--Y así su tío Itachi se cayó por las escaleras—exclamo Deidara, tomando de una taza de té.
--Vaya…--dijo Shiro, sentado en el suelo, algo pensativo--¿Y no le paso nada? —
--Itachi tiene la cabeza más resistente que he visto, blanquito…--
--Sabes que cuando mama te dijo que nos cuidaras no se refería a esto, ¿cierto? —musito Menma, reventando una bomba de chicle en su boca—Llevamos tres horas escuchando los accidentes y cosas que le hacías con a tus antiguas parejas—mascando su goma de nuevo—Y al parecer al tío Itachi no le molesta…--mirando al Uchiha, sentado cómodamente a su lado, con una sonrisa de idiota enamorado.
--Le gusta que le cuente cosas que pasaron durante nuestros inicios de relación, marquitas, es un poco extraño y fácil de convencer…--volviendo a tomar de su té, colocando la taza en la mesita.
--Por sexta vez, me llamo Menma—señalándose—No “marquitas”—
--Como si me importara…--frunciendo los hombros, mirando a sus once sobrinos y a su hijo sentados en el suelo—No entiendo como Naruto sabe todos sus nombres, muy apenas se me el mío…--
--Mamá utiliza una técnica para saber nuestros nombres de manera más sencilla—dijo Yato, frunciendo los hombros, sacando una cadenita de su cuello—Cada uno tiene un dije con su inicial, así es sencillo de saber…--dijo, a la par que todos sacaban su cadenita, mostrando su inicial—Y si eso no funciona, todos tenemos un brazalete con nuestro nombre, que solo mama puede quitar…--enseñando el brazalete de su mano.
--Ahhh… aun así son muchos nombres…--
--Si tú lo dices, tío Deidara…--exclamo tiernamente Shiro, sonriendo—Imagina cuando lleguen los demás…--sonriendo más, mirando a sus hermanos.
--¿Q-que quieres decir con eso? –decía anonado Deidara, soltando su taza de té.
--No sé, averigualo, tío Deidara…--sonriendo, saliendo de la habitación dando brinquitos.
Todos miraron la escena anonados, cuatro con la boca abierta.
--Es genial cuando Shiro saca su lado malvado…--dijo Menma, fingiendo llorar—Crecen tan rápido…--llorando en el hombro de Yato, siendo consolado por este.
--Lo sé, lo sé…--aun consolándolo, mirando a sus demás hermanos--¿Saben a qué se refiere con eso? —
--Realmente no…--dijeron los trillizos menores a la vez, dando escalofríos a sus tíos y primos.
--Todos sabemos que Shiro siempre está en las nubes…--exclamaron los gemelos malvados, digo, idénticos, sonriendo maliciosamente—Pero cuando se pone serio, siempre tiene razón—aun con su sonrisa malvada, saliendo de la habitación para buscar a su hermano mayor.
--Vámonos, enanos—dijo Menma, limpiando sus lágrimas, poniéndose de pie—Cuidado con Hikari, parece que se durmió del ABURRIMIENTO—burlón, mirando a su hermano dormido en la silla de ruedas.
--Yo lo llevo, debe estar cansado…--comento Ryu, tomando las manijas de la silla de su hermano gemelo.
--Adiós tío Deidara, tío Itachi, bichos; nosotros iremos a tomar una siesta…--Menma hizo una reverencia, mientras veía a sus hermanos irse de la sala—Ustedes sigan pensando en lo que dijo el adorable Shiro…--burlón, siguiendo a los demás.
--D-Dios…--dijo dramáticamente Deidara, sosteniéndose de su esposo–D-Dime que no dijo eso, dímelo…--
--C-creo que es exactamente lo q-que dijo, D-Dei…--igual de dramático, perdiendo su fuerza.
--E-esperemos q-que eso no s-signifique m-más p-primos…--decía Laurette, mirando a su pelirrojo primo con miedo.
--Y-Yo t-también q-quiero eso…--
Un aura oscura surgió en la sala de la mansión Uchiha, mientras otros 10 pequeños dormían tranquilamente en su habitación.
***************************
--Okay… ¿Qué está pasando aquí? —exclamo el patriarca Uchiha, mirando a sus nietos varones jugando un juego de mesa enorme en el suelo, mientras que su hijo, nuero y nietos donceles se miraban idos en la sala.
--Hola abuelo…--dijeron los diez al mismo tiempo, sonriendo.
