-¡¡Salud!! -Todos gritaron al unisono.
Era redundante. Que siendo quienes eran hubiesen asistido de todos los lugares en Seúl a un Karaoke. Todos las personas que integraban su equipo de trabajo estaban presentes. La estilista Hana, quien desde antes de tomar el primer vaso de soju parecía estar ebria y platicaba sin parar ideas que venían a su mente acerca de conceptos, tintes, peinados, pestañas, colores que usaría para su debút.
También se encontraba su agente asignado. Un tipo serio que no dejaba el celular un instante, siempre viendo en Naver los artículos en tendencia y mostrando una sonrisa de satisfacción cuando con mensajes positivos se empezara a difundir noticias sobre la salida del personal de SM con la futura estrella a debutar Karin para celebrar la grabación de la primera canción que conformaría su primer mini álbum. El coreógrafo Shim que estaba enfrascado en una acalorada discusión con la directora de videos musicales Hwang, hacía ademanes con sus manos como si dibujara triángulos a su alrededor a lo que la directora no parecía muy convencida.
El entrenador vocal Park estaba en uno de los lugares más cercanos a la pantalla de karaoke mientras animaba a la coordinadora de vestuario, una chica de unos 28 años con curvas marcadas acentuadas por su atrevida vestimenta pero con rostro insignificante.
Dos asientos a lado de donde Jaejoong estaba, Yunho miraba el ridículo acto efectuado por la coordinadora Lee con expresión neutra mientras bebía de su vaso ocasionalmente.
Habían sido tres meses extenuantes, de prácticas hasta tarde y lesiones en sus pies. Uno de sus mayores logros hasta el momento: ya podía moverse sin dificultades con los tacones. El canto desde un inicio no fue problema alguno y había impresionado a todos en el estudio de grabación cuando terminó en tiempo record para una artista novata. Para la primer canción que conformaría su álbum se había seleccionado una balada compuesta por un reconocido escritor de soundtracks para dramas.
-¡Miren al frente para una foto! -la coordinadora sacó su celular y se dispuso a tomar una fotografía para la que todos se unieron unos con otros. -¡Ya quedó! Directo a las redes, tenemos que hacer que las personas de las otras compañías tiemblen ante lo que les espera. ¡Miren! No lleva ni un minuto completo y ya tiene mil “me gusta”.
Los comentarios parecieron animar aún más el ambiente y la estilista Hana se puso de pie junto con el coreógrafo y la directora para hacer una interpretación juntos. Esto dejó un espacio libre entre Yunho y Jaejoong.
-¡Mesero! ¿Puede traerme por favor otra botella? -Jaejoong lo miró sorprendido. Yunho antes no era de beber mucho y ahora, según la cuenta mental que llevaba, había ingerido cinco veces lo que usualmente tomaba cuando salían antes. Su orgullo de hombre lo perturbó por lo que detuvo al mesero con una señal y le pidió una bebida preparada con las especificaciones detalladas que siempre pedía cuando acudía a ese tipo de lugares. Esta vez el sorprendido fue Yunho.
-No sabía que tomaras tanto. -sonaba a una voz crítica.
-¿Las mujeres no pueden disfrutar la bebida? -le preguntó ofendido.
-No es eso, pero si no saben tomar deben limitarse y no estar… -miró el mini escenario donde cantaban los tres en el karaoke y señaló sutilmente a donde la estilista gritaba a todo pulmón la letra de la canción y por poco se va de espaldas a causa de su ebriedad- causando espectáculos.
-No se preocupe, tengo más tolerancia de la que cree. -Jaejoong sonrió cínicamente pensando en lo mucho que se sorprendería Yunho cuando viera su capacidad para tolerar la bebida. Porque, estaban hablando de Kim Jaejoong, el amo de la fiesta y las noches de bebidas con amigos. Aunque Yunho hubiese mejorado su habilidad, él aún estaba años luz en ese tipo de entrenamiento.
-Si tú lo dices.
