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Sobreviviendo a mi suegra por desileo

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Fenris se acercó lentamente hasta donde se encontraba Solas, con una respuesta al dilema que le había presentado. No había tenido tiempo de reflexionar sobre ello, puesto que se dedicó a espiar todos los encuentros de su hijo con Hawke y además de evitar ser  visto por el último.


Ahora que habían salido hacia la fortaleza de los guardas grises (Adamant si mal no recordaba) y volvía a tener el tiempo en sus manos, pudo reflexionar con más claridad, junto a los eventos venideros.


Hawke y Dacio, (junto con Varric, Cassandra y Dorian) estaban trabajando juntos y algo muy dentro de él le decía que su secreto ya no sería más así, por lo que debía prepararse para lo que estuviera por venir, incluyendo el posible rechazo de su hijo y el tener que enfrentar al Campeón de Kirkwall.


Por lo que ahora estaba ahí, esperando que Solas despegara su vista de uno de los pergaminos en su mesa lo cual le tenía realmente entretenido. Finalmente, ya sea porque terminó de leerlo o al sentir la presencia del guerrero, el mago dirigió su atención a su nuevo invitado.


Con una mirada conocedora, Solas comentó.


─He de suponer que vienes aquí por el asunto que te he planteado. ¿Cuál es tu respuesta?


Fenris se irritó ante las palabras de Solas, pero lo soportó para poder responder a la pregunta.


─Estoy dispuesto a hacerlo, aunque si algo sale mal los mataré a ambos sin pensarlo siquiera, ¿entendido?


Complacido, el elfo respondió.


─Excelente. Ahora, espérame aquí mientras voy por Cole junto a algunos instrumentos que pueden sernos de ayuda.


En un abrir y cerrar de ojos, Solas salió de su estudio y Fenris ya comenzaba a arrepentirse de la decisión que tomó.


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Dacio peleaba contra un nuevo grupo de demonios que habían sido enviados por el demonio del miedo, pensando que una vez su madre se enterara de todo lo que había hecho lo mataría.


Nuevamente había entrado al Velo físicamente junto con todos sus compañeros de viaje, en donde se encontraron con un espíritu de la fe parecido a la Divina, les mostró todos los recuerdos que perdió la primera vez que entró al Velo y aprendió que la marca era un producto de un hechizo de Corifeus que, literalmente, había terminado en sus manos y la muerte de la Divina.


Cuando terminaron con el último, el Inquisidor volteó alrededor para asegurarse de que todos sus compañeros estaban en buen estado, incluyendo a Stroud y Hawke, los cuales todavía estaban disgustados uno con el otro.


Dejando de lado ese pequeño conflicto entre los dos, Dacio comenzó a caminar hacia el lugar donde les esperaba el espíritu de la fe, tal vez para regresarle más de sus recuerdos, aunque él sentía que ya los había recuperado todos.


Para sorpresa del Inquisidor, el espíritu comentó.


─Dime Inquisidor, ¿sabes realmente quién eres? A pesar de que la mayoría no pueden contestar a esa pregunta, algunos tienen la fortuna de tener todas las herramientas para responderla, cosa que tú no has logrado obtener. A pesar de que estos recuerdos no son los tuyos, te ayudarán a entender un poco más a fondo la verdadera rivalidad que tienes con Corifeus.


Completamente desconcertado, Dacio respondió.


─Pensé que tenía que ver con que le robara el Áncora de sus manos y evitar que entrara al velo físicamente.


Con voz afable, el espíritu contestó.


─En parte tienes razón, pero necesitas saber lo que hay oculto, lo que se ha guardado demasiado tiempo en el secreto por el dolor que incluso te acompañó toda tu vida sin saberlo y que dejaste abandonado en tu primera visita al Velo.


A pesar de que quería preguntar un poco más sobre ese asunto, los demonios que aparecieron en las anteriores ocasiones que representaban memorias aparecieron dejándolo sin más opción que atacarlos.


Vencerlos no fue demasiado difícil, puesto que no eran más que demonios inferiores, sin embargo, pudo notar que el escritor era reacio a agredirlos. Finalmente soltaron las tan características volutas verdes esperando ser adheridas a su marca, por lo que sin pensarlo mucho, comenzó con su tarea.


Pronto, los ecos de las voces comenzaron a escucharse por todo el lugar conforme fue tomando las volutas.


─Ah, mi pequeño Fenris. Predecible como siempre…Si lo quieres, es tuyo…No hagas esto Hawke. Te necesitamos…Estás solo en esto, Fenris…No, iré contigo…


Justo como en las veces anteriores, la cabeza de Dacio latió dolorosamente, mostrándole a él y a todos los presentes el recuerdo que acababa de obtener.


-----------------Flash Back----------------


Hawke, Anders y Varric estaban en el Ahorcado, apoyando a Fenris para que conociera a su hermana, sin embargo, la elfa se mostraba nerviosa, esperando a que algo pasara. Justo cuando el guerrero preguntó, de las escaleras apareció el Magister Danarius regodeándose.


─Ah, mi pequeño Fenris. Predecible como siempre.


Demasiado tarde se habían dado cuenta de que todo esto era una trampa para regresarlo a su vida de esclavo, esclavistas y magos los rodeaban por igual. A pesar de que Fenris quería sonar seguro, su voz mostraba cierto desasosiego, por lo que esperó a que el líder del grupo le apoyara, mas su respuesta fue distinta a la esperada.


