- Killer, ¿Qué estás haciendo?
- Viendo las estrellas.
- Eso es aburrido, vayamos a jugar. ¡Mamá me compro un poco de metal y podríamos armar un buen robot con eso!
- No es aburrido y después Kid, quiero seguir viendo las estrellas.
El pequeño pelirrojo bufó suavemente en modo de frustración, no entendía que tanto le veía el mayor a las estrellas. Se acostó junto a él en el patio e intento ver que era el encanto que según el mayor tenían. Estuvo ahí por un rato y aún no entendía. Solo eran puntos brillantes.
- Killer no entiendo.
- Solo son estrellas, no tienes que entenderlas solo admirarlas.
- . . . . . . . . .
- . . . . .
- . . . Sigo sin entender Killer. ¿Esto es algo de mayores?
- Supongo, no sé. Siempre me han parecido bonitas… Me hacen recordar cosas…
- ¿Qué cosas?
- Recuerdos bonitos y momentos que he pasado con las personas que más quiero. Siento que al ver las estrellas puedo estar cerca de alguien, aunque en realidad esté muy lejos.
- Ah…
Entonces quedaron nuevamente en silencio, pero esta vez Kid parecía comprender mejor la situación. Las estrellas de verdad eran bonitas, eran muy brillantes. ¿De verdad servían para recordar a alguien que quieres? En esos momentos el pelirrojo no pudo evitar pensar en Killer, recordar los momentos que habían pasado juntos y todo lo que habían disfrutado. Vaya, Killer se había convertido en una persona realmente importante para él, era como su mejor amigo… pero diferente, mejor. Killer había tomado muchísima importancia en su vida en tan solo un año.
- Killer, ¿Tú en quien piensas cuando vez las estrellas?
- En una familia.
- ¿Por qué una familia?
- Algún día quisiera tener una familia y vivir en una casa con un perro y un gato. Y también un trabajo donde pase armando cosas.
- Ah…
- ¿Y tú en que piensas?
- En ti.
Él no era una persona de evadir un tema o sentir mucha vergüenza, así que solamente lo dijo. Además, con Killer sentía mucha confianza y no le importaba decir mal las cosas o decir cosas que no debía. Pero eso no cambio que el rubio abriera sus ojos por debajo de su cabello, sorprendido por lo que decía su amigo. No se esperaba esas cosas de Kid, pero lo hizo sentirse especial.
- Killer, algún día yo te daré todo eso que quieres.
- ¿Qué cosa? ¿La familia?
- Sí, y la casa y el perro y el gato.
- Kid no seas tonto, solo tienes 8 años.
- ¡Hablo en serio! Algún día te daré todo eso y viviremos juntos y seremos una familia
- ¿Tú y yo?
- Sip. Pero yo le pongo nombre al perro y tú al gato.
El rubio solo pudo empezar a reír suavemente al escuchar todo lo que decía su amigo. Era divertido hasta cierto punto, Kid parecía realmente decidido a cumplir lo que decía… Aunque era probable que no se acordara en una semana, así que decidió seguirle el juego.
- Está bien. Entonces el gato se va a llamar… Stella y que mejor sea una gata.
- Entonces el perro se va a llamar… Uh… Um… Mond. Sí, Mond.
- Entonces es un trato Kid, espero que lo cumplas.
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"Kou nattara ii na" no mousou to genjitsu ni
isseki wo toujite kosei wo migake
kakaenayamu nandai wo mata hitotsu shoukyo
atama kara ketsu made sore ga wa ga entame
Boom, boom, boom, dancing through th-
- ¿Diga?
Dijo un pelirrojo, ahora de 16 años, al contestar su teléfono. Sonaba aún dormido, pues se acababa de despertar. Y le hubiera encantado seguir durmiendo, no sin antes maldecir al que lo había llamado tan temprano. Encantado hubiera hecho eso… de no ser por quien lo estaba llamando. Reconocería esa canción donde sea que estuviera, era el opening del anime favorito de Killer. Por Killer podría despertarse a mitad de la noche e ir a donde le pidiera sin enojarse. Bueno tanto así no, sí se enojaría pero lo haría de todos modos. Killer se había convertido en una persona sumamente importante para él, era mucho más que su mejor amigo. Igual siempre tenían ese cariño y confianza de amigos pero él también sentía un amor romántico por el rubio. Amaba a Killer con toda su alma.
- Kid, ¿Dónde carajos estas?
- En casa Killer… son vacaciones…
- No puede ser… -se pudo oír un suspiro de cansancio atreves del teléfono- ¿Kid se te olvida que día es hoy?
- … ¿Martes?
- ¡Es 10 de Enero imbécil!