“Lo siento hermana, solo por hoy, beberé lo mucho que he querido en estos meses. Sólo hoy, lo prometo. Ni siquiera he fumado un sólo cigarrillo pero perdóname sólo esta noche de alcohol.”
Lo que Jaejoong no sabía era que la tolerancia al alcohol no era una cuestión mental, sino física. Y que la habilidad sólo se logra con práctica constante. De manera ilusa quiso tomar lo mismo que cuando se encontraba en su cuerpo y como no estaba acostumbrado a las reacciones en este nuevo cuerpo, no pudo distinguir cuando ya estaba completamente ebrio.
-¡Yo quiero cantar ahora! -gritó felizmente saltando de su asiento y casi se cae de no ser por los reflejos de Yunho que lo ayudaron a mantener el equilibrio.
Ni siquiera ante ese acto reaccionó. Porque, ¿quién era Yunho para que a pesar de que él se contonea con su novia por todos lados él deba seguir sufriendo a su causa? Eso pensaba Jaejoong mientras se subía al escenario y retiraba su chaqueta roja porque repentinamente tuvo mucho calor. Se quedó solo con una playera ligera de manga corta en color negro, y una vez sin la chaqueta los pantalones ajustados blancos marcaban a la perfección sus caderas, resaltando su estrecha cintura. Los botines negros rockeros hacían que sus piernas lucieran más estéticas, y de pronto las miradas de todos los hombres, ya que ninguno sobrepasaba los 35 años, estaban sobre ella.
Era justo lo que Yunho había predicho. Entre risitas incontenibles la chica frente a ellos se debatía entre la canción a seleccionar. Finalmente optó por una opción que dejó sorprendido a más de uno. Era una canción de TVXQ pero no de los tiempos en que eran cinco, sino una que lanzaron posterior a la ruptura. Sin embargo Jaejoong se sabía la letra a la perfección e incluso un poco de la coreografía porque originalmente estaba destinada a ser cantada por los cinco.
La canción comenzó y los tonos fueron entonados a la perfección. Además de que la presencia de Jaejoong en el cuerpo de Karin era sin lugar a duda digna de alguien con más de diez años de trayectoria artística.
-Creo que estamos cometiendo un gran error. -dijo la directora al coreógrafo.
-Tienes toda la razón, -respondió el otro mordiéndose el labio a la vez que sacaba su teléfono y empezaba a grabar.
A lo que ambos se refería era al género destinado para la canción principal del debut. Ya que estaban tan preocupados por la edad y por hacerla parecer “linda” que no habían considerado que pudiera verse bien en un género con tanto poder como el mismo TVXQ. La chica frente a ellos, aunque estaba visiblemente ebria, estaba mostrando el doble de presencia escénica de lo que el mejor grupo del momento podría lograr.
Yunho por su parte hacía todo lo posible por no parecer interesado en el espectáculo. Aunque en inicio también se sorprendió por la elección de canción, pensó que en el fondo ella quería fastidiarlo. Debía ser eso, porque no entendía que alguien que supiera que está conviviendo día tras día con la ex pareja de su actual amante pudiera quedarse tan tranquila. Amante. Dejó caer el vaso con un ruido sordo sobre la mesa.
-”Me libera, nunca puede parar, mi movimiento…” -cantaba Jaejoong.
Miró a su alrededor y todos lucían encantados, en especial el tipo que grababa y el que profesor de canto. Su exasperación se elevó al percatarse de la expresión que tenía este último mientras miraba a la chica. Desde que conocía al asesor de canto Park no había sido de su agrado. Especialmente a partir de un incidente en el cual él había tocado a Jaejoong de forma inadecuada alegando que había sido un “accidente”. Como era su ex pareja de inocente y con tendencia a confiar de más en las personas, creyó esa versión sin mucha discusión.
