y a nada… en fin… soy una diosa de luz y me fascina el amor pero amor como amor… creo que ya no existe y este loco que de la nada pone en evidencia su teoría.


-¿te refieres a él cierto?-interrogo la diosa oscura, pues sí. Ese dios era la causa de sus despertares. Él y su juego… todos lo vieron y siguieron el tonto juego del dios por medio de sus esferas. Supuso que la más afectada fue esa diosa que ya ni uñas tenía por comérselas todas.


Suspiraron


Fuera del momento cómico y entretenido que pasaron por las ocurrencias el dios oscuro, esto ya tocaba un punto crítico al verlo enfermo y notar el nacimiento de esa cosa… Un pecado.


-Está muriendo…-Dijo la diosa oscura a la diosa de luz


-Bueno no me extraña. Rompió su esencia cuando se metió con el mortal… Los dioses no pueden amar… no somos mortales para reproducirnos, somos la acumulación de energías. No necesitamos nada más que absorber las energías para existir y así evitar que las dimensiones colapsen por la sobre acumulación de energías. No necesitamos reproducirnos… eso no es digno de un dios. Eso es típico de un mortal. Obvio que terminará siendo mortal y morirá enfermo por la falta de energía.


-Tiene razón- repuso la oscura. Sin importar ser dioses de luz u oscuridad, debían respetar y mantener el orden, los dioses no aman, no envidian, no odian. Simplemente están allí para absorber las energías y mantener el equilibrio en todas las dimensiones y sus versiones.


Los que cambian la historia, los que producen guerra. Los que prevalecen en la historia son los mortales por tener emociones y sacarlas a flote en sus pasiones. Los dioses solo son espectadores que absorben las energías excesivas de las dimensiones para evitar su colapso.


Solo se dividían en dos grupos: dioses de luz y dioses de oscuridad. De estos algunos tocaron los mundos mortales y fueron llamados por estos Dioses del amor, la guerra, la muerte… en fin cada cultura con su folklore. Muchos de estos privilegiaron a humanos con dones y estos se hicieron llamar sus hijos, muchos de estos se atribuyeron sus títulos y causaron estragos en la historia. Quizás por ello hacia tanto que dejaron de meterse en las diversas dimensiones. Los mortales no podían girar en torno a los dioses, los mortales debían girar en torno a ellos mismos.


Ambas diosas caminaron en dirección de sus olimpos. Deseaban ir a ver al dios, pero ahora que recordaban sus rolles solo lo abandonarían aunque…


La diosa oscura giro a ver en la dirección del olimpo del dios enfermo como lo llamaban. Sus largos mechones blancos flotantes ajenos a la gravedad, cubrían sus tres ojos, pero luego los dejaban al descubierto. Miraba, quizás era empatía o solo curiosidad. Pero sintió lastima por el dios, por los hijos de este y miedo por el nuevo que se veía creando. Toco su pecho… los comenzaba a contagiar o solo era su imaginación. Giro ignorando ese olimpo. Era una diosa, los dioses no necesitan emociones, solo seguir sus roles. Marcho a su olimpo. El dios estaba solo y si moriría. Moriría solo bajo su propio peso, los dioses restantes mantendrían el equilibrio hasta la llegada del nuevo dios que se iba formando.



Todos quedaron mudos al ver a Yuuri con los brazos quemados y aun así, en ellos el cuerpo de Wolfram.


Sin duda un golpe bajo…  Después de oír la historia Todos se miraron y miraron el suelo. Todos en su momento vieron al hombre regordete de las caballerizas… todos y ninguno le prestó atención, lo miro o se preguntó que quizás era ese hombre Wolfram y resulto serlo.


Pero de todos el más afectados fue Yuuri que prácticamente dejo de hablar.


Le miraron sentado al lado de esa máquina donde se conservaba su cuerpo. Tanto Gisela como Anissina no pudieron ayudarlo. Ese cuerpo carecía de corazón… Murata recordó que el hijo mayor del dios tenia consigo el corazón de Wolfram, sin ese corazón no lograrían nada. Y aun logran obtener el corazón estaba la duda de si el rubio volvería a la vida o no.


