Mientras Otabek se encontraba celebrando la victoria de Yuri, cierto Ruso les observaba con ira desde la comodidad de su sala junto a Markov quien hacia un tiempo logró calmarlo.
El de cabello plateado abraza fuertemente la almohada que tiene en sus brazos al ver lo feliz que su novio se ve junto con el menor (quien le abraza del cuello). Una felicidad como si los presentes ni las cámaras estuviesen en dicho lugar, solo ellos.
“¿Por el te fuiste y me dejaste aquí? Yo soy tu novio debo ser más importante para ti aun más en la condición en la que estoy” Es lo que cruza por la mente de Viktor mientras los celos de instalan en su pecho y aunque no lo quiera, lágrimas también se acumulan en sus ojos. Toma aire. Apaga la televisión y se dirige directamente a su habitación sin siquiera importarle que el otro seguía junto a él.
Markov suspira derrotado y cansado “¿Cómo es que Otabek lo aguanta? Siento que en cualquier momento me va a dar un derrame” piensa este mientras masajes su frente en un intento de controlar su dolor de cabeza.
-A la próxima que mejor llame a Chris o mejor me pego un tiro en la cabeza… Al menos así no voy a sufrir tanto solo unos cuantos segundos -Dice para si mismo para luego acomodarse mejor en el sofá de la sala y poder cerrar los ojos un momento.
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Otabek no logra quitar la sonrisa ni el orgullo que emanan de él. Su pequeño amigo. Su confidente. Su soldado. Su Yura ha ganado el primer lugar de su primera presentación sobre hielo. Todo resultó ser un gran éxito. Por ello le abraza con un poco más de fuerza (lo lleva cargado en sus brazos) mientras junto a Nikolai se dirigen a los vestidores para que el menor se cambiase para luego ir a casa.
Yuri en cambio si había ganado la presentación pero en esos momentos siente que el mejor premio es estar envuelto en los brazos de su amado Kazajo a quien no tenia intenciones de soltar hasta que un chico mayor rubio y castaño apareció y llamó a Otabek para conversar con él.
Al verlo se da cuenta que es el patinador Suizo Christophe Giacometti de 20 años de edad. No le extraña que esté en ese lugar pero si el hecho de que quisiese hablar con Otabek, logrando que los celos regresaran a él. Con un puchero entro a los vestidores a cambiarse.
Chris había visto a Otabek apoyar al pequeño Yurashka, pero no se encontraba con Viktor eso le llamó la atención ya que a como estaba su amigo de cabellos plateados no era para que lo dejasen solo así que fue rápido tras el Kazajo y conversar con él al respecto.
Al llegar sonrió divertido al ver el rostro del menor por haberlo separado de Otabek. Ambos Caminaron por un rato hasta que llegaron a un lugar en donde podían conversar tranquilamente.
-¿Cómo está, Viktor?- Pregunta Chris con una sonrisa - ¿Con quien lo dejaste?
-Esta bien, o al menos eso creo, lo dejé con Markov así que lo cuidará bien- Responde Otabek para luego preguntar - ¿Y tu que haces aquí? ¿No deberías de estar en Suiza practicando para tu próxima competencia?
-Tengo suficiente tiempo para ello, además quise ver a las nuevas promesas del patinaje sobre hielo- Dice Chris aunque por la expresión en el rostro del Kazajo sabe que este no le cree- Bueno, vine a pasar tiempo con Masumi- Admite.
Otabek le ve para luego sonreír de lado – Si, a pasar tiempo como más que simples primos ¿No? – Ante esto Chris no pudo evitar reír divertido ni menos el sonrojo que apareció en sus mejillas – De cualquier manera, cuando logres dejar de empiernarte con tu novio-primo podrías ir a visitarnos, al menos tu si puedes conversar tranquilamente con Viktor-
-Haré lo mejor que pueda con Viktor, por que con Masumi soy todo un experto – Dice Chris guiñando el ojo para luego ponerse serio – No deberías de estar aquí, a como escuché a Viktor la última vez que le llamé no te irá nada bien cuando llegues tarde a casa, te sugiero que vayas ahora.
Sin más Chris de fue de ese lugar para encontrarse con su amado Masumi dejando a Otabek quien suspira y acepta lo que dice el rubio es cierto. Camina de nuevo en busca de Nikolai y Yuri hasta que los encuentra conversando en uno de los pasillos. Con el dolor del mundo se despedirse el menor.