No es mi problema. Pensó Yunho esquivando los pensamientos que tenía. Sólo tenía que concentrarse en terminar esta encomienda. Hoy había sido el primer paso, con la grabación del primer sencillo, no demorarían, de acuerdo a la meta pública que habían establecido, seis meses más para que ella pudiera estar haciendo su debut y Yunho podría dejar de padecer esta tortura.
Como si conociera sus pensamientos, Karin desde el escenario terminó la canción con una pose dramática y mirada penetrante justo en la dirección de Yunho. Había sido buena, eso no podía negarlo. Todo el glamour terminó cuando tropezó un poco mientras regresaba a su asiento.
Hubieron algunos brindis y canciones más. Jaejoong estaba feliz de haberse reconciliado temporalmente con el alcohol y se disculpaba cada que tenía oportunidad mentalmente con su hermana por estarle haciendo eso a su cuerpo. Concéntrate, no pierdas la cordura. Jaejoong se decía cuando por la inhibición causada por la bebida, observaba a Yunho con descaro. Tenía de pronto mucho calor y un mar de emociones. Se percató de que contestó una llamada de su novia prometiéndole no llegar tan tarde a su departamento; a Jaejoong le causó náuseas. ¿Tanto te importa que basas tus horarios en lo que ella te diga?
Se distrajo cuando el maestro Park se sentó a su lado y comenzó a sacar conversación respecto a las futuras canciones de su álbum. Le compartía algunos tips y de pronto se portaba muy amable. De cierta manera le reconfortó. Era rara la persona que lo trataba humanamente en la academia. O lo miraban como un pedazo de carne, o como una molestia o simplemente como un producto que vender. Es reconfortante saber que aún hay gente amable, ¿por qué no me agradaría antes?
-Lo lamento pero, tengo que irme. -Yunho dijo harto de la escena presenciada. Esperó justo lo necesario.
-Aún es jóven la noche Yunho-shi, ¿por qué tan temprano? -Le preguntó la directora de videos. En realidad sólo no quería que la gente viera salir su camioneta del lugar y pensara que por algún motivo no había celebrado adecuadamente la primera hazaña de su aprendiz.
-Mañana tengo itinerario temprano -era el pretexto perfecto- pero sigan pasando un buen rato.
Con la habitual sonrisa cortés se puso de pie y se dirigió a la puerta. En el último vistazo que dio al lugar, notó la ya descarada mirada del instructor hacia la joven novata. Prácticamente la observaba como un trozo de carne que estaba cocinando lentamente.
No es mi problema. Se dijo mentalmente una vez más.
Llegó al estacionamiento, recorriendolo a un paso lento. Estaba seguro del lugar donde se encontraba su vehículo, pero…
No debe importarme. Ella tiene la culpa por involucrarse en un mundo que no le corresponde. No… ella tiene la culpa por conocer a Jaejoong, por aceptar ser su pareja, por no hacer caso al consejo que le di aquel día. Aunque ella ya no lo recuerde…
Se imaginó, como lo había hecho tantas veces, que Jaejoong abria nuevamente sus ojos. Entontonces, ¿cómo podría mirarlo a la cara y saber que le iba a causar un sufrimiento por no proteger a la persona que ama? Era doloroso pensar que él ahora amaba a alguien más, pero era aún más insoportable pensar en causarle algún sufrimiento.
Estando frente a su vehículo, que estaba en el lado más alejado del estacionamiento. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que se despidió de sus compañeros. Con los puños apretados se dio la vuelta y empezó a correr.
¿Por qué nuevamente me haces tener que protegerla?
Tal vez eran sólo ideas suyas. Quizá Karin se había marchado a su casa en un taxi. ¿Se parecería también en lo ingenuo a su ex pareja? La respuesta a su pregunta quedó en el aire cuando la vio sentada en un escalón cerca del acceso que daba a la entrada del estacionamiento. Viendo al vacío y tarareando una canción. Seguramente se había preocupado de más y ella se encontraba esperando el taxi.
-¡Yunnie! -saltó de repente ante el apodo. Tenía mucho tiempo de no escucharlo. -Volviste, ¿también olvidaste algo?
