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Viviendo con el enemigo por Yusei156

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-¿¡Regulus!?

-¿Es él quien te gusta?

-¡Porque no lo dijiste antes!- Gritó Sirius mientras fingía que toda su escena había sido por culpa de celos mal infundados, si él no era el culpable podía apostar a que tenía un hermano gemelo, de menos muy parecido. Solo debía de averiguar quién era para poder cobrarse ahora sí las que le debía.

-¿No sabías que estoy cortejando a tu hermano?- Volvió a preguntar sorprendido. Por un momento sintió alivio, mucho alivio y pena por el pobre imbécil que quisiera meterse en ese matrimonio.

-Sabía que alguien estaba tras de él, pero no imaginé que fueras tú. Te confundi con un ex novio de mi ángel, así que fue inevitable que te amenazara de tal manera. Una disculpa por este bochornoso mal entendido, pero creo que entenderás que cuando se trata de proteger a quien amas es difícil el contenerse.

-¿Amas? ¿Ex-novio de tu ángel?- Preguntó un claramente muy confundido Lucius quien acababa de entrar a la habitación sin permiso alguno. Había visto a Snape correr por el salón seguido por Remus, así que no dudó en seguirlos.

-Agh...Malfoy

-Ugh...Black

-¿Lucius?

-¡Sevi!

-¿Sevi?

-Prewett…

-Agh...Malfoy

Ante aquella peculiar presentación Remus río, al inicio fue tímido e inocente, pero tan pronto se dio cuenta de que había atraído todas las miradas aquella risa explotó. No pudo contenerse y río a carcajada limpia, casi deseaba no haberlo hecho hasta que se dio cuenta que la tensión comenzaba a bajar en el cuarto. Una vez Sirius comenzó a reír con él, no pasó mucho tiempo para que Lucius formará una pequeña sonrisa en el rostro. Eso fue suficiente para comenzar a hablar.

-Me alegra que se conozcan todos- Comentó muy entusiasmado Remus mientras se colocaba a un lado de Lucius, alejándolo instintivamente de Snape.

Sin embargo Malfoy se quejo y comenzó a caminar hasta Sirius quien le mantuvo la mirada. Parecían dos perros a punto de enfrentarse, esperando a que alguien retrocediera para por fin atacar.

Era la primera vez que Gideon presenciaba algo así, ambos jóvenes eran los representantes de dos grandes familias de magos sangre pura, alfas y además eran asquerosamente ricos. Pero no imaginaba que ambos actuarían como unos niños consentidos luchando por ver quién tenía “la casa más grande”, una verdadera sorpresa.

Llegó el punto en que ambos estaban tan cerca el uno del otro que podían sentir el aliento mutuo. El Slytherin menor se percató de ello, obligándose a tener el suficiente valor para separarlos si bien Lucius era el mejor amigo que había tenido en Hogwarts no podía dejarlo enfrentar a Sirius, no haría que estaban supuestamente casados y menos en el terreno del Black. Solo que el Beta se le adelantó.

-Agradezcan que los separé, estaban a medio pasó de besarse- comentó como si fuera lo más natural del mundo, aunque sólo ocasionó que ambos hicieran una ligera mueca de asco.

Sirius comenzó a caminar dando vueltas en su habitación, estaba delimitando qué tanto podían adentrarse sus invitados. Tener a el aristócrata, rubio oxigenado, racista de sangre, una completa serpiente rastrera manipuladora que al parecer ahora quería algo con Remus era sin duda detestable, pero al menos había accedido a ser partícipe de la mentira.

-¿Vas a seguir dando vueltas por nuestro cuarto o al fin te vas a calmar y aceptar que luciste como un idiota peleando por mi?- Preguntó el omega mientras miraba con fastidio a su esposo, odiaba tener que fingir, lo odiaba porque el verse casado sería un sueño lejano una vez que se divorciaran.