Ah cierto, es su cumpleaños.
- ¿Y?
- ¡¿Cómo que “Y”?! ¡Heat, Wire y yo te estamos esperando en el centro comercial!
- Uh… Lo siento, ya casi llego.
Vaya, realmente se había olvidado de su cumpleaños. No tardó mucho en estar afuera de su cama y corriendo hacia el baño. Él no era una persona de muchas fiestas, tampoco lo eran sus amigos, así que siempre en sus cumpleaños salían a comer juntos y hacer lo primero que se les viniera en mente. Una vez para el cumpleaños de Heat habían terminado en un espectáculo de traga fuegos, pero eso no era lo… “interesante” de la situación. Lo interesante fue que Heat se les unió y al final hasta le ofrecieron trabajo. Todavía se seguían riendo de eso.
Tomó una ducha rápida y se vistió con unos jeans negros, una camisa de manga corta color azul naval y su particular pero favorita chaqueta. Era de cuero negro con detalles rojos hechos de un tipo de tela de peluche y con botones dorados. Única pero le quedaba perfectamente bien. Luego de eso se puso su posesión más preciada, unos anteojos protectores que Killer le había hecho. Al principio se suponía que solo serían para proteger sus ojos mientras trabajaban con metal pero le habían gustado tanto que no pudo separarse de ellos y ahora se habían convertido en una extensión de él, era extraño verlo sin ellos.
Bien, ahora si tenía que darse prisa o Killer de verdad iba a matarlo.
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- ¡Feliz cumpleaños Kid! Tu regalo.
- Ten, aquí está tu regalo.
En estos momentos se encontraban el grupo de amigos, celebrando el cumpleaños del pelirrojo, en uno de sus restaurantes favoritos. Hasta ahora la habían pasado muy bien, compraron algunos materiales para su próximo proyecto, jugaron videojuegos un rato y ahora estaban comiendo. Era una escena divertida de ver, ellos no eran el grupo más normal del mundo.
- Feliz cumpleaños es lo único que puedo decirte, porque no te dio la gana decirme que querías para tu cumpleaños
Se podía oír el enojo en las palabras del mayor, porque en su cara no se podía notar. Seguía teniendo el pelo y el flequillo muy largo, lo que le tapaba los ojos. Y usaba una bufanda azul con blanco a rayas, que había sido un regalo suyo, que le tapaba casi hasta la nariz. Nunca habían entendido porque al mayor no le gustaba mostrar su cara pero se lo habían respetado. Al menos cuando estaban él y Killer solos, se quitaba la bufanda y podía ver su sonrisa. Rayos, tenía que dejar de pensar en eso o se iba a sonrojar y con su piel obviamente se iba a notar.
- Es una sorpresa. Puede que te haga mi esclavo por un día
- Jajá. Que chistoso.
Lo que quería de regalo de cumpleaños por parte del rubio era algo que solo él podía saber y que solo él podía cumplir. Quería ver sus ojos, ver su cara completa. Ya había tratado muchas veces de descubrirle la cara pero siempre fallaba y terminaba golpeado, Killer de verdad no quería que viera sus ojos. Pero esta vez sería diferente, tenía un plan que no podía fallar. Luego de sus cumpleaños, Kid y Killer se quedaban a dormir en la casa del cumpleañero, donde simplemente disfrutaban de la compañía del otro. Además de que ahí también planeaba confesarle todo a Killer, así que se había preparado en exceso. Todo tenía que salir bien.
- ¡Oh! Mira Torao! ¡Alguien cumpleaños!
- Luffy-ya te he dicho mil veces que no me llames Torao
No puede ser… no podía creer que estuviera escuchando esas voces justo en su cumpleaños, ¡y justo cuando traían el pastel!
- Oh, mira es Kid! ¡Feliz cumpleaños!
Excelente, se habían acercado a su mesa. Luffy era su compañero de clase y no es que le cayera mal sino que… era demasiado. Muy feliz, muy hiperactivo y muy metido en lo que no le importaba, en especial cuando involucraba comida. Law por otro lado… no es que le cayera mal pero tampoco le caía bien. Y le irritaba demasiado. Era compañero de clase Killer, hace dos años y por lo que le había contado el rubio, estudiaba medicina en su misma universidad.
- Hola Luffy, Law -Dijo el rubio siendo cortés, porque sabía que Kid no les iba a responder-
- ¿Me dan pastel?
- No. -Dijo el pelirrojo-
- Aw, ¿Por qué no?
- Vamos Luffy, yo te compro pastel.
- ¡Sí! ¡Gracias Torao!
- Feliz cumpleaños, Eustass.