-No, yo… -quiso encontrar alguna excusa pero no pudo y por el estado de la chica creyó que no notaría si desviaba el tema- ¿A qué te refieres con también? ¿Olvidaste algo?
-No, yo no -dijo entre risitas- el maestro Park. Se ofreció a llevarme a casa, y estábamos por irnos pero, no traía sus llaves ja ja.
Continuó riendo, inocente del peligro del que las llaves la habían rescatado. Yunho sintió un alivio por haber tomado la decisión a tiempo. Pero no había tiempo que perder.
-Vámonos. -le dijo directamente, tomándola del brazo para que pudiera ponerse de pie.
-¿Eh? Pero, ¿y el maestro Park? -No me hagas rogarte o te dejo aquí. Suficiente sacrificio estaba haciendo dejando a lado su orgullo.
-Todavía no debutas y ya estás siendo una carga para tus superiores. Yo te llevaré a casa. Ya le he avisado al maestro Park, por eso regresé. -mientras le explicaba la arrastró a la mayor velocidad que le era posible.
Tenía que hacerlo, debía ser así. Además, la última ocasión se había metido en problemas por no haberla protegido. No lo hacía sólo por Jaejoong. Era por él mismo también.
-Oh, ¡muchas gracias Yunnie! El maestro Park había sido tan amable, que me preocupaba ser una molestia. Pero si eres tú no hay problema.
Llegaron hasta la camioneta y Yunho abrió la puerta de los asientos traseros. Repentinamente la jaló del brazo, la empujó dentro y la hizo recostarse en los asientos, quedando él casi encima de ella. Jaejoong se quedó congelado.
-Sigues diciendo ese apodo y te dejo abandonada en la calle. -murmuró muy cerca de su rostro con semblante enfadado y apuntándolo con el dedo índice- no vayas a levantarte. El exterior está rodeado de fans y nunca sabemos si una sasaeng pueda seguirnos. ¿De acuerdo?
-De… acuerd… do- la cara de Jaejoong tomó un color encendido. Para su fortuna Yunho se quitó de encima y subió al asiento del conductor.
El sonido de encendido hizo vibrar el vehículo. Jaejoong se percató del movimiento. Las luces que entraban por las ventanas caminaban y desaparecían en el interior. Desde su lugar podía ver la silueta de Yunho, concentrado en el manejo. Se le veía tan atractivo. Hasta cosas tan simples eran especiales después de haberse privado tanto tiempo. Disfrutaba cada minuto que duraba el viaje, a pesar de que no era muy consciente de la noción del tiempo.
-Había fans afuera del edificio -advirtió Yunho- pero no se ve que alguna nos haya seguido.
-Knock, knock -Jaejoong de pronto comenzó a decir en forma de melodía- ¿quién soy, Yunho?
-No estoy de humor para jugar esas tonterías. -estaba dando algunas vueltas sin sentido para poder perder a cualquier fan que pudiera haberlo seguido.
-Anda, por favor, -rogó Jaejoong en el tono adorable que siempre le había funcionado con Yunho- knock, knock, ¿quién soy?
-¿Una molestia? -dijo Yunho sin poder evitar responder aunque sea eso.
-¡Mal! Jaja -Jaejoong, espero que cuando despiertes valores lo que he hecho por ti. Dios sabe lo mucho que me está costando.
-¿Dónde vives?
-¿Eh? Pues… -Formular frases completas se le estaba complicando cada vez más- cerca de… ese lugar… que abrió a principio de año.. En Gangnam.
-¿Te refieres al centro comercial?
-¡Si! ¡Qué listo eres!
-Muy bien, me dirigiré allí y luego me guías -comentó dando un pesado suspiro.
El teléfono de Yunho comenzó a sonar. El identificador mostró que se trataba de el número del maestro Park. ¿Le habrá contado alguien que se había llevado a Karin?, pensó mientras daba la vuelta para tomar la avenida principal. Ignoró la llamada y se dio cuenta que tenía mensajes de su novia. Por ahora tener que lidiar con una mujer era suficiente. Mañana la llamaría para ver lo que quería.
