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Sobreviviendo a mi suegra por desileo

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Dorian estaba muerto de la preocupación junto a Varric y Cassandra, veía directamente hacia la Brecha por la que acababan de abandonar el Velo, pensando amargamente que ésa sería la forma en la que perdería a su Amatus.


Después de derrotar al demonio del miedo y alejar a su enorme monstruo acompañante, habían aprovechado para salir por la Brecha hacia el mundo real, sin embargo, Dacio los envió delante de él quedando atrás junto con Stroud y el Campeón de Kirkwall.


Al principio pensó que era un leve retraso, pero conforme pasaban los segundos y éstos se convertían en minutos, dentro de su corazón comenzó a formar la sospecha de que algo les había pasado.


Cuando todo el mundo perdió la esperanza, pudieron ver al Inquisidor salir del Velo, acompañado de Hawke para inmediatamente después cerrar la Brecha sin esperar a la llegada de Stroud.


A pesar de verse fuertemente tentado de llevar a su amante a sus brazos, se contuvo para otro momento, pues tenían cosas más importantes que ponerse sentimentales. Pronto, Dacio explicó lo que había sido de Stroud y decidió sobre el destino de los guardas grises restantes, pues con la pérdida de Stroud se perdía completamente a los guardas grises de alto rango.


Sabiendo que enviar a todo un grupo de guardas grises sin experiencia por su cuenta era una mala idea; sumándose todo lo que habían hecho recientemente y la amenaza latente de una posible ruina, el Inquisidor declaró que ellos se unirían a la Inquisición, adquiriendo así nuevos aliados.


Justo cuando Dacio llegaba junto a él, Varric y Cassandra, Hawke lo alcanzó y habló.


─Inquisidor… hijo, necesitamos hablar.


Soltando un bufido malhumorado, el Inquisidor se volteó y respondió.


─Por favor, no me hagas arrepentirme de escogerte en vez de Stroud. Sigue tu camino y olvídame junto con mi madre. Como siempre lo has hecho.


Dorian quería intervenir, darle el mismo apoyo que su Amatus alguna vez le brindó para enfrentarse y reconciliarse con su padre, pero algo le decía que ese no era el momento de decirlas, por lo que se dedicó a ver lo que pasaba.


Por instantes creyó que el campeón daría marcha atrás a su cometido, mas con renovado ímpetu, insistió.


─Hay cosas que debes saber y no me iré hasta que las escuches, incluso si tengo que ir en calidad de prisionero de la Inquisición


Viéndolo con desdén, el Inquisidor respondió.


─Todo lo que necesitabas decir fue dicho hace años, incluso antes de que yo naciera. Además, a pesar de que en verdad quisiera hacerte un juicio, no tienes crímenes lo suficientemente importantes para tomar mi atención.


Con una sonrisa victoriosa, Hawke explicó.


─En eso te equivocas. Si alguna vez escuchaste mi historia, sabrás que ayudé a Anders de manera directa a volar la capilla de Kirkwall y con ello se produjo la guerra entre magos y templarios. Además de que ayudé a otros círculos a revelarse y a continuar con la guerra. Si eso no califica de crímenes, entonces no sé qué lo hace.


Para sorpresa de todos los presentes, Cassandra intervino reticente.


─Él tiene la razón, Inquisidor. A pesar de que todos estos años se ha hecho la vista gorda por tratarse del Campeón de Kirkwall, infringió las leyes de la capilla y de su ciudad natal, por lo que si decide entregarse amablemente, podremos enjuiciarlo en Feudo Celestial.


Con mirada incrédula, Dacio respingó.


─No puedes estar hablando en serio. Deja que se vaya, ya  que no tiene más asuntos con la Inquisición.


Observó entre ambas personas, mientras reflexionaba ambos argumentos. Al final Cassandra pareció tomar una decisión.


Llamó a Cullen e informó.


─Por favor, pide a alguno de tus hombres junto a algún templario que arresten al Campeón. Recibirá un juicio en Feudo Celestial.


El rostro de Cullen se llenó de asombro, interrogando con la mirada a la Buscadora, mas al ver directamente a la mujer y la promesa de una explicación futura asintió e hizo lo que le pedían.


El Inquisidor dio media vuelta y se alejó del grupo, molesto por lo sucedido golpeando de vez en cuando con su magia alguna estructura endeble para desahogarse.


Cuando Hawke fue esposado y alejado del grupo, Varric comentó.


─Espero que el plan de Hawke funcione, porque si no lo hace puedo ver al Inquisidor cercenándole la cabeza y perdiendo el favor de varias personas.


Todos los presentes asintieron, pidiendo interiormente que no tuvieran que llegar a ese punto.


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Mientras eran transportados a Feudo Celestial, Hawke veía todo el panorama desde su pequeño carruaje, encadenado y custodiado por uno de los pocos templarios que se unieron a la Inquisición junto a Varric que, a pesar de las amenazas de Cassandra, se le unió, sentado frente a él.


Agradeció el gesto de compañerismo, pero en esos momentos necesitaba estar a solas para poder absorber toda la información que le habían soltado.


En primer lugar era que Fenris había sobrevivido al naufragio del barco, por lo que le hacía sentir aliviado. En segundo lugar era que tenía un hijo con él, intrigándolo considerablemente, pues ¿cómo había pasado tal cosa?


Y en tercer lugar y más importante era que… tenía un hijo. A su memoria llegó rápidamente a su tío teniendo la misma reacción que él al enterarse de que era padre, aunque influyó en ese encuentro para que su prima lo conociera y se llevaran bien, cosa que Garret no tenía de ventaja.