No iba a admitirlo frente a Sirius, pero desde que se había enterado de que era un omega un rayo de esperanza surgió. Quería tener una familia como el no la había tenido, quería un esposo que lo amara, que cuidara de él, que fuera buen padre, quería tener dos o tres hijos, una bella pero no muy grande casa, algo sencillo. Solo quería una vida feliz rodeado de gente que lo amara. Quería olvidar todo el dolor y el desprecio que había resultado para su madre. Las golpizas de su padre, sobre todo quería y anhelaba ser amado.

Pero sabía que todo ello no sólo era difícil, podía ser casi imposible. Nadie en su vida le había dicho que era atractivo ni hermoso, solo lo elogiaban por su talento en las pociones, las pocas veces que escucho esas palabras era cosa de Regulus quien sin duda estaba por completo equivocado. Uno de los pocos que le dijo algo parecido fue Sirius, peor o más difícil de creerle que fuera cierto, pero con tal de seguir con la farsa lo dejaba pasar.

Una vez acabado todo el alboroto con el supuesto pretendiente de Regulus por fin el omega pudo descansar. Soportar a Walburga era como caminar descalzo sobre vidrios sobre un puente donde sabes que si pierdes el equilibrio terminarás cayendo directamente a un pozo sin fondo. Para su buena suerte sus modales impecables y la apariencia de que nada de lo que esa mujer dijera le afectaba es que salió adelante y no perdió tiempo en salir corriendo una vez se despidieron de aquella mujer.

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Había pasado ya una semana de la supuesta fiesta de los Black, nada había salido de acuerdo al plan de la matriarca. Pero no por eso se daría por vencida. Por ello cuando se escuchó una solicitud de entrada al departamento Sirius quedó petrificado.

Salió disparado corriendo por todo el lugar arreglando cada rincón del departamento para que pareciera que vivía una pareja allí. Invocó un hechizo de expansión en su propio cuarto y apareció todas las pertenencias de Snape allí, acomodándolas como si ese siempre hubiera sido su lugar, comenzó a colgar fotos de ambos por todo el lugar, sin embargo la única en la que estaban juntos fue una de las que recuperaron de la dichosa “boda” que para su suerte hoy más que nunca la necesitaría.

Sabía que no debía de tardar más tiempo sino su madre comenzara a sospechar, así que quitó los hechizos de protección antes impuestos para dejarla pasar junto con sus dos acompañantes.

-¡Madre! Una verdadera sorpresa que hayas venido de visita- Comentó mientras tomaba su saco y lo ponía en el perchero cercano a la entrada.

-Vaya…- Fue todo lo que dijo al ver ese pequeño departamento que su hijo se atrevía a llamar hogar.

-Lo se, es pequeño. Pero es muy acogedor- Dijo en defensa del lugar aunque de solo observar el rostro de su madre se dio cuenta que ella no lo aprobaba.

-¿Aquí es donde me obligarás a quedarme?- Preguntó algo indignado el hombre que venía con su madre, por desgracia lo conocía bien. Él y su prima Bella habían sido grandes amigos en Hogwarts, como odiaba su porte elegante y su aire de superioridad. Odiaba más esos ojos verdes como de una serpiente, peor aún es que eso era ¡Una serpiente!

-¿Como que vivir aquí?- Aquella pregunta había sonado hasta estúpida, lo sabía pero quería que le confirmaran su terrible sospecha. Una cosa era que se metieran a su departamento sin antes avisar y otra muy distinta que decidieran quién podía o no vivir allí.

-¿No lo has entendido hijo? Aún no creo en tu matrimonio, así que le pedí a Tom de favor que los vigile, si sospecha de algo que me avise y claro. En caso de que sea cierto quiero que él autorice a tu marido, de lo contrario te obligaré a divorciarte y que te cases con Noth.

-¡Pero recién nos casamos! ¡¿No puedes tener consideración de tu pobre hijo?! Además no tenemos una habitación extra- Estaba tan alarmado que no se dio cuenta del momento preciso en que la puerta se había abierto. Pero para las otras dos personas allí presentes fue más que evidente.

Severus acababa de llegar y al verlos su expresión ni siquiera cambio, fue tan natural que su querida suegra dudaba que ese fuera la clase de omega por la que Sirius caería rendido, era todo lo contrario a lo que pensó. El muchacho era muy educado, siempre guardando la compostura, era serio, tranquilo, formal, según sus investigaciones un Slytherin hecho y derecho, y claro esa era otra razón por la que no entendía el que se hubieran casado.

