Tierra neutral, Teiko, se encontraba en todo su expendedor. Cada junta o discusiones entre reinos era arreglado allí, y no solo eso, las bodas de los príncipes herederos también se llevaban a cabo allí. Por eso motivo, cada familia real e invitados se estaban reuniendo en Tierra neutral.
—Estoy emocionado.
—Kazunari, tú te emocionas por cada evento.
—¡Pero es una boda! ¡Una boda!
Soltaron un suspiro. Tetsuya miró al pelo verde —Midorima puedes controlar a tu esposo.
—Son las hormonas...— respondió acomodándose los antejos.
—¿Hormonas?... ¡Esta embarazado!
—Yey— el pelinegro sonrió a todos y acaricio su vientre —Un mini Shin-chan viene en camino...
—Al parecer hicieron bien su trabajo— Daiki abrazó a su prometido.
—¿Ustedes para cuando se casa? — pregunto Shintarō echándole sal a la herida. Pues aún no se había casado.
—En medio año— respondió mientras le besaba la mejilla a Ryō.
—Hablando de bebés... ¿Kise, y los hijos? — comentó Tatsuya. Se había mantenido en silencio mientras arrullaba a su primer hijo, Atsuya Murasakibara, de 8 meses de nacido, un varón pelinegro de ojos violeta.
—Estamos en es... ochh ¡Yukicchi! — se frotó el lugar donde su amado esposo lo había pateado.
—No digas ninguna tontería— se cruzó de brazos.
—Te hará daño seguir pateándome — dijo preocupado.
—No lo hace...
Miraron entre ambos y notaron lo ajustado que le quedaba el traje al pelinegro —¡Yuki está en cinta!
Se sonrojó —Sí. Tenemos 4 meses. Apenas nos enteramos hace un mes.
—Felicidades.
—Nada más hace falta que Ryō y Tetsuya nos den la noticia.
Los mencionados y sus parejas se sonrojaron y comenzaron a balbucear. Pues sabían que Daiki y Ryō ya intimaban, mientras que Taiga y Tetsuya iban muy lentos, el pelirrojo era demasiado penoso.
—¿Cómo vieron a sus hermanos? — cuestiono Tatsuya para cambiar el tema.
—Seijūrō es un manojo de nervios. Teme que Kōki no se case con él— rió, al recordar todas las teorías locas que le impedían que se casara con el castaño.
—Kōki está igual. Pero no tanto como nuestros padres— soltó un suspiro —Creen que es demasiado rápido para dejar ir a su bebé.
—Es comprensible— respondió Shintarō —Les arrebataron a Kōki desde bebé y no lo vieron por 20 años, y ahora que lo encontraron solo logran convivir con él un año y medio.
—Cierto. Pero el enano y Kō se aman— dijo Kazunari sonriendo —. No creo que quieran separarlos más tiempo.
—Exacto.
Mientras ellos seguían hablando. En una habitación del ala izquierda, Junpei y Shun daban los últimos detalles al castaño.
—Estas precioso, Kōki — le acarició la mejilla a su hijo.
—Gracias, papá — susurró apenado.
—Su padre tiene razón— Shun concordó —El príncipe Seijūrō quedará encantado.
Se detuvo frente al viejo espejo. Estaba algo maltratado, y era comprensible, tierra neutral casi siempre estaba abandonada. Parpadeo varías veces, de verdad no parecía él.
Estaba vestido completamente de blanco. Los únicos adornos que llevaba era su corona y el brazalete. Su cabello castaño lo había cortado a su gusto, por lo que llegaba a sus hombros, y era sostenido por unas horquillas en la parte superior.
—Vamos cariño, es hora— dijo, cargó a Hiroshi y se preparó para salir.
—Sí— Se acomodó una vez más la corona, y siguió a su padre. Shun los siguió.
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Shiori y Masaomi rieron discretamente al ver nervioso a su hijo. Jamás lo habían visto así.