Dijo el moreno en un tono sarcástico y se fue con el hiperactivo pelinegro a comprar un pastel, no sin antes asegurarse de que el pelirrojo viera el beso que le daba a su novio. Una de las muchas cosas que le irritaban de Law era que parecía quererle tirar todo su amor en la cara y restregarle en cara de que el tenia novio y él no. Pero todo eso iba a cambiar esa noche, si todo salía bien, le iba a restregar su noviazgo en la cara a Law también.
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- Kid, ¿me vas a decir de una vez por todas que quieres de regalo?
Le dijo el rubio a Kid como por enésima vez en el día. Se había pasado todo el tiempo en el centro comercial preguntándole y el pelirrojo seguía sin querer decirle que quería. Ahora ya estaban en casa de Kid, acostados en un motón de mantas y maratoneando un anime o pelicula. Era algo infantil, más para Killer que ya tenía 20 años, pero las mantas eran muy suaves y cómodas… además Kid era el único que lo veía así que no importaba. Claro que el pelirrojo sabia de sobra eso y al propio había comprado las mantas y almohadas más esponjosas y suaves que había encontrado.
- ¿Estás listo para saber?
- Kid no voy a ser tu sirviente.
- No es eso, es mejor.
El pelirrojo tenía una sonrisa algo traviesa en su rostro, que debió parecer más malvada que otra cosa porque el rubio instintivamente se alejó un poco de él. Kid pauso la que era su película favorita, Professor Layton and The Eternal Diva, y se volvió hacia Killer, quedando justo frente a él y mirándole directamente su rostro.
- Quiero ver tus ojos, quiero ver tu rostro completo.
- . . . . . . . . . .
- . . . . .
- Vete a la mierda Kid.
En serio, ¿qué podía ser tan grave para que no le dejara ver sus ojos? No es como si él se fuera a burlar o algo, jamás haría algo así. Además, ¿No se tenían la suficiente confianza entre ellos? Quería demostrarle a Killer que podía confiar totalmente en él, que no se burlaría de lo que tuvieran sus ojos y que no le diría a nunca a nadie. Así que con una mirada determinada en el rostro, dirigió su mano al rostro de Killer para apartar su cabello. Pero no estuvo ni cerca cuando el mayor le dirigía su puño directo a la cara con toda la intención de golpearlo, mas no tuvo éxito ya que el pelirrojo lo paró con su mano izquierda y con la otra tomó la otra mano del rubio para evitar más posibles golpes. Ahora ambos tenían una mirada fiera en sus rostros, ninguno se daría por vencido, pero la mirada de Kid ganaba determinación a cada segundo mientras que la de Killer comenzaba a debilitarse. Comenzaron un forcejeo, Killer buscando liberarse de Kid y Kid intentando inmovilizar a Killer. Al final, el que tenía todas la de ganar y el que ganó, fue el pelirrojo. A pesar de ser cuatro años menor que el rubio, era más fuerte y alto que el, cosa que le dio mucha ventaja en la situación. Al final Kid terminó encima del rubio, sosteniendo el cuerpo del contrario con sus piernas y sostenía ambas manos del rubio con una suya. Al fin había llegado el momento que tanto había esperado todos esos años. Lentamente usó su mano libre para levantar el flequillo del chico que tanto quería y se sorprendió un poco con lo que encontró. Los ojos más bellos que jamás hubiera visto lo miraban de vuelta con algo de miedo en ellos. Uno era color esmeralda y el otro era de un gris plateado hermoso, Killer tenía Heterocromia. En su mente Kid los comparó con gemas de verdad, una esmeralda y un zafiro estrella gris, pero los ojos de Killer eran más hermosos.
- K-Kid suéltame por favor…
- Killer… ¿porque me ocultaste esto por tanto tiempo?
- ¡Porque no es normal Kid! ¡Es horrible! ¿Por qué crees que me mudé aquí? No paraban de molestarme, todos me decían que era un monstro y todos se alejaban de mí… No quiero que tú te vayas también…
En ese punto al mayor se le escaparon unas lágrimas, no soportaba el hecho de que el contrario lo estuviera viendo así. Por fin había descubierto su secreto y ahora se alejaría de él. Y le aterraba la sola idea de pensarlo, quería demasiado a Kid, lo quería más que un amigo pero tenerlo como amigo era suficiente para él… solo esperaba que Kid no estuviera asqueado y siguiera siendo su amigo.
Pero todas las dudas que tenía se esfumaron en un segundo al sentir los labios del menor en los suyos. Por un momento quedó en shock pero llevaba demasiado tiempo queriendo eso como para no corresponder rápidamente. Kid le había soltado las manos y ahora lo abrazaba por la cintura, dándole oportunidad a el de rodear el cuello del menor con sus brazos, disfrutando más del beso y del momento.