-Knock, knock…
-Karin, ya estamos aquí, ahora dime por dónde me voy. -esperaba que pudieran llegar antes de que se durmiera o vomitara en los asientos.
-¿Eh? Si, bueno, toma la lateral derecha,... -dio un largo bostezo- sigues después hasta tomar la avenida Myungdong.
Yunho así lo hizo. Pero cuando había terminado de seguir las indicaciones otorgadas entendió lo que estaba pasando. Aparcó la camioneta en un lugar cercano y dio un golpe al manubrio.
-Tú... -empezó su frase hablando en un susurro cargado de ira sin levantar la vista y con su mano aún sosteniendo el volante aunque estaban detenidos- ¿has dormido muchas noches en este departamento? -no pudo evitar quedarse con la duda.
-Emm.. -casi dormido, y con los ojos entrecerrados, Jaejoong trató de hacer sentido a lo que le preguntaban. Entonces recordó que por lo regular tenía conciertos, giras o visitaba a sus padres por lo que de forma inocente respondió- sólo a veces- antes de quedarse dormido.
Jaejoong cerró por completo los ojos y Yunho suspiró profundamente por el dolor en su pecho. Apretó con sus puños el volante. Era algo lógico. Incluso él había pasado un par de noches en casa de su “prometida”.
Una fuerza lo recorrió y se golpeó el pecho con la mano derecha. Entonces quiso librarse de ella cuanto antes posible. Se volteó hacia la parte trasera del vehículo.
-Dime tú dirección. -pero Karin estaba profundamente dormida- ¡Ey! ¡Reacciona! Dime ahora dónde está tu departamento.
Aunque ella tuviera llaves del lugar de Jaejoong, no podía acercarse demasiado al lugar. Sabía que habrían fans de su ex pareja merodeando el lugar. Eran conocidas como las fanáticas más intensas inclusive desde sus tiempos en TVXQ.
No obtuvo respuesta por lo que alargó su mano y logró obtener con dificultad la cartera de ella. Verificó las identificaciones y todas contenían aún la dirección extranjera en idioma inglés.
-¡Demonios! -estaba frustrado. No podía seguir mucho tiempo allí. Alguien podría identificar su camioneta y comenzarían la persecución y las sospechas.
Su celular sonó nuevamente y en la pantalla se mostraba el nombre del profesor Park. No podía seguir engañándose. Quedaba ya sólo una opción. Lo que comenzó como una buena obra estaba por convertirse en la ironía más grande de su vida.
Encendió el motor y giró a la izquierda en la siguiente intersección. Mantenía su vista alerta de los movimientos exteriores. Hasta el momento ningún Taxi o coche que le hubiera mantenido el paso por más de tres cuadras. A la vez planeaba en su cabeza los siguientes movimientos. Pensó en prevenir a su compañero pero si iba a lidiar con él no sería después de haber interrumpido abruptamente sus horas de sueño. Mejor sería mañana.
Después de haber conducido por 20 minutos y de haber puesto en orden sus pensamientos llegó al edificio donde estaba el apartamento compartido que usaba casi todo el tiempo. La razón por la que lo había optado a su lugar privado era por la cercanía estratégica al edificio de SM y porque era un estacionamiento y vecinos más discretos.
Pasó por la caseta de vigilancia y bajo algunos niveles hasta su sitio designado. Aparcó su vehículo y se dirigió a la cajuela. De allí, en una bolsa, obtuvo dos sudaderas con capucha, ambas color negro. Una la usó él. Además, una gorra, unos lentes de sol y un cubrebocas, todo en color negro.