—Ya, Seijūrō— Shiori detuvo las manos de su hijo —Te ves perfecto. A Kōki le encantarás.
—Bien... ¿Todo listo?
—Sí— Respondió Reo — Todo está listo. Tendrán una luna de miel inolvidable.
Se sonrojo por el tono insinuante de su amigo. Luna de miel... Algo que ha estado esperando desde que conoció a Kōki
—Dejen de hablar de sexo— shiori se cruzó de brazos— Y vayamos de una vez. No quiero que Kōki piense que fue dejado en el altar, solo porque el novio pensaba en sexo.
—¡Madre!
Masaomi rió — Vamos. se hace tarde.
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Los Akashi arribaron al lugar de las ceremonias y entraron tras el anuncio de Kōtaro.
Entró detrás de sus padres, de reojo pudo observar a su hermano susurrándole algo a Taiga. Frunció el ceño. Esperaba que Taiga no se propasará. Aun recordaba el miedoso Taiga pidiéndole permiso a su padre de cortejar a su hermano menor.
Se detuvo donde le indicaron y esperó...
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Podía escuchar los murmullos.
—No estés nervioso— Teppei sujetó de los hombros a su hijo —. Es tú gran día. Se feliz.
—Gracias, papá.
—No dejes de visitarnos— dijo Junpei.
—Claro que no, papá.
—Se feliz — Los tres se abrazaron.
Tras el anuncio de Kōtaro, los reyes entraron seguidos de su hijo.
La marcha nupcial dio inicio al entrar el castaño.
Kōki camino lentamente hacía su prometido. El lugar estaba más hermoso que cuando se casaron Shintarō y Kazunari, tan solo unos meses atrás...
Miró a los invitados, quienes le sonreían, y buscó a su prometido. Se veía tan guapo en ese traje... Se sonrojó al ver la mirada de deseo y amor en Seijūrō.
Sonrió en cuanto vio a su novio. Kōki lucía tan lindo en ese traje blanco.
Kōki llegó a donde estaba Seijūrō, quien lo recibió sujetándole una mano y besándosela.
—Te ves hermoso.
—Sei...— sonrió feliz. Tenían un mes sin verse.
Tosió un poco para llamar la atención — Estamos reunidos en tierra neural para ser testigos de la unión de los príncipes del reino de Rakuzan y del reino de Seirin.
Kōki se colocó nervioso, reconocía a ese hombre. Nijimura Shūzū, último desendiente de los antiguos reyes de Teiko; reyes que habían perdido el reinado tras arruinar a Teiko, y por ello se crearon los nuevos reino, dejando en el olvido a esa familia. Por ello, sus descendientes eran los que creaban el orden entre los reinos.
—Cómo sabemos ambos reinos han estado en conflicto por 20. Conflicto que el día de hoy a llegado a su fin y han limado esperezas. Ahora Rakuzan y Seirin han decidido unirse en un matrimonio entre el príncipe Seijūrō, heredero al trono de Rakuzan, y Kōki, el príncipe doncel del reino de Seirin
Seijūrō miró de reojo a su novio. Kōki se miraba tan bello y lindo en su traje de novio.
—Seijūrō... Seijūrō...
Parpadeó confundido, y notó que Kōki lo observaba preocupado al igual que sus padres e invitados —¿Qué?
El pelinegro rió —Se que tiene un novio muy bello pero presté atención— al ver el ceño fruncido continuó —Seijūrō ¿acepta por esposo a Kōki?
Ahora entendía la preocupación de todos. Se había perdido en sus pensamientos mientras observaba su prometido —Acepto.
—Kōki ¿aceptas por esposo a Seijūrō?
—Acepto.
—Por el poder que me brindaron 6 reinos, los declaró esposos. Puede besar a su esposo.
Seijūrō se acercó lentamente a su esposo, y lo besó.
