la novia de jongin. kristal era una Junior, de la variedad popular. Ella jugó el hockey sobre hierba y ella era una porrista de fútbol y baloncesto. También fue, en mi opinión, una idiota insufrible del más alto calibre.
_Bueno, puedo dar fe, en mi capacidad oficial como un hombre gay_ bromeé _que tú, jongin, tienes un gran culo. Me atrevería a decir que es tu mejor característica._
Jongin se rió de esto y me sonrió sin querer.
_Pero Kyungsoo no has visto todas mis características_ jongin dijo rápidamente. Se dio la vuelta sobre su espalda, apretó sus caderas y su paquete quedó en el aire, movió los pies debajo de las sábanas y llegó a apagar la luz, todo pasaba muy rápidamente y se escapó un latido de mi corazón.
A medida que la luz apagada envíaba a la habitación a la oscuridad, jongin se acomodó en su cama.
_Al menos, no lo has hecho todavía kyungsoo_ continuó. _buenas Noches._
En la oscuridad absoluta, mi mandíbula se apoyaba en mi pecho.
_Buenas Noches_ Grazné a través de mi garganta seca que se había olvidado de repente a hablar.
Podría haber sido cinco minutos o cinco años que pasaron en el oscuro silencio de la noche. No puedo contarlo con exactitud. Porque mi mente estaba hecha papilla. No podría haberme concentrado en nada en ese momento, si me lo pedían. Traté de darle sentido a todo lo que acababa de suceder, pero sigo viniendo al hecho de que no mas de cuatro pies de distancia de mí se encontraba un niño en su mayoría desnudo que sabía que yo era gay, parecía estar bien sabiendo aquello, y si no hubiera estado imaginando cosas, jongin insinuado cosas y coqueteando conmigo.
Tal vez se estaba poniendo en marcha la hora de torturar al marica de la clase. Tenía que ser eso. Pero, de alguna manera, desde el poco tiempo que había pasado con él, simplemente no podía creer que jongin sería el tipo de persona que juega ese juego. Pero tenía que ser eso.
La certeza se presentó después de un tiempo. Ni siquiera pude llegar a dormir, porque acabo de escuchar como jongin se volcó y daba vueltas en la cama frente a mí. Era obvio que estaba teniendo dificultades para encontrar una posición cómoda. Sus suspiros distraídos y cada vez más frustrados rompieron el silencio a intervalos cada vez más cortos. Por último, los puños golpearon la cama.
_A la mierda_ Dijo con determinación. _Simplemente no puedo. Amigo, lo siento. ¿Estás despierto?_
_¡¿esperas que duerma a través de esas acrobacias de ahí?_ bromeó.
_Lo siento. Escucha, no tomes esto a mal, no quiero decir nada, pero no puedo llegar a dormir a menos que ..._ Hizo una pausa y suspiró y continuó diciéndome sus pensamientos como en una carrera, _a menos que me la jale con la luz apagada o no dormire _
Las palabras _masturbarse y jalada_ quedaron flotando en el aire.
¿Qué se suponía que debía decir a eso? Decir que sí, y que parezca como si yo pudiera disfrutar de su auto placer sexual en mi presencia y salir como el chico gay típico después de la verga recta. Decir no, y ser el aguafiestas que no deja que su compañero de cuarto duerma. Pero él hizo la oferta, ¿verdad?
continuara...