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Tentación por Naomiyaoi38

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Notas del capitulo: ¡Segundo capi! ¿Saben? Por lo general odio a Yuûki, pero al mismo tiempo nunca puedo tratarla mal sin razón en alguno de mis fics. Y aunque me caiga de la mierda, en esta trama hasta ha comenzado a caerme bien, o sentir pena por ella. Qué cosas~.

Pero mejor dejo de desvariar y ¡a leer!
Una figura avanzaba con pasos pesados y ligeramente presurosos por los pasillos de la Academia Cross, perdiéndose entre algunos pasillos iluminados por la imponente luna de aquella noche. La figura de cabellos plateados avanzaba, observando ocasionalmente a su alrededor, como si temiera que alguien le siguiera.

Finalmente, llegó cerca de la dirección, inspirando aliviado, mas sin deshacerse de aquel sentir de inquietud el cual le embargaba. Las pupilas de Zero escrutaron a su alrededor, frustrado por la perturbadora sensación de que alguien le observaba, acechándole entre las sombras.

¿Por qué mierda se sentía así? ¡Debía estar enloqueciendo! No existía ninguna razón para que alguien hiciera semejante absurdo, a nadie le interesaría hacerlo. Sin embargo, en el fondo de su ser, un inquietante pensamiento se agitaba, en medio de recuerdos de placer, odio, culpa y de unos ojos los cuales refulgían en un carmesí sobrenatural.

Se estremeció apartando inmediatamente aquel absurdo pensamiento. Kaname no estaba allí. Había logrado huir de él. Ahora estaba a salvo. Definitivamente lo estaba.

—¡Zero!

Su corazón se sobresaltó al escuchar su nombre y sentir un brazo el cual le rodeaba repentinamente por los hombros, haciendo que reaccionara por inercia a punto de golpear a quien osaba tocarle, mas, al girar su rostro y reconocer aquellos ojos avellanas su perturbación desapareció.

—Kaito —gruñó con molestia ante el toque de su amigo desde la universidad, y actualmente colega profesional Takamiya Kaito, quien era el profesor de educación física en esa academia. Sin embargo en el fondo se sentía aliviado de saber que quizás la sensación de ser seguido era meramente culpa de aquel hombre.

—¿Te sucede algo, Zero? Te ves algo... nervioso —comentó enarcando una ceja ante la actitud de Zero, habiéndose percatado de las intenciones detenidas de golpearle por parte de este.

—Sí —respondió escueto librándose del agarre de Kaito—. Solo vine a entregar el índice de notas de mi clase de historia.

Kaito le miró pareciendo no creer del todo en su respuesta, sin embargo no hizo ningún comentario al respecto.

—¿Sabes, Zero? Yo igualmente ya casi termino con algunos documentos. ¿Por qué no vamos luego por un trago para celebrar que falta cada vez menos para tu boda? —dijo Kaito y el recordar su propia boda por alguna razón le causó inquietud—. Aunque al principio haya pensado que habías enloquecido por querer casarte tan joven sabes que te apoyo.

»Aún sigo creyendo que Yuûki aunque sea una buena mujer, no es la persona para ti. Pero siempre has sido tan malditamente terco, y sé que desde la universidad has estado enamorado de ella, pero eres casi como un hermano así que te apoyo —confesó con sinceridad Kaito, y Zero se sintió agradecido por tener la comprensión de Kaito, mas al mismo tiempo el escuchar que su boda estaba cada vez más cerca no dejaba de agitarle.

¿Qué le estaba sucediendo?

—Te lo agradezco, Kaito. Siempre has sido un idiota pero esta vez has dicho algo adecuado —dijo con una tenue sonrisa y Kaito bufó ante el hecho de llamarle «idiota» aunque enseguida correspondió a su sonrisa—. Pero no creo poder hoy. Yuûki me espera —dijo y Kaito gruñó negando.

—Aún no te has casado y ya pareces un viejo marido —comentó con falso reproche.

—¿Por qué mejor no le pides al profesor Kuran Rido que te acompañe? —inquirió y el ceño de Kaito se frunció a la vez que parecía que aquel mero nombre le causaba cierta incomodidad.