-Maou…-Llamo Conrad esperanzado en que su ahijado le recriminara por no llamarlo por su nombre y es que sin importar los años jamás pudo hacerlo. No ocurrió.


-…-Yuuri no respondió nada, no tenía palabra alguna para responder, menos para exigir que lo llamaran por su nombre… ni siquiera le escucho bien. Simplemente le pareció que hablar perdía sentido… Dijo todo lo que tenía que decir. Y lo que debía decir solo deseaba decirlo si él lo llegaba a oír.  


Miro el cuerpo del rubio… ¡Qué manera de tenerlo de regreso! Vivo seria lo idóneo pero al menos ya estaba en casa. Apoyo sus manos contra el cristal de esa máquina. Estaban juntos… Entonces ¿por qué estaba más deprimido que nunca?


Quizás por ser el estúpido que aseguro encontraría a Wolfram y se dejó engañar por una mujer del mal mundo. Quizás porque pese a tenerlo frente a sus ojos no fue capaz de reconocerlo… quizás porque al final pese a tener el cuerpo de Wolfram no tenía nada y lo peor es que realmente lo había lastimado tanto… de tantas formas


“Yo te amaba… pero ya no quiero hacerlo… ”


Esas palabras lo destruyeron por completo, no tenía con que refutarlas y ahora ni a quien refutarlas.


¿Con que cara vas y le pides perdón a alguien que sufrió un calvario por protegerte y cuando tuvo la oportunidad de volver a tu lado… tu no lo pudiste reconocer?


“Que bien la hiciste Yuuri…”


Se juzgó severamente, apretando sus puños furioso. Mil cosas pasaban por su cabeza:


Quizás podría regresarlo a la vida si recuperaba su corazón. Pero de volverlo a la vida: ¿El rubio sería capaz de perdonarlo?… no supo responderse. Y si no lo perdonaba y se marchaba… ¿Seria él capaz de dejarlo ir? Ya se imaginaba poniéndole todo tipo de trabas para que no lo dejara… Lo necesitaba.


El amor era complicado y más que nada, fuera de ser complicado era egoísta. A lo menos su amor. Apretaba los puños de solo pensar… Le miro y rio… ¿qué demonios pensaba?… ese sería el mejor escenario al actual era aterrador.


“Primero es…”


No supo. Solo cerró los ojos.


Lo mejor sería regresar al pasado, volver a esos años de felicidad, su mente ponía en orden cada recuerdo, como si los depositara en una balanza para saber si los momentos felices pesaban más que los amargos:


-¡Un hijo…!-exclamo Yuuri retrocediendo y cayendo al suelo por la impresión- Pero… ¿Cómo?- sintió un golpe en su hombro de parte de Wolfram


-¡¿Aun preguntas cómo?!-Renegaba el rubio- ¿qué esperabas después de todo lo que hemos hechos?!Te matare si dudas de la paternidad de nuestro hijo!- Salía con nuevas amenazas


-…- Yuuri quedo callado. Era verdad. Suspiro, después de todo lo que habían hecho era lógico que Wolfram quedara embarazado. De la impresión a la felicidad. Yuuri comenzaba a sonreír ¡Un hijo! ¡Tendría un hijo!- ¡Debemos acelerar el matrimonio, no podemos esperar seis meses!- renegaba Yuuri conociendo los chismes de pueblo, de seguro dirían que era un matrimonio por obligación y no lo era. Planearon casarse antes de que supieran del niño.


-¡NOOOO!-Grito Wolfram molesto- eh esperado más de 12 años por este momentos- dijo serio mirando a Yuuri- nuestra boda debe ser perfecta, no permitiré que aceleres las cosas, nos casaremos después que nazca él bebe… ni loco me casare embarazado- repuso mirando su traje, pues dudaba que ni acelerando la boda para mañana entrara en él. Después de dar a luz se pondría adieta. Debía lucir radiante para su boda.


-Pero…- se quejó Yuuri mirando a Wolfram- no quiero que mi hijo nazca fuera del matrimonio-jalo del uniforme al rubio para que este le prestara a tención. Wolfram le miro serio y molesto


-¡Yuuri no planeo parecer una piñata!- exclamo quitándole nuevamente el traje de bodas, dando a entender la principal razón de su negativa. Que va, si era Wolfram quien más desesperación tenía en casarse, espero ese momento por más de 12 años. Pero ahora mismo no le parecía lógico casarse y ser enmarado en el salón real como una piñata de blanco. No… que clase de ejemplo daría a su hijo o hija.