Tal vez si la situación fuera diferente, si lo hubiera descubierto antes o en diferentes circunstancias, se llevarían de maravilla o terminaría muerto en algún lugar, perdido completamente del mundo.


Para su mala fortuna, heredó el temperamento de Fenris.


Interrumpiendo su tren de pensamientos, Varric preguntó.


─¿Cómo te encuentras, Hawke?


Quiso mentir y decir que estaba bien, pero lo desechó casi al instante, después de todo era Varric el que preguntaba, por lo que no se tragaría tal respuesta, así que contestó.


─Estoy anonadado. Nunca pensé que pasaría esto, mucho menos con Fenris. Tú sabes, el hecho de que los dos seamos hombres y se supone que no podemos tener hijos propios.


Con una risa corta, el escritor aportó.


─Pero recuerda que Broody siempre ha sido así de extraño. Atravesar cosas con sus manos, tener en su cuerpo tatuado Lyrium. En realidad, si lo comparamos, el que haya tenido un hijo es lo más normal de su repertorio. Aunque a tu favor diré que yo también me sorprendí la primera vez que lo supe.


A tan solo terminar la frase, Garret comprendió que el escritor ya lo sabía con antelación, por lo que completamente sorprendido, afirmó.


─Entonces tú sabías todo este tiempo que el Inquisidor era mi hijo. ¿Cómo lo supiste?


Varric soltó un suspiro pesado, dando una larga pausa que causó intriga al Campeón. Cuando pensó que ya no contestaría, recordó.


─¿Recuerdas que te dije que estaba teniendo un pequeño dilema y que no podía decirte nada? Era precisamente ese punto, porque Broody me amenazó de muerte si te decía algo con respecto a eso.


En cuanto el enano soltó esas palabras, el corazón de Hawke se saltó unos latidos cuando escuchó nuevas noticias de Fenris. Sin demora, empezó a cuestionar.


─¿Está en Feudo Celestial? ¿Ha estado ahí desde que llegué ahí? ¿Por qué se unió a la Inquisición? Porque está en la Inquisición, ¿verdad?


Con una sonrisa de oreja a oreja, Varric explicó.


─Sí, está en Feudo Celestial incluso antes de que llegaras pero ha sido realmente cuidadoso para que no lo encuentres. Realmente no se unió a la Inquisición o al menos no formalmente, solamente está vigilando de que no le pase nada al Inquisidor y porque quería conocer a su novio. He de decir que todo salió realmente mal en cuanto se enteró que era de Tevinter y magíster por lo que le ha hecho la vida imposible.


Le había dolido un poco saber que no quería encontrarse con él, pero no inesperado, pues sabía que sería difícil confiar en alguien a quien te entregó a tu antiguo amo.


Quitando ese pensamiento de su mente, continuó preguntando.


─¿Dónde estuvo todo este tiempo? ¿Educó él solo a un mago?, ¿sigue odiándonos?


Viendo el ánimo que poco a poco iba poseyendo al Campeón, el escritor respondió.


─Fue a parar a un clan Dalishiano, específicamente al clan Lavellan, lo cual explica porque el Inquisidor no terminó en un círculo de hechiceros. Digamos que el Inquisidor era como Daisy antes de que fuera con nosotros, por lo que Broody no crió solo a un mago y realmente ya no los odia tanto, o al menos ha dejado de vociferar a los cuatro vientos que la magia es una aberración y que todos los magos deben ser encerrados en un círculo. Culpa al Inquisidor en eso.


Por unos instantes, Hawke se sintió orgulloso, pues después de mucho tiempo por fin Fenris iba superando su odio a los magos, aunque lo hubiera preferido de una manera distinta.


Pronto, las ansias por saber más de su hijo crecieron, por lo que sin poder contenerse, Garret preguntó.


─Hablando de él, ¿Cómo es él? Seamos sinceros, convivir unos cuantos momentos robados con el Inquisidor no me hace conocerlo del todo y la única faceta que he visto de él es la de líder y la ira desmedida.


Varric contempló por unos momentos a su amigo, para finalmente responder.


─Realmente tiene madera de líder, igual que tú en Kirkwall, sabe trabajar bajo presión y escuchar opiniones de los demás, casi podría jurar que en eso se parecen si no fuera porque a veces le gusta desobedecer las órdenes que le dan y suele ser terco. Es muy difícil sacar ese lado que viste, realmente tienes que sacarlo de quicio o que tenga un profundo rencor contra la persona. Lamentablemente sacó todo eso de Broody, por lo que te imaginas qué tan fácil es hacerlo contentar, a menos, claro, que seas cierto Tevinterano y le prepares todo un buffet de postres.


Al escuchar eso, el Campeón no estuvo seguro que si eso eran buenas o malas noticias, ya que en cuanto llegaran a Feudo Celestial, donde sería juzgado por  su hijo que, aparentemente, le odiaba con  fervor.


Queriendo aclarar las cosas antes de hacerse falsas ilusiones, preguntó.


─¿Crees que va a ser un juicio justo o iré directamente a ejecución?


Confirmando sus temores, el enano respondió.


─Espero que utilice su faceta de líder. Así tal vez podrías tener un juicio justo, si no, siempre podemos huir de la situación.


Sabía que Varric quería darle una oportunidad de escapar de todo eso, pero ni siquiera pasó por su mente hacer tal cosa, pues ya había defraudado al Inquisidor y a Fenris, por lo que en esta ocasión enfrentaría lo que estuviera por venir.


Incluso si era la muerte a mano de su hijo.


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