—¿Por qué me interesaría ir con él? —espetó.

—Porque creo que a él si le interesaría ir. ¿No es así, Rido? —dijo al hombre tras Kaito, quien giró alarmado ante la repentina presencia del profesor de matemáticas.

—Por supuesto, Kiryuû-san. Y creo que para el señor Takamiya el que yo le acompañe también sería un placer —dijo Rido con leve socarronería y malicia obteniendo un insulto por parte de Kaito.

—Qué vocabulario, señor Takamiya. ¿Y así se hace llamar profesor? Creo que yo debería corregirle, ¿no cree? —comentó malicioso mientras que Kaito se mostraba incipientemente furioso e inquieto.

Zero esbozó una mueca casi imperceptible mientras se alejaba, observando por última vez al par de hombres, sintiéndose casi culpable por arrojar «a las fauces del lobo» a su amigo, siendo consciente del «capricho» de Rido hacia Kaito. Mas, en esos instantes no deseaba seguir escuchando sobre su futuro con Yuûki. Desde que había regresado de aquel viaje tenía una perturbación que no lograba definir qué era, la cual no le abandonaba, y ese día en especial, sentía que lo mejor sería estar solo antes de regresar a casa en donde Yuûki le esperaba. Ya mañana se disculparía con Kaito por haberle abandonado, siempre y cuando este sobreviviera la noche intacto de las intenciones de Kuran.






Unos femeninos y delicados brazos le envolvieron y unos rosáceos labios buscaron los suyos en un beso cálido. Zero correspondió al ósculo para finalmente separarse un poco, contemplando satisfecho el rostro levemente arrebolado de su prometida y la sonrisa en esta al recibirle en el vestíbulo del pequeño pero acogedor hogar.

—¿Vas a alguna parte? —inquirió percatándose del precioso vestido rojo que llevaba Yuûki.

Esta rio suavemente.

—Sí, a cenar contigo.

—¿Acaso no cenaríamos en casa? ¿Qué sucedió?

—¿Necesito responder a eso? —comentó algo avergonzada y una sonrisa se dibujó en Zero mientras le dirigía una mirada burlona.

—Quemaste de nuevo la cena, ¿no es así? Creo que cuando estemos casados me harás morir de hambre.

—Cállate —se quejó Yuûki golpeándole con suave y falso reproche el hombro—. Entonces, ¿vamos a cenar?

Zero suspiró acariciando aquel largo cabello castaño, contemplando con atención a su prometida.

Hacía menos de un par de horas que el recordar su boda con Yuûki le inquietaba, pero ahora que estaba allí, que contemplaba a esa mujer la cual siempre había estado ahí para él, apoyándole siempre; cuando sus padres murieron, cuando su hermano se alejó culpándole absurdamente de aquel accidente... Aquella mujer siempre le había dado su amistad desinteresada, y ahora su amor. Realmente no entendía por qué había sentido eso antes, pero ahora no tenía dudas. No tenía que dudar en lo absoluto sobre compartir su vida con Yuûki.

—Vamos a buscar un lugar para cenar. Es mejor que pensar en que vuelvas a intentar cocinar. No quiero morir envenenado —bromeó asiendo a la fémina del brazo quien se quejó algo ofendida mas enseguida rio dejándose llevar por Zero fuera de la vivienda en busca de su auto.

Y, en el instante en el cual Zero salió al exterior, bajo el frío de la noche, un estremecimiento e inquietud le recorrieron de golpe.

Desconcertado miró a su alrededor sin encontrar nada. Solo se veían las luces encendidas de las otras viviendas y algunos árboles cuyas ramas se balanceaban por el viento. No había alguna razón para aquel sentir. ¡¿Qué estaba sucediendo?! ¿Por qué se sentía observado, como si algo peligroso le acechara?

—Zero, ¿sucede algo? —inquirió Yuûki extrañada por su comportamiento.

—No, no es nada —le tranquilizó dirigiéndose finalmente en busca del auto, sin embargo mientras caminaba por alguna razón el pensamiento de que cada paso que daba estuviera siendo vigilado, acechado por un oscuro y cruento peligro no le abandonó, atormentándole desde entonces durante toda la noche.

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