Suspiraron… al mismo tiempo y se miraron.


-Luego discutimos eso… ahora a informa a tus hermanos- repuso Yuuri tranquilo. La verdad jamás esperaría la mirara asesina de Gwendal. Pero bueno… era el hermano mayor. Pero lo descarado que era Wolfram, eso sin duda dejo a todos sin palabras.



-¡Soy un soldado!-renegaba el rubio tratando de abrir esa puerta, pues Yuuri le había echado llave.


-¡No me importa!-Grito Yuuri desde el otro lado- ¡No puedes acompañarnos en tu estado! Serán cuatro días de cabalgata. ¡Piensa en nuestro hijo!


-¡Maldito infiel! Seguro te conseguiste a otra persona para hacerte el….- Yuuri se escondía entre sus rodillas y cubría feroz sus oídos por la vergüenza mientas Gwendal seguía mirándolo con desprecio y Conrad… bueno él y su eterna sonrisa, aunque ahora era forzada. Si antes se sentían incomodos por las escenas de celo de su hermanito, ahora estaban más incomodos por su falta de discreción de lo que hacía con su prometido, la vida íntima de la pareja real parecía publica con tantos gritos y reclamos por parte del rubio.



En su soledad rio, mirando al rubio dormido en la maquina… Dedujo que su relación se basaba en momentos tontos. Si no eran los celos irracionales de Wolfram, era su franqueza que no media consecuencias. En qué momento se enamoró del rubio…


Quizás:


-¡Yuuri!-Grito en plena tormenta mirándolo fijamente. Jamás lo vio tan molesto, pero aunque se hallaba justificado, no tenía por qué hacerlo, no era propio de Yuuri matar personas por más malas que fueran.


-¡Yuuuri!-Le grito nuevamente peleando contra el viento para llegar a la cima y de la nada saltarle encima- ¡Despierta de una vez! ¡Realmente quieres esto! ¡Realmente vas a amatar a estas personas ¿por qué sí?!... ¡Yuuri!- le seguían gritando mientras por su fuerza era expulsado lejos de su lado- Yuu…ri…- se oyó en la cabeza del azabache que lentamente comenzó a recuperar el control y le vio. En medio de toda esa oscuridad, en medio de la rabia pudo oír su voz y reconocerlo. Agacho su cabeza y comprendió que pese a ser el Maou, no podría hacerlo solo. Necesitaba a sus amigos, necesitaba a Wolfram que aparentar ser el más inmaduro que todos, y sin embargo era quien se mantenía firme y lo traía nuevamente en sí.


Era verdad que el físico no importaba, pero cuando lo volvió a ver… No era el Wolfram que conoció. Quien se desvivía por estar a su lado, quien en el pasado simplemente le hubiera jalado de la oreja al verlo engañándolo con otra persona. Simplemente ya no era su Wolfram.


Más de 85 años lejos de su lado… solo compartieron 14 años de sus vidas… 85 años pesaban, y pesaban mucho. 85 que le dejo padecer un calvario… tanto así que el mismo lo dijo… ya no creía en su amor, en el amor. Tanto tiempo que su mirada ya no buscaba la suya, solo la nada.


85 años que Yuuri vivió esperándolo, extrañándolo pero viviendo entre lujos, sin carencia, con la familia del rubio apoyándolo. Si, si lo fue a buscar en diversos mundos, eso era consuelo pero…  era un lecho de rosas comparado al rubio vivió “Un infierno por él…” su mirada apagada delataba la de alguien adormecido por el dolor… 85 años pesan y destruyen, más si encaras el desamor como la cereza del pastel de la cruda realidad.