Abrió con brusquedad la puerta de los asientos traseros. Levantó a la chica como si de un bulto se tratara y sobre su chaqueta roja le puso la sudadera que era grande para ella pero hacía que se disimulara su cuerpo femenino. Recogió con cuidado su cabello y logró ponerle la gorra que lo ocultó, solo mostrando en la parte frontal su flequillo lacio color negro. Después añadió el cubrebocas. Comenzaba a sudar por el esfuerzo y enojo que sentía.
-¿Quién… soy? -estaba por colocarle los lentes de sol cuando Karin abrió los ojos y habló arrastrando las palabras.
-¿Sabes que de hecho eso está mal? -respondió Yunho terminando de verificar que ambos estuvieran listos para salir del vehículo- la broma correcta dice “knock knock, ¿quién es?”.
-No ~, la pregunta correcta es “¿quién soy?” -respondió Jaejoong haciendo un puchero con los labios que el otro no pudo apreciar por el cubrebocas.
-Soy un idiota si pretendo ponerme a discutir con una chica ebria -Yunho salió y ayudó a Jaejoong a que se apoyara para que bajara sin caerse- ahora, trata de mantenerte callada mientras llegamos, o echarás a perder mi esfuerzo con estos disfraces.
-Pero Yunho, no veo nada -se quejó mientras avanzaba a ciegas por el estacionamiento del complejo de departamentos.
-Bueno, quítate sólo los lentes. -consideró que con la gorra, el cubrebocas y la sudadera serían suficiente.
Llegaron hasta el ascensor y Yunho presionó el número que los llevaría hasta su destino. Todo el tiempo sirviendo de apoyo para Karin que al menos había obedecido y se había callado. El silencio mientras subían fue incómodo. Yunho todavía no podía creer en lo que se había metido. Y ahora, viendo a la chica a su lado, estando casi por completos alejados del peligro, sintió que el alcohol también comenzaba a hacer efecto en él. Porque la chica a su lado, que sostenía su brazo, con la mirada baja y los flequillos ocultando sus ojos, se veía tanto como Jaejoong en sus tiempos de debut. Pequeña y delgada, con su cara pálida y sus enormes ojos. Tan indefenso…
-¿En verdad crees que nos parecemos? -Yunho se asustó pensando que la chica había leído sus pensamientos. Pero era imposible. Volteando incómodamente alrededor y viendo que faltaban aún tres pisos, notó que en las paredes metálicas podía apreciarse el reflejo casi como un espejo. Ella había notado que la había estado observando.
-¿Puedes dejar de torturarme? -definitivamente el alcohol empezaba a dominarlo ya que habló con la mayor franqueza- ambos sabemos que conoces la historia que hubo entre Jaejoong y yo. ¿Qué ganas haciéndome una pregunta así?
-Lo siento… -a pesar de su estado, Jaejoong quedó pasmado por la respuesta de Yunho. Sabía que no era una persona que fácilmente hablaba de sus sentimientos con una extraña, como lo era él en este momento.
El más alto, cansado ya de todo, no respondió a la disculpa y simplemente esperó a que las puertas se abrieran para encaminar a la chica a su departamento. Con sumo cuidado, y tratando de no perder por completo el sentido que le quedaba por el cansancio y los tragos, abrió lentamente la puerta de su morada, notando todo completamente a oscuras. Para evitar despertar a su compañero, quien por el coche que estaba en el aparcadero sabía en ese momento se encontraba allí, iluminó el camino con la lámpara de su celular. Caminaron a paso lento entre las sombras. Para Jaejoong, que era la primera vez que estaba en ese lugar, era difícil andar por el apartamento y sin querer golpeó un taburete en medio de la estancia.
-Silencio -le dijo Yunho en voz baja y aferrándola más- si no quieres que ambos seamos asesinados.- entre la oscuridad vio que los ojos de la chica se agrandaban con temor.
Pasaron algunas puertas, después de rodear los sillones que estaban en la sala. Entonces entraron en la tercera. A pesar de que allí estaban seguros, Yunho prefirió no encender las luces porque estaba aún incómodo por lo del ascensor. Sólo con la luz que se filtraba en la ventana miraba la figura de Karin mientras la ayudaba a sentarse en la cama. Si, se parecen. Respondió mentalmente Yunho a su pregunta aún estando cerca.