--Amm… ¿Hola? —poniéndose de cuclillas--¿Me dirán que sucede aquí? —
--Bueno, estamos jugando un juego de mesa que nosotros mismos inventamos—musito Menma, sacando un libro de pasta verde y mostrando varias figurillas de metal—Es una combinación de serpientes y escaleras, ajedrez, damas chinas, bingo, Calabozos y dragones, Monopolio y Maratón…--dándole el libro, mostrándole una figurilla que tenía—Pueden jugar de 2 a 25 personas, aunque necesitas leer el libro de reglas, elegir tu figura, una libreta de notas color amarillo, un lápiz número dos, pluma de tinta azul y calculadora científica para jugar…--mostrando todo lo que le dijo, al igual que sus hermanos, cada uno con un libro y calculadora de diferente color--¿Juegas, abuelo?—
--Amm… No…--confundido por lo que había dicho, negando un poco con la cabeza—Lo que quería saber es porque están ellos así…--apuntando al sillón, donde estaban los otros mirando a un punto fijo de la habitación.
--Ah, eso, pues no sé, han estado así desde hace tres horas…--frunciendo los hombros, retirando el libro de sus manos, volviendo a su posición inicial—Nosotros llevamos jugando todo ese tiempo, y como que no se han movido para nada… --Tomando tres dados de 36 caras en su mano, agitándolos para después lanzarlos--¡JA!, tengo poder infinito, me muevo 10 espacios y gano 25 billetes—
--Si, si, lo que digas…--exclamo Yato, dándole el dinero—Caíste en una casilla de pregunta, si resuelves la pregunta podrás tener la oportunidad de derrotar al jefe y ganar la oportunidad de obtener todas las riquezas del reino…--sacando una tarjeta, mirándole confiado.
--Lanza la pregunta, hermano…--
--Te toco videojuegos, Menma…--mirándole aun con confianza, como si fuera a perder—¿Cuál fue el primer huevo de pascua de la historia? —
--Fue desarrollado por Warren Robinett en su juego Aventura, simplemente por el hecho de que los directores de la empresa creadora del Atari 2600 no quería incluir el nombre de los diseñadores de los videojuegos, por lo que el incluyo su propio nombre dentro del mismo; nadie se dio cuenta, y ahí nació el primer huevo de pascua de la historia—confiado, mirándole a los ojos burlonamente.
--Si…--metiendo de nuevo la tarjeta en su lugar, algo molesto—Puede que tengas poder infinito, pero todo depende del arma que te toque, hermanito…--
--No te preocupes, hoy estoy de suerte…--agitando tres dados de ocho caras, con confianza.
--Amm… yo me iré…--dijo su abuelo, mirando como todos seguían distraídos con su juego de mesa—Diviértanse, supongo… yo iré a la cocina… si…--huyendo de ahí, escuchando aun la lucha de sus nietos en el juego de mesa--¿Qué demonios comen estos niños? —
--¿Y yo que quieres que sepa? —decía una Mikoto llena de harina, cocinando algo en la cocina—Yo solo sé lo que no pueden comer…--
--¿Qué demonios paso contigo? —quitando algo de comida que estaba en su cabello—No creo que hayas estado así en la mañana—
--Estoy tratando de hacer algo de comida para los niños…--cansada, agitando algo dentro de un bowl—No han comido nada desde la hora del desayuno, y según esta hoja que me dejo Naruto debieron de haber tomado un refrigerio hace media hora…--algo estresada, amasando lo que se que estuviera haciendo con más fuerza.
--Amm… ¿Tranquila? —nervioso, sin saber que decir.
--¿Cómo quieres que esté tranquila si ni siquiera sé qué demonios deben de comer esos niños? —mirándole molesta, como si quisiera matarlo con la mirada.
--Amm… ¿N-no se? —esperando no morir por su respuesta.
--Ya veraz…--a punto de golpearlo con el rodillo para amasar.
--¿Abuelo, abuela? —exclamo Shiro, entrando en la cocina--¿Qué hacen? —
--Nada, nada, mi amor…--dijo la mujer, mirándole dulcemente--¿Qué pasa, pequeño? —
--Amm…--algo confundido—Menma dice que hay comida en el refrigerador, que sus gritos se escuchan hasta haya y que no puede concentrarse…--con un tono completamente inocente, sonriendo.