─Si lo quieres, es tuyo.


El escritor tenía una cara llena de sorpresa, casi emulando a la del elfo, pero con tan solo una señal de la mano de Hawke, el enano cambió su rostro a uno neutral. Sin poder creer en lo que escuchaba de aquella persona que le había jurado amor eterno, se dispuso a pensar que era una mala broma.


Todas sus esperanzas se desvanecieron poco a poco conforme Danarius le decía la recompensa que tendría si le entregaba por lo que, como último recurso, mandó un pequeño mensaje que, aunque bajo, pensó que le ayudaría para reflexionar.


─No hagas esto, Hawke. Te necesitamos.


Impasible y rompiendo las últimas esperanzas del guerrero, Hawke respondió secamente.


─Estás solo en esto, Fenris.


El elfo solamente vio al que una vez fue su amante, pensando amargamente que nunca debió confiar en un mago. A pesar de que Danarius pensó que pelearía por su libertad, Fenris se limitó a responder con voz monótona.


─No, iré contigo.


Con esto, siguió a su Maestro, mientras éste le agradecía a Hawke efusivamente por regresarle a su esclavo, asegurando un gran futuro como mago. Al pasar junto a éste, Fenris desvió la mirada, maldiciendo interiormente por volver a confiar en un mago.


Sobre todo porque cargaba con algo más que amargura.


---------------Fin Flash Back---------------------


Dacio estaba en shock, sin saber cómo debía de reaccionar. Solamente escuchaba el grito de Cassandra hacia Varric amonestándolo.


─¡OMITISTE ESA PARTE DE LA HISTORIA TETHRAS! ¡TÚ, MALDITO MENTIROSO!


A pesar de que sabía que debía detenerlos, su cuerpo no le dejaba moverse, colocando su vista en un punto lejano en el Velo. Pronto, la voz del Campeón resonó por el lugar, deteniendo a ambos.


─¡Dejen eso para después! ¡Tenemos muchas más cosas en juego que ese pequeño punto!


Pudo oír cómo el hombre dejó al par y fue en dirección al espíritu, enojado con ésta.


─No entiendo porque revelar esa parte de mi pasado va a ayudar al Inquisidor. Solamente muestra el daño que puede provocar por su debilidad.


Pronto, el espíritu respondió.


─No le mostré los errores que puede cometer, sino el lugar donde procede. Tú no lo notaste aquella vez, pero tu amante te pidió ayuda no solo para él, sino para alguien más del cual tu nunca supiste de su existencia: el Inquisidor Lavellan.


Por el lugar cayó un silencio pesado, como si todos comprendieran a lo que se refería el espíritu. Rompiendo el silencio, Dorian aclaró.


─Significa que el Campeón de Kirkwall es el padre de mi Amatus, ¿verdad?


Con esas simples palabras, Dacio logró salir de su shock y respondió con tono lento pero peligroso mientras giraba hacia el grupo.


─No Dorian, él no es mi padre. Soy un elfo dalishiano el cual fue criado por un ex esclavo de Tevinter. Soy el Inquisidor que tendrá que enfrentarse a Corifeus con el apoyo que logre tener de la Inquisición. El hombre parado ahí no es mi padre, es un simple bastardo que pudo detener una invasión Qunari en nombre de la supervivencia, la misma que le hizo vender al hombre que amaba por unas cuantas monedas de oro.


Pudo ver la cara de Hawke llenarse de pesar y tristeza con cada palabra que lanzaba, pero poco le importó, ya que esa era su intención. Intentando remediar todo eso el Campeón comenzó, acercándose lentamente hacia Dacio.


─Sé que lo que hice no tiene perdón y realmente no tengo ningún derecho a pedir nada de ti, pero por favor, dame una oportunidad para…


Justo cuando tocó su hombro amablemente, el Inquisidor se apartó bruscamente, casi al mismo tiempo que colocaba su bastón entre ellos dos, desatando completamente tu furia.


─¡¿De qué quieres oportunidad?! ¡¿De qué escuche todas tus estúpidas justificaciones de por qué lo hiciste?! ¡¿O de fingir que somos una hermosa familia feliz?!


Haciendo una pausa para tomar aire continuó.


─¡Si crees que podrás sustituir a tu maldita familia que mataste por tu avaricia y deseos de poder, déjame decirte que no lo permitiré! ¡¿Sabes por qué?! ¡¡¡PORQUE SOLAMENTE FUIMOS MI MADRE Y YO Y NADA DE LO QUE HAGAS VA A CAMBIAR ESO!!!


Pudo ver a Hawke querer hablar nuevamente, pero para su sorpresa, Varric intervino colocándose entre ellos dos.


─Sé que quieres hablar de eso, Hawke, pero no es el momento. Inquisidor, sé que estás muy molesto, sin embargo necesitamos salir con vida de ésta. Cuando todo se tranquilice entonces será momento de que ustedes dos hablen.


Sin gustarles para nada eso, ambos admitieron que el enano tenía la razón, por lo que dejaron el tema estar y continuaron por su camino.


Sin embargo, durante el resto del viaje se sintió la tensión entre padre e hijo, los cuales no podían verse a la cara.


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