-Duerme aquí esta noche, mañana podremos pedir un taxi a tu casa. Yo dormiré en la sala. -el cuarto estaba inundado del aroma a Yunho y Jaejoong se sintió aún más embriagado. No pudo contenerse a sí mismo, y sacando fuerzas que eran extrañas para una “chica” tomó la muñeca de Yunho cuando este estaba dándose vuelta para marcharse y lo hizo caer sobre la cama.
Con gran agilidad puso ambas manos sobre sus hombros evitando que el otro se levantara. Yunho podría haberse resistido. Era el doble de fuerte o más pero no lo hizo y dejó que continuara.
-Yunho…
-¿Si? -Dijo, no mirándola a ella sino a una parte en el techo.
-No respondiste la adivinanza… este es tu castigo. -y sin más se inclinó para besarlo. Fue solo un toque y teniendo de por medio el cubrebocas, pero la cercanía de sus cuerpos y propios perfumes fue como un viaje en el tiempo para ambos, aunque Yunho no podía verlo de ese modo ya que no sabía de las circunstancias. Jaejoong retrocedió unos centímetros, seguía estando cerca, retiró el cubrebocas y la respiración de ambos se mezclaba. El otro lo miraba desde su posición con los ojos llenos de confusión, asombro y dolor.
Jaejoong iba a besarlo de verdad. Lo había decidido. Pero el cuerpo y la adrenalina sentida esa noche le cobraron factura haciendo que perdiera la conciencia no sin antes poder decirle la respuesta a la pregunta que le había hecho durante la última hora.
-Jaejoong…
…
¿Por qué? Me dejaste tan fácilmente.
¿Por qué? Parezco tan fácil para tí.
¿Por qué? Mi corazón se está partiendo en pedazos.
La misma melodía de las últimas dos semanas le anunciaba que su preciado momento de sueño había terminado. Refunfuñando se cobijó dando unas pequeñas patadas, para al final alzar la mano hacia el mueble de madera y apagar la alarma.
-Debo cambiar esa canción o comenzaré a odiarla. -habló consigo mismo antes de dar un gran bostezo. Se sentó en su cama con el torso descubierto a pesar de ser otoño. Su cabello despeinado se encontraba por sin ningún lado. Vió al vacío unos segundos tratando de recordar si tenía algo que hacer esa mañana- ¡demonios! No tenía agenda matutina y olvidé apagar la alarma.
Sería inútil volver a dormir ya que una vez que despertaba difícilmente conciliaba el sueño nuevamente por lo que se puso de pie y buscó una playera que ponerse. Precisamente por eso odiaba cuando lo despertaban, como cuando su hyung se iba de fiesta y…
-¡Hyung! -recordó que una noche antes no había sentido cuando llegó por lo que debió haber sido tarde. -Y eso que se había quejado mil veces de que no quería ir. Pero ahora verá, lo despertaré con el susto de su vida. ¿Qué canción estará mejor? Algo de rock pesado pudiera ser, ¿usaré el sistema de amplificación de audio?
Con el plan en mente salió de su habitación directo hasta la puerta contigua. Buscaba en el celular qué canción pudiera usar, ¿o tal vez un grito en el oído bastará? Abrió lentamente la puerta y vio un bulto cubierto de cobijas.
-Hyung… -dijo en voz baja para comprobar si estaba dormido en lo que se acercaba a la cama. -Hyuuung~ -volvió a decir ligeramente más alto. Estaba a punto de gritar cuando el bulto se movió dejando descubierto parte de una cabellera lacia y unos ojos con grandes pestañas oscuras. -Pero que diab…
Alguien que se encontraba a su espalda le había callado la boca cubriéndola con su mano mientras se sentía arrastrado hacia afuera de la habitación. Una vez quedando liberado afuera se dio cuenta que era Yunho.
