- Neko podrías hacerme un gran favor- le mira directamente a los ojos al pobre.
- s-si, ¿que quieres?- le pregunta y ella sonríe.
- veras... ¿podrías ayudarnos en eso de la revisión?- le pregunta con un deje de esperanza y malicia combinadas.
- ¿p-porque?- pregunta el gatito temeroso.
- por nada, solo que pensé que no llegaríamos a tiempo- le dice despreocupadamente y el gatito la mira algo desconfiada.
- es-esta bien- accede temeroso.
- por eso te quiero!- exclama feliz abrazando al gatito quien corresponde, hasta que capto un olor peculiar.
- neechan ángeles caídos- dice poniéndose un poquito serio separándose de la oji-gris, para tratar de saber de donde prevenía ese olor a caído.
Estaba cerca, muy cerca cerro los ojos y al abrirlos supo que venían de los ángeles blancos pero no estaba seguro se acerco a Marik pero ante de poder olfatearlo.
- ha ha ha, que te e dicho sobre oler a las personas Neko- dice la oji-gris después de chasquear los dedos con una pequeña sonrisa.
Si, Kami al chasquear los dedos elimino por completo el sentido del olfato de Neko quien se volteo a mirarla algo enojado y con el ceño levemente fruncido
- neechan, regresa me el olfato- le ordena a la oji-gris con el ceño fruncido.
- a donde se fue el gatito lindo y tímido de antes- dice con un tono burlón y algo de sorpresa fingida a lo que el peli-negro se sonroja.
- n-no importa, sa-sabes que no me gusta que te metas con mi olfato- dice tartamudeando un poco aun sonrojado.
- no lo haré, has sido un gatito malo- le reprocha la oji-gris a modo de juego.
- e-esto no es un juego- le dice Neko con un puchero de lo mas tierno.
- hai, hai- suspira resignada, chasqueando de nueva cuenta los dedos, devolviéndole el olfato al gatito, quien dando saltitos disfrutaba nuevamente los olores que percibía pero algo le extraño.
- ya no puedo olor a ángel caído- dice viendo a la oji-gris.
- no me mires así, solo has como que no aliste nada- dice encogiéndose de hombros restándole importancia.
- Kami-chan sera mejor irnos no crees- hablo Marik interrumpiendo en la conversación que entablaban los dos, aunque ya se dio terminada por el desinterés de la oji-gris.
- esta bien, Neko ¿te vienes?- pregunta mirando al mencionado este también la mira algo molesto, pero asiente ante su pregunta- Yugi si te sientes mal otra vez avisa y nos detendremos- le dice al tricolor con un deje de preocupación.
- si, no te preocupes Kami-chan- le dice el tricolor con una pequeña sonrisa.
- entonces... vamos!- dice y todos emprendieron vuelo una vez mas a casa, solo con la diferencia de que ahora iban rápido pero no tanto como antes.
Volaban tranquilamente, sintiendo el frío viento de la noche agolpar sus rostros, sus cabellos y ropajes se mecían con el viento suavemente. Inconscientemente Kami cerro los ojos disfrutando de la sensación que le daba el frío viento. Ese día era una maravillosa noche, no había estrellas surcando el cielo, estaba despejado sin una sola nube a la vista, dejando apreciar la magnificencia de la luna, se veía grande y mucho mas blanca que la noche anterior. Lastima que no se podía quedar a admirar la luna, tenían que llegar a casa, si no fuera por eso de seguro se queda hasta el amanecer “que bien se siente, quisiera quedarme a ver la luna” ese era el pensamiento de Kami el cual fue interrumpido por una baga duda se se formulo en su interior.
- Neko quisiera preguntarte algo- le dice abriendo los ojos, captando la atención del mencionado
- ¿q-que co-cosa?- pregunta el gatito viendo a la oji-gris y esta solo veía al frente.
- que hacías en el bosque si estabas haciendo la revisión- dice sin chista la oji-gri con un semblante entre pensativo y neutro.
El peli-negro se puso un tanto nervioso, abría la boca para decir algo pero inmediatamente la volvía a cerrar sin saber que decir, Kami solo se quedo callada esperando respuesta del otro. Por otro lado los ángeles blanco mantenían una pequeña charla sobre Neko.
- no creen que es raro- dice Marik captando la atención de todos.
- ¿a que te refieres Marik?- pregunta Joey en tono curioso.
- no lo se- dice tras un larguido suspiro.
- yo también lo siento así- alega Yugi viendo al peli-negro- el aura que lo rodea se siente igual a la de Kami-chan, un aura dulce y protectora con la calidez que siempre desprende de si- inconscientemente Yugi y a los demás ángeles se les formo una pequeña sonrisa.
- pero a diferencia de Kami-chan se siente un poco, solo un poquito mas fría- comenta Tristan recibiendo un asentimiento por parte de los demás.
Se quedaron en silenció cada quien metido en sus pensamiento sin plantearse ni por segundo que estaban ya muy cerca de casa y no fue hasta que Kami los llamo que volvieron a prestar atención a su alrededor. Descendieron al saberses ya en casa.
- ¿que les pasa chicos?- pregunta la oji-gris viéndolos una vez todos tocaron el piso- están muy callados-
- no es nada Kami-chan- dice Marik restándole importancia.
- esta bien- la oji-gris dejo el asunto así- ustedes pueden entrar si quieren- les dijo a lo cual ellos asistieron y entraron a casa, ahora la oji-gris dirigió su mirada hacia el gatito- aun no me has dicho que hacías en el bosque- le dijo con voz severa y el gatito empezó a sudar frío y a tartamudear cosa incoherentes viendo que la chica fruncía el ceño decidió hablar, o mejor dicho trato de hablar sin tartamudear.
- es que viniendo hacia acá ya que era la ultima casa que tenia que revisa me perdí y no podía orientarme bien... fue ahí que percibí tu olor lo seguí y te encontré- confiesa el gatito bajando las orejitas y la colita con tristeza.
La oji-gris al notarlo le acaricio la cabeza Neko la miro y pudo apreciar una linda sonrisa que adornaba el rostro de la oji-gris, que rápidamente logro contagiarle y se colgó a ella en un abrazo que ella correspondió, recibió un “entremos” de la chica y aun abrazado a ella los dos entraron a la casa de los ángeles blancos, con una sonrisa dibujada en sus rostros.