Guerra…


Debió obedecer al dios y darle algún conflicto, sacrificar a su gente… (Rio) de verdad había quienes merecían ser sacrificados. La paz no solo da prosperidad sino también les da ambición y corrupción.  La pobreza no se erradica con la paz, la trata de personas no se erradica con la paz… era la cruda realidad. La maldad no desaparecer con la paz. A veces las guerras hacen valorar acciones simples, sentimientos tontos. Fortalecen lazos, encajan un solo objetivo a masas colectivas. Es verdad hay dolor, hay sufrimiento pero en medio de todo eso hay una esperanza tan destellante esperando una mañana mejor con tus seres queridos. No la desilusión de la paz y la deshumanización por causa del poder y los lujos, hijos olvidando a padres por el placer mundano. Madres abandonando hogares, padres con tiempo de sobra que dedican al alcohol…


¿Por qué será que en la guerra vemos más actos sangrientos pero a su vez compensan los actos de empatía desinteresada? ¿Por qué en la paz solo veo la farsa de la etiqueta social, sus normas y bajo la mesa las historias de engaños y traiciones? ¿Algo bueno de la paz? Muchas cosas buenas, pero cada día más escasas y maquilladas con segundas intenciones.


Yuuri lo comenzaba a ver así… lentamente la paz comenzaba a parecerle una enfermedad y justificaba la guerra como una necesidad para su pueblo y su renacimiento.


-Wolfram…- susurro el nombre de su amado después de días mudo y a su lado. Después de días sin comer solo contemplándolo- no me puedo rendir…- se exigió comprendiendo que el letargo no era la solución. ¿Qué clase de rey seria si perdía  a su persona amada por culpa de ese dios otra vez?…


En la oscuridad no lo podía dejar, menos dejarlo creer la tontería de que el amor no existía, de que todo fue una mentira y todo lo que vivieron junto, todo lo que sufrió… no sirvió de nada.


Se puso de pie y mirándolo fijamente prosiguió. Estaba determinado y lo haría.


De la nada todo el castillo se iluminaba. El Maou liberaba todo su poder que ascendía al cielo mismo y cambiaba el color de las nubes de blancas a grises y la lluvia caía por todos los reinos.


Todos miraron el poder que hacía mucho no presenciaban y ya casi olvidaban. Reconocieron al Maou. Recordaron quien fue el hombre capaz de traer la paz. Después de verlo dormido por muchos años y sobreestimado al fin recordaron porque era temido y respetado. Estaba enojado y triste… sus emociones y sus lágrimas cayeron cual lluvia en todos los reinos.


Varios se arrodillaron reconociendo a su rey, otros solo agacharon al cabeza comprendiendo sus faltas. Otros se escondieron bajo sus casas. Todos en ese mundo nuevamente creyeron y temieron el poder del Maou, pues anunciaba un castigo.


Todos en ese pueblo miraron a Ana y está bajo la cabeza. En nombre del Maou mañana seria ejecutada y su cabeza enviada al Maou para apaciguar su cólera.



El dios miro esa esfera al lado de sus hijos. Era clara la intención del Maou. Era una invitación a hablar como hombres, quizás su último intento de recuperar al insolente.


-Papá-llamo El primogénito del dios, Euj. Mirándolo fijamente y mirando el estado del cuerpo de su padre. Se suponía que debía morir en miles de años pero… Su cuerpo estaba oscureciéndose demasiado rápido, a este paso solo viviría algunos años. Se le acerco y tomo del hombro- déjame esto a mí- propuso, más el dios negó con la cabeza mirándolo indiferente como siempre, con la típica indiferencia que un dios manifestaba con los que no consideraba a su nivel.  Para su desgracia la cosa esa en apariencia similar a ellos se comió tres esferas en su último descaro por fastidiar al dios y dejó como mensaje la siguiente frase:


“Un año te doy… un año para recuperarlo y morir o Un año para matarlos y vivir…”


Como si fuera un dios verdadero se atrevió a amenazarlo y ponerle condiciones. Condiciones que se volvían verídicas.


-Insolente- dijo el mayor con las llamas flameantes emergiendo de sus manos


El dios miraba a su hijo mayor lleno de rabia e impotencia de no poder destruir a ese ser  


-Euj-Llamo y su hijo giro a verle- Aunque quiera ser un dios, sin el corazón no lo lograra- repuso el dios y Euj comprendió rápidamente y sin hacerse de espera hizo algo abominable para sus hermanos, pero necesario para él.


