Dorian estaba nervioso, pensando en la mejor estrategia para vencer a su oponente, el cual era nada más y nada menos que su suegra, quien lo veía calculadoramente desde el extremo opuesto del círculo de personas que se habían congregado en el lugar.
Por unos instantes, pasó el pequeño recuerdo de cómo acabaron en esa situación.
-----Flash back--------
El mago bebía en compañía de Varric, acompañados de varias jarras en su conversación. Por supuesto, no estaba ahí por placer, sino por asuntos más apremiantes con el enano, el cual contestó a su petición.
─Lo siento Sparkle, pero en esta situación mis labios están sellados.
Frustrado por la negativa del escritor, Dorian insistió.
─Varric, tú dices la historia de todo mundo ante la más mínima oportunidad en el bar, pueden ser exageradas lo sé, pero eso es mejor que nada.
Varric lo vio por unos segundos, como si estuviera a punto de responder a su petición, sin embargo al final respondió.
─Soy el mejor narrador de historias y además de tener a Bianca como acompañante, pero soy alérgico a las cuevas, Camino de las profundidades y a morir. Si te cuento todo lo que sé de Broody, él me mataría inmediatamente por lo que prefiero que las cosas se queden como están.
Frustrado, Dorian intentó nuevamente convencer al escritor, explicando un poco su situación.
─Ya no aguanto al salvaje, Varric, parece que está empeñado en hacerme sufrir toda su estadía en Feudo Celestial para alejarme de su hijo. Necesito que me des una ventaja, la que sea para al menos desista un poco sobre sus intenciones.
El enano estuvo a punto de responder, cuando Toro se acercó hacia su mesa, tal vez escuchando la conversación desde la distancia y respondió.
─Mejor deja de intentarlo Dorian, Varric parece bastante decidido a no decir nada, lo que me hace ver cuánto miedo tiene del elfo, aunque también puede ser otra cosa.
Varric vio a su nuevo invitado con irritación, en la mente del mago surgió una nueva idea: Toro era un Ben-Hassrath, por lo tanto estaba entrenado para leer a una persona con tan solo verla y conocerla superficialmente, por lo que tal vez él tendría una idea sobre cómo era su suegra.
Antes de ejecutar su plan Varric intervino.
─Por favor Tiny, estoy intentando convencer a Sparkler de que deje el asunto en paz y aguante hasta que Broody se vaya. No te metas en algo que no puedas manejar después.
Toro vio al escritor de manera calculadora, como si estuviera leyendo las verdaderas intenciones del enano. Finalmente respondió.
─No te preocupes enano, puedo manejar el asunto. Además, el Tevinterano está desesperado, algo de ayuda le vendría de maravilla.
Con esa declaración, se sentó entre ambos, viendo directamente a Dorian con su ojo bueno, mientras Varric soltaba un suspiro derrotado. Toro preguntó directamente a Dorian.
─¿Qué quieres saber sobre la madre del jefe?
El mago reflexionó por unos momentos, llegando a la conclusión de que cualquier cosa le sería de ayuda, por lo que respondió.
─Todo lo que hayas captado al conocerlo.
El qunari colocó una sonrisa en su rostro, comenzando con su narración.
─Como tú, es un tevinterano, aunque odia ese hecho. Se nota que fue un esclavo porque, a pesar de que físicamente es libre, su mente sigue buscando cualquier amenaza o amo que lo regrese a esa vida. Fue traicionado por alguien importante en su vida, lo cual evita a toda costa cualquier contacto con nosotros, excepto contigo y su hijo.
Sabiendo todo eso de antemano, preguntó algo que le intrigó cuando Varric quiso que contara la historia del Inquisidor cuando era niño.
─¿El odia a los magos?
Toro analizó un poco los hechos en su cabeza para contestar.
─Posiblemente, teniendo en cuenta que su infierno personal fue dirigido por uno, además de que perdió demasiado por ella y tal vez por eso no estés en su gracia, sumándose a que eres Tevinterano.
Ante tal respuesta, Dorian preguntó un tanto escandalizado.
─¿Odia a su hijo?
Toro soltó una risotada, como si el mago hubiera preguntado por algo realmente gracioso. Cuando terminó, explicó.
─No lo creo, es todo lo contrario. Lo ama demasiado, tanto así que teme que le sea arrebatado de su lado. Si mi primera teoría es cierta, entonces la persona que lo ha traicionado debe ser el padre del jefe, lo cual me hace pensar que realmente no odia a esa persona.
Interviniendo por primera vez en la conversación, Varric preguntó.
─¿Estás seguro Tiny?, ¿no será que te estás equivocando?
Toro vio a Varric molesto y respondió de manera escueta.
─Es raro cuando me equivoco en este tipo de situaciones.
Dio una ligera pausa para después agregar más tranquilo.