--¿Eh? —
--Y que si puedo tomar una botella de agua, porque la suya ya se terminó…--
--S-Si, pequeño…--perdiendo fuerza, recargándose en la barra.
--Gracias abuela…--sacando una botella de agua del refrigerador y enjuagándola bajo el chorro de agua—Nos vemos…--saliendo de la cocina, dando saltitos.
--Ahhh… moriré de estrés…--aun recostada sobre la barra, sin ganas de hacer nada.
--No te preocupes, Mikoto, los chicos volverán a su casa en dos días, y ya tendrás tiempo para relajarte…--dijo Fugaku, tratando de tranquilizarle de alguna manera.
--A veces no sé si es bueno tenerles aquí o extrañarles siempre…--
--¡¡¡AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!—se escuchó un grito desde la sala, advirtiendo a ambos, que salieron de ahí corriendo.
--¿¡Que pasa!?—exclamo Fugaku, mirando a Menma recostado boca abajo en el suelo.
--¿¡Te pasa algo, pequeño!?—adelantándose, y arrodillándose al lado de su nieto--¿Te duele algo, te sientes mal? —
--No se preocupen por él, abuelos…--dijo Yato, mirándoles algo serio—Menma esta así porque Shiro gano el juego de mesa…--
--¿Eh? —confundidos, mirándose el uno al otro.
--T-tres d-dados e-en u-uno, c-con un g-globo d-de a-arma… d-dueño de casi todas las propiedades del tablero… ¿C-como pudo ganarme? —con lágrimas en los ojos, algo consternado, débil en el suelo.
--A veces así pasa, Menma, no siempre puedes ganar…--decía el tierno Shiro, con una sonrisita en su rostro.
--Ahhh… voy a morir… q-quiero f-flores de f-fuego en mi funeral…--débil en el suelo, dramático.
--Bueno, bueno; ya mucho drama…--exclamo Yato, negando con la cabeza—No siempre puedes ganar, Menma; además, Shiro gano limpiamente—
--L-lo se… pero aun así duele…--
--Ahhh… deja de ser tan dramático, y ayudanos a guardar el juego…--comenzando a juntar las piezas, al igual que todos.
--Si…--exclamo Menma, dejando el dramatismo y ayudando a sus hermanos.
--El dramatismo es de familia entonces…--murmuro Fugaku, mirando de reojo a su esposa, hijo y nietos; con una gotita en la sien.
***************************
--¡Ya llegamos, niños! —exclamo Naruto, abriendo la puerta, con Sasuke detrás de él.
--¡¡Mamá, papá!!—gritaron los diez niños, acercándose corriendo a sus padres, abrazándolos entre todos.
--Los extrañe, mis niños…--dijo el rubio, besando las cabezas de sus hijos, acariciando sus cabellos también--¿Se portaron bien, amores? —
--Si, mamá, nos portamos bien…--musito Menma, mirándole a los ojos—Hemos jugado juegos de mesa todo el día, y escuchado historias del tío Deidara…--
--Me alegro, bebés…--sonriendo alegre, esperando a su esposo—Ahora hay que dormir, niños, mañana es el último día con la abuela, nos tenemos que ir en dos días, amores…--mirando a sus hijos—Tenemos que ir a Francia, niños, volveremos en seis meses…--
--¡¡Si, mamá!!—exclamaron todos los pequeños, sonriendo abiertamente.
--¿Crees que podremos comer macarone, mamá? —pregunto Hikari, con ojos brillantes.
--Si bebé, aunque debemos elegir bien, mi niño…--besando la cabeza de su hijo, pellizcando levemente sus mejillas—Ahora a dormir, peques, que hay que descansar, amores…--
--Si, mamá…--dijo Menma, saliendo frente a todos—Ya escucharon, todos a dormir...—caminando en dirección contraria a la puerta, dirigiéndose a la habitación—Recuerden que hay que lavarse los dientes y ponerse el pijama, ¡Vamos! —sin mirar atrás, siendo seguido por la mayoría de sus hermanos.
--Mamá…--exclamo con voz tierna el pequeño Shiro, mirando al rubio con sus enormes y rojos ojos.
--¿Si, mi amor? —poniéndose de cuclillas, alcanzando un poco su altura.
--¿Si sirvió mi carta a la cigüeña, mamá? —sonriéndole, mirándole emocionado, siendo recibido por las miradas anonadas de Naruto y Sasuke.