Simplemente materializo nuevamente el corazón de su madre en su mano derecha y de un solo movimiento se lo comió.


-¡Listo! Quiero verle tratar de quitarme el corazón- dijo confiado sentándose en uno de los pilares del castillo donde vivieron su infancia.


-¡Eres un cerdo!-Le critico Jue con cara de asco. Mientras acomodaba su cabellera rojiza. Y miraba a Jeu jalando la manga de Euj señalándose. Un largo suspiro soltó la segunda hija del dios Jue, su hermano menor pedía parte del corazón ya devorado por Euj, como si se tratase de golosinas.   


El mayor acaricio la cabeza del menor y dijo con tono tierno a su hermano:


-Ahora no, pero si llego a morir, tienes mi permiso de comerme y con ello también te comerás el corazón de mamá.


Los ojos de Jue se abrían a más no poder por oír las palabras de su hermano. Lo miraba incrédula comprendiendo que quizás las cosas estaban más críticas de lo que ella alcanzaba a ver.  


“Si muero” resonó en su pecho y una especie de lagrima quiso salir, mas no la dejo. Pudo sentir con miedo la sensación de soledad… sensación que jamás experimento pues desde su nacimiento jamás estuvo sola… aun cuando cada uno jalaba por su lado siempre sabían dónde encontrarse, siempre tenían a su madre como punto de reunión, de calma y reconciliación.


Ahora sentía que su hermano y su padre ocultaban tanto si eran iguales… lentamente comprendió lo que de niños marco la diferencia en su aspecto: no eran iguales. El mayor era el más fuerte por alimentarse como debía de su madre y padre. La segunda con menor energía y el tercero apenas si probo de su madre. De la nada miro a su padre desaparecer por causa del llamado del Maou. Miro a su hermano desaparecer y cuando ellos dos quisieron desaparecer del olimpo y seguirlos… no lo lograron. Ambos estaban atrapados en el olimpo como alguna vez lo estuvo su madre. Se miraron y el menor pasó a abrazarla con fuerza pues tenía miedo, ambos pertenecían al olimpo y estaban solos. Siendo poderosos estaban solos y desprotegidos sin ninguno de sus padres, sin su hermano mayor.



Euj miro fijamente a su padre y este le miro también. Las palabras no eran necesarias para ellos. Comprendían lo que harían, lo que debían hacer para mantener lo que querían y de la forma que querían.


Todos sintieron el poder del dios y se miraron asombrados pues este ya no era tan imponente como solían recordar.


Yuuri mismo frunció el ceño extrañado.


Todos miraron al dios acompañado de su hijo mayor.


-¡Regresa el corazón de Wolfram y revivirlo!-Fueron claras y nítidas las exigencias de Yuuri al dios. El dios rio sutilmente y negó con la cabeza.


-Perdió el juego… aposto su libertad y su vida misma en que tú lo reconocerías y le jurarías amor eterno con un simple beso de amor verdadero. Fallaste- fue directo al punto y Yuuri trago en seco, pues era verdad- le deje disfrutar unos meses de este mundo y ahora solo vengo por su cuerpo para regresarlo al olimpo donde pertenece.


Yuuri empuño las manos, aunque fuera verdad no lo aceptaría


-El no pertenece al olimpo. El pertenece a Shin Makoku, con su familia, con sus hermanos, con su madre. ¡Si! Es verdad que yo me equivoque y pagare el precio que pidas, pero él se quedara aquí, en su hogar, ¡en su mundo!


El dios miraba atento a ese hombre, al rey desobediente y al hijo del rey y el insolente. Ambos parecían decididos a dar todo por ver de regreso a su madre.


Giro a ver a su primogénito Euj y este miraba serio a la familia de su madre. Difícil decisión, la petición del rey y la clara necesidad de sus hijos. Su pronta muerte y la amenaza que ya empezaba a manifestarse en esa dimensión con la clara intención de destruirlos.