Yuri se siente triste ya que quiere pasar más tiempo con su ídolo, entonces recuerda la otra parte de la promesa – Esta bien, lo entiendo… ¡Pero tiene que darme lo que yo quiera ya que gané el primer lugar! – Dijo Yuri viendo fijamente a Otabek.
Nikolai estaba a punto de llamarle la atención a su nieto por semejante petición pero fue interrumpido por el Kazajo – Es justo, después de todo lo prometí – Se agacha para quedar a la altura del menor – Entonces ¿Qué es lo que quieres?
Yuri traga fuerte y se sonroja. Toma un poco de aire y mira seriamente a Otabek – Quiero que me de un beso – Termina defiendo señalando con uno de sus dedos su labio dando a entender donde quería ser besado.
Ambos adultos quedan en shock, ninguno se espero aquello (bueno, Nikolai si pero no tan pronto) Otabek aclara su garganta un poco indeciso e incómodo por ello ve a Nikolai y para su sorpresa este le da una afirmación con la cabeza, de nuevo ve al menor quien lo mira con un brillo en sus ojos, sonríe, toma en sus manos el rostro del menor y lo acerca al suyo hasta que ambos labios se conectan en un corto beso que dura unos pocos segundos pero que para Yuri fue duro una eternidad.
Minutos después Otabek se va dejando a un Yuri sonrojado y emocionado y aun Nikolai dudando de si mismo de ser un buen abuelo dejando a alguien mayor besar a su nieto.
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Al llegar a casa fue directo a dejar su moto en el garaje para luego cerrar y entrar a la sala de estar en donde ve a su amigo con la mitad del cuerpo en el sofá y la otra en el piso. Cuando está más cerca observa como este ronca y un río de baba cae de la comisura de su labio. No puede evitar reír aunque se siente mal por haberlo dejado lidiando solo con Viktor.
-Oye, Markov, despierta – Le llama Otabek moviendo a su amigo de los hombros, ve como este da un pequeño brinco y abre lentamente los ojos.
Markov observa o intenta hacerlo por un momento hasta que luego de parpadear un par de veces logra ver normalmente y ve a Otabek cerca de él – Maldita sea, tenia un maravilloso momento en el que yo moría – Dice para luego suspirar.
-Se supone que te vas a morir cuando te atragantes con un hueso de pollo, recuerda tu mismo lo dijiste – Ambos ríen como niños ante eso.
Ya estando de pie, Otabek le ayuda y guía hacia uno de los cuartos de huéspedes de la casa de Nikiforov, este cae como piedra sobre la cama.
Ahora es el turno del Kazajo y reza para que no escapen gritos de ira esta noche. Suspira. Abre la puerta de la habitación con suavidad y entra en la habitación silenciosamente hasta llegar a la cama en donde puede ver la gran y hermosa cabellera plateada de su pareja.
-No digas nada… No tengo fuerzas para discutir contigo solo quiero que me abraces y no me Sueltes – Dice Viktor aun dandole la espalda.
Otabek obedece, tampoco quiere discutir con su pareja, se deshace de su ropa hasta quedar en su bóxer de color negro, para luego acostarse en la cama y cubrirse con la suave sábana de esta. Sin esperarlo, Viktor se da la vuelta y se acomoda a su costado abrazándolo por la cintura y su rostro se esconde en el cuello del moreno.
-Sostenme en tus brazos como antes, pasemos una noche tranquila sin importar el resto del mundo, solo nosotros dos juntos – Dice Viktor acercándose más y quien sonríe al sentir los cálidos brazos del moreno rodear su cintura y sostenerlo con delicadeza.
Otabek luego de unos minutos se aleja un poco y sostiene el rostro del de cabello plateado y hacen que se vean. Viktor le ve con los ojos semi abiertos y un sonrojo en su rostro, de un momento a otro se encuentran besando.
Esa noche ambos deciden entregarse al amor y después de tanto tiempo de tanto sexo vuelven a hacer el amor, de manera lenta y apasionada. Encendiendo de nuevo la llama en su relación.
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-Puta madre, hoy no es mi día – Dice un molesto Markov mientras se cubre la cabeza con una almohada para bloquear los gritos y gemidos de la pareja - ¿Es posible que me auto asfixie con esta almohada?