- Killer, jamás creería eso. Tú no sabes la belleza que irradias ante mis ojos.
- Nunca creí que fuera a escucharte decir esas cosas… No eres del tipo romántico.
- Solo contigo lo soy.
Dijo sonriendo y volvió a besar al rubio, el cual aceptó con gusto. Kid de verdad podía ser romántico pero solo con Killer, Killer sacaba lo mejor en él, sabia controlarlo cuando estaba enojado, ponerlo feliz cuando estaba triste, doblar su felicidad en momentos alegres. Killer lo completaba perfectamente. Podía tener solo dieciséis años pero podía decir con toda la firmeza y seguridad del mundo que quería estar con Killer el resto de su vida. Lo amaba con todo su alma.
- Te amo Killer.
- Yo también Kid… Y mucho
Luego de eso los besos se fueron haciendo cada vez más apasionados, desprendiendo todos los sentimientos que ambos habían guardado. Kid no tardó mucho en meter sus manos debajo de la camisa de Killer, sintiendo cada centímetro de esa miel ligeramente morena y parando un momento para jugar con los pezones del mayor. Rápidamente le quitó la camisa al contrario y estaba a punto de quitarse la suya también cuando fue detenido por el mayor. Le sorprendió, ya que desde su punto de vista ambos querían seguir.
- ¿Te hice algo malo? ¿Te lastime?
- N-no, no es eso… Es solo que…
- ¿Qué pasa? Sabes que puedes decirme lo que sea
- Kid yo… n-necesitamos usar protección, y-yo… puedo engendrar…
Kid no hizo más que sonreír ante lo sonrojado que estaba el contrario. Ciencias era una de las pocas materias en las que de verdad ponía atención y en una de sus clases habían hablado de eso, de cómo habían muy pocos hombres que nacían con una condición biológica especial la cual les permitía quedar embarazados. No le preocupaba ni le molestaba la noticia, al contrario, más bien le alegraba. Eso significaba que algún día iban a poder tener una familia e iba poder cumplir la promesa que le había hecho al rubio, lo que justamente había soñado esa mañana. Pero por ahora eran muy jóvenes para eso, más tarde pensaría en eso.
- No te preocupes.
Le dedico una sonrisa y lo besó suavemente de nuevo para luego separase un poco y abrir un cajón de su mesita de noche y sacar un condón. No es que los tuviera ahí porque los usaba constantemente, nada más lejos que eso, solamente que… realmente estaba preparado para todo, absolutamente todo. Muy pronto los apasionados besos continuaron y sus ropas se encontraban en algún lugar del suelo, la erección de ambos era más que notoria y se notaba que ambos querían continuar rápido. Pero Kid quería que Killer disfrutara cada segundo de eso, así que empezó a preparar al rubio, insertando un dedo y luego dos, moviéndolos suavemente con cuidado de no lastimar a su amado. Supo que el mayor estaba listo cuando este asintió con la cabeza, entonces tomo el preservativo y se lo colocó en su miembro antes de penetrar suave y cuidadosamente al contrario, y moviéndose una vez que le indico que estaba bien. Kid comenzó a moverse lentamente para luego ir subiendo el ritmo. El placer no tardó en hacerse presente en el rostro de ambos, el miembro de Kid rozaba a Killer en los lugares adecuados y el interior de Killer estrechaba mucho el miembro del pelirrojo. El placer prácticamente irradiaba y se acumulaba en la habitación, junto con los gemidos del rubio que eran música a los oídos de Kid. El placer era demasiado para Killer y no tardó en venirse con un fuerte gemido, soltando su esencia en el pecho del menor y estrechando su miembro. Con esto Kid tampoco aguanto mucho y luego de unas cuantas estocadas se vino también. Apenas recobro un poco su aliento salió del interior del mayor, se quitó el preservativo y luego se acomodó junto al rubio, abrazándolo y poniendo una manta encima de ambos. Killer inmediatamente se acurruco en su pecho y Kid le besó suavemente la frente. No tardaron mucho en quedarse dormidos, cansados pero con una enorme sonrisa en el rostro. Ambos sumamente felices de por fin poder estar como querían uno con el otro y por fin poder quererse, no, amarse todo lo que deseaban.
Y sabían que eso solo era el comienzo, el comienzo de su relación de noviazgo, el comienzo de su aventura. Podrían enfrentar lo que sea mientras estuvieran juntos, antes igual estaban juntos pero ahora era diferente, su lazo de amistad se había fortalecido con amor. Algo que los mantendría juntos para siempre quisieran o no.