-Maou- dijo el dios apareciendo un sillón para reposar su cuerpo, mientras su hijo se mantenía de pie y miraba atento a todos. El Maou estaba rodeado de sus guardias, de su sabio, acompañado de su hijo- en mi benevolencia te daré una oportunidad. He descubierto algo que interfiere con el equilibrio normal de este mundo y sus dimensiones hermanas, estaré ocupado reteniendo esta amenaza…-repuso y su hijo lo miro serio comprendiendo a donde iba su padre- Veras que mis hijos quieren a su madre, por tanto al final ellos también participaran y será el insolente quien tendrá que decidir al final- señalo a su hijo mayor y Yuuri lo miro fijamente, era verdad esos niños eran cadenas que podían separar a Wolfram de su lado – Maou, Tú conoces la existencia de otros mundos, mas no de sus dimensiones- dijo el dios extendiendo sus manos y revelando siete mundos idénticos entre sí pero diferentes. No era como la tierra y Shin Makoku o los otros mundos. Eran dimensiones alternas.


-Son siete dimensiones en las que cada persona se manifiesta cuando nace. Y al morir son el alma completa lista para su juicio. Siete dimensiones que representan las siete virtudes o los siete pecados que predominan en los mortales- dijo mirando cada una de estas dimensiones- en las siete su destino puede entrelazarse o no. caminaras en las seis dimensiones restantes en su cruce de destino y su final… traerás su alma y la unificaremos para restaurar el alma que tu contaminaste y así purificarla antes de darle su corazón.


El primogénito comprendió entonces que su padre buscaba purificar el alma de su madre usando sus otros yo, pero también sabía que esa cosa atravesó las dimensiones buscando contaminar esas almas. Sin duda buscaba nacer como un nuevo dios, pero aun no tenía la fuerza de derrotar a su padre, pero ya tenía 3 esferas que lo alimentarían y su padre tenía cuatro, pero ninguna lo alimentaba.


-Mi primogénito será quien te abra cada dimensión y vigile que no obstruyas el tiempo y espacio de esas dimensiones. Dependerás de él para regresar y solo el podrá cargar las almas que recolectes- formo una especie de anillos que entrego a su hijo: seis en total. Tienes un año. Ya despierto será el quien decida su destino.


-Maou- exclamo Conrad que miraba con malos ojos que Yuuri marchara solo a esas dimensiones con ese semidiós, que aun pareciéndose a Wolfram no lo era. Era el hijo del dios y Wolfram era obvio que podía traicionar a su ahijado. Gwendal le detuvo en su intento de ir donde el Maou y negó con la cabeza. Ellos tenían otro papel: proteger el reino en ausencia del Maou.



Ira caminaba por los diversos poblados y diferentes reinos. Miraba los corazones atormentados por la acción del Maou, sentía los movimientos del dios y oía sus intenciones por medios de ese corazón que su primogénito comió, esa alma era suya, aun no tenía el cuerpo, pero el cuerpo no era del todo necesario, solo el corazón.


Elevo su brazo señalando el cielo gris, varias mariposas y polillas negras comenzaron a volar alrededor de toda Shin Makoku. El pueblo temía al Maou y se sentía culpable, entonces sus miedos serian su instrumento y su obra seria la destrucción de esa dimensión completa de esa dimensión como añoraba su nuevo contenedor.


Era hora de que Shin Makoku recordara la oscuridad.


La oscuridad… de su corazón.


“! Quiero verlos sufrir y padecer el mismo infierno que viví! ¡Por mi vivieron en paz, tengo todo el derecho de verlos sufrir!”



-¡PORQUE DEBO MORIR YO! –Grito a todo pulmón Ana a su gente cuando le era puesta su cabeza sobre la guillotina- ¡SI LO ENGAÑE!- comenzó a llorar mientras veía a su verdugo trayendo un saco para ponérselo en la cabeza - SI ÉL LO HUBIERA AMADO DE VERDAD NO ME HUBIERA CONFUNDIDO CON ÉL. NO FUI LA ÚNICA QUE USURPO SU LUGAR. SI REALMENTE LO HUBIERA AMADO NO ME HUBIERA CONFUNDIDO CON EL… ¡¿POR QUÉ DEBO MORIR POR SU ERROR?! ¡EL NO ES PERFECTO COMO DICE SER, TAMPOCO UN SANTO… ME BESO Y ELIGIÓ POR SER BELLA… ESO NO ES AMOR ¿Y POR SU ERROR QUIERE MATARNOS? ¡ESO NO ES SER UN REY NOBLE, ES SER UN TIRANO! – Gritaba desesperada aun con el saco en la cabeza. Sus manos trataban de moverse pero estaban atadas a la guillotina. Cerró los ojos con fuerza esperando el filo de la cuchilla, pero este no llego.


