Se encontraba comiendo, si es que se le podía decir así, las delicias preparadas por el Dios de la cómoda hecho hombre, mejor conocido como KyungSoo, el novio de su hermano mayor JongIn.
La historia de como se conocieron era bastante graciosa, claro, un chico bajito de piel extremadamente pálida persiguiendo a otro de estatura envidiable con piel color canela y una mancha de chocolate en la boca, con una cuchara de madera en la mano mientras le gritaba maldiciones por haber comido su paste en medio de la universidad no se veía todo los días.
Su hyung aun le daba un golpe cada vez que recordaba que por su culpa casi había reprobado su examen final, de no ser porque tenía un pastel de repuesto, el precavido vale por dos, no habría podido graduarse.
El no podía avergonzarse de su forma de comer ya que su hermano no estaba mejor que el en este caso y al hermano de este le encantaba su forma de demostrar que su comida era deliciosa, más aún sus galletas.
—Baekkie, cariño, mas despacio no quiero que te ahogues—hablo con ese aire maternal que desprendía a su alrededor mientras le limpiaba con un pañuelo el bigote que le había dejado la leche chocolatada.
—¡Oye!, deberías cuidar de mí, yo soy tu novio, no él.—Alegó en un puchero al mayor de los tres, si, KyungSoo era mayor que su hermano, por un año y dos días exactamente.
El chico de labios acorazonados blanqueó su ojo al oír el reclamo de su pareja, sin importar que edad tuviera JongIn siempre se comportaría como un niño.
—Pero BaekHyun es mi bebé— dejó un beso sobre la frente del mencionado. JongIn abrió la boca indignado se levantó dejando de lado las galletas levantándose rápidamente para salir del lugar escaleras arriba, no sin antes decir un:
— Me siento engañado.
BaekHyun y KyungSoo quedaron en silencio viéndose entre sí y luego en la dirección en que se fue JongIn, segundos después estallaron en carcajadas mientras se retorcían en sus lugares. Después de varias lágrimas se detuvieron, Baek llevó los platos sucios a la cocina y se disponía a lavar estos hasta que una mano lo detuvo.
— Déjalo, lo haré luego. Por supuesto que primero tengo que hacer que deje de estar "indignado" —haciendo comillas con sus dedos en la última palabra — ¿cómo vas con lo del recital de invierno?, ¿sabes ya que canción cantarás?
—No, aún no. No puedo encontrar la indicada, no lo sé. —Cada final de curso, su instituto daba un recital en el que participaban los estudiantes de la clase de música y también la de danza, aunque cualquiera que quisiera participar podía hacerlo, incluso cada año se presentaban personajes reconocidos.
Este año el profesor de música lo había escogido para que hiciera el acto de abertura, su voz era como el cantar de los ángeles según él, buscó por horas la canción, pero no encontró ninguna que quisiera interpretar. No quería solo cantar una canción que le pareciera bonita, no, quería una que tuviera sentimiento y que pudiera transmitirlos hasta hacerlos llegar a cada fibra de las personas, para él eso era la música, poder transmitir emociones en cada melodía, acorde o nota.
—Toma— KyungSoo le tendió una bolsa de regalo con una sonrisa acorazonada dibujada en sus labios. La tomó viendo instintivamente el interior de ella, después de comprobar su interior se lanzó rápidamente a los brazos de su hyung repitiendo muchas veces «gracias».
—Le encantarán, muchas gracias.
— Después tienes que contarme absolutamente todo, con puntos y señales ¿entiendes?— Asintió.
— Hyung, ya es un poco tarde y creo que es hora de irme, además creo que alguien está esperando una reconciliación— movió las cejas graciosamente de arriba a abaja, el mayor guiñó un ojo siguiéndole el juego, aunque ambos sabían que no era mentira.
BaekHyun caminó hacia la entrada y agitó su mano en el aire como una despedida y el bajito de labios acorazonado le devolvió el gesto, salió de la casa y le envió un mensaje a su padre para que pasara por él. Se fijó en la hora y vio que eran las once con treinta minutos, y se sorprendió al saber que habían pasado mas de seis horas desde que estaba allí. Además se le estaba haciendo tarde para poder llegar a la casa de ChanYeol.
Al principio se le había complicado encontrar algo que regalarle a ChanYeol, pero hace unas semanas le había dicho que estaba muy entusiasmado por el nuevo álbum de su banda favorita, pero lastimosamente no pudo comprarlo porque se habían agotado a una velocidad increíble, así que después de hablar con su hermano le habló con algunos contactos y se lo había conseguido para el y no solo eso, sino que también venia con los autógrafos de cada uno. Se lo entregaría a las cero horas con cero minutos, bueno, ese era su plan.