Walburga mentiría si dijera que le sorprendió la noticia del matrimonio de su hijo, cuando comenzó a persuadirlo para que se casara supuso que sería con alguna de sus tantas novias, otra Gryffindor. Una mujer probablemente descerebrada, poco refinada pero sí muy atractiva a la vista, impulsiva y por si fuera poco quizá se tratara de una beta mestiza, peor si fuera hija de muggles, pero no. Fue peor.

Ese muchacho era un Slytherin, educado, mestizo igual pero una serpiente completamente. Tal vez no fuera el más atractivo de los omegas con que había salido su hijo pero si lograba lo que los demás no. Lo hacía sonreír, cada que encontraba su mirada sobre de él podía ver un claro brillo en sus ojos. Eso era lo que no quería, que quizá ese chico solo estuviera con él por interés, por su dinero de no ser así no entendía porque aún no estaba marcado.

-Disculpe la intromisión, no sabía que íbamos a tener visitas- Dijo mientras daba una leve reverencia a su supuesta suegra.

-No te preocupes “Omega”- dijo con su total desprecio- Yo me retiro, espero la pasen a gusto los tres juntos.

Sin decir más se retiró, distrayendo a la pareja del invitado que había comenzado a recorrer la casa, pronto estuvo inspeccionando la cocina, se notaba que alguien allí cocinaba pero las porciones eran tan pocas que se podía decir con facilidad que solo era preparado para una persona. El resto eran desechos de comida a domicilio muy seguramente del Black, pronto se volvió a escabullir entrando al baño, todo parecía normal dos toallas para el cuerpo, otras más para las manos, un par de batas de baño con las letras S.B., finamente bordadas.

Había varios tipos de pastillas supresoras para el celo del omega, cosa rara pues si tenía un alfa a su lado este se encargaba de apaciguar el dolor. Tampoco encontró rastros de lubricantes, aceites, jabones “especiales” y mucho menos condones, nada. Temía decirlo pero al parecer su amiga tenía razón, no parecían tener un tipo de romance con sexo de por medio. Pronto escucho el ruido de la pareja que se había dividido para buscarlo, aprovechó cuando escucho cerrar la puerta de a lado para salir y meterse a la habitación de enfrente.

Para su sorpresa se trataba de un laboratorio para pociones, uno muy bien equipado si tenía que juzgarlo. Se le hizo raro pues no imaginó que existiera algo así el tan pequeño lugar, ya solo le quedaba inspeccionar dos habitaciones y la zona de lavado, esperaba encontrar pruebas contundentes de la farsa o la estafa para poder salir de ese asqueroso lugar entre muggles.

La única razón por la que aceptó no fue por su gran amistad con la matriarca Black y su sobrina, fue porque la mujer había jugado bien sus cartas y se cobró uno de los favores que le debía.

-¿Se puede saber qué haces en MI laboratorio?- Preguntó sin mucho tacto Snape quien lo había sorprendido cuando había entrado. Si había algo que le molestaba era que se metieran en su espacio de trabajo.

-Creo que no nos hemos presentado, soy Tom Marvolo Riddle.

 

 

Notas finales:

Hola, una disculpa por la tardanza, no había tenido internet en la semana. Anoche llegue y como aún no tenía avances pues tuve que esperar. Tambien traigo una noticia, si alguien aquí lee mi Segunda oportunidad quiero decirles que ya se como continuará, que no está abandonada y tengo programado que dure como 23-25 capítulos. Si no la han leído espero se den una vuelta, aunque la primera parte es Era solo una broma

Por otro lado en la historia tengo planeado que se vayan a la playa pero no he decidido a cuál así que quiero que ustedes me digan:

¿En que país les gustaría que se desarrollará la historia? (Sería bueno si fuera el suyo, me da curiosidad)

La otra sería: ¿Quienes les gustaría que vayan? Porque hay personajes que van si o sí, pero hay otros que podrían incluirse, esperare con ansias su opinión


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