-Es verdad- repuso Daniel, un noble que pasaba por ese pueblo para divertirse, pero jamás espero encontrar semejante escenario.


-¿Quién eres?-Exigió saber el regente de esas tierras de mal vivir.


-Brian Niels-repuso el hombre – Dueño de las tierras de Jord y de Feu. Tierras cercanas a Gran Cimaron y las tierras de fuego. Créanme que con mi dinero puedo comprar este pueblo de mal ver y a todos ustedes y dos descendencias. Pero ahora solo quiero saber ¿Cuánto por la hembra?-Repuso pues en toda su vida jamás vio una mujer tan bella y descarada como se hacía ver Dela. Le pareció divertida, lo malo era que Ana su hermana lo miraba fulminante, pero después suspiraba resignada.  


Después de pagar su peso en oro, simplemente el entregaron a la chica y cada quien comenzó a hacer sus cosas, si el Maou quería destruir ese pueblo… que lo hiciera, ellos ya no estarían en él.


-Gracias…-dijo algo afónico de tanto gritar.


-nada de gracias muchacha. Aquí nada es gratis: serás la criada- concluía Ana y Brian reía por las ocurrencias de su hermana. Pero su semblante se tornó serio comprendiendo que la guerra estaba cerca y así ocurría.



Daniel solo miro al frente y a su rey alistando sus cosas. A muchos reyes les pareció un insulto  la sobre exposición del Maou. Es decir, era verdad que el Maou era un soberano al cual debían la paz, pero no por tonterías del corazón iba a provocar una guerra, no sería ni el primero ni el último rey de la historia que perdía a alguien querido y no por eso retaban a la misma  muerte para recuperarlo, no por eso amenazaban con guerras. Era infantil.


El rey Demetrio, del reino Brand tomo su casco. Era un hombre de apariencia de 50 años, un demonio de tierras calientes, partirían a Shin Makoku, no solo él. Sino varios reyes de otras tierras y todos esperaban que los diez nobles principales también se hicieran presentes. La convocatoria era general para hablar con el Maou y hacerle entrar en razón.   



Simplemente salió del calabozo y miro la superficie por primera vez en cinco años y a su rey y padre Saqra. Marflow terminaba su castigo por intentar derrocar a su padre levantando a su reino en su contra. Sin embargo el reino mismo le temía tanto al loco rey que abandonaron sus intentos de ser libres hacia mucho y delataron a la princesa.


La joven rubia como solían ser los de tierra de fuego era descendiente de un Bielefeld de clase humilde, que según aseguraba era descendiente de Rufus Bielefeld, sin embargo su padre decía que su madre era un muerto de hambre que llego a su reino y resulto ser débil, tanto que murió apenas cumplido el año de vida de la niña.


Saqra miro fijamente a Marflow y esta lo miro sin miedo, pero con cansancio evidente. Llevaba días sin comer.


-Iremos a Shin Makoku. Hablaremos con el rey y mientras estemos allí: Quiero las cajas del Soushu-repuso sin rodeos- tráemelas y también las llaves


-¿Y si no lo hago?-Pregunto Marflow desafiante a su padre


-Si no lo haces… ¿Qué debería hacer si no lo haces?-Replico el rey de ojos azules y cabellera roja a su hija de cabellera marón y ojos azules.


Que podría motivar a su desobediente hija, se cuestionaba dándo vueltas alrededor de ella. Matarla seria fácil, pero aun no perfeccionaba los hechizos para dominar al Soushu y ella era su mejor conejillo de indias por ser su sangre. Una idea ilumino su cabeza.


-Mira niñita- le jalo del pelo- cocinare a un bebe por día si intentas desobedecer y se los daré a sus madres para que se lo coman- la soltó y Marflow asintió para luego retirarse a alistarse. Como noble nadie desconfiaría de ella dentro del castillo, era una buena herramienta para su padre. Suspiro mirando el cielo, le pareció extraño pero podía ver varias mariposas negras sobre su reino y al girar a ver a su padre de lejos… sobre su cuerpo cerca de cinco mariposas.  