Minutos mas tarde una Jeep Wrangler negro mate aparcó al lado suyo, se quedó admirando la belleza de aquella maquina. Amaba ese auto. Cuando decía que lo amaba era porque en verdad lo hacía, hasta le puso nombre, Light, pero su papá no daba su brazo a torcer.
—Te he dicho que eres el mejor padre del mundo y también el más guapo— Aduló, BaekHyun a su padre mientras entraba al vehículo, él le dio una sonrisa «Si no ha funcionado antes, no funcionará ahora» mientras negaba con su cabeza.
— No te daré este auto Bakkie, sin importar cuantos cumplidos me hagas— Arrancó el auto con conciencia de adonde se dirigiría su hijo.
— Pero ya te he dicho que estoy en la edad de conducir uno, además prontamente entraré a la universidad y necesitaré transportarme. — Alegaba poniendo su cara más tierna para ver si le convencía, pero Byun KyuHyun era un hueso duro de roer cuando se lo proponía.
—Y yo te he dicho que cuando quieras podemos ir a comprar uno—dijo en tono cantarín.
Diez minutos de camino después su padre se encontraba aparcado una cuadra antes de la casa de ChanYeol.
—Te esperaré si decides quedarte envíame un mensaje o llama—Anunció su padre antes de dejarlo salir del auto. Él asiente y sale del auto a paso seguro y algo rápido, quedaban alrededor de cinco minutos antes de que fuera 27 de noviembre, cumpleaños de ChanYeol.
Se acercó con una sonrisa a la casa de ChanYeol, pero una escena lo hizo detenerse, él estaba hablando con una chica que pudo identificar como Sandara, su exnovia.
Podía verla a ella, pero no a ChanYeol, ya que este se encontraba de espaldas. De un momento a otro Sandara lo tomó de su abrigo y lo acercó hasta que sus labios hubiesen quedado unidos, BaekHyun se había quedado en shock al ver que este no se alejaba, dejó caer la bolsa contra el asfalto lo que causo que esta sonara he hiciera que ambos se separaran y miraran en su dirección. ChanYeol parecía sorprendido de verlo allí, rápidamente como si sus piernas tomaran vida propia empezó a retroceder causando que ChanYeol saliera de su estado de impacto e inmediatamente quisiera llegar hasta el pero para ese punto BaekHyun ya se encontraba corriendo en dirección al auto de su padre con el alto corriendo hacia el llamando su nombre a gritos con su voz ronca.
Cuando llegó al lugar donde light estaba aparcada entró en velocidad récord, donde su papá lo esperaba con una expresión interrogante, pero con voz débil le pidió que, por favor, se fueran. entre jadeo y jadeo ChanYeol había alcanzado a llegar a su ventana al cual se encontraba cerrada a excepción de una pequeña ranura que permitía filtrarse los sonidos de adentro hacia afuera y viceversa.
—Baek, puedo explicar. — La desesperación se filtraba en sus palabras, y en su rostro aquella emoción abundaba.
— No hay nada que explicar,Chanyeol. Tampoco debes darme explicaciones, después de todo tú y yo no somos nada —dejó salir en un hilo de voz, con ojos cristalizados. Sin dirigirle una sola mirada, de dirigió a su padre diciéndole mudamente que lo sacara de allí, lo cual hizo dirigiéndole una negación a ChanYeol cuando este se dispuso a replicar.
El auto avanzó y BaekHyun solo vio a través de espejo como la figura de ChanYeol se alejaba cada vez más y más. Al parecer quien recibió la sorpresa fue él, y no fue una agradable.
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Chanyeol solo veía como el auto se hacía cada vez más pequeño, hasta que solio de su vista. Su respiración aun continuaba un poco rápida por la carrera, pero eso le era insignificante en ese momento.
Cuando vio a BaekHyun después de separase de Sandara un hueco se había instalado en su pecho, y más cuando vio como sus ojos cristalizarse y retroceder. Se sintió la peor persona del mundo al saber que él era la causa de ese sufrimiento.
Sandara había tenido la osadía de tocar su puerta una hora antes de su cumpleaños con una sonrisa sinvergüenza. ChanYeol pensó que la imagen de la chica que había roto su corazón enfrente de él era producto de su imaginación, pero después de parpadear repetidas veces había fruncido su ceño al percatarse de que verdaderamente era ella, en carne y hueso.
No tenía ni idea de como podía aparecerse en su puerta después de haber jugado con él, con sus sentimientos y su corazón, como si nada.Desconocía la razón, pero lo que mas quería era que desapareciera de su radar de visión porque no quería que drenara su felicidad el día de su cumpleaños.
—¿Qué haces aquí, Sandara? —El desprecio con el que pronunció su nombre era palpable, claro, no la iba a recibir con una sonrisa de bienvenida.