-Hyung,.. En tu habitación… eso… ¿qué rayos es? -hablaba entre cortado y hacía ademanes exagerados señalando la puerta que recientemente había sido cerrada. Mientras tanto Yunho sólo le indicaba que bajara la voz con semblante tranquilo.
-No es un “eso” es un “alguien”.
-¡Eso ya lo sé! ¿Crees que soy idiota? -dijo ofendido- a lo que me refiero es a, ¿qué hace una mujer en nuestro apartamento? Y además, ¿es quien creo que es?
Había sido todo muy rápido, pero su primera impresión al ver lo poco que pudo apreciar fue que estaba alucinando fantasmas. Después al pensar en la fiesta a la que había acudido un día anterior y los muchos rumores que había escuchado sobre su gran parecido…
-Si, se puso algo mal y no me quedó de otra que…
-¿Traerla aquí? De todos los lugares en Seúl, ¿¡aquí!? Y además, en tu habitación, no me digas que…
-Mira a tu alrededor primero. -le dijo señalando la almohada y cobijas en la sala.
-Claro, porque después de ese susto, perdóname si no soy la persona más perspicaz del mundo. -comenzó a caminar en círculos mientras se despeinaba aún más el cabello con las manos- ¿y por qué estás vestido así?
-Tengo agenda en media hora. -dijo Yunho mientras comenzaba a doblar las cobijas.
-¿Y eso? -preguntó señalando a la habitación.
-En cuanto se despierte que pida un taxi de la agencia que tiene el edificio y que pase por ella directamente al estacionamiento para no levantar sospechas.
-¿Y me vas a dejar solo en el departamento con una chica? Wow los padres de hoy en día si que son permisivos.
-Callate, no soy tu padre y tú ya superas por varios años la mayoría de edad. Además, no creo que siquiera intentes algo con ella. Sólo limitate a darle las indicaciones. Adiós.
-Pero…
Sin embargo Yunho ya había salido del lugar. Por otro lado, en la habitación de alguien se había despertado por la plática.
Jaejoong sintió los malestares que hace años había dejado atrás después de un día de fiesta. Era como empezar de cero. Quiero morir. Pensó mientras trataba de abrir los ojos con el sol en parte de su cara. Cuando logró ganar la batalla se encontró con un lugar desconocido pero a la vez familiar. Se giró sobre su costado y a lo lejos vio un peluche.
-Hola Bamby, hace tiempo que no te veía -le sonrió como un tonto pensando por un instante que estaba en el año 2008- Un momento..
Extendió sus brazos y desconoció el cuerpo que usaba. Entonces, pedazos de recuerdos de los últimos meses comenzaron a llegar. Lo último fue una visión de él subiendo al escenario del karaoke y bailar mientras veía a Yunho de manera sugestiva.
-Oh, por Dios. -su primera reacción después de mirar todos los lados de la habitación y terminar de confirmar que estaba justo donde temía, fue verse a sí mismo y para su tranquilidad toda su ropa estaba en orden.
¿Qué pasó ayer? ¿Cómo terminé aquí? Es Obvio que Yunho me trajo pero en qué circunstancias. ¿Habré hablado de más mientras estaba con él? Estúpido, estúpido, estúpido. Comenzó a dar golpes a su cabeza mientras se levantaba. Caminó despacio hacia la puerta, la abrió cuidadosamente dejando primero sólo un espacio pequeño en el cual miró para verificar que no hubiera nadie. Si tenía suerte podría escabullirse y evitar la vergüenza de ver a Yunho a la cara hasta que recordara todo lo que había pasado.
Al parecer todo estaba bien. Tal vez Yunho tuviera que irse. Parecía recordar que no habían programado ensayos porque tenía algo programado en su agenda todo el día. Aliviado dio un paso fuera de la habitación.
-En verdad… -un escalofrío lo recorrió cuando a su espalda una voz habló- tú y tu novio parecen estar obsesionados con arruinar la reputación de Yunho-huyng.