En otros reinos comenzaron a sembrarse criterios negativos contra el Maou. ¿Quién era el Maou para dela noche a la mañana aterrarlos con semejante poder?. No era un rey, era un dictador, un ser que carecía de sus facultades mentales desde que el dios se llevó a su esposo al parecer de muchos. Y ahora buscaba conflicto con el dios y atormentaba a su reino… sin duda el mayor temor de todos era que el Maou sacara de quicio al dios y todos pagaran las consecuencias de su impudencia.


-No necesitamos un Maou- dijo el nuevo rey de Linsu- no necesitamos temer a un ser que solo gobierna con miedo y menos si provoca a un dios. El mismo propone democracia, pero su gobierno es una dictadura a base de miedos. Es un inmaduro que antepone sus emociones a sus deberes como rey. No necesitamos un Maou



Jue y Jeu miraron las mariposas y las polillas invadir el olimpo. Sin dudarlo la mayor uso un campo de hielo para encerrarse con su hermanito. Preferían congelarse y esperar a su padre a dejar que esas cosas los contaminaran.


-Tengo miedo…- dijo el menor abrazando a su hermana y esta le acaricio con dulzura, asemejando las caricias de su madre.


-Escucha…- susurro en su oído- si la protección de hielo llega a ceder…- le sonrió- cómeme como nuestro hermano se comió el corazón…- dijo comprendiendo que si debía elegir a alguien para huir del olimpo ese sería su hermanito, ambos no podrían por ser seres separados y débiles, pero juntos serian un ser similar a su hermano y podría abrir el olimpo y marchar.   


-Pero tú…- se negó el menor hundiendo su cabeza en el hombro de su hermana que aún lo abrazaba.


-Sera temporal. Cuando papa recupere el control, él nos separara y volveremos a ser una familia feliz. Veras que todo volverá a ser como antes- prometió convirtiéndose lentamente en hielo para reforzar la barrera, pero según pasaba el tiempo esta se rompía por el gran cumulo de mariposas negras.



Euj se paralizo y Yuuri le miro algo asustado. Llevaban unas semanas en esa dimensión y de la nada el chico de expresión de hiel manifestaba una expresión: susto. ¿Debía sentirse feliz, triste?  


Euj cerró los ojos y volvió a recuperar su compostura y siguió caminando cual ser invisible que solo Yuuri podía ver en esa dimensión buscando y buscando a Wolfram.


El dios abrió el olimpo y una fiera batalla se llevó a cabo, pero cuando concluyo era algo tarde. Miro el hielo romperse y en dentro al menor de sus hijos terminando de devorar a su hermana creciendo de un solo golpe para aparentar la edad de un joven adulto de 20 años.


-Papá-llamo el menor que ya no era tan menor y se acercó a su padre para ver que había perdido un brazo, pero este comenzaba a regenerarse.


Eran muy parecidos. Demasiado parecidos, ahora más pues al menor le nacía un tercer ojo por comerse a su hermana.


-esta vez pelearemos de verdad- dijo el dios a su hijo menor acariciando su cabellera y este asintió.  


El dios que se había resignado a morir, y pasar los últimos miles de años con lo que consideraba suyo. Ahora miraba a su tercer hijo devorando a su segunda hija para sobrevivir… sin duda dejaba de serle algo sin importancia que solo concernía a él y el Maou y los tontos juegos que se creaban para pasar el rato. Lentamente se tornaba personal, esa cosa que era el cumulo de energías negativas buscaba usar a sus hijos para generar guerras, entro al olimpo a intentar contaminarlos para usarlos como fichas de ajedrez. Podía esa cosa ser parte del alma de Wolfram, podía amarlo, pero jamás dejaría que lastimara a sus hijos.


Ira caminaba divertido. Había despertado la fiesta y todos parecían comenzar a bailar. Estaba algo triste de ver lejos de su alcance al Maou, pero seguro estaba que regresaría para el final… Su final. Después de todo era su fiesta, su gran baile… le debía una pieza.  


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