─En realidad es sencillo; Pongamos de ejemplo tu ballesta, que seguramente alguien importante te la dio y por eso le pusiste el nombre de Bianca. Imagina que esa persona te lastima de la peor manera posible, tanto así que la odias y lo primero que deseas hacer es deshacerte de todo lo que te recuerde a esa persona, incluyendo a tu ballesta, a pesar de que sea realmente útil. Ahora pongámonos en el lado opuesto, esa persona te lastimó demasiado, pero una parte de ti la sigue queriendo ya sea voluntariamente o no, pero la amas y por tanto no deseas deshacerte de lo único que te conecta con ella.
Varric quedó inusualmente callado, como si reflexionara las palabras del qunari, mientras que Dorian intentaba darle una utilidad a toda esa información, sin embargo, el pequeño grupo de hombres fue sacado de sus reflexiones cuando una voz realmente enojada habló con ellos.
─¿De quién se supone están hablando?
Tanto Varric como Dorian voltearon a ver aterrados hacia Fenris, el cual les veía con una cara de pocos amigos, mientras que Toro respondió.
─De Varric y su novia Bianca, ese enano nunca admitirá que no odia a la mujer. Si me disculpan, tengo que entrenar a Krem, el chico necesita mantener su condición.
Escapando de la situación, Toro dejó la mesa abandonando a ambos para enfrentar la furia de Fenris, la cual no se hizo esperar.
─He de suponer que no hablaban del enano y de quien sea que sea Bianca sino de mí.
Se sentó cerca de Dorian, colocando el respaldo de la silla frente a él y se posicionó para quedar de frente al mago.
Sin dejarse intimidar, Dorian respondió.
─Si era de usted no debería de molestarle, no es como si estuviéramos conspirando para entregarlo con los esclavistas. Aunque a veces resulte tentador.
Riendo sin humor, Fenris respondió sarcásticamente.
─No creo que tus compatriotas fueran igual de “amables” que tú, lo cual me hace suponer que debes tener un corazón de oro o en realidad eres un cobarde que no puede enfrentar a un simple ex esclavo.
Sintiéndose realmente ofendido por esa burla tan directa que respondió.
─Si en verdad fuera un cobarde no estaría en la Inquisición intentando ayudar arreglar las cosas. Estaría infelizmente casado y haciendo oídos sordos a todo lo malo que está pasando en el mundo. A diferencia de usted, que no puede enfrentarse al hecho de que su hijo ya es lo suficientemente grande para decidir sobre sus parejas e intenta alejarlos con trucos baratos que al final del día parecen el berrinche de un niño al que le han tomado su juguete favorito.
Pronto, la taberna quedó sospechosamente en silencio, mientras ligeros cuchicheos se comenzaron a oír por todo el lugar sobre el atrevimiento del mago y el rostro de Varric perdía color.
Pese a que el mago se esperaba una explosión parecida a la primera vez que lo conoció, el guerrero sonrió como si frente a él estuviera un enemigo a vencer. Pronto respondió.
─Puede que tengas razón, pero no quiere decir que sea por voluntad propia. Si te llego a matar, mi hijo jamás me lo perdonaría, por lo que tengo que utilizar eso que tú llamas trucos baratos. Si fuera por mí ya te habría asesinado.
A pesar de que sabía que debía callar, él estaba cada vez más enojado como para medir sus propias palabras, por lo que contestó.
─Una vez más demuestra que los elfos libres en cuanto dejan de tener un amo se vuelven sedientos de sangre y bastante libertinos, después de todo, alguien tuvo que hacerle el favor de hacerle un hijo, ¿o acaso fue el pago de que supieras leer y escribir?
Deseó por unos segundos no haber dicho nada de lo anterior, ya que estaban hablando no solo de su Amatus sino del padre de éste. Justo cuando estaba por disculparse por esas palabras, Fenris respondió con un tono amenazante.
─Entonces veamos qué tan sanguinario y libertino puedo ser. Te reto a una pelea, no hay límites ni reglas, nos podemos lastimar tanto como queramos, incluso matarnos entre nosotros. Si yo gano y casualmente sigues vivo, entonces no te acercarás a mi hijo y regresarás a Tevinter y si por la gracia del Hacedor tú ganas, entonces yo regresaré al clan Lavellan y ni tú ni Dacio volverán a saber de mí. ¿Qué te parece?
Sabía que debía rechazar tan alocada idea que estaba en ciernes, pero su ego no podía dejarlo pasar, por lo que antes de que cualquiera de los presentes en el local pudiera impedir el reto, Dorian aceptó.
─Muy bien querida suegra, es momento de dejarnos de juegos entre los dos y hacer las cosas como deberían de hacerse.
En cuanto vio el rostro preocupado de Varric (uno de los más relajados del grupo) supo que se había metido en un enorme lío y que no podría hacerse atrás.
--------Fin flash back----------
Así es como ambos se encontraban en el círculo de personas que los veían con diferentes sentimientos: unos los veían con curiosidad, otros los veían reprobatoriamente y otros apostaban por el resultado final (siendo Varric el autor de este último).
A pesar de lo dicho por Fenris, él se aseguraría de no asesinar a su suegra, mas no lo dejaría ganar. Debía demostrar de una buena vez por todas que no estaba jugando con el corazón del Inquisidor y que lo tomaba en serio.
Nunca se rendiría.