—Esa no es la forma de tratar a los invitados, además vine para felicitarte por tu cumpleaños, Channie. —Había utilizado la dulce voz con la que la conoció, aunque para aquel entonces esta le causaba ternura, ahora no podía provocar otro sentimiento que no fuera asco o desagrado.
— No me llames así nunca más, y, por favor, retírate, no tienes nada que buscar aquí—Gruño con voz ronca, aun así la sonrisa de Sandara seguía intacta, como si no hubiese dicho nada.
—Antes te encantaba que te llamara así, te lo dije después de la primera vez que hicimos el amor ¿recuerdas?, tu eras mi Channie y yo era tu Dara.—Soltó una carcajada que cargada de sarcasmo. Chanyeol estaba tan sorprendido de a que nivel de hipocresía podía llegar a alcanzar la mujer enfrente suyo, esa que amó, jugo con él y luego le rompió el corazón de la forma más ruin.
—Todo eso fue antes de que de que descubriera la basura de ser humano que eres.— Escupió.
—Aun te sigo amando, Chanyeol. Quiero que regresemos a ser lo que éramos antes, que seamos tú y yo, juntos— Dibujo una sonrisa cínica mientras halaba su brazo para salir del umbral de la puerta.
— ¿Tú y yo? ¡¿tú y yo?!—Gritó alterado— eso dejó de existir el día que te encontré gimiendo por otro hombre, justo el día que te pediría matrimonio. Aunque lo agradezco si eso no hubiese pasado no me sabría la clase de zorra que en realidad eres. Solo eres una víbora fingiendo ser la presa.
Ella se queda mirando un punto detrás suyo , pero luego una sonrisa perversa se apoderó de sus labios y antes de saber que ocurría lo había agarrado del cuello estimándolos con los suyos. Se podría podido separar al momento inmediato en el que sus labios hicieron contacto, pero quería comprobar si aquellas sensaciones que había empezado a sentir por un bajito castaño y bastante risueño eran reales, así que no la aparto ni respondió el beso.
Escuchó el sonido de algo cayendo detrás de él así que se separó y miro la fuente del ruido, pero al verlo quedó petrificado al observar quién se encontraba parado allí; BaekHyun.
Ahora se encontraba allí, gotas de agua salada bajaban silenciosamente por sus mejillas mojando todo a su paso, mientras veía la luna del cielo estrellado que era su habitación. BaekHyun y él las habían pintado porque Yeolli, tu habitación es muy oscura, además todos necesitamos una luz que ilumine nuestro camino.Pero ver aquello que había caído de los brazos de Baek al momento de verlo con ella, solo lograba hacer que su animo cayera aun más de lo que ya estaba; era el disco de su banda favorita. Había buscado mucho ese disco pero era anticipado con tantas personas que para cuando quiso obtenerlo no había ni un solo ejemplar, el sabía lo mucho que lo quería y lo se lo daría para su cumpleaños. Y eso no era todo estaba autografiado por cada uno de los integrantes, y ese dato solo hacia que quisiera maldecirse una y mil veces más de las que ya lazó hacia sí mismo.
Tuvo la idea de ir a casa de BaekHyun, pero creía que era mejor que descansara, suficiente mierda por un día. No quería perderle, lucharía para que BaekHyun lo perdonara, no se rendiría menos cuando había aclarado todos los sentimientos que el menor había plantado en él. Hace algunos meses atrás, hubiera pensado que jamás podría superarla, pero ahora no podía pensar en otra cosa que no fuera un chico bajito, risueño, de cabellos castaños y ojos color caramelo. Había entrado en su cabeza como un huracán y ahora no podía sacarlo de allí, tampoco quería hacerlo.
Mas tarde, iría a su casa y se plantaría allí hasta que Baek lo escuchara y perdonara, y si era necesario se lo pediría de rodillas, pero ahora no había nada que hacer.
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Y como dijo, temprano en la mañana se encontraba frente a la puerta de los Byun. Tocó el timbre, pero no recibió respuesta. Siguió tocando repetidas veces hasta el punto de parecer un desquiciado a la vez que gritaba el nombre de BaekHyun. Pero no obtuvo resultado, no hasta que miro a un costado y alcanzó a ver un papel doblado a la mitad en la maseta. Lo tomó y desdobló viendo lo escrito en este.
Chanyeol, soy el papa de BaekHyun. Nos fuimos por a unas mini vacaciones, así que ve a casa, sé que quieres hablar con Baek, pero creo que deberías dejar que su cabeza se enfríe. Dale su espacio para que piense y se relaje, necesita descansar. Regresamos en una semana, descansa. Recuerda que después de la tormenta viene la calma.
Dobló el papel y lo metió en su bolsillo mientras se volvía y caminaba hasta su auto, pero antes de entras en él miró la casa, específicamente la ventana que correspondía a la habitación de BaekHyun.
—No voy a rendirme, si se trata de ti, nunca voy a rendirme.