Un beso que sellaba un pacto de amor entre ellos.
Las felicitaciones y buenos deseos no se hicieron esperar. Al igual que la fiesta.
—Se ven felices— comentó, Teppei a Junpei mientras cargaba a su pequeño.
—Si...— Junpei miro bailar a su hijo con su esposo —Me duele que se aleje tan rápido. Es un pequeño.
—A mi tambien. Pero Seijūrō es su felicidad.
—Solo lo tuvimos un año con nosotros— dijo con cierta nostalgia.
—Sí— no pudieron recuperar todo el tiempo perdido —Pero mientras Kōki sea feliz, yo soy feliz.
—Yo también.
————
Ya era el atardecer.
—Yo no aprendí andar a caballo.
—No te preocupes. Yo te llevaré— sostuvo de la cintura a su esposo, y lo ayudo a montar el caballo.
—Feliz luna de miel— gritó Kazunari al verlos alejarse —Diviértanse mucho.
Las mejillas del castaño se encendieron en un fuerte rojo remolacha por la insinuación.
—Luna de miel.
Se sorprendió al sentir el beso en la nuca. Nunca lo había besado en esa zona, y ninguna otra que no fuese su cabeza.
—¿A dónde vamos?
—Pronto llegaremos— dijo mientras aumentaba la velocidad del caballo.
Se sostuvo de la silla de montar pero al hacerlo sintió algo entre sus glúteos. Se sonrojo pero no podía hacer nada por la velocidad que llevaban.
20 minutos después llegaron a su destino, y logro reconocer el lugar.
Sonrió al ver la cortina de plantas. La cruzaron con cuidado y quedó sorprendido.
—Wohhhh.
—Tú regalo de bodas.
—Seijūrō...— estaba impresionado.
—Mande a reconstruirla para ti.
—Es hermosa...
Acarició la mejilla de su esposo, y lo besó.
Feliz, respondió al beso.
La torre había desaparecido. Ahora había una casa.
—Vamos— descendieron del caballo y recorrieron el lugar.
Estaba maravillado. Todo era hermoso.
—Aquí pasaremos las vacaciones, y también nos podremos escapar de vez en cuando.
Kōki abrió la puerta que faltaba...
Veladoras encendidas. Rosas por todos lados —Sei...
Jaló al castaño y lo besó. Poco a poco se fueron acercando a la cama. Y la ropa se fue perdiendo.
—¿Tienes miedo?— preguntó al verlo temblar.
Sentía su corazón latir rápidamente. Se sentía apenado. Estaba muy caliente.
—No...— suspiró y dejó de cubrirse —Se amable...
—Siempre mi amado Kōki...— susurró antes de besarlo.
Besos.
Caricias.
Excitación.
Jadeos.
Gemidos.
Y lujuria.
Fueron testigos de su primer noche de pasión.
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—Papi...
—¿Qué sucede cariño?
—Entonces así conociste a papá.
—Así es— cargo a su hijo. Un pequeño niño pelirrojo de ojos rojos y tez morena clara. Le acomodó la corona.
—¿Lo quieres mucho?
—Lo amo. Amo a tú padre.
—¿A quién amas?
—¡Papá!— corrió y abrazó a su padre.
—Campeón— le hizo cosquillas —¿Entonces, a quien amas Kōki?
—A usted mi amado Rey— respondió con una sonrisa confiada.
Suspiró y se acercó a su esposo. Lo besó —Espérame despierto esta noche.
—Lo que ordene majestad.
—¿Van a jugar?— preguntó entre sus padres.
—Por supuesto, príncipe Seikō. Buscaremos un segundo príncipe.
—¿Eh?
—¡Seijūrō!— gritó avergonzado y aterrorizado, pero también feliz por la propuesta.
Rió al ver la reacción de Kōki. Tan dulce e inocente su único amor.
Sin duda, conocer a Kōki